La historia cuenta la vida de Atalanta, una niña abandonada al nacer que fue criada por una osa y se convirtió en una hábil cazadora gracias a la diosa Diana. Atalanta se hizo famosa por herir a un terrible jabalí durante una cacería donde otros guerreros habían fallado. Más tarde, organizó una carrera para casarse con el hombre que pudiera ganarle, la cual ganó el príncipe Melanión al distraerla con unas manzanas mágicas que la hicieron perder segundos recogiéndol
1. Una mujer llamada Atalanta
Voy a contarles una historia muy antigua, tanto. Que sucedió antes del año cero en
la lejana Grecia, en el reino de Jasos.
Todo comenzó la noche en que la reina a un sirviente que abandonara a su hija
recién nacida en la cima de una montaña, por no haber sido varón para heredarle el
trono. Sería lógico pensar que la pequeña murió, pero no fue así; una osa la crió y la
amamantó al lado de sus oseznos. Por eso, la niña desarrollo fuerza y una habilidad
incomparable para luchar. Pero estaba escrito que sus destrezas y habilidades serían
mayores. Un día que Diana, la diosa de la caza, andaba entre los bosques, la conoció
y le dijo:
-Ven, haré de ti una cazadora.
Atalanta se convirtió en una atleta y una tiradora de arco sin par de toda Grecia. Se
hizo famosa el día que decidió participar en la cacería de un terrible jabalí que tenía
asolado al reino de Calidón. Allí estarían los guerreros más fuertes de Grecia.
Cuando se presentó, todos se burlaron de ella, pero al final, los dejo callados porque
fue su fecha la que hirió al monstruo que ya había matado a dos guerreros y hubiera
dado cuenta de un tercero, de no haber sido por su puntería. Apartir de entonces
comenzó a participar en las grandes aventuras griegas. Conoció a Jason a Teseo a
Hércules y todos la respetaron y la apreciaron. Su vida transcurrió entre flechas
espadas y cacerías, perro un día…, la flecha del amor la alcanzo. Organizo una
carrera indicando que se casaría con el hombre que fuera capaz de ganarle
esperando que Melanión, un príncipe que le gustaba lo lograra; y así fue. Dejando
caer, una a una, tres manzanas encantadas que quien veía no podía resistirse a
recoger, gano la carrera. Atalanta perdió valiosos segundos recogiéndolas. Con una
mujer así…
¿Qué otra cosa hubiera podido hacer el príncipe?