1. C0NCILIO
Concilio (del latín concilium) es una reunión o asamblea de autoridades religiosas
(obispos y otros eclesiásticos) generalmente efectuada por la Iglesia
Católica u Ortodoxa, para deliberar o decidir sobre las materias doctrinales y
de disciplina.
Se distinguen tres clases de concilios:
Los concilios ecuménicos, generales o universales. Hasta 1054, fecha en
que se produjo el Gran Cisma de Oriente y Occidente, se contabilizaron ocho
concilios de este tipo. Convocados por el emperador, salvo el octavo que fue
convocado conjuntamente por el emperador bizantino y el papa; participaban
los obispos, abades y patriarcas de toda la cristiandad (concilios griegos).
Desde 1054 este tipo de concilios solo se celebraron en Occidente, donde
sumaron otros doce concilios, siendo convocados en todos los casos por el
papa y participando todo el episcopado católico (concilios latinos).
El último concilio ecuménico fue el Vaticano II ya que su sede fue la Ciudad del
Vaticano. La convocatoria la realizó Juan XXIII en1959 y fue clausurado por el
papa Pablo VI en el año 1965.
Los concilios nacionales o plenarios. Son convocados con
autorización papal y en ellos sólo participa el episcopado de un
continente, Estado o región.
Entre ellos están los concilios (nacionales) de Toledo, que
fueron juntas de prelados y magnates durante la dominación visigoda, que se
celebraron en dicha ciudad para tratar asuntos eclesiásticos y militares.
Los concilios provinciales. Son convocados por el obispo
metropolitano de la diócesis provincial correspondiente, se
celebran periódicamente cada veinte años, y en ellos participan los
titulares de oficios eclesiásticos de la diócesis.
2. INMUTABLE
Inmutable es lo que no cambia. Se dice que es inmutable lo que no está
sometido a la condición temporal, requisito necesario del cambio. Es un atributo
de Dios, de quien se dice que no cambia, ni El ni sus designios: “El proyecto
del Señor subsiste siempre, sus planes prosiguen a lo largo de los siglos” (Sal
33, 11). Podemos apelar al simbolismo para lograr una mejor comprensión de
esta idea. A este fin sirve el simbolismo de la rueda, que nos sugiere la idea de
inmutabilidad, a través de su centro, sin el cual no hay rueda posible, teniendo
en la circunferencia una representación de lo mutable.
La creación no constituye un cambio en Dios, pues Lo infinito no tiene
correlación con lo finito, no tienen medida común por lo que no constituyen una
dualidad. Por eso se dice que Dios trasciende la creación, que conserva la
impronta del creador (inmanencia) y saca toda su realidad de su vínculo con El.
En otras palabras, el Todo es anterior, y por lo tanto cualitativamente más, que
la suma de las partes. Lo contrario es mantenido por el panteísmo.
San Agustín distingue lo mutable de lo inmutable: "Los hombres vieron estas
dos cosas (el cuerpo y el alma), las ponderaron, las investigaron a ambas, y
encontraron que cada una de ellas es mutable en el hombre. El cuerpo es
mutable en sus diferentes edades, en su corrupción, es sus enfermedades, en
sus reflexiones y sus defectos, en su vida, en su muerte. Pasaron entonces al
alma, que ciertamente comprendieron que era mejor, y que también se
maravillaron de que fuera invisible. Pero encontraron que también era mutable,
que ora quería algo, y que ora no quería; que ora conocía, y que ora no
conocía; que ora recordaba, y que ora olvidaba; que ora temía, y que ora
osaba; que ora avanzaba en sabiduría, y que ora recaía en la necedad. Vieron
que era mutable, la dejaron también y fueron en busca de algo que fuera
inmutable. Y así llegaron a la cognición de Dios el Creador por medio de las
cosas que Él creó...Examina las mutaciones de las cosas y descubrirás por
todas partes el "ha sido" y el "será". Piensa en Dios y encontrarás "es" donde
"ha sido" y "será" no pueden ser".
"La inmutabilidad es la propiedad peculiar de la eternidad“, y la eternidad es
atributo del Ser puro. Se suele simbolizar a través de la indestructibilidad. La
piedra y en especial el diamante han servido a este propósito, material del que
se dice que está construido el puente que une el Cielo y la Tierra. De esta
misma idea se desprende el simbolismo del pilar, que en ves de unir, mantiene
separados el Cielo y la Tierra permitiendo la manifestación corporal.