HOJA PARROQUIAL. DOMINGO 4º DEL TO. CICLO C. DIA 31 DE ENERO DEL 2016
1. PARROQUIA DE SAN
DIEGO DE ALCALÁ
31 DE ENERO DE 2016
DOMINGO 4º DEL TIEMPO
ORDINARIO «C»
HOY SE CUMPLE LAS ESCRITURAS QUE ACABÁIS DE OIR
El Evangelio es para nosotros la Palabra de Dios que nos anuncia lo
que debemos hacer para seguirle con lealtad. Esta Palabra, muchas
veces nos puede resultar molesta. El Evangelio es duro y exigente,
nos arranca de nuestra comodidad y nos saca de nuestras
costumbres. Por eso, corremos el riesgo de rechazar la Palabra de
Dios e, incluso, de despreciar y perseguir al que la anuncia: a los
Profetas. Pero el Profeta es un hombre sin miedo, lleno de Dios, que
dice verdades como puños. Sus palabras escandalizan a los
“chaqueteros” y a los comodones, a los que sólo quieren defender
“su pleito” personal, incluso apoyados en la Palabra de Dios
entendida a su manera. En el Evangelio de hoy, vemos a Jesús
predicando en su pueblo y rechazado por sus vecinos: ¿Qué puede
enseñarnos el hijo de un carpintero? En esta Celebración vamos a
escuchar y acoger el Mensaje de Jesús, aunque nos resulte
incómodo y exigente.
Celebrar la Eucaristía dominical es un respiro para escuchar las
palabras directas y sencillas de Jesús. Traen verdad a nuestra vida.
Nos enseñan a vivir con más sencillez y dignidad, con más sentido y
esperanza. Es una suerte hacer el recorrido de la vida guiados cada
domingo por la luz del evangelio. No hemos de extrañarnos de ser
incomprendidos cuando intentamos ser fieles a las enseñanzas de
Jesús; incomprendidos incluso por gente de Iglesia, como le ocurrió a
Jesús.
2. Salmo. Sal 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17
R. Mi boca contará tu salvación, Señor.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 13, 4-
13
Hermanos:
El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es
mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra
de la injusticia, sino que goza con la verdad.
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.
El amor no pasa nunca.
¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El
saber?, se acabará.
Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero,
cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará.
Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba
como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño.
Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi
conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me
conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La
más grande es el amor. Palabra de Dios.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 21-30
En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga:
- «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír-»
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras
de gracia que salían de sus labios.
Y decían: - «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: - «Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti
mismo"; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en
Cafarnaún.» Y añadió: «Os aseguro ningún profeta es bien mirado en su
tierra. Os garantizo que en Israel habla muchas viudas en tiempos de Elías,
cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran
hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, a
una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos habla en
Israel en tiempos del profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue
curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo
empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba
su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba. Palabra del Señor.
HIMNO AL AMOR, DE SAN PABLO A LOS CORINTIOS
"El amor es comprensivo": Para comprender a los demás hay que
ponernos en su lugar. Muchas veces juzgamos a las personas desde
nuestra perspectiva, y por eso solemos equivocarnos. O a veces juzgamos
por lo que hemos oído decir...
"El amor es servicial": La persona que ama está siempre al servicio de la
persona amada. No olvidemos que el amor es entrega, donación, olvido de
sí mismo: el que ama vive para la persona amada. No supone nunca
egoísmo.
"El amor no tiene envidia": Ante el bien, el triunfo, la prosperidad de los
demás, debemos alegrarnos. Pero... ¿qué nos pasa a nosotros?... La
envidia. Y de la envidia nacen multitud de pecados contra el amor: la
murmuración, y llegar al extremo de gozarse en lo adverso que les ocurre a
los demás...
"El amor no presume ni se engríe": Nos impide pensar y decir que todo lo
hacemos bien, que los demás lo hacen mal, y que los demás nos han de
tomar como modelo. En muchas faltas de caridad han existido
previamente otras de vanidad y orgullo, de egoísmo, de deseos de
sobresalir. El orgulloso no logra mirar más allá de su propia persona, de sus
cualidades, de sus virtudes, de su talento. Y en este panorama tan
mezquino ni siquiera aparecen los demás: no hay sitio para ellos.
"El amor no es mal educado ni egoísta": Evita que insultemos y
maltratemos a los demás. No pide nada para uno mismo. Da sin calcular
recompensa alguna. Sabe que ama a Jesús en los demás, y esto le basta.
Busca el interés y el bien de los demás. Busca el bien de la persona amada.
"El amor no se irrita ni lleva cuentas del mal": Hace que dominemos
nuestro genio, que no nos enfademos. Que callemos en muchas ocasiones.
Que no tengamos deseos de venganza. Ni guardemos una lista de agravios
personales. No se molesta si no es correspondido.
"El amor no se alegra de la injusticia sino que goza con la verdad":
Trabaja con diligencia para que impere la justicia en el mundo. Alimenta
hacia todo afecto y amor. No disfruta de la ruina de los adversarios.
"El amor disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta
sin límites": Sabe perdonar siempre y olvidar. Con serenidad, con buena
cara. Es mucho lo que podemos dar: fe, alegría, cariño… No nos
molestemos si no somos correspondidos: el amor no busca lo suyo. No
busquemos nada y habremos encontrado a Jesús.