1. Ciclo B
26 agosto 2012
21 Domingo
del Tiempo Ordinario
Música gregoriana
2. Js 24,1-2a, 15-17, 18b Josué reunió a todas las tribus de Israel en
Siquén y convocó a los ancianos de Israel, a sus jefes, jueces y
oficiales. Todos se presentaron ante Dios. Josué dijo a todo el pueblo:
–Así dice el Señor, Dios de Israel: Vuestros antepasados, Teraj, padre
de Abrahán y de Najor, vivían antiguamente en Mesopotamia y servían
a otros dioses.
Si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién queréis
servir, si a los dioses a quienes sirvieron vuestros antepasados en
Mesopotamia, o a los dioses de los amorreos, cuya tierra ocupáis. Yo y
los míos serviremos al Señor.
El pueblo respondió:
–Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses. El
Señor es nuestro Dios; él fue quien nos sacó de la esclavitud de Egipto
a nosotros y a nuestros padres. Él ha hecho ante nuestros ojos
grandes prodigios, y nos ha protegido durante el largo camino que
hemos recorrido y en todas las naciones que hemos atravesado. Él ha
expulsado delante de nosotros a todos los pueblos y a los amorreos,
que viven en el país. Así que también nosotros serviremos al Señor,
porque él es nuestro Dios.
En primer término, ruinas de Siquem
3. Salmo 33
Gustad y ved qué bueno
es el Señor.
Bendigo al Señor continuamente,
su alabanza está siempre en mi boca.
Mi alma se gloría en el Señor,
que los humildes lo oigan y se alegren.
4. Gustad y ved qué bueno
es el Señor.
Los ojos del Señor están vueltos hacia los
justos, sus oídos, hacia sus gritos de auxilio.
El Señor elimina el mal del mundo.
5. Gustad y ved qué bueno
es el Señor.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha,
y lo libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca de los que sufren
y salva a los que están abatidos.
6. Gustad y ved qué bueno
es el Señor.
Muchas son las desdichas del justo,
pero de todas lo libra el Señor;
cuida de todos sus huesos,
ni uno solo se le romperá.
7. Gustad y ved qué bueno
es el Señor.
El Señor redime a sus fieles.
Felices quienes se acogen a él.
9. Tus palabras, Señor, son espíritu
y vida. Tú tienes palabras de vida
eterna,
Jn 6, 63b.68b
10. Jn 6,60-69 Muchos de sus discípulos, al oír a Jesús, dijeron:
–Esta doctrina es inadmisible, ¿Quién puede aceptarla?
Jesús, sabiendo que sus discípulos criticaban su enseñanza, les
preguntó:
–¿Os resulta difícil aceptar esto? ¿Qué ocurriría si vieseis al Hijo del
hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da la vida; la
carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y
vida. Pero algunos de vosotros no creen.
Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién
lo iba a entregar. Y añadió:
–Por eso os dije que nadie puede aceptarme, si el Padre no se lo
concede.
Desde entonces, muchos de sus discípulos se retiraron y ya no iban
con él.
Jesús preguntó a los doce:
–¿También vosotros queréis marcharos?
Simón Pedro le respondió:
-Señor, ¿a quién iríamos? Tus palabras dan vida eterna. Nosotros
creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.
Lago. En la otra orilla, Betsaida.