2. Una adicción (del latín addictĭo) es una
enfermedad física y emocional, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el sentido tradicional es una
dependencia o necesidad hacia una
sustancia, actividad o relación debido a la
satisfacción que esta causa a la persona.
En su sentido etimológico, «adicto»
proviene del latín, que denotaba al deudor
que, por falta de pago, era entregado
como esclavo a su acreedor.
3. La abstinencia es la reacción del cuerpo al
ser privado de una sustancia adictiva de la
que se ha vuelto dependiente y tolerante.
Sin la sustancia, las funciones fisiológicas
que dependían de la sustancia va a
reaccionar debido a la tolerancia y la
dependencia de la sustancia del cuerpo.
Desequilibrios químicos y hormonales
pueden surgir si no se introduce la
sustancia. Estrés fisiológico y psicológico es
de esperar, si no se vuelve a introducir la
sustancia.
4. Además de los tradicionales grupos disponibles para
la rehabilitación y programas autoayuda, hay una
variada gama de enfoques preventivos y
terapéuticos para combatir la adicción. Por ejemplo,
una opción de tratamiento común para la adicción
a los opiáceos es de mantenimiento con metadona.
Este proceso consiste en la administración de la
droga, un opiáceo potente con algún potencial
para el abuso, como una copa en un entorno clínico
supervisado. De esta manera, los niveles de opiáceos
cerebrales aumentan lentamente sin producir la alta
sino que permanecen en el sistema de tiempo
suficiente para disuadir a los adictos de la inyección
de la heroína.
5. Otra forma de terapia con medicamentos
implica la buprenorfina, un medicamento
que parece ser aún más prometedor que
la metadona.1 Un agonista parcial para
ciertos receptores de opiáceos, este
tratamiento bloquea los efectos de los
opiáceos, pero produce sólo en sí
reacciones leves. Por otra parte, este
método de desintoxicación tiene poco
valor en el mercado de las drogas.
6. El término adicción también se aplica a veces a las
compulsiones que no están relacionado con sustancias,
tales como compras compulsivas, adicción al sexo/el
sexo compulsivo, comer en exceso, problemas con el
juego, el ejercicio/deporte y la adicción a la
computadora. A veces, la compulsión no es "hacer" algo,
pero para evitar o "no hacer nada", por ejemplo,
la dilación (evitar tarea compulsiva).6 En este tipo de usos
comunes, el término adicción se utiliza para describir una
recurrente compulsión por un individuo para participar en
alguna actividad específica, a pesar de las
consecuencias nocivas, según se considere por el propio
usuario para su salud individual, el estado mental, o la
vida social. Puede haber factores biológicos y
psicológicos que contribuyen a estas adicciones.
7. Cibera dicción o trastorno de adicción a
Internet (IAD), o, más ampliamente, uso
excesivo, problemático y/o patológico, de
Internet, a través de diversos dispositivos
(ordenadores, teléfonos, tabletas, etc.), que
interfiere con la vida diaria.
Como expone la catedrática de psicología en
la Universidad de Deusto, Helena Matute, no
existe la llamada "cibera dicción". Tal teoría se
basa en:
El término "adicción a Internet" fue
originalmente una broma de correo
electrónico.
8. La drogodependencia, también
llamada drogadicción o farmacodepen
dencia, es un problema de
salud causado por el frecuente uso
de sustancias adictivas llamadas drogas.
9. La producción de bebidas alcohólicas existe desde que el
hombre conoce el fenómeno de la fermentación. Hay
evidencia de su uso y consumo por pueblos prehistóricos. En el
neolítico se comienza a fabricar cerveza. Hay citas
en documentos egipcios sobre su consumo (3.700-2.700 a.C.), y
los hebreos dejaron constancia de su uso en la Biblia. Ya
el Código de Hammurabi fijaba normas represivas contra su
consumo, llegando a establecer la pena de muerte . Entre los
griegos eran conocidos sus efectos, y aparece citado en
innumerables obras, entre ellas la Ilíada, la Odisea, y
la Historia de Herodoto. Los romanos lo consumían
habitualmente, y se conoce el descontrol reinante en las orgías
de los emperadores. La fermentación y destilación natural de
los productos agrícolas cedió su espacio a la destilación artificial
(S. XIV), y posteriormente a la industrial, que produjo una
explosión en el consumo (S. XIX).