2. Capitalismo
En Gran Bretaña, las pérdidas sufridas por la guerra representaban el 25% de la riqueza nacional. En 1946
la producción industrial no alcanzaba el nivel de antes de la guerra.
En Francia, en 1944, la producción industrial descendió hasta 38%, y la de la agricultura hasta el 60% con
respecto al nivel alcanzado antes de la guerra.
En Japón, a fines de 1945, la producción industrial equivalía al 10% de la de antes de la guerra.
Estados Unidos, después de la guerra aportaba más del 60% de la producción industrial mundial.
La producción industrial de los principales países capitalistas, excepto Estados Unidos, descendió
significativamente. Pero no fue sólo esto, algunos de ellos habían sufrido grandes pérdidas humanas, así
como la ruina de la agricultura y de otros sectores de la economía. Ello, unido al auge de al lucha
antifascista desarrollada durante la Segunda Guerra Mundial y al prestigio que en ella alcanzaron los
comunistas, trajo como resultado, un incremento del movimiento obrero que culminó, en la mayoría de los
casos, con la participación de los comunistas en los gobiernos de nueve países europeos. Tal es así, que
si en 1939 existían partidos comunistas en 61 países, en 1947 esta cifra ascendió a 76, al tiempo que el
número de militantes se triplicó. También se dieron importantes pasos para lograr la unidad de la clase
obrera a nivel mundial; se fundó en París, en 1945, la Federación Sindical Mundial y a finales de este
mismo año se crearon la Federación de Juventudes Democráticas y la Federación Democrática
Internacional de Mujeres. Fue entonces que Estados Unidos trató de frenar el movimiento obrero mediante
el apoyo económico a los gobiernos de los países europeos, para lo cual elaboró un plan de ayuda
conocido como Plan Marshall entre los años 1948 y 1951.
3. SOCIALISMO
Las pérdidas materiales de la URSS en la Segunda Guerra Mundial fueron
considerables. Tan sólo en la URSS se concentró casi la mitad de la destrucción
ocasionada en todo el mundo por el conflicto bélico. Así, la tarea de reconstrucción
fue difícil y aún más si tenemos en cuenta que ni la URSS ni el resto de los países
socialistas accedieron a la ayuda norteamericana con que contaron los demás países
beligerantes.
Stalin emprendió la recuperación económica siguiendo el modelo que había
inspirado la economía soviética de preguerra. Dio prioridad a la industria
pesada, que concentró más del 80% de las inversiones, y a los transportes
ferroviarios. Para Stalin el objetivo era sobrepasar a los países capitalistas desde el
punto de vista del desarrollo económico, sobre todo en producción industrial por
habitante.
Este modelo permitió que la URSS reconstruyera su industria pesada en un tiempo
record, de tal forma que en el año 1950, la producción industrial era ya un 73%
superior a la de 1940. En el terreno agrícola, los planes ponían un énfasis especial en
la agricultura colectivizada. Se llevó a cabo una campaña de colectivizaciones en los
territorios occidentales anexionados a la URSS.