1. María Alejandra Murcia Barrero
Información y documentación
6 de marzo de 2013
Comprar, tirar, ¿pensar?
Grandes transformaciones ha tenido la historia del mundo para llegar a ser lo que es ahora, no
solo política y social sino también mentalmente, hay quienes opinan que estamos en el mejor
momento de la humanidad, ya que hemos desarrollado y explotado nuestras capacidades al
máximo y gracias a esto hemos podido beneficiarnos de nuestros inventos poniéndolos al
servicio del desarrollo. Otros opinan contrariamente que estamos en una época de
decadencia y que esas transformaciones no han traído consigo nada bueno, sino que
estamos en un proceso de involución y no hay verdadero progreso aunque aparentemente
sea así.
En mi opinión, ambas posturas son tanto verdaderas como válidas, aunque no de manera tan
radical, pues sí es cierto que en las últimas décadas han surgido inventos que en ningún
momento de la historia se hubiesen podido pensar de manera similar, nos hemos sorprendido
con las creaciones de grandes inventores y pensadores que nos han dejado un gran legado
del cual nos hemos podido beneficiar y gracias a estos, el mundo se ha expandido de una
manera inimaginable, no solo física sino mentalmente, muchas barreras han sido derribadas
gracias a las nuevas tecnologías que han dado paso a un nuevo mundo, el virtual, una nueva
esfera en la que nos podemos desarrollar e incluso comunicar sin necesidad de tener contacto
físico con otros.
Por miles de años, las únicas maneras en que los hombres se podían comunicar era a través
de gestos, palabras, sonidos, marcas en roca, madera, arcilla, pieles de animales y
posteriormente con un gran invento que revolucionaría la historia hasta ese momento, la
imprenta. Todo esto hace evidente la evolución que tuvo la humanidad en la manera de
transmitir lo que quería decir, de una forma más comprensible para otros, más sencilla de
plasmar y que sin lugar a dudas cambiaría las formas de pensar y las experiencias a las que
el hombre había estado acostumbrado. Un ejemplo claro de esto lo podemos ver gracias a
este último invento del que hable, la imprenta, que daría paso a un nuevo público lector
mucho más crítico y participativo, ya que ahora se tenía acceso a lo que antes era prohibido,
por esto se desataron grandes revoluciones que terminarían defendiendo los derechos que se
habían desconocido por muchos años, y se reclamaban cambios que no beneficiaran solo a
una minoría sino a la totalidad de los pueblos, el gran motor y promotor de estas revoluciones
serían los panfletos y los periódicos que surgieron gracias a este nuevo invento del que
hablamos, y no hubieran sido posible sin los mismos, ya que esto permitió una expansión más
rápida de la información y una conciencia ampliada de las personas que los recibían, esta
nueva tecnología modificaría la forma de vida a la que habían estado acostumbrados y
también su forma de razonar, es por esto que se atrevieron a pensar nuevas posibilidades y a
reclamar derechos y participación.
2. En este sentido, sería lógico pensar que en la época actual, con todos los avances
tecnológicos como internet, la distribución masiva de periódicos, la libre adquisición de libros
sin ninguna restricción existente, etc. habrían públicos aún más críticos que hace seis siglos, y
debería existir un nuevo modelo que se adaptara al nuevo pensamiento moderno, usando
como herramienta todas estas nuevas tecnologías. Sin embargo debemos tener en cuenta un
punto muy importante y es que a partir de la época de la imprenta, se creó un nuevo
pensamiento individualista y aislado, ya no compartimos esas experiencias colectivamente,
sino que nos refugiamos en nuestros aparatos y en la información ilimitada (pero no
necesariamente moderada) que estos nos ofrecen, actuamos en torno a nuevas instituciones
como los medios de comunicación que imponen las costumbres que seguimos, y que gracias
a definiciones como consumidor soberano, creemos que somos nosotros los que
verdaderamente elegimos la forma de vida que queremos tener bajo unos preceptos que
irónicamente han sido previamente pensados y elegidos por estas instituciones. La cultura de
masas ha tomado más fuerza cada vez, y no estamos muy alejados de lo que afirmó
McLuhan, las tecnologías nos determinan, ya que son utilizadas a favor del mercado para
fomentar nuestra forma de vida actual, vivimos en torno a una lógica de consumo que no
admite otras más, y ¿qué tipo de evolución podría existir si personas que estudian años para
adquirir conocimientos los utilizan para crear objetos de menor calidad, que se acaban
rápidamente para que las compras de estos sea cada vez mayor?. Tememos profundamente
salirnos de este sistema, nos angustia sobremanera ser rechazados, porque ahora somos un
ser para los otros, actuamos en torno a la opinión de los demás y no solo de los demás sino
de los mismos medios que mencioné anteriormente; guiados por las apariencias, buscamos
siempre agradar a otros y creemos equivocadamente que somos lo que tenemos, lo que
exhibimos, no solo físicamente, sino también a través de las redes, en donde fingimos
distintos perfiles para adaptarnos a este nuevo mundo en el que estamos inmersos, no somos
capaces de pensar de otra manera, porque como dije antes, estamos determinados por lo que
vemos y escuchamos diariamente y debo admitir que ir en contra de esta lógica no es para
nada fácil, sin embargo, tampoco es imposible.
El verdadero objetivo de la virtualidad antes que ser un refugio para aparentar algo, debería
ser un lugar de reflexión en el que nos permitiéramos, como lo hicieron nuestros antepasados,
analizar en donde estamos y con qué propósitos nos desarrollamos en el mundo. Con nuevas
herramientas tan útiles como internet, podemos darnos la posibilidad de expresar nuevas
opiniones e ir en contra de la hegemonía de la información que pretende imponerse como
único modelo de pensamiento y de vida, otras alternativas son posibles y también otros modos
de vida, solo debemos aprovechar estas herramientas que usamos a diario y que nos
benefician en muchos sentidos, para generar debates constructivos que nos lleven a la
reflexión y a una lógica mucho más activa y analítica, no tenemos porque aceptar toda la
información que recibimos como verdadera, ni tampoco los estilos de vida impuestos,
deberíamos luchar en cambio por alcanzar una vida con la que nos sintamos verdaderamente
cómodos y antes de agradar a otros o seguir modelos que todos los demás siguen, nos
sintamos a gusto con lo que somos y con nuestras maneras de actuar.