Santa Luisa de Marillac nos muestra: Los escollos a evitar
El fuego del amor en el evangelio
1. EL SEÑOR NOS HABLA DE FUEGO.
Queridos amigos: Hoy puede resultarnos fuerte y dura la Palabra de Dios al
hablarnos “de fuego y divisiones”.
¿A qué fuego se refiere el Señor?
Al fuego del AMOR.
Y es que cuando falta el fuego del amor, falta el fuego que mueve la vida.
Sin amor, la vida se apaga y termina extinguiéndose. El amor está en el centro
del evangelio, no como ley a cumplir, sino como “fuego” a alentar la vida y
evitar que nuestra vida se asiente sobre el egoísmo, la ambición, la envidia, la
mentira, la rutina o la mediocridad.
El Señor, desde el evangelio, quiere hacer germinar, crecer y fructificar el amor
y la justicia del Padre.
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Jesús establece el Reino de Dios sobre el amor, la misericordia, la donación de la
vida y la dignidad de la persona.
El Señor nos habla de un fuego que purifica, que enardece y enciende a las
personas que lo escuchan sin prejuicios. Un fuego, que ilumina las más oscuras
sombras y calienta los rincones más fríos de la persona.
Señor, enciende en nosotros…:
• El fuego del amor y de la justicia.
• El fuego de la generosidad y el desinterés.
• El fuego de la verdad y la sinceridad que no admite componendas.
• El fuego del Espíritu, que nos guía y nos lleva por caminos insospechados a la
purificación y al amor.
• El fuego del Espíritu, que es el fuego de la justicia, de la paz, del amor de Dios,
de la fraternidad, del perdón, del bien común y no del particular.
El fuego y la división de las que nos habla el Señor, son consecuencia de un
compromiso real y firme por el evangelio. Ese evangelio que nos ayuda a
calibrar cuál es lo que da más alegría y paz. Nos hace descubrir lo que nos
recuerda hoy la carta a los Hebreos. 12, 2: “animado por el gozo que le
esperaba, soportó la cruz sin acobardarse”.
Quien no se deja calentar por ese fuego, no conoce todavía lo que Jesús quiso
traer a la tierra: amor y justicia.
Gabriel.
20º. Domingo Ordinario. Ciclo. C. Madrid. 18 de Agosto de 2013.