Néstor Zavarce fue un cantante y actor venezolano que nació en 1936 y falleció en 2010. Comenzó su carrera a los 13 años cuando participó en la película "La balandra Isabel llegó esta tarde" de 1950, lo que lo lanzó a la fama. Alcanzó gran éxito con canciones como "El Pájaro Chogüí" en 1960 y "Faltan Cinco pa' las Doce" en 1963, esta última convirtiéndose en un clásico navideño. Dejó una exitosa carrera con
2. Zoraida Ceballos
Néstor Jesús Zavarce Sierralta fue un
cantante y actor venezolano que
nació en Jadacaquiva, Península de
Paraguaná, estado Falcón, el 9 de
abril de 1936 y falleció el 27 de agosto
de 2010, en la ciudad de Caracas,
Venezuela. Era conocido en el mundo
del espectáculo como Néstor Zavarce
y dejó una carrera de grandes éxitos e
inimaginable talento.
3. Zoraida Ceballos
Antes de cumplir el primer
año de edad, sus padres se
radicaron en Caracas en
busca de mejores
oportunidades, pero no es
sino hasta la edad de 13
años de edad que inició su
carrera artística, pues por
iniciativa propia, decidió
participar en una audición
para la película venezolana
“La balandra Isabel llegó
esta tarde” de 1950, dirigida
por el argentino Carlos Hugo
Christensen y producida por
Bolívar Films.
4. Zoraida Ceballos
El resultado fue un total éxito, dado
que dicha película lo lanzó a la fama y
rápidamente fue conocido en todo el
mundo, llegando a ser catalogado
como un “Niño Prodigio del Cine
Venezolano” al destacarse junto a
reconocidas figuras como los actores
Arturo de Córdova, Virginia Luque,
Tomás Henríquez, Juana Sujo, Juan
Corona, entre otras grandes estrellas.
5. Zoraida Ceballos
Su éxito inicial en esta etapa se lo
debe a su interpretación de la canción
paraguaya “El Pájaro Chogüí” (1960),
tema que llegó a vender más de un
millón de copias en todo el mundo y
que lo convirtió en ídolo popular. Fue
contratado en 1960 por Radio Caracas
Televisión y comenzó a participar en el
programa de variedades “El Show de
Las Doce” animado por Víctor Saume
Carreño.
6. Fue gracias a la canción “Faltan Cinco
pa’ las Doce” (1963), composición de
Oswaldo Oropeza, la que logró
consagrarlo y que se convirtió en un
clásico navideño en casi todos los
países de habla hispana,
especialmente cada 31 de diciembre.