1. JULIO FLÓREZ
GÓMEZ PIEDRAS ANDRÉS DAVID
RAMÍREZ CAICEDO DIEGO ALEJANDRO
10-5
I.E. LICEO NACIONAL JOSÉ JOAQUÍN CASAS
CHIQUINQUIRÁ-BOYACÁ
2014
2. BIOGRAFIA
Su nombre de pila fue Julio Flórez Roa, nació el 22 de
mayo de 1867 en Chiquinquirá, departamento de Boyacá,
Colombia, y murió el 7 de febrero de 1923 en Usiacurí,
Atlántico, Colombia. Sus padres fueron el médico y
pedagogo, presidente del Estado Soberano de Boyacá,
Policarpo María Flórez y doña Dolores Roa. Su padre era
asiduo lector de Víctor Hugo, legado que les dejó también
a sus otros hijos, pues Manuel de Jesús y Leónidas
también fueron poetas. Julio Flórez cursó sus primeros
años escolares en Chiquinquirá; en 1879 los continuó en
Vélez, Santander; en 1881 se trasladó con su familia a
Bogotá donde inició sus estudios de literatura en el
Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, pero
lamentablemente tuvo que suspenderlos por la situación
económica de su familia.
3. Julio Flórez fue uno de los últimos poetas del romanticismo en
Colombia; Javier Ocampo (1997:19) aduce que «Flórez
representa en Colombia e Hispanoamérica el romanticismo
tardío». En su época, se divulgaba en el mundo las nuevas
tendencias literarias enmarcadas dentro del modernismo, el
simbolismo y el parnasianismo; de esos movimientos surgieron
los llamados «poetas malditos»; pero Flórez brillaba por su
lirismo prolijo, por su exagerado escepticismo y su profunda
sensibilidad que lo llevaban a veces a estampar lo patético y
dramático en sus creaciones, lo cual hoy no es muy aceptado,
pero ayer, para su época y su escuela, eran requerimientos de
consagración.
En cuanto a su estilo literario, es de anotar que deja volar su
imaginación, pero se aprecia cierto desorden en su creación
poética, lo cual se reconocía, en ese entonces, como resultado
de individualismo, originalidad y buen gusto. Su obra refleja el
desequilibrio generado por la encrucijada constante entre la
realidad y el idealismo; no obstante, su voz profundamente
humana, dolorosa y sentida está cargada de una gran
sinceridad intelectual.
4. Producción poética
Según Hernán Restrepo Duque (1972:14-15), en
la biblioteca Apolo y en la antología La Lira
Nueva, publicada por José María Rivas Groot
en 1886, aparecen los primeros versos firmados
por Julio Flórez: La pedrada y Cerebro.
Además, comenta que las revistas literarias de
principios del siglo XX competían por tener y
publicar los nuevos poemas de Flórez, pues en
uno de los primeros números de Rayo X, de
1897, se cuenta que el poema corto Gotas de
Ajenjo se publicó por primera vez porque se
cayó del bolsillo del poeta, alguien lo tomó y lo
llevó a ese periódico, y su publicación debió
repetirse por exigencia de los lectores.
5. La producción poética de Julio Flórez se
recoge en las siguientes obras que aparecen
registradas en orden cronológico:
Horas: Bogotá, casa editorial J.J. Pérez,
1893.
Cardos y lirios: Venezuela, Tipografía
Herrera Irigoyen & Cía, 1905.
Cesta de lotos: San Salvador, Imprenta
Nacional, 1906.
Manojo de zarzas: San Salvador, Imprenta
Nacional, 1906.
Fronda lírica (Poemas): Madrid, Balgañón y
Moreno, 1908.
Gotas de ajenjo: Barcelona, casa editorial
Henrich y Cía, 1909.
Flecha roja: Cartagena, Talleres de Araujo
(sin fecha)6.
«¡De pie los muertos!»: Barranquilla,
Tipografía Mogollón, 1917.
Fronda lírica (Poemas): 2.ª edición,
Barranquilla, Tipografía Mogollón, 1922.
Oro y ébano: Bogotá, editorial ABC, 1943.
(Obra póstuma).
6. Consideramos que para entender la obra de Julio Flórez es conveniente conocer su
contexto histórico, espacial y temporal, en el que la concibió; por tanto, a continuación se
relatan solo algunos aspectos relevantes de ese entorno.
Durante el siglo XIX, Colombia fue escenario de guerras civiles partidistas, anarquía y crisis
socioeconómica. El país padeció nueve guerras civiles, catorce guerras locales, tres golpes
militares, una conspiración frustrada y la Guerra de los Mil Días (1899-1902) generada por los
anhelos de dirigir el Estado tanto de los Radicales como de los de la Regeneración y de los
Conservadores, quienes se enfrentaron en sangrientas luchas por el poder. Según Harold
Alvarado (1996:9), con esta Guerra de los Mil Días la nación quedó arrasada, la miseria
pululaba por doquier; como no se sembraba, no había cosechas de ninguna clase; el
comercio y los negocios estaban en crisis y, por ello, mucha gente murió de hambre; un
«soplo de muerte había permeado todo el país». Como si fuera poco, posteriormente, una
provincia se separó del país y se convirtió en un Estado independiente con el nombre de
República de Panamá.
En este contexto histórico, caracterizado por una funesta crisis nacional, creció y creó su
obra el poeta Julio Flórez. Este entorno vivencial impregnó en él sentimientos de dolor,
tristeza, desesperación, escepticismo y rebeldía; emociones que se vislumbran en gran parte
de su obra poética. Tal marco histórico coincidió con el movimiento romántico que a finales
del siglo XIX y principios del XX aún se mantenía 33
en Colombia. Nina Sesto (1951:8) señala que el Romanticismo, en general, se caracterizó por
la espontaneidad, el sentimiento y la intuición. Agregamos, el Romanticismo en Colombia
encontró el ambiente propicio para su desarrollo, rico en temas como los episodios de la
conquista, leyendas de la colonia y heroísmos de la independencia y, luego, las luchas
ideológicas entre compatriotas a raíz de la organización de la nueva república. A todo ello
se sumaba la belleza y la exuberancia del paisaje.