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Herramientas en la nube 
Las especies que sobreviven no son las más fuertes, 
ni las más rápidas, ni las más inteligentes; 
sino aquellas que se adaptan mejor al cambio 
Charles Darwin 
En este curso vamos a aprender a utilizar diferentes herramientas en la nube. Pero ¿sabes ya qué 
es esto de las herramientas en la nube? ¿y por qué son el futuro (y el presente) de las 
aplicaciones? ¿qué me aportan en mi trabajo del día a día?. Vamos a intentar empezar dando 
respuesta a estas preguntas, y conociendo los puntos fuertes (y los débiles) de este tipo de 
aplicaciones. 
Así pues, en este tema queremos conocer las principales características de las aplicaciones en la 
nube, para así saber qué podemos esperar cuando trabajemos con ellas. Haremos también 
especial hincapié en los temas de seguridad, ya que tenemos que ser conscientes de la necesidad 
de ayudar a proteger nuestra información cuando trabajemos con este tipo de herramientas. 
¿Estás preparado para sumergirte en la nube? ¡Vamos allá!. 
Objetivos 
Nuestros objetivos en este tema serán: 
Aprender qué son las herramientas en la nube. 
Conocer los puntos fuertes y las desventajas de utilizar este tipo de 
herramientas. 
Concienciarnos de la importancia de mantener unas estrictas normas de 
seguridad para proteger nuestros datos. Conocer las limitaciones de estas 
herramientas para los trabajadores de las administraciones públicas. 
Reflexionar acerca de cuál va a ser el futuro de las aplicaciones informáticas.
Introducción 
Más adelante vamos a conocer qué caracteriza a las herramientas en la nube y las ventajas que 
nos ofrecen. 
Pero primero... vamos a analizar cómo trabajamos ahora mismo: 
Hasta ahora cada uno de nosotros 
teníamos nuestro ordenador de trabajo. 
En ese ordenador tenemos instalados 
nuestros programas, y, en una partición 
del disco duro almacenamos nuestros 
datos. Cada vez que necesitamos un 
nuevo programa tenemos que instalarlo 
en nuestro ordenador (o pedir al 
administrador que nos lo instale si 
estamos en la oficina), y esto no 
siempre es posible. Si nos cambiamos 
de ordenador es necesario volver a 
instalar todos los programas, y a 
configurarlos. Que nuestro ordenador 
se rompa o que se quede obsoleto 
puede causarnos verdaderos 
quebraderos de cabeza... 
Y ¿qué pasa cuando salimos de viaje?. 
Si vamos a una reunión fuera de 
nuestra oficina y de repente nos damos 
cuenta de que necesitamos un archivo que tenemos en nuestro ordenador... entonces esperamos 
a la vuelta a la oficina, o como mucho pedimos a un compañero que nos lo envíe. 
¿Y cuando queremos editar un mismo documento entre varios compañeros?. Entonces un primer 
compañero realiza la versión inicial, y luego le pasa el documento a otro, que añade su parte y 
cambia el nombre del fichero. Éste se lo pasa a un tercero, y a un cuarto. Después el primero se 
da cuenta de que quiere hacer un cambio, y... al final tenemos un montón de versiones del mismo 
documento y nadie sabe cuál es la última versión. Un auténtico caos. 
De vez en cuando nos recuerdan la importancia de las copias de seguridad. En ese momento nos 
entra el pánico, y acudimos a copiar todos nuestros datos a un disco externo. Pero... con el paso 
del tiempo, se nos vuelve a olvidar. Si alguna vez tenemos un problema y necesitamos recurrir a 
esas copias de seguridad nos encontramos con que no están actualizadas, y hemos perdido 
información y muchas horas de trabajo. 
En nuestras instituciones desde hace tiempo tenemos ya configuradas redes de datos, que nos 
permiten además almacenar parte de nuestros archivos en la red institucional. Aunque no lo 
sepas, ¡ya estabas utilizando una pequeña nube!. Esto supone un gran avance, ya que podemos 
acceder a los archivos desde la red, y los administradores se encargan de hacer copia de 
seguridad de toda nuestra información por si acaso un día nuestro ordenador se rompiera. Los 
archivos compartidos en red pueden ser editados por diferentes personas, aunque con ciertas 
limitaciones... Estas redes son un gran avance y, si llevas muchos años trabajando en la 
administración, seguro que notaste un antes y un después con la utilización de estas redes ¡nos 
facilitan mucho el trabajo!. 
Pero ahora queremos ir un paso más allá, y trabajar realmente en la nube. Esto va a 
aportarnos una flexibilidad enorme, ya que vamos a dejar de depender de los dispositivos con los
que accedemos, del lugar donde almacenamos 
los datos o de dónde nos encontramos: 
Olvídate de tener que instalar programas 
y de actualizarlos cada poco tiempo. 
Olvídate de estar siempre atado al mismo 
ordenador. Podrás acceder a tu 
información, tus programas preferidos, 
etc, simplemente iniciando sesión desde 
cualquier dispositivo con conexión a 
Internet (un teléfono móvil, un tablet, el 
ordenador de tu oficina o de tu casa, ...). 
Olvídate de las memorias USB, de enviar 
emails con archivos adjuntos muy 
pesados, de esperar a llegar a la oficina 
para comprobar un documento, ... 
Y ¿qué me ofrecen las herramientas en la nube?. Aquí van sólo unos pocos ejemplos de cosas 
que podrás hacer gracias a las aplicaciones en la nube: 
Podrás trabajar en equipo, editando en tiempo real y al mismo tiempo el mismo documento 
entre varios compañeros. 
Podrás realizar reuniones online, o retransmitir en directo una mesa redonda de forma muy 
sencilla, utilizando una simple webcam o la cámara de tu teléfono móvil. 
Podrás acceder a tus documentos desde tu teléfono móvil, o desde el ordenador de tu 
vecina. 
Podrás mandar a imprimir un documento en la impresora de tu casa desde cualquier lugar. 
Resumiendo... las herramientas en la nube te permitirán tener mucha más flexibilidad, 
independencia del equipo en el que trabajes, y tener tus documentos siempre a mano estés donde 
estés. 
En los siguientes apartados aprenderemos cómo funcionan.
La nube 
¿Qué es la nube? 
Llevamos ya un rato hablando de la nube... pero todavía no tenemos ni idea de qué es. 
En este apartado vamos a tratar de conocer, de modo que lo entendamos, qué es "la nube". Pero 
para ello tenemos que empezar hablando de otras cosas... 
Servidor: 
Un servidor es un ordenador especial que se usa para dar servicio a muchos usuarios o servicios. 
Todas las páginas web, aplicaciones, etc., están alojadas en un servidor. Cuando nos conectamos 
a una página web, estamos pidiendo al servidor donde esa web está alojada que nos envíe la 
información que necesitamos. 
Normalmente estos servidores están en centros de datos (en inglés Datacenters), que tienen los 
recursos apropiados para mantenerlos en buenas condiciones y proporcionar la velocidad de 
conexión que necesitan. En la foto de más abajo podéis ver cómo son estos centros de datos. 
Podéis observar que no son más que habitaciones enormes con un montón de servidores 
conectados.
Qué es la nube: 
El término de "la nube" es bastante abstracto y tiene diferentes acepciones. 
La nube está formada por miles de servidores que realizan tareas enfocadas a dar servicios. Este 
conjunto de servidores pueden almacenar nuestra información, ejecutar aplicaciones, realizar 
cálculos, ... 
Hasta hace pocos años cualquier servicio en Internet se ejecutaba en uno o unos pocos 
servidores. Podíamos saber a ciencia cierta dónde estaba alojado cualquiera de los servicios que 
utilizáramos. 
En cambio con la nube este concepto ha cambiado: ahora nuestras aplicaciones no se ejecutan en 
un solo servidor, sino que se ejecutan en nubes, que están formadas por miles de ellos, que se 
sincronizan y balancean para poder dar servicio a los millones de usuarios que nos conectamos. 
Existen centros de datos enormes distribuidos geográficamente a lo largo de todo el mundo, en los 
que los servidores van distribuyéndose las tareas a realizar. 
Como curiosidad veremos que los centros de datos se suelen combinar para ir aprovechando las 
horas de tarifas eléctricas más económicas: los centros de datos europeos están al 100% de su 
capacidad durante nuestra noche, dando servicio a todos los internautas del globo conectados en 
ese momento, mientras que los de América en ese momento funcionan de forma más discreta. Al 
cabo de unas pocas horas eso cambia para trabajar al 100% los servidores americanos, 
aprovechando así que la tarifa eléctrica es más barata por las noches. Existen centros de datos en 
localizaciones muy próximas al círculo polar ártico, que aprovechan el frío de esa zona para gastar 
menos energía en refrigerar sus equipos. 
Con todo esto que estamos contando ya te puedes empezar a imaginar que, cuando trabajamos 
en la nube, no tenemos ni idea de dónde se está ejecutando la aplicación con la que trabajamos, 
ni dónde exactamente se están almacenando nuestros datos. Todo está "en la nube", es decir, en 
un conjunto que abarca miles de servidores a lo largo de todo el mundo. 
Diferencias entre trabajar en local y trabajar en la 
nube: 
Vamos a hablar de las principales diferencias entre trabajar en local (en nuestro ordenador con 
nuestros programas como lo hacíamos hasta ahora) y trabajar en la nube. 
Dónde se ejecuta el procesado: 
Cuando trabajamos en local todo el procesado necesario se realiza en nuestro ordenador. 
Por ejemplo, si abrimos con un editor de imágenes una fotografía y aplicamos el filtro para eliminar 
los ojos rojos, todas las tareas que el programa necesita para conseguirlo se realizan en nuestro 
ordenador. Si tenemos un equipo más potente esta tarea se realizará de forma casi instantánea, 
pero si tenemos un equipo más limitado es posible que nuestro ordenador se retrase unos pocos 
segundos al hacerlo. Esto simplemente para una tarea sencilla como quitar unos ojos rojos, pero 
imagínate cosas más complejas como hacer un render desde un plano, etc. En esos casos 
necesitábamos ordenadores muy potentes ya que nuestro ordenador de sobremesa vulgar no era 
capaz de hacerlo y se nos quedaba colgado. 
En cambio, al trabajar en la nube todo el procesado se hace en la nube. Nuestro ordenador 
simplemente muestra por pantalla el resultado, pero todas las tareas más costosas se están
haciendo un servidor muy potente que está ubicado en alguna parte. De este modo, aunque 
tengamos ordenadores muy limitados, podemos hacer tareas realmente complejas, y nuestro 
ordenador responderá bien a todo. Ya no necesitamos tener un super ordenador en casa o en la 
oficina. 
Dónde se almacenan nuestros datos: 
Cuando trabajamos en local todos los ficheros generados por los programas quedan 
almacenados en nuestro ordenador. En algunos casos podremos escoger incluso en qué 
carpeta queremos guardarlos. De este modo, toda nuestra información queda confinada en 
nuestro disco duro. 
En cambio cuando estamos en la nube, nuestros ficheros se guardan en la nube, bajo el 
amparo del proveedor de la aplicación que estemos usando. Tenemos nuestra información 
almacenada en varios servidores que estarán en alguna parte de la nube. 
Instalación y mantenimiento: 
Cuando trabajamos en local instalamos cada uno de los programas que queremos utilizar. Una 
vez instalados podemos empezar a utilizarlos. Cada vez que tengamos que actualizar un 
programa, debemos ejecutar la actualización manualmente. 
En cambio en la nube no necesitamos instalar nada. Simplemente accedemos desde el navegador 
y comenzamos a utilizar la aplicación deseada. En todo caso puede ser que tengamos que sacar 
una cuenta para poder utilizarla. Tampoco tenemos que preocuparnos de actualizar la versión, ya 
que el proveedor irá realizando los cambios oportunos sin tener que hacer nosotros nada. 
Conexión: 
Para trabajar en local no necesitas más que tu ordenador. 
Pero si quieres trabajar en la nube necesitarás además contar con una buena conexión a 
Internet. Poder acceder a nuestra información y a nuestras aplicaciones depende de que 
tengamos disponible una conexión. 
También es recomendable tener una conexión a Internet con una velocidad de subida y de bajada 
suficientes. Como curiosidad, puedes comprobar tu velocidad de conexión a través de diferentes 
aplicaciones online (por ejemplo http://www.testdevelocidad.es/ pulsando "Empezar test"). 
Ya eres usuario de la nube: 
Si no te lo imaginas... vamos a ver casos concretos que seguro que ya estás utilizando. 
Cuando usas Facebook, tus datos de perfil y tu listado de amigos está en la nube. Seguramente 
que si te conectas ahora mismo a Facebook el servidor que te muestre la información sea otro 
diferente al que procesará tu solicitud si lo haces dentro de un rato. Lo mismo pasará con tu correo 
electrónico de Gmail o de Hotmail, con tus vídeos en Youtube, o los ficheros almacenados en 
Dropbox. Todos ellos, al igual que cientos de los servicios en Internet más utilizados a día de hoy, 
están en la nube.
Características de las herramientas en la 
nube 
Una herramienta o aplicación en la nube es un programa que se ejecuta a través de los servidores 
que forman la nube. En este caso, en lugar de tener el programa instalado en nuestro ordenador, 
éste se encuentra instalado en varias de las máquinas que forman la nube. Nosotros podemos 
interactuar con los programas de la nube conectándonos a través de Internet, enviándoles las 
peticiones que realizamos y recibiendo las respuestas que el programa nos da. 
Vamos a aprender qué caracteriza a las herramientas en la nube. Ten en cuenta que vamos a 
hablar de características generales, compartidas por la mayoría de estas herramientas, pero 
que, en cada caso concreto, pueden cumplirse todas ellas o no. 
Nuestros ficheros generados se almacenan en la nube. 
Nos conectamos a través del navegador, utilizando nuestra conexión a Internet. 
Podemos compartir nuestros documentos con otros usuarios, e incluso editarlos 
simultáneamente. 
Permiten la publicación de información en Internet. 
Todas las tareas de procesado se realizan en el servidor. 
Tienen funciones de autoguardado y copias de seguridad. 
Son multiplataforma (podemos acceder a ellos independientemente del sistema operativo 
que utilicemos o el tipo de dispositivo). 
Accedemos a nuestra cuenta con un nombre de usuario y una contraseña. Nuestra cuenta 
suele ir ligada a una dirección de correo electrónico.
Ejemplos de aplicaciones 
Existen todo tipo de aplicaciones en la nube. Los desarrolladores de las aplicaciones cada vez 
apuestan más por esta modalidad, y esto hace que encontremos desde programas de edición de 
imágenes, a herramientas de videoconferencia, o almacenamiento. 
Vamos a ver ejemplos reales de cómo nuestros protagonistas utilizan algunas de las herramientas 
en la nube. En los siguientes temas del curso aprenderás a utilizar varias de ellas. 
Claudia y las imágenes: 
Claudia está en su oficina como todos los días. Hoy le toca elaborar un documento con los 
resultados de su departamento. Dentro de este documento quiere insertar una imagen de una de 
sus presentaciones, pero al ponerla no queda bien: la imagen es demasiado grande y además 
tiene un contraste muy pobre. 
A ella le encantaría usar en este momento el programa que tiene instalado en su casa para retocar 
las fotos. Pero... en su ordenador de la oficina tan solo cuenta con el Paint, que es muy limitado y 
no le deja cambiar los contrastes. Así pues, enseguida encuentra una solución: abre un editor de 
imágenes en la nube, sube su fotografía y la edita. En un momento ha hecho todos los retoques 
necesarios, aprovechando los filtros automáticos que esta herramienta tan avanzada le ofrece, y 
puede descargar su foto que, ahora sí, queda perfecta en su documento. Sin necesidad de nada 
más y en apenas 3 minutos tiene el asunto solucionado. 
María y la presentación: 
María trabaja con Claudia en Teruel, y ella será la encargada de presentar esta misma tarde a los 
ciudadanos que quieran acercarse los resultados. A última hora recibe una llamada de su 
compañero Juan en Huesca: ellos también están interesados en conocer lo que van a presentar, 
pero a última hora les ha surgido un percance que les impide ir. Un poco más tarde otro 
compañero, esta vez de las Cinco Villas les comenta también su interés. Es una pena que no 
puedan asistir. El problema es que la sala de videoconferencias está reservada, y la presentación 
está convocada en otra sala. 
Pero María tiene un as bajo la manga: con su ordenador y una pequeña webcam es capaz de 
retransmitir en directo la presentación a todos los interesados. En apenas un minuto tiene creada 
la sesión, y la comparte con sus compañeros. Ellos reciben un email con un enlace, y, accediendo 
a él pueden ver desde su ordenador la presentación. Desde allí además pueden participar, 
preguntando o colaborando con los presentadores. ¡Así de fácil!. 
Enrique, Victoria, Ana, Pilar y Agustín y su documento compartido: 
Varios de los compañeros de trabajo tienen un documento que deben hacer entre todos: cada uno 
de ellos debe editar uno de los apartados, pero luego todos aportarán ideas sobre el resto de los 
temas. 
Como tienen que trabajar muchas personas sobre ese documento, deciden que lo mejor será 
trabajarlo en la nube. Así pues crean un documento compartido, sobre el que cada uno de ellos irá 
editando su apartado. Cada vez que cualquiera de ellos va escribiendo a los demás les aparecen 
por pantalla de forma automática los cambios, en tiempo real. 
De este modo, todos tienen en todo momento la última versión del documento, y lo editan de 
forma simultánea, comprobando al mismo tiempo cómo van quedando los temas del resto de 
compañeros.
Fernando y las tareas pendientes de su departamento: 
Apenas quedan 5 días para tener que terminar un informe y Fernando se está volviendo loco para 
coordinar a todas las personas de su departamento. Demasiadas tareas y mucha gente trabajando 
al mismo tiempo sobre los mismos escenarios hacen que sea muy complicado saber por parte del 
equipo qué tareas hay hechas y cuáles quedan por hacer. Junto con su departamento trabajan 
además personas de otras provincias, lo que hace más complicado todavía el asunto. 
Por eso propone un tablón de tareas conjunto para todo su equipo. En él anota el listado completo 
de las tareas pendientes y lo comparte con sus compañeros. 
Cada persona puede indicar qué tarea está realizando en este momento, y, cuando termina, 
marcarla como realizada y comprobar qué otras tareas faltan por hacer. ¡Así sí que da gusto 
trabajar en equipo!. De este modo todos están al corriente en todo momento del progreso del 
proyecto y de las tareas encomendadas, así como de qué compañero se está encargando de cada 
una. 
Francisco y sus requerimientos informáticos: 
Francisco es auxiliar en un departamento con mucho movimiento. Su trabajo es de todo menos 
aburrido: tan pronto le encargan hacer un gráfico, como organizar una base de datos, organizar 
una reunión o cambiar las cabeceras de un PDF. Al cabo del día necesita un montón de 
programas diferentes, y por eso suele necesitar el apoyo del técnico informático constantemente: 
"Por favor Antonio ¿podrías instalarme un programa para hacer...?". 
Ahora Francisco ha comenzado a utilizar herramientas en la nube para algunas de sus tareas. De 
este modo ya no necesita instalar nada en su ordenador: cuando llega una tarea que requiere un 
programa especial para hacerla, simplemente consulta cuál es la aplicación en la nube adecuada. 
¡Ya no necesita tener tantos programas instalados!. 
Irene y sus viajes: 
A Irene le toca viajar en su trabajo constantemente. Desde que ha descubierto las aplicaciones en 
la nube las utiliza mucho para almacenar determinados documentos, ya que le permiten acceder a 
ellos desde su teléfono móvil o desde cualquier ordenador que haya disponible. Ahora en 
cualquier momento es capaz de consultar cualquiera de sus documentos y actualizarlos en el 
momento, esté donde esté. 
Estos son solo algunos de los ejemplos de cómo podemos utilizar la nube en nuestro trabajo del 
día a día. Sin duda hay muchas posibilidades en esta forma de trabajar, y son el futuro de las 
aplicaciones. ¡Vamos a conocerlas!
Ventajas e inconvenientes 
Ahora que ya sabemos un poquito más acerca de las herramientas en la nube, llega el momento 
de hacer balance ¿qué ventajas e inconvenientes tienen respecto a las aplicaciones 
tradicionales?. 
Ventajas de las aplicaciones en la nube: 
Guardan nuestros datos de forma automática, y crean las copias de seguridad necesarias. 
No necesitamos gestionar las actualizaciones del software, ya que siempre accedemos a la 
última versión de la aplicación suministrada por el proveedor. 
Podemos acceder a nuestros datos desde cualquier lugar con conexión a Internet. 
Son aplicaciones multiplataforma: podemos acceder a ellas independientemente del sistema 
operativo que tengamos instalado en nuestro ordenador (Windows, Linux, IOs, ...). 
Desventajas: 
Debemos ser especialmente cuidadosos con todo lo relacionado con la seguridad. La 
seguridad de nuestra información depende únicamente de una contraseña. 
Si la nube deja de funcionar, no podemos acceder temporalmente a nuestros datos. 
Dependemos de las decisiones de terceros: sólo podemos utilizar las herramientas que el 
proveedor nos facilita, y puede realizar cambios sobre su aplicación en cualquier momento. 
Necesitamos en todo momento conexión a Internet (salvo algunos casos en los que 
disponemos de aplicaciones locales). 
Debemos buscar proveedores de confianza. Si el proveedor cierra el servicio, o si no 
funciona correctamente nos afectará a nuestro trabajo. 
La nube es una herramienta muy útil, pero hay que conocer sus inconvenientes y 
usarla adecuadamente.
Seguridad 
Cuando trabajamos en la nube debemos ser especialmente responsables y ordenados para 
mantener la protección de nuestros datos en todo momento. 
En este apartado vamos a desglosar varias de las principales recomendaciones de seguridad que 
debemos tener en cuenta a la hora de utilizar este tipo de aplicaciones. Nosotros somos los 
responsables de la información que hay en nuestros documentos y proyectos, y por ello debemos 
ser muy cuidadosos con lo que hacemos en la red. 
Precauciones: 
Acceso a cuenta: 
Lo primero que debemos tener en cuenta es que cualquier persona que consiga nuestro nombre 
de usuario y contraseña puede acceder a nuestras cuentas, y , por lo tanto, a toda la información 
que tengamos en ellas. Puede acceder a la información, pero también borrarla, compartirla, ... ¡es 
muy importante que nadie más acceda a nuestra cuenta!. 
Para evitar que otras personas accedan a nuestra cuenta, debemos intentar seguir estas 
recomendaciones: 
No facilites a NADIE tus contraseñas: 
No des a nadie tus contraseñas. Lo más seguro es que sólo tu las sepas. Ante la sospecha de que 
cualquier otra persona pueda conocer tu contraseña lo más seguro es que la actualices. 
Mantén la seguridad física de tu contraseña: 
A veces seguimos todas las recomendaciones: creamos una contraseña segura, la cambiamos 
frecuentemente, ... pero como luego no nos acordamos de ella, tenemos un post­it 
pegado a la 
pantalla del ordenador con todas las contraseñas de cada servicio ¿te suena?. De poco nos sirven 
todas las precauciones tomadas si al final hacemos esto. 
Lo mejor es que pensemos en contraseñas que seamos capaces de recordar, para no necesitar 
apuntarlas en ningún papel que pueda caer en manos equivocadas.
No guardes en tu ordenador las contraseñas en ningún servicio que no vaya cifrado: 
No almacenes contraseñas en ficheros de texto o documentos. 
No guardes ni envíes por email ninguna contraseña. 
Sólo deberías almacenar tus contraseñas en servicios seguros que guarden las contraseñas 
encriptadas. Por ejemplo, sí que puedes utilizar la funcionalidad de "Guardar contraseña" que 
ofrece el navegador web, ya que al ser un servicio desarrollado para ello las almacena encriptadas 
de forma segura. 
Cuando accedas a tus cuentas desde otros equipos, no guardes la contraseña y 
cierra la sesión al irte: 
Si necesitas acceder a tus cuentas desde otros equipos, como por ejemplo, el aula de un curso o 
un ordenador compartido, fíjate en que no almacene tu contraseña. Deja sin marcar la opción de 
"no cerrar sesión" o "conectar automáticamente". 
Vigila especialmente en estos casos que al irte dejes cerradas todas las sesiones, utilizando la 
función de "Salir" que ofrece la aplicación.
En estos casos puede ser especialmente interesante que abras el navegador en "modo incógnito", 
también llamado "pestaña privada". Encontrarás esta opción en el menú de tu navegador y, si la 
utilizas, el ordenador no guardará información de contraseñas ni de navegación. 
Robo de cuenta: 
Otro caso un poco diferente al anterior es el robo de la cuenta, o el acceso a la misma por parte de 
desconocidos. Este caso puede ser muy peligroso, ya que detrás hay entidades que hacen 
operaciones poco lícitas y se aprovechan de fallos de seguridad para acceder a datos 
confidenciales. En este caso también podemos tomar precauciones para evitarlo o conseguir que 
nos causen el menor daño posible. 
Utiliza contraseñas seguras: 
Existen programas automatizados que utilizan la fuerza bruta para intentar conseguir las 
contraseñas a determinados servicios. Estos programas van probando a acceder utilizando las 
combinaciones más frecuentes de contraseñas: palabras que existen en el diccionario, 
combinaciones de números sencillas, etc. Para evitar que descubran nuestra cuenta debemos 
utilizar combinaciones de letras, números y símbolos que sean poco frecuentes. Nunca utilices 
palabras completas ni combinaciones como 123 para tus contraseñas, ya que éstas serán las 
primeras opciones que probarán para robarte la cuenta. 
Más abajo aprenderemos cómo crear contraseñas que sean seguras. 
Cambia la contraseña cada poco tiempo: 
Cambia de forma regular tus contraseñas (cada pocos meses o, al menos, una vez al año). 
Proporciona la información a los sistemas de recuperación: 
Cuando nos damos de alta en estas aplicaciones nos suelen pedir una cuenta de correo
electrónico. Proporcionar este dato será imprescindible si en algún momento acceden a nuestra 
cuenta y queremos recuperar el control de la misma, ya que podremos solicitar un cambio de 
contraseña. 
En algunos servicios más vitales también nos pedirán proporcionar y confirmar un número de 
teléfono móvil, al que nos enviarán un SMS con un código. 
De este modo si algún día perdemos la contraseña, o una persona malintencionada consigue 
hacerse con nuestra contraseña, seremos capaces de recuperar nuestra cuenta. 
Consejos importantes a tener en cuenta: 
Contraseñas: 
Uno de los puntos en los que hemos hecho más incapié es en la necesidad de crear contraseñas 
seguras para nuestras cuentas. Pero ¿cómo lo conseguimos?. 
Contraseña segura: 
Se considera una contraseña segura aquella que cumple TODOS estos requisitos: 
Tiene 8 caracteres o más. 
Combina mayúsculas, minúsculas, números y símbolos no alfanuméricos. 
No incluye ninguna palabra completa, ni combinaciones lineales de números (no vale 
"hola12345%"). 
No coincide con ningún dato personal tuyo que pueda ser público (no utilices tu fecha de 
nacimiento ni tu número de DNI, ...). 
Diferentes contraseñas para diferentes servicios: 
Utiliza diferentes contraseñas para diferentes servicios. Especialmente, hay dos servicios que 
deben tener siempre su propia contraseña, que no sea utilizada en ningún otro servicio: 
Los servicios de banca electrónica 
La cuenta de email 
Nunca utilices la misma contraseña en la cuenta de email que en cualquier otro de los servicios en 
los que te saques una cuenta. 
Comunicación segura: 
Siempre que trabajamos con información privada o enviamos datos a Internet es imprescindible 
hacerlo a través de una conexión segura. 
La conexión segura nos garantiza: 
Comunicación cifrada. Por lo tanto, si cualquiera intercepta nuestra conexión no podrá ver el 
contenido de la misma. 
Autenticación en ambas partes. Esto quiere decir que si el certificado de seguridad se 
corresponde con la entidad, podemos estar seguros de que estamos en la página correcta.
Como ves, la conexión segura principalmente nos garantiza seguridad ante posibles hackers, así 
como la suplantación de identidad (lamada phishing, por ejemplo es muy habitual, cuando una 
página maliciosa se hace pasar por la de nuestro banco). 
Pero vayamos a lo práctico: ¿Cómo sabemos si estamos utilizando una comunicación segura?. 
Muy fácil, ve a tu navegador y fíjate en la dirección de la página en la que estás. Si la dirección 
comienza por https, estás utilizando una comunicación segura; en cambio, si comienza por 
http nadie garantiza la seguridad de tu comunicación y una persona malintencionada con 
conocimientos podría ver la información que envías. 
Si te fijas en cualquiera de las pestañas https que tengas abiertas, verás que al lado de la 
dirección aparece un dibujo de un candado. Haciendo clic en el candado podrás ver quién 
es la entidad certificada. 
Nunca envíes información sensible si la dirección no es de tipo https. 
Copias de seguridad: 
Cuando trabajamos en la nube nuestros documentos se quedan almacenados en el servidor del 
proveedor de la aplicación. Normalmente éste se preocupa de hacer las copias de seguridad 
necesarias y de mantener la aplicación en funcionamiento. 
Sin embargo, nunca conviene dejar la seguridad de nuestros documentos en manos de terceros. 
Lo mejor es que de forma periódica realices alguna copia de seguridad. Depender únicamente del 
buen hacer de otros para mantener nuestros documentos es un riesgo innecesario. 
Además, piensa que ese tercero podría tomar la decisión de cerrar su servicio, o que, por 
problemas técnicos se vea obligado a cerrar temporalmente el acceso. Si tienes una copia de 
seguridad, podrás seguir trabajando independientemente de que funcionen o no las aplicaciones. 
A modo de resumen concluimos que: 
Crearemos contraseñas seguras 
No debemos dar a nadie nuestras contraseñas, y las protegeremos del acceso 
de terceros. 
Cambiaremos la contraseña cada cierto tiempo, y siempre que sospechemos de 
un acceso no permitido. 
Completaremos los modos de recuperación de contraseña alternativos. 
Haremos copias de seguridad de nuestros datos cada cierto tiempo (por si 
acaso). 
¡Garantizar la seguridad de nuestra información depende de nosotros!.
Ejemplo: Elegir (y recordar) una 
contraseña segura 
Como hemos comentado, una contraseña segura es aquella que tiene al menos 8 
caracteres que incluyen mayúsculas, minúsculas, letras, números y símbolos. Pero 
¿serías capaz de recordar una contraseña así?. Aunque hay muchas pautas 
diferentes para crear estas contraseñas (y acordarnos de ellas), vamos a proponerte 
una muy sencilla. 
Paso 1) Escoge una frase que contenga algún número 
Por ejemplo: Mi gato Rufus tiene cuatro patas y está arañando el sofá 
Paso 2) Quédate con la primera letra de cada palabra, y utiliza los números 
En el ejemplo: MgRt4pyeaes 
Paso 3) Si quieres añadir más números, o tu frase no tenía ninguno, puedes 
cambiar determinadas letras por números visualmente parecidos que te los 
recuerden (por ejemplo: E por 3, B por 8, i por 1, o por 0, ...) 
En el ejemplo: MgRt4py3a3s 
Paso 4) Sustituimos alguna letra por símbolos que nos las recuerden (a por @, e por 
€, s por $, H por #, ...) 
En el ejemplo: 
En el ejemplo: MgRt4py3@3$ 
Ya tenemos nuestra contraseña segura ¿habría otra forma de recordar una 
contraseña como MgRt4py3@3$ así de fácil? 
Curiosidad: acceso al banco 
online 
Aunque en la mayoría de las aplicaciones en la nube no tenemos esta opción 
disponible, habrás visto que si eres usuario de la banca online allí suele estar 
disponible a la hora de introducir la contraseña un pequeño teclado sobre la pantalla, 
en la que tienes que hacer clic con el ratón sobre cada letra. Y eso no es todo
¡encima se mueve todo el rato!. ¿Sabes la razón de ser de este teclado?. 
Este tipo de métodos para introducir datos confidenciales tratan de prevenir sobre 
unos virus que podemos tener en el ordenador que lo que hacen es 
monitorizar todo lo que introducimos por teclado. Si tenemos uno de estos virus 
en nuestro equipo es posible que estén espiando todo lo que escribimos, incluida 
nuestra clave del banco. Sin embargo, este tipo de virus son algo más torpes para 
detectar los movimientos de ratón, y será más complicado todavía detectar nuestra 
contraseña si el teclado por pantalla se va moviendo y cada vez está un poco 
desplazado respecto al momento anterior. Por eso, en servicios especialmente 
sensibles se utilizan este tipo de métodos, y es recomendable que los utilices 
siempre que estén disponibles.
Información sensible 
Cuando trabajamos con herramientas en la nube desde la administración, debemos ser 
conscientes de un hecho: nuestros datos quedarán almacenados en los servidores del 
proveedor de la aplicación, no en nuestros equipos ni en nuestra red. 
Esto puede tener implicaciones legales, ya que, como bien sabes, al trabajar en la administración 
se utiliza muchas veces información confidencial, protegida por la Ley de Protección de Datos 
(LOPD) o especialmente delicada. 
En cualquier caso, somos responsables de garantizar la custodia y buen uso de esa información 
sensible con la que trabajamos. Y ello incluye saber en todo momento dónde se encuentra nuestra 
información, quién garantiza su confidencialidad e integridad, etc. 
Como podrás imaginar, cuando trabajamos en la nube con aplicaciones de empresas externas, 
dejamos de controlar el acceso, las condiciones de seguridad, las medidas de prevención de 
ataques... todo queda en manos de una empresa que, aunque normalmente hará las cosas bien, 
no nos garantiza nada en este aspecto. 
IMPORTANTE: los servidores de los proveedores de estas aplicaciones normalmente no están en 
España. Eso quiere decir que nuestra información se está almacenando fuera de nuestro país, con 
todas las implicaciones legales que eso puede tener en el trabajo de una administración pública 
(estamos sacando nuestra información fuera del país). 
Las herramientas en la nube no son adecuadas cuando trabajemos con información 
sensible, ya que los proveedores no nos garantizan las condiciones de seguridad que 
una administración pública requiere en el tratamiento de información confidencial. 
En mi trabajo: ¿Cuándo será adecuado trabajar en la nube? 
Aun así, sí que podrás utilizar estas herramientas en cualquier aspecto no implique información 
especialmente sensible. Tendrás que ser consciente de qué tipo de información manejas en tu día 
a día, y para qué aplicaciones puedes utilizar los servicios de la nube y qué otras tareas es mejor 
que sigas haciendo como hasta ahora para garantizar su confidencialidad sin depender ello de 
terceros. 
Reflexiona 
Piensa en tu trabajo del día a día. 
¿Qué tipo de información en cada una de las tareas que realizas? 
¿Cuáles de esas tareas sería apropiado que siguieras realizándolas en modo local y 
cuáles podrías empezar a hacer en la nube?
Ejemplos: 
Como sabes, en la administración no hay patrón que valga: el trabajo de cada funcionario es un 
mundo que poco tiene que ver con los demás. Por eso, aunque debes ser tu mismo el que valore 
la conveniencia o no de trabajar en la nube, te proponemos varios ejemplos. 
El caso de Ana: 
Ana trabaja con información de carácter personal. En su trabajo diario maneja diferentes bases de 
datos con nombres, apellidos, DNI y dirección de contacto de los ciudadanos que usan uno de los 
servicios públicos de su área. No es información altamente sensible, pero sí que está protegida 
por la LOPD. 
Ya que es consciente de la importancia de proteger la información personal y de las medidas de 
seguridad que tiene en los equipos de la oficina, ha decidido seguir utilizando las herramientas 
locales cuando tenga que manejar estas bases de datos. 
El caso de Marta: 
Marta trabaja en salud pública, y está preparando junto con sus compañeros una presentación que 
quieren hacer en la próxima feria de la juventud para concienciar a los jóvenes de los efectos 
negativos del tabaco. 
En este caso han decidido utilizar las herramientas de la nube, ya que en la presentación no 
aparece ningún dato sensible ¡de hecho van a compartir públicamente su información para que 
llegue a más gente!. Trabajar en la nube en este caso es, además de posible, recomendable. 
El caso de Juan: 
Juan está organizando una reunión del departamento, para lo cual necesita conocer la 
disponibilidad de sus compañeros. Para ello, ha utilizado una aplicación en la nube en la que cada 
uno indique qué días tiene disponible. Aunque se trata de información personal, no tiene ningún 
dato confidencial (sólo aparece el nombre de cada persona y los días marcados). En este caso 
utiliza una aplicación en la nube a la que se accede con contraseña. La seguridad que aporta el 
proveedor de la misma es más que suficiente para garantizar la confidencialidad de estos datos 
privados pero no sensibles. 
Información privada vs información sensible 
Y en este último ejemplo ya ha aparecido el quid de la cuestión: información privada e información 
sensible. Vamos a verlos: 
Información sensible: Es aquella información que debemos proteger especialmente y 
garantizar su custodia. Son por ejemplo, los datos personales de los ciudadanos, información 
clasificada, expedientes confidenciales, ... 
Información privada: Es aquella información nuestra, personal, que no queremos hacer pública, 
pero que no tiene implicaciones legales de ningún tipo. Por ejemplo, un listado de tareas 
pendientes, un calendario de reuniones, una nota de prensa...
Las aplicaciones en la nube normalmente nos garantizan la privacidad. Suelen tener muchos 
mecanismos de defensa y seguridad, por lo que normalmente nuestros datos están seguros en 
ellas. 
Aun así, debemos saber que, al depender del buen hacer de otros, cualquier información sensible 
no está segura en manos de terceros, por lo que ésta es mejor que se quede dentro de la red de 
nuestra oficina. 
Nosotros somos los responsables de custodiar y garantizar la seguridad de la 
información con la que trabajamos. Es nuestra responsabilidad asegurar su protección. 
En nuestras administraciones públicas contamos con sistemas de seguridad que 
garantizan que la información sensible no va a salir de nuestra oficina, pero si 
trabajamos con sistemas de terceros no tenemos esta garantía.
Equipos y software 
Hasta ahora hemos hablado de que las herramientas en la nube no precisan instalar ningún 
software específico. Aun así, debemos tener nuestro equipo preparado para las necesidades de 
estas aplicaciones, y ello incluye seguir una serie de recomendaciones. Vamos a conocerlas. 
Navegador actualizado: 
El navegador web es el programa que utilizamos para navegar por Internet. Los más conocidos 
son Internet Explorer, Google Chrome, Mozilla Firefox, Safari, Opera, ... 
Cuando trabajemos con estas herramientas conviene utilizar un navegador actualizado, porque 
son más seguros y también porque incorporan la última tecnología que hará que nuestras 
aplicaciones funcionen más rápido y mejor. 
Por ello, para trabajar en este curso te recomendamos que utilices Google Chrome o Mozilla 
Firefox en su última versión. Si no tienes las actualizaciones bloqueadas, tendrás la última versión 
ya que estos dos navegadores se actualizan automáticamente. Por el contrario, si utilizas Internet 
Explorer es posible que encuentres que alguna de las aplicaciones no funciona correctamente, o 
que te va extremadamente lenta. Si esto te pasa prueba a cambiar de navegador. 
Navegadores recomendados: Google Chrome o Mozilla Firefox (cualquiera de los dos). 
Drivers y plugins: 
Es posible que para acceder a alguna de las herramientas en la nube te solicite permiso para 
actualizar algún plugin de tu ordenador. Algunas de estas herramientas requieren del uso de 
plugins del ordenador (por ejemplo, para acceder a la videocámara o a la tarjeta de sonido). Si 
esto ocurre verás que aparece un aviso por pantalla proponiéndote actualizarlo. 
Programas auxiliares: 
Algunas de las aplicaciones en la nube tienen, además de las funcionalidades a las que 
accedemos a través de nuestro navegador, diferentes programas que podemos instalar en nuestro 
ordenador. Por ejemplo, si has utilizado Dropbox o Google Drive habrás visto que te propone
instalar un programa. 
Estos programas son opcionales en todas estas herramientas que vamos a utilizar. Es decir, 
podrás utilizar las herramientas accediendo a ellas desde el navegador, pero, eso sí, si quieres 
sacar todo el provecho de ellas, podrás instalar estos programas que te ofrecerán alguna 
funcionalidad extra. 
Por ejemplo, en Dropbox este programa te permitirá sincronizar los ficheros de tu ordenador en la 
nube. En este mismo caso si no instalamos el programa podremos tener nuestros documentos en 
la nube igualmente, pero accederemos a ellos siempre desde el navegador. 
Como sabes, en la administración todos los equipos están bloqueados y sólo puede acceder a 
ellos el técnico informático para instalar nuevos programas. Como vamos a utilizar herramientas 
en la nube en principio no va a ser necesario que el técnico nos instale ningún programa para 
poder hacer el curso, ya que vamos a trabajar accediendo desde el navegador. Aun así, siempre 
que exista un programa auxiliar asociado a una de las aplicaciones, lo comentaremos y 
mostraremos las funcionalidades que tiene, para que puedas valorar si lo quieres instalar en tu 
ordenador. 
Aplicaciones móviles y acceso desde 
Smartphones: 
Una de las grandes ventajas de trabajar en la nube es que podemos acceder a las aplicaciones o 
a nuestra información almacenada desde cualquier dispositivo conectado a Internet. Aun con todo 
debemos saber que los navegadores de los teléfonos móviles están más limitados que los de 
nuestro ordenador, y por ello hay algunas aplicaciones en la nube a las que no podemos acceder 
directamente desde el navegador de nuestro teléfono móvil porque no funcionarían correctamente 
o la experiencia de usuario no sería demasiado buena (la pantalla es más pequeña, la pantalla es 
táctil en vez de usar lugar del ratón,...). 
Por ello la gran mayoría de estas herramientas ofrecen de forma gratuita una aplicación para los 
teléfonos móviles de última generación (Smartphones) que sí que nos permiten un acceso 
mejorado y sacando todo el partido de nuestro dispositivo. En estos casos, si requieres acceder a 
menudo a estas herramientas desde tu móvil, sí que es muy interesante descargar la aplicación 
correspondiente. 
Además, estas aplicaciones permiten trabajar sin cobertura, guardando la información generada 
durante el periodo de tiempo en el que no tenemos conexión de datos y volviéndose a sincronizar 
de nuevo en la nube cuando ésta vuelve.
Recomendaciones prácticas 
A lo largo de todo el curso vamos a utilizar diferentes herramientas en la nube. Para conseguir que 
funcionen correctamente, lee atentamente estas recomendaciones y consulta con la profesora del 
curso si tienes dudas. 
Navegador y equipo: 
Utiliza siempre un navegador actualizado. Es recomendable el uso de Google Chrome o 
Mozilla, ya que con Internet Explorer algunas aplicaciones pueden dar problemas o 
funcionar de forma más lenta. 
Es posible que alguna de las aplicaciones instaladas requiera la instalación de algún driver. 
Si esto sucede, te propondrá la instalación el propio navegador al acceder a la aplicación. 
Aplicaciones gratuitas y de pago: 
Dentro de todas las aplicaciones en la nube que tenemos a nuestra disposición, encontraremos 
unas herramientas gratuitas y otras de pago. 
Sin embargo, lo más habitual en este tipo de herramientas son las aplicaciones mixtas: nos 
ofrecen ciertas funcionalidades de forma gratuita, pero, si queremos utilizar las funcionalidades 
más avanzadas, o tener más espacio, tendremos que adquirir una licencia de pago. Suelen ser 
licencias bastante asequibles, y van siempre ligadas a nuestra cuenta. 
Durante este curso vamos a utilizar únicamente aplicaciones gratuitas y aplicaciones mixtas en su 
versión gratuita. 
Ayuda: 
Pide ayuda a la profesora del curso siempre que la necesites ¡está aquí para intentar solucionar 
cualquier percance!.
El futuro de las aplicaciones 
¿Te acuerdas de que hace años la capacidad de los ordenadores era apenas capaz de procesar 
juegos como el pong, o de ejecutar editores de texto similares a nuestro actual bloc de notas?. 
Para que veas lo que se ha evolucionado, podemos poner el ejemplo del ordenador a bordo del 
Apolo 11 (año 1969), que tenía una capacidad en memoria de 36Kb. Cualquier fotografía que 
saquemos ahora con nuestra cámara casera ocupará al menos 100 veces más que la memoria de 
ese ordenador. 
Durante muchos años se cumplió la llamada "Ley de Moore", que expone que la capacidad de 
cómputo de los ordenadores se duplica cada 18 meses. Es decir, cada año y medio conseguíamos 
tener ordenadores el doble de rápidos y con el doble de capacidad. Este crecimiento parecía 
imparable: nuestros ordenadores cada vez eran más y más potentes, y podían procesar más y 
más rápido. Al mismo tiempo se iban desarrollando programas con más funcionalidades, más 
capacidades y más opciones y... también más difíciles de utilizar. 
Pero llegó un momento en el que esa tendencia se estancó. De repente nos dimos cuenta de que 
lo que queríamos no era tener ordenadores más y más potentes. O al menos no sólo queríamos 
eso. Ahora necesitábamos equipos cada vez más pequeños, que cupieran en la palma de nuestra 
mano y, en todo caso, equipos más baratos, que pudiéramos incorporar en todos los aspectos de 
nuestra vida. 
Al mismo tiempo que esto ocurría, las redes de comunicación estaban cada vez más 
desarrolladas. Gracias a las redes móviles podíamos empezar a conectarnos a Internet desde 
cualquier lugar. Con las redes WIFI disponibles en cualquier establecimiento pasábamos a tener 
conexión a alta velocidad prácticamente al alcance de todos. Entrábamos así en esta fase actual 
en la que estamos hiperconectados y accesibles 24 horas al día. 
De repente nuestros teléfonos móviles se convirtieron en auténticos ordenadores de a bordo, 
mucho más potentes que cualquier super­ordenador 
de hace apenas 10 años. 
Al mismo tiempo, empezaron a verse frigoríficos con conexión a Internet, lavadoras que se activan 
desde la red, básculas que se conectan con nuestro historial, pulseras que monitorizan nuestras 
pulsaciones y las envían a su aplicación en tiempo real... nos rodeamos de aparatos electrónicos 
en todos los aspectos de nuestras vidas, y comenzamos a conectarlos con Internet. 
De este modo, con terminales cada vez más ligeros, pero al mismo tiempo conectados a Internet 
de forma casi permanente, empezaron a cobrar sentido las aplicaciones en la nube para uso 
general. Las herramientas en la nube aprovechan esta conectividad para permitirnos trabajar de 
forma más sencilla y adaptada a nuestras necesidades actuales. 
¿Y cuál es el futuro? 
No sabemos dónde estaremos dentro de pocos años, aunque hay varias tendencias que parecen 
claras para los próximos años: 
Estaremos cada vez más conectados. 
Tendremos a nuestro alcance multitud de terminales que abarcarán todos los aspectos de 
nuestra vida (más baratos y al alcance de todos). 
Cada vez tendremos mejores redes de comunicación, especialmente inalámbricas. 
El almacenamiento en la nube será cada vez más barato. Cada vez tendremos más 
información en la nube. 
Cada vez recurriremos más a los procesados en la nube en lugar de hacerlos en nuestros 
equipos. 
Nuestros ordenadores serán cada vez más usables, las aplicaciones más sencillas y fáciles.
Reflexiona 
¿Has vivido todos estos cambios? ¿cómo te han afectado en tu trabajo? ¿te han 
ayudado a trabajar de forma más efectiva? 
En su momento ¿ofreciste resistencia al cambio?. En este momento ¿estás 
dispuesto a cambiar tu modo de trabajar?. 
¿Sabías que...? 
En este curso vamos a centrarnos en aprender aplicaciones en la nube. Pero 
¿sabías que también existen sistemas operativos en la nube?. 
Curiosamente, uno de los pioneros está desarrollado por un equipo español: 
http://www.eyeos.com/es/ 
Estos sistemas operativos en la nube permiten desentendernos completamente del 
equipo desde el que accedamos, ya que todo el sistema, todos los programas, todos 
los ficheros, ... están en la nube. 
Conocer las herramientas en la nube también puede suponer un antes y un después en la forma 
en que trabajamos. Así pues: ¡Vamos a conocerlas todas!. Te esperamos en el siguiente tema 
para empezar con algunas de ellas.
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  • 1. Herramientas en la nube Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio Charles Darwin En este curso vamos a aprender a utilizar diferentes herramientas en la nube. Pero ¿sabes ya qué es esto de las herramientas en la nube? ¿y por qué son el futuro (y el presente) de las aplicaciones? ¿qué me aportan en mi trabajo del día a día?. Vamos a intentar empezar dando respuesta a estas preguntas, y conociendo los puntos fuertes (y los débiles) de este tipo de aplicaciones. Así pues, en este tema queremos conocer las principales características de las aplicaciones en la nube, para así saber qué podemos esperar cuando trabajemos con ellas. Haremos también especial hincapié en los temas de seguridad, ya que tenemos que ser conscientes de la necesidad de ayudar a proteger nuestra información cuando trabajemos con este tipo de herramientas. ¿Estás preparado para sumergirte en la nube? ¡Vamos allá!. Objetivos Nuestros objetivos en este tema serán: Aprender qué son las herramientas en la nube. Conocer los puntos fuertes y las desventajas de utilizar este tipo de herramientas. Concienciarnos de la importancia de mantener unas estrictas normas de seguridad para proteger nuestros datos. Conocer las limitaciones de estas herramientas para los trabajadores de las administraciones públicas. Reflexionar acerca de cuál va a ser el futuro de las aplicaciones informáticas.
  • 2. Introducción Más adelante vamos a conocer qué caracteriza a las herramientas en la nube y las ventajas que nos ofrecen. Pero primero... vamos a analizar cómo trabajamos ahora mismo: Hasta ahora cada uno de nosotros teníamos nuestro ordenador de trabajo. En ese ordenador tenemos instalados nuestros programas, y, en una partición del disco duro almacenamos nuestros datos. Cada vez que necesitamos un nuevo programa tenemos que instalarlo en nuestro ordenador (o pedir al administrador que nos lo instale si estamos en la oficina), y esto no siempre es posible. Si nos cambiamos de ordenador es necesario volver a instalar todos los programas, y a configurarlos. Que nuestro ordenador se rompa o que se quede obsoleto puede causarnos verdaderos quebraderos de cabeza... Y ¿qué pasa cuando salimos de viaje?. Si vamos a una reunión fuera de nuestra oficina y de repente nos damos cuenta de que necesitamos un archivo que tenemos en nuestro ordenador... entonces esperamos a la vuelta a la oficina, o como mucho pedimos a un compañero que nos lo envíe. ¿Y cuando queremos editar un mismo documento entre varios compañeros?. Entonces un primer compañero realiza la versión inicial, y luego le pasa el documento a otro, que añade su parte y cambia el nombre del fichero. Éste se lo pasa a un tercero, y a un cuarto. Después el primero se da cuenta de que quiere hacer un cambio, y... al final tenemos un montón de versiones del mismo documento y nadie sabe cuál es la última versión. Un auténtico caos. De vez en cuando nos recuerdan la importancia de las copias de seguridad. En ese momento nos entra el pánico, y acudimos a copiar todos nuestros datos a un disco externo. Pero... con el paso del tiempo, se nos vuelve a olvidar. Si alguna vez tenemos un problema y necesitamos recurrir a esas copias de seguridad nos encontramos con que no están actualizadas, y hemos perdido información y muchas horas de trabajo. En nuestras instituciones desde hace tiempo tenemos ya configuradas redes de datos, que nos permiten además almacenar parte de nuestros archivos en la red institucional. Aunque no lo sepas, ¡ya estabas utilizando una pequeña nube!. Esto supone un gran avance, ya que podemos acceder a los archivos desde la red, y los administradores se encargan de hacer copia de seguridad de toda nuestra información por si acaso un día nuestro ordenador se rompiera. Los archivos compartidos en red pueden ser editados por diferentes personas, aunque con ciertas limitaciones... Estas redes son un gran avance y, si llevas muchos años trabajando en la administración, seguro que notaste un antes y un después con la utilización de estas redes ¡nos facilitan mucho el trabajo!. Pero ahora queremos ir un paso más allá, y trabajar realmente en la nube. Esto va a aportarnos una flexibilidad enorme, ya que vamos a dejar de depender de los dispositivos con los
  • 3. que accedemos, del lugar donde almacenamos los datos o de dónde nos encontramos: Olvídate de tener que instalar programas y de actualizarlos cada poco tiempo. Olvídate de estar siempre atado al mismo ordenador. Podrás acceder a tu información, tus programas preferidos, etc, simplemente iniciando sesión desde cualquier dispositivo con conexión a Internet (un teléfono móvil, un tablet, el ordenador de tu oficina o de tu casa, ...). Olvídate de las memorias USB, de enviar emails con archivos adjuntos muy pesados, de esperar a llegar a la oficina para comprobar un documento, ... Y ¿qué me ofrecen las herramientas en la nube?. Aquí van sólo unos pocos ejemplos de cosas que podrás hacer gracias a las aplicaciones en la nube: Podrás trabajar en equipo, editando en tiempo real y al mismo tiempo el mismo documento entre varios compañeros. Podrás realizar reuniones online, o retransmitir en directo una mesa redonda de forma muy sencilla, utilizando una simple webcam o la cámara de tu teléfono móvil. Podrás acceder a tus documentos desde tu teléfono móvil, o desde el ordenador de tu vecina. Podrás mandar a imprimir un documento en la impresora de tu casa desde cualquier lugar. Resumiendo... las herramientas en la nube te permitirán tener mucha más flexibilidad, independencia del equipo en el que trabajes, y tener tus documentos siempre a mano estés donde estés. En los siguientes apartados aprenderemos cómo funcionan.
  • 4. La nube ¿Qué es la nube? Llevamos ya un rato hablando de la nube... pero todavía no tenemos ni idea de qué es. En este apartado vamos a tratar de conocer, de modo que lo entendamos, qué es "la nube". Pero para ello tenemos que empezar hablando de otras cosas... Servidor: Un servidor es un ordenador especial que se usa para dar servicio a muchos usuarios o servicios. Todas las páginas web, aplicaciones, etc., están alojadas en un servidor. Cuando nos conectamos a una página web, estamos pidiendo al servidor donde esa web está alojada que nos envíe la información que necesitamos. Normalmente estos servidores están en centros de datos (en inglés Datacenters), que tienen los recursos apropiados para mantenerlos en buenas condiciones y proporcionar la velocidad de conexión que necesitan. En la foto de más abajo podéis ver cómo son estos centros de datos. Podéis observar que no son más que habitaciones enormes con un montón de servidores conectados.
  • 5. Qué es la nube: El término de "la nube" es bastante abstracto y tiene diferentes acepciones. La nube está formada por miles de servidores que realizan tareas enfocadas a dar servicios. Este conjunto de servidores pueden almacenar nuestra información, ejecutar aplicaciones, realizar cálculos, ... Hasta hace pocos años cualquier servicio en Internet se ejecutaba en uno o unos pocos servidores. Podíamos saber a ciencia cierta dónde estaba alojado cualquiera de los servicios que utilizáramos. En cambio con la nube este concepto ha cambiado: ahora nuestras aplicaciones no se ejecutan en un solo servidor, sino que se ejecutan en nubes, que están formadas por miles de ellos, que se sincronizan y balancean para poder dar servicio a los millones de usuarios que nos conectamos. Existen centros de datos enormes distribuidos geográficamente a lo largo de todo el mundo, en los que los servidores van distribuyéndose las tareas a realizar. Como curiosidad veremos que los centros de datos se suelen combinar para ir aprovechando las horas de tarifas eléctricas más económicas: los centros de datos europeos están al 100% de su capacidad durante nuestra noche, dando servicio a todos los internautas del globo conectados en ese momento, mientras que los de América en ese momento funcionan de forma más discreta. Al cabo de unas pocas horas eso cambia para trabajar al 100% los servidores americanos, aprovechando así que la tarifa eléctrica es más barata por las noches. Existen centros de datos en localizaciones muy próximas al círculo polar ártico, que aprovechan el frío de esa zona para gastar menos energía en refrigerar sus equipos. Con todo esto que estamos contando ya te puedes empezar a imaginar que, cuando trabajamos en la nube, no tenemos ni idea de dónde se está ejecutando la aplicación con la que trabajamos, ni dónde exactamente se están almacenando nuestros datos. Todo está "en la nube", es decir, en un conjunto que abarca miles de servidores a lo largo de todo el mundo. Diferencias entre trabajar en local y trabajar en la nube: Vamos a hablar de las principales diferencias entre trabajar en local (en nuestro ordenador con nuestros programas como lo hacíamos hasta ahora) y trabajar en la nube. Dónde se ejecuta el procesado: Cuando trabajamos en local todo el procesado necesario se realiza en nuestro ordenador. Por ejemplo, si abrimos con un editor de imágenes una fotografía y aplicamos el filtro para eliminar los ojos rojos, todas las tareas que el programa necesita para conseguirlo se realizan en nuestro ordenador. Si tenemos un equipo más potente esta tarea se realizará de forma casi instantánea, pero si tenemos un equipo más limitado es posible que nuestro ordenador se retrase unos pocos segundos al hacerlo. Esto simplemente para una tarea sencilla como quitar unos ojos rojos, pero imagínate cosas más complejas como hacer un render desde un plano, etc. En esos casos necesitábamos ordenadores muy potentes ya que nuestro ordenador de sobremesa vulgar no era capaz de hacerlo y se nos quedaba colgado. En cambio, al trabajar en la nube todo el procesado se hace en la nube. Nuestro ordenador simplemente muestra por pantalla el resultado, pero todas las tareas más costosas se están
  • 6. haciendo un servidor muy potente que está ubicado en alguna parte. De este modo, aunque tengamos ordenadores muy limitados, podemos hacer tareas realmente complejas, y nuestro ordenador responderá bien a todo. Ya no necesitamos tener un super ordenador en casa o en la oficina. Dónde se almacenan nuestros datos: Cuando trabajamos en local todos los ficheros generados por los programas quedan almacenados en nuestro ordenador. En algunos casos podremos escoger incluso en qué carpeta queremos guardarlos. De este modo, toda nuestra información queda confinada en nuestro disco duro. En cambio cuando estamos en la nube, nuestros ficheros se guardan en la nube, bajo el amparo del proveedor de la aplicación que estemos usando. Tenemos nuestra información almacenada en varios servidores que estarán en alguna parte de la nube. Instalación y mantenimiento: Cuando trabajamos en local instalamos cada uno de los programas que queremos utilizar. Una vez instalados podemos empezar a utilizarlos. Cada vez que tengamos que actualizar un programa, debemos ejecutar la actualización manualmente. En cambio en la nube no necesitamos instalar nada. Simplemente accedemos desde el navegador y comenzamos a utilizar la aplicación deseada. En todo caso puede ser que tengamos que sacar una cuenta para poder utilizarla. Tampoco tenemos que preocuparnos de actualizar la versión, ya que el proveedor irá realizando los cambios oportunos sin tener que hacer nosotros nada. Conexión: Para trabajar en local no necesitas más que tu ordenador. Pero si quieres trabajar en la nube necesitarás además contar con una buena conexión a Internet. Poder acceder a nuestra información y a nuestras aplicaciones depende de que tengamos disponible una conexión. También es recomendable tener una conexión a Internet con una velocidad de subida y de bajada suficientes. Como curiosidad, puedes comprobar tu velocidad de conexión a través de diferentes aplicaciones online (por ejemplo http://www.testdevelocidad.es/ pulsando "Empezar test"). Ya eres usuario de la nube: Si no te lo imaginas... vamos a ver casos concretos que seguro que ya estás utilizando. Cuando usas Facebook, tus datos de perfil y tu listado de amigos está en la nube. Seguramente que si te conectas ahora mismo a Facebook el servidor que te muestre la información sea otro diferente al que procesará tu solicitud si lo haces dentro de un rato. Lo mismo pasará con tu correo electrónico de Gmail o de Hotmail, con tus vídeos en Youtube, o los ficheros almacenados en Dropbox. Todos ellos, al igual que cientos de los servicios en Internet más utilizados a día de hoy, están en la nube.
  • 7. Características de las herramientas en la nube Una herramienta o aplicación en la nube es un programa que se ejecuta a través de los servidores que forman la nube. En este caso, en lugar de tener el programa instalado en nuestro ordenador, éste se encuentra instalado en varias de las máquinas que forman la nube. Nosotros podemos interactuar con los programas de la nube conectándonos a través de Internet, enviándoles las peticiones que realizamos y recibiendo las respuestas que el programa nos da. Vamos a aprender qué caracteriza a las herramientas en la nube. Ten en cuenta que vamos a hablar de características generales, compartidas por la mayoría de estas herramientas, pero que, en cada caso concreto, pueden cumplirse todas ellas o no. Nuestros ficheros generados se almacenan en la nube. Nos conectamos a través del navegador, utilizando nuestra conexión a Internet. Podemos compartir nuestros documentos con otros usuarios, e incluso editarlos simultáneamente. Permiten la publicación de información en Internet. Todas las tareas de procesado se realizan en el servidor. Tienen funciones de autoguardado y copias de seguridad. Son multiplataforma (podemos acceder a ellos independientemente del sistema operativo que utilicemos o el tipo de dispositivo). Accedemos a nuestra cuenta con un nombre de usuario y una contraseña. Nuestra cuenta suele ir ligada a una dirección de correo electrónico.
  • 8. Ejemplos de aplicaciones Existen todo tipo de aplicaciones en la nube. Los desarrolladores de las aplicaciones cada vez apuestan más por esta modalidad, y esto hace que encontremos desde programas de edición de imágenes, a herramientas de videoconferencia, o almacenamiento. Vamos a ver ejemplos reales de cómo nuestros protagonistas utilizan algunas de las herramientas en la nube. En los siguientes temas del curso aprenderás a utilizar varias de ellas. Claudia y las imágenes: Claudia está en su oficina como todos los días. Hoy le toca elaborar un documento con los resultados de su departamento. Dentro de este documento quiere insertar una imagen de una de sus presentaciones, pero al ponerla no queda bien: la imagen es demasiado grande y además tiene un contraste muy pobre. A ella le encantaría usar en este momento el programa que tiene instalado en su casa para retocar las fotos. Pero... en su ordenador de la oficina tan solo cuenta con el Paint, que es muy limitado y no le deja cambiar los contrastes. Así pues, enseguida encuentra una solución: abre un editor de imágenes en la nube, sube su fotografía y la edita. En un momento ha hecho todos los retoques necesarios, aprovechando los filtros automáticos que esta herramienta tan avanzada le ofrece, y puede descargar su foto que, ahora sí, queda perfecta en su documento. Sin necesidad de nada más y en apenas 3 minutos tiene el asunto solucionado. María y la presentación: María trabaja con Claudia en Teruel, y ella será la encargada de presentar esta misma tarde a los ciudadanos que quieran acercarse los resultados. A última hora recibe una llamada de su compañero Juan en Huesca: ellos también están interesados en conocer lo que van a presentar, pero a última hora les ha surgido un percance que les impide ir. Un poco más tarde otro compañero, esta vez de las Cinco Villas les comenta también su interés. Es una pena que no puedan asistir. El problema es que la sala de videoconferencias está reservada, y la presentación está convocada en otra sala. Pero María tiene un as bajo la manga: con su ordenador y una pequeña webcam es capaz de retransmitir en directo la presentación a todos los interesados. En apenas un minuto tiene creada la sesión, y la comparte con sus compañeros. Ellos reciben un email con un enlace, y, accediendo a él pueden ver desde su ordenador la presentación. Desde allí además pueden participar, preguntando o colaborando con los presentadores. ¡Así de fácil!. Enrique, Victoria, Ana, Pilar y Agustín y su documento compartido: Varios de los compañeros de trabajo tienen un documento que deben hacer entre todos: cada uno de ellos debe editar uno de los apartados, pero luego todos aportarán ideas sobre el resto de los temas. Como tienen que trabajar muchas personas sobre ese documento, deciden que lo mejor será trabajarlo en la nube. Así pues crean un documento compartido, sobre el que cada uno de ellos irá editando su apartado. Cada vez que cualquiera de ellos va escribiendo a los demás les aparecen por pantalla de forma automática los cambios, en tiempo real. De este modo, todos tienen en todo momento la última versión del documento, y lo editan de forma simultánea, comprobando al mismo tiempo cómo van quedando los temas del resto de compañeros.
  • 9. Fernando y las tareas pendientes de su departamento: Apenas quedan 5 días para tener que terminar un informe y Fernando se está volviendo loco para coordinar a todas las personas de su departamento. Demasiadas tareas y mucha gente trabajando al mismo tiempo sobre los mismos escenarios hacen que sea muy complicado saber por parte del equipo qué tareas hay hechas y cuáles quedan por hacer. Junto con su departamento trabajan además personas de otras provincias, lo que hace más complicado todavía el asunto. Por eso propone un tablón de tareas conjunto para todo su equipo. En él anota el listado completo de las tareas pendientes y lo comparte con sus compañeros. Cada persona puede indicar qué tarea está realizando en este momento, y, cuando termina, marcarla como realizada y comprobar qué otras tareas faltan por hacer. ¡Así sí que da gusto trabajar en equipo!. De este modo todos están al corriente en todo momento del progreso del proyecto y de las tareas encomendadas, así como de qué compañero se está encargando de cada una. Francisco y sus requerimientos informáticos: Francisco es auxiliar en un departamento con mucho movimiento. Su trabajo es de todo menos aburrido: tan pronto le encargan hacer un gráfico, como organizar una base de datos, organizar una reunión o cambiar las cabeceras de un PDF. Al cabo del día necesita un montón de programas diferentes, y por eso suele necesitar el apoyo del técnico informático constantemente: "Por favor Antonio ¿podrías instalarme un programa para hacer...?". Ahora Francisco ha comenzado a utilizar herramientas en la nube para algunas de sus tareas. De este modo ya no necesita instalar nada en su ordenador: cuando llega una tarea que requiere un programa especial para hacerla, simplemente consulta cuál es la aplicación en la nube adecuada. ¡Ya no necesita tener tantos programas instalados!. Irene y sus viajes: A Irene le toca viajar en su trabajo constantemente. Desde que ha descubierto las aplicaciones en la nube las utiliza mucho para almacenar determinados documentos, ya que le permiten acceder a ellos desde su teléfono móvil o desde cualquier ordenador que haya disponible. Ahora en cualquier momento es capaz de consultar cualquiera de sus documentos y actualizarlos en el momento, esté donde esté. Estos son solo algunos de los ejemplos de cómo podemos utilizar la nube en nuestro trabajo del día a día. Sin duda hay muchas posibilidades en esta forma de trabajar, y son el futuro de las aplicaciones. ¡Vamos a conocerlas!
  • 10. Ventajas e inconvenientes Ahora que ya sabemos un poquito más acerca de las herramientas en la nube, llega el momento de hacer balance ¿qué ventajas e inconvenientes tienen respecto a las aplicaciones tradicionales?. Ventajas de las aplicaciones en la nube: Guardan nuestros datos de forma automática, y crean las copias de seguridad necesarias. No necesitamos gestionar las actualizaciones del software, ya que siempre accedemos a la última versión de la aplicación suministrada por el proveedor. Podemos acceder a nuestros datos desde cualquier lugar con conexión a Internet. Son aplicaciones multiplataforma: podemos acceder a ellas independientemente del sistema operativo que tengamos instalado en nuestro ordenador (Windows, Linux, IOs, ...). Desventajas: Debemos ser especialmente cuidadosos con todo lo relacionado con la seguridad. La seguridad de nuestra información depende únicamente de una contraseña. Si la nube deja de funcionar, no podemos acceder temporalmente a nuestros datos. Dependemos de las decisiones de terceros: sólo podemos utilizar las herramientas que el proveedor nos facilita, y puede realizar cambios sobre su aplicación en cualquier momento. Necesitamos en todo momento conexión a Internet (salvo algunos casos en los que disponemos de aplicaciones locales). Debemos buscar proveedores de confianza. Si el proveedor cierra el servicio, o si no funciona correctamente nos afectará a nuestro trabajo. La nube es una herramienta muy útil, pero hay que conocer sus inconvenientes y usarla adecuadamente.
  • 11. Seguridad Cuando trabajamos en la nube debemos ser especialmente responsables y ordenados para mantener la protección de nuestros datos en todo momento. En este apartado vamos a desglosar varias de las principales recomendaciones de seguridad que debemos tener en cuenta a la hora de utilizar este tipo de aplicaciones. Nosotros somos los responsables de la información que hay en nuestros documentos y proyectos, y por ello debemos ser muy cuidadosos con lo que hacemos en la red. Precauciones: Acceso a cuenta: Lo primero que debemos tener en cuenta es que cualquier persona que consiga nuestro nombre de usuario y contraseña puede acceder a nuestras cuentas, y , por lo tanto, a toda la información que tengamos en ellas. Puede acceder a la información, pero también borrarla, compartirla, ... ¡es muy importante que nadie más acceda a nuestra cuenta!. Para evitar que otras personas accedan a nuestra cuenta, debemos intentar seguir estas recomendaciones: No facilites a NADIE tus contraseñas: No des a nadie tus contraseñas. Lo más seguro es que sólo tu las sepas. Ante la sospecha de que cualquier otra persona pueda conocer tu contraseña lo más seguro es que la actualices. Mantén la seguridad física de tu contraseña: A veces seguimos todas las recomendaciones: creamos una contraseña segura, la cambiamos frecuentemente, ... pero como luego no nos acordamos de ella, tenemos un post­it pegado a la pantalla del ordenador con todas las contraseñas de cada servicio ¿te suena?. De poco nos sirven todas las precauciones tomadas si al final hacemos esto. Lo mejor es que pensemos en contraseñas que seamos capaces de recordar, para no necesitar apuntarlas en ningún papel que pueda caer en manos equivocadas.
  • 12. No guardes en tu ordenador las contraseñas en ningún servicio que no vaya cifrado: No almacenes contraseñas en ficheros de texto o documentos. No guardes ni envíes por email ninguna contraseña. Sólo deberías almacenar tus contraseñas en servicios seguros que guarden las contraseñas encriptadas. Por ejemplo, sí que puedes utilizar la funcionalidad de "Guardar contraseña" que ofrece el navegador web, ya que al ser un servicio desarrollado para ello las almacena encriptadas de forma segura. Cuando accedas a tus cuentas desde otros equipos, no guardes la contraseña y cierra la sesión al irte: Si necesitas acceder a tus cuentas desde otros equipos, como por ejemplo, el aula de un curso o un ordenador compartido, fíjate en que no almacene tu contraseña. Deja sin marcar la opción de "no cerrar sesión" o "conectar automáticamente". Vigila especialmente en estos casos que al irte dejes cerradas todas las sesiones, utilizando la función de "Salir" que ofrece la aplicación.
  • 13. En estos casos puede ser especialmente interesante que abras el navegador en "modo incógnito", también llamado "pestaña privada". Encontrarás esta opción en el menú de tu navegador y, si la utilizas, el ordenador no guardará información de contraseñas ni de navegación. Robo de cuenta: Otro caso un poco diferente al anterior es el robo de la cuenta, o el acceso a la misma por parte de desconocidos. Este caso puede ser muy peligroso, ya que detrás hay entidades que hacen operaciones poco lícitas y se aprovechan de fallos de seguridad para acceder a datos confidenciales. En este caso también podemos tomar precauciones para evitarlo o conseguir que nos causen el menor daño posible. Utiliza contraseñas seguras: Existen programas automatizados que utilizan la fuerza bruta para intentar conseguir las contraseñas a determinados servicios. Estos programas van probando a acceder utilizando las combinaciones más frecuentes de contraseñas: palabras que existen en el diccionario, combinaciones de números sencillas, etc. Para evitar que descubran nuestra cuenta debemos utilizar combinaciones de letras, números y símbolos que sean poco frecuentes. Nunca utilices palabras completas ni combinaciones como 123 para tus contraseñas, ya que éstas serán las primeras opciones que probarán para robarte la cuenta. Más abajo aprenderemos cómo crear contraseñas que sean seguras. Cambia la contraseña cada poco tiempo: Cambia de forma regular tus contraseñas (cada pocos meses o, al menos, una vez al año). Proporciona la información a los sistemas de recuperación: Cuando nos damos de alta en estas aplicaciones nos suelen pedir una cuenta de correo
  • 14. electrónico. Proporcionar este dato será imprescindible si en algún momento acceden a nuestra cuenta y queremos recuperar el control de la misma, ya que podremos solicitar un cambio de contraseña. En algunos servicios más vitales también nos pedirán proporcionar y confirmar un número de teléfono móvil, al que nos enviarán un SMS con un código. De este modo si algún día perdemos la contraseña, o una persona malintencionada consigue hacerse con nuestra contraseña, seremos capaces de recuperar nuestra cuenta. Consejos importantes a tener en cuenta: Contraseñas: Uno de los puntos en los que hemos hecho más incapié es en la necesidad de crear contraseñas seguras para nuestras cuentas. Pero ¿cómo lo conseguimos?. Contraseña segura: Se considera una contraseña segura aquella que cumple TODOS estos requisitos: Tiene 8 caracteres o más. Combina mayúsculas, minúsculas, números y símbolos no alfanuméricos. No incluye ninguna palabra completa, ni combinaciones lineales de números (no vale "hola12345%"). No coincide con ningún dato personal tuyo que pueda ser público (no utilices tu fecha de nacimiento ni tu número de DNI, ...). Diferentes contraseñas para diferentes servicios: Utiliza diferentes contraseñas para diferentes servicios. Especialmente, hay dos servicios que deben tener siempre su propia contraseña, que no sea utilizada en ningún otro servicio: Los servicios de banca electrónica La cuenta de email Nunca utilices la misma contraseña en la cuenta de email que en cualquier otro de los servicios en los que te saques una cuenta. Comunicación segura: Siempre que trabajamos con información privada o enviamos datos a Internet es imprescindible hacerlo a través de una conexión segura. La conexión segura nos garantiza: Comunicación cifrada. Por lo tanto, si cualquiera intercepta nuestra conexión no podrá ver el contenido de la misma. Autenticación en ambas partes. Esto quiere decir que si el certificado de seguridad se corresponde con la entidad, podemos estar seguros de que estamos en la página correcta.
  • 15. Como ves, la conexión segura principalmente nos garantiza seguridad ante posibles hackers, así como la suplantación de identidad (lamada phishing, por ejemplo es muy habitual, cuando una página maliciosa se hace pasar por la de nuestro banco). Pero vayamos a lo práctico: ¿Cómo sabemos si estamos utilizando una comunicación segura?. Muy fácil, ve a tu navegador y fíjate en la dirección de la página en la que estás. Si la dirección comienza por https, estás utilizando una comunicación segura; en cambio, si comienza por http nadie garantiza la seguridad de tu comunicación y una persona malintencionada con conocimientos podría ver la información que envías. Si te fijas en cualquiera de las pestañas https que tengas abiertas, verás que al lado de la dirección aparece un dibujo de un candado. Haciendo clic en el candado podrás ver quién es la entidad certificada. Nunca envíes información sensible si la dirección no es de tipo https. Copias de seguridad: Cuando trabajamos en la nube nuestros documentos se quedan almacenados en el servidor del proveedor de la aplicación. Normalmente éste se preocupa de hacer las copias de seguridad necesarias y de mantener la aplicación en funcionamiento. Sin embargo, nunca conviene dejar la seguridad de nuestros documentos en manos de terceros. Lo mejor es que de forma periódica realices alguna copia de seguridad. Depender únicamente del buen hacer de otros para mantener nuestros documentos es un riesgo innecesario. Además, piensa que ese tercero podría tomar la decisión de cerrar su servicio, o que, por problemas técnicos se vea obligado a cerrar temporalmente el acceso. Si tienes una copia de seguridad, podrás seguir trabajando independientemente de que funcionen o no las aplicaciones. A modo de resumen concluimos que: Crearemos contraseñas seguras No debemos dar a nadie nuestras contraseñas, y las protegeremos del acceso de terceros. Cambiaremos la contraseña cada cierto tiempo, y siempre que sospechemos de un acceso no permitido. Completaremos los modos de recuperación de contraseña alternativos. Haremos copias de seguridad de nuestros datos cada cierto tiempo (por si acaso). ¡Garantizar la seguridad de nuestra información depende de nosotros!.
  • 16. Ejemplo: Elegir (y recordar) una contraseña segura Como hemos comentado, una contraseña segura es aquella que tiene al menos 8 caracteres que incluyen mayúsculas, minúsculas, letras, números y símbolos. Pero ¿serías capaz de recordar una contraseña así?. Aunque hay muchas pautas diferentes para crear estas contraseñas (y acordarnos de ellas), vamos a proponerte una muy sencilla. Paso 1) Escoge una frase que contenga algún número Por ejemplo: Mi gato Rufus tiene cuatro patas y está arañando el sofá Paso 2) Quédate con la primera letra de cada palabra, y utiliza los números En el ejemplo: MgRt4pyeaes Paso 3) Si quieres añadir más números, o tu frase no tenía ninguno, puedes cambiar determinadas letras por números visualmente parecidos que te los recuerden (por ejemplo: E por 3, B por 8, i por 1, o por 0, ...) En el ejemplo: MgRt4py3a3s Paso 4) Sustituimos alguna letra por símbolos que nos las recuerden (a por @, e por €, s por $, H por #, ...) En el ejemplo: En el ejemplo: MgRt4py3@3$ Ya tenemos nuestra contraseña segura ¿habría otra forma de recordar una contraseña como MgRt4py3@3$ así de fácil? Curiosidad: acceso al banco online Aunque en la mayoría de las aplicaciones en la nube no tenemos esta opción disponible, habrás visto que si eres usuario de la banca online allí suele estar disponible a la hora de introducir la contraseña un pequeño teclado sobre la pantalla, en la que tienes que hacer clic con el ratón sobre cada letra. Y eso no es todo
  • 17. ¡encima se mueve todo el rato!. ¿Sabes la razón de ser de este teclado?. Este tipo de métodos para introducir datos confidenciales tratan de prevenir sobre unos virus que podemos tener en el ordenador que lo que hacen es monitorizar todo lo que introducimos por teclado. Si tenemos uno de estos virus en nuestro equipo es posible que estén espiando todo lo que escribimos, incluida nuestra clave del banco. Sin embargo, este tipo de virus son algo más torpes para detectar los movimientos de ratón, y será más complicado todavía detectar nuestra contraseña si el teclado por pantalla se va moviendo y cada vez está un poco desplazado respecto al momento anterior. Por eso, en servicios especialmente sensibles se utilizan este tipo de métodos, y es recomendable que los utilices siempre que estén disponibles.
  • 18. Información sensible Cuando trabajamos con herramientas en la nube desde la administración, debemos ser conscientes de un hecho: nuestros datos quedarán almacenados en los servidores del proveedor de la aplicación, no en nuestros equipos ni en nuestra red. Esto puede tener implicaciones legales, ya que, como bien sabes, al trabajar en la administración se utiliza muchas veces información confidencial, protegida por la Ley de Protección de Datos (LOPD) o especialmente delicada. En cualquier caso, somos responsables de garantizar la custodia y buen uso de esa información sensible con la que trabajamos. Y ello incluye saber en todo momento dónde se encuentra nuestra información, quién garantiza su confidencialidad e integridad, etc. Como podrás imaginar, cuando trabajamos en la nube con aplicaciones de empresas externas, dejamos de controlar el acceso, las condiciones de seguridad, las medidas de prevención de ataques... todo queda en manos de una empresa que, aunque normalmente hará las cosas bien, no nos garantiza nada en este aspecto. IMPORTANTE: los servidores de los proveedores de estas aplicaciones normalmente no están en España. Eso quiere decir que nuestra información se está almacenando fuera de nuestro país, con todas las implicaciones legales que eso puede tener en el trabajo de una administración pública (estamos sacando nuestra información fuera del país). Las herramientas en la nube no son adecuadas cuando trabajemos con información sensible, ya que los proveedores no nos garantizan las condiciones de seguridad que una administración pública requiere en el tratamiento de información confidencial. En mi trabajo: ¿Cuándo será adecuado trabajar en la nube? Aun así, sí que podrás utilizar estas herramientas en cualquier aspecto no implique información especialmente sensible. Tendrás que ser consciente de qué tipo de información manejas en tu día a día, y para qué aplicaciones puedes utilizar los servicios de la nube y qué otras tareas es mejor que sigas haciendo como hasta ahora para garantizar su confidencialidad sin depender ello de terceros. Reflexiona Piensa en tu trabajo del día a día. ¿Qué tipo de información en cada una de las tareas que realizas? ¿Cuáles de esas tareas sería apropiado que siguieras realizándolas en modo local y cuáles podrías empezar a hacer en la nube?
  • 19. Ejemplos: Como sabes, en la administración no hay patrón que valga: el trabajo de cada funcionario es un mundo que poco tiene que ver con los demás. Por eso, aunque debes ser tu mismo el que valore la conveniencia o no de trabajar en la nube, te proponemos varios ejemplos. El caso de Ana: Ana trabaja con información de carácter personal. En su trabajo diario maneja diferentes bases de datos con nombres, apellidos, DNI y dirección de contacto de los ciudadanos que usan uno de los servicios públicos de su área. No es información altamente sensible, pero sí que está protegida por la LOPD. Ya que es consciente de la importancia de proteger la información personal y de las medidas de seguridad que tiene en los equipos de la oficina, ha decidido seguir utilizando las herramientas locales cuando tenga que manejar estas bases de datos. El caso de Marta: Marta trabaja en salud pública, y está preparando junto con sus compañeros una presentación que quieren hacer en la próxima feria de la juventud para concienciar a los jóvenes de los efectos negativos del tabaco. En este caso han decidido utilizar las herramientas de la nube, ya que en la presentación no aparece ningún dato sensible ¡de hecho van a compartir públicamente su información para que llegue a más gente!. Trabajar en la nube en este caso es, además de posible, recomendable. El caso de Juan: Juan está organizando una reunión del departamento, para lo cual necesita conocer la disponibilidad de sus compañeros. Para ello, ha utilizado una aplicación en la nube en la que cada uno indique qué días tiene disponible. Aunque se trata de información personal, no tiene ningún dato confidencial (sólo aparece el nombre de cada persona y los días marcados). En este caso utiliza una aplicación en la nube a la que se accede con contraseña. La seguridad que aporta el proveedor de la misma es más que suficiente para garantizar la confidencialidad de estos datos privados pero no sensibles. Información privada vs información sensible Y en este último ejemplo ya ha aparecido el quid de la cuestión: información privada e información sensible. Vamos a verlos: Información sensible: Es aquella información que debemos proteger especialmente y garantizar su custodia. Son por ejemplo, los datos personales de los ciudadanos, información clasificada, expedientes confidenciales, ... Información privada: Es aquella información nuestra, personal, que no queremos hacer pública, pero que no tiene implicaciones legales de ningún tipo. Por ejemplo, un listado de tareas pendientes, un calendario de reuniones, una nota de prensa...
  • 20. Las aplicaciones en la nube normalmente nos garantizan la privacidad. Suelen tener muchos mecanismos de defensa y seguridad, por lo que normalmente nuestros datos están seguros en ellas. Aun así, debemos saber que, al depender del buen hacer de otros, cualquier información sensible no está segura en manos de terceros, por lo que ésta es mejor que se quede dentro de la red de nuestra oficina. Nosotros somos los responsables de custodiar y garantizar la seguridad de la información con la que trabajamos. Es nuestra responsabilidad asegurar su protección. En nuestras administraciones públicas contamos con sistemas de seguridad que garantizan que la información sensible no va a salir de nuestra oficina, pero si trabajamos con sistemas de terceros no tenemos esta garantía.
  • 21. Equipos y software Hasta ahora hemos hablado de que las herramientas en la nube no precisan instalar ningún software específico. Aun así, debemos tener nuestro equipo preparado para las necesidades de estas aplicaciones, y ello incluye seguir una serie de recomendaciones. Vamos a conocerlas. Navegador actualizado: El navegador web es el programa que utilizamos para navegar por Internet. Los más conocidos son Internet Explorer, Google Chrome, Mozilla Firefox, Safari, Opera, ... Cuando trabajemos con estas herramientas conviene utilizar un navegador actualizado, porque son más seguros y también porque incorporan la última tecnología que hará que nuestras aplicaciones funcionen más rápido y mejor. Por ello, para trabajar en este curso te recomendamos que utilices Google Chrome o Mozilla Firefox en su última versión. Si no tienes las actualizaciones bloqueadas, tendrás la última versión ya que estos dos navegadores se actualizan automáticamente. Por el contrario, si utilizas Internet Explorer es posible que encuentres que alguna de las aplicaciones no funciona correctamente, o que te va extremadamente lenta. Si esto te pasa prueba a cambiar de navegador. Navegadores recomendados: Google Chrome o Mozilla Firefox (cualquiera de los dos). Drivers y plugins: Es posible que para acceder a alguna de las herramientas en la nube te solicite permiso para actualizar algún plugin de tu ordenador. Algunas de estas herramientas requieren del uso de plugins del ordenador (por ejemplo, para acceder a la videocámara o a la tarjeta de sonido). Si esto ocurre verás que aparece un aviso por pantalla proponiéndote actualizarlo. Programas auxiliares: Algunas de las aplicaciones en la nube tienen, además de las funcionalidades a las que accedemos a través de nuestro navegador, diferentes programas que podemos instalar en nuestro ordenador. Por ejemplo, si has utilizado Dropbox o Google Drive habrás visto que te propone
  • 22. instalar un programa. Estos programas son opcionales en todas estas herramientas que vamos a utilizar. Es decir, podrás utilizar las herramientas accediendo a ellas desde el navegador, pero, eso sí, si quieres sacar todo el provecho de ellas, podrás instalar estos programas que te ofrecerán alguna funcionalidad extra. Por ejemplo, en Dropbox este programa te permitirá sincronizar los ficheros de tu ordenador en la nube. En este mismo caso si no instalamos el programa podremos tener nuestros documentos en la nube igualmente, pero accederemos a ellos siempre desde el navegador. Como sabes, en la administración todos los equipos están bloqueados y sólo puede acceder a ellos el técnico informático para instalar nuevos programas. Como vamos a utilizar herramientas en la nube en principio no va a ser necesario que el técnico nos instale ningún programa para poder hacer el curso, ya que vamos a trabajar accediendo desde el navegador. Aun así, siempre que exista un programa auxiliar asociado a una de las aplicaciones, lo comentaremos y mostraremos las funcionalidades que tiene, para que puedas valorar si lo quieres instalar en tu ordenador. Aplicaciones móviles y acceso desde Smartphones: Una de las grandes ventajas de trabajar en la nube es que podemos acceder a las aplicaciones o a nuestra información almacenada desde cualquier dispositivo conectado a Internet. Aun con todo debemos saber que los navegadores de los teléfonos móviles están más limitados que los de nuestro ordenador, y por ello hay algunas aplicaciones en la nube a las que no podemos acceder directamente desde el navegador de nuestro teléfono móvil porque no funcionarían correctamente o la experiencia de usuario no sería demasiado buena (la pantalla es más pequeña, la pantalla es táctil en vez de usar lugar del ratón,...). Por ello la gran mayoría de estas herramientas ofrecen de forma gratuita una aplicación para los teléfonos móviles de última generación (Smartphones) que sí que nos permiten un acceso mejorado y sacando todo el partido de nuestro dispositivo. En estos casos, si requieres acceder a menudo a estas herramientas desde tu móvil, sí que es muy interesante descargar la aplicación correspondiente. Además, estas aplicaciones permiten trabajar sin cobertura, guardando la información generada durante el periodo de tiempo en el que no tenemos conexión de datos y volviéndose a sincronizar de nuevo en la nube cuando ésta vuelve.
  • 23. Recomendaciones prácticas A lo largo de todo el curso vamos a utilizar diferentes herramientas en la nube. Para conseguir que funcionen correctamente, lee atentamente estas recomendaciones y consulta con la profesora del curso si tienes dudas. Navegador y equipo: Utiliza siempre un navegador actualizado. Es recomendable el uso de Google Chrome o Mozilla, ya que con Internet Explorer algunas aplicaciones pueden dar problemas o funcionar de forma más lenta. Es posible que alguna de las aplicaciones instaladas requiera la instalación de algún driver. Si esto sucede, te propondrá la instalación el propio navegador al acceder a la aplicación. Aplicaciones gratuitas y de pago: Dentro de todas las aplicaciones en la nube que tenemos a nuestra disposición, encontraremos unas herramientas gratuitas y otras de pago. Sin embargo, lo más habitual en este tipo de herramientas son las aplicaciones mixtas: nos ofrecen ciertas funcionalidades de forma gratuita, pero, si queremos utilizar las funcionalidades más avanzadas, o tener más espacio, tendremos que adquirir una licencia de pago. Suelen ser licencias bastante asequibles, y van siempre ligadas a nuestra cuenta. Durante este curso vamos a utilizar únicamente aplicaciones gratuitas y aplicaciones mixtas en su versión gratuita. Ayuda: Pide ayuda a la profesora del curso siempre que la necesites ¡está aquí para intentar solucionar cualquier percance!.
  • 24. El futuro de las aplicaciones ¿Te acuerdas de que hace años la capacidad de los ordenadores era apenas capaz de procesar juegos como el pong, o de ejecutar editores de texto similares a nuestro actual bloc de notas?. Para que veas lo que se ha evolucionado, podemos poner el ejemplo del ordenador a bordo del Apolo 11 (año 1969), que tenía una capacidad en memoria de 36Kb. Cualquier fotografía que saquemos ahora con nuestra cámara casera ocupará al menos 100 veces más que la memoria de ese ordenador. Durante muchos años se cumplió la llamada "Ley de Moore", que expone que la capacidad de cómputo de los ordenadores se duplica cada 18 meses. Es decir, cada año y medio conseguíamos tener ordenadores el doble de rápidos y con el doble de capacidad. Este crecimiento parecía imparable: nuestros ordenadores cada vez eran más y más potentes, y podían procesar más y más rápido. Al mismo tiempo se iban desarrollando programas con más funcionalidades, más capacidades y más opciones y... también más difíciles de utilizar. Pero llegó un momento en el que esa tendencia se estancó. De repente nos dimos cuenta de que lo que queríamos no era tener ordenadores más y más potentes. O al menos no sólo queríamos eso. Ahora necesitábamos equipos cada vez más pequeños, que cupieran en la palma de nuestra mano y, en todo caso, equipos más baratos, que pudiéramos incorporar en todos los aspectos de nuestra vida. Al mismo tiempo que esto ocurría, las redes de comunicación estaban cada vez más desarrolladas. Gracias a las redes móviles podíamos empezar a conectarnos a Internet desde cualquier lugar. Con las redes WIFI disponibles en cualquier establecimiento pasábamos a tener conexión a alta velocidad prácticamente al alcance de todos. Entrábamos así en esta fase actual en la que estamos hiperconectados y accesibles 24 horas al día. De repente nuestros teléfonos móviles se convirtieron en auténticos ordenadores de a bordo, mucho más potentes que cualquier super­ordenador de hace apenas 10 años. Al mismo tiempo, empezaron a verse frigoríficos con conexión a Internet, lavadoras que se activan desde la red, básculas que se conectan con nuestro historial, pulseras que monitorizan nuestras pulsaciones y las envían a su aplicación en tiempo real... nos rodeamos de aparatos electrónicos en todos los aspectos de nuestras vidas, y comenzamos a conectarlos con Internet. De este modo, con terminales cada vez más ligeros, pero al mismo tiempo conectados a Internet de forma casi permanente, empezaron a cobrar sentido las aplicaciones en la nube para uso general. Las herramientas en la nube aprovechan esta conectividad para permitirnos trabajar de forma más sencilla y adaptada a nuestras necesidades actuales. ¿Y cuál es el futuro? No sabemos dónde estaremos dentro de pocos años, aunque hay varias tendencias que parecen claras para los próximos años: Estaremos cada vez más conectados. Tendremos a nuestro alcance multitud de terminales que abarcarán todos los aspectos de nuestra vida (más baratos y al alcance de todos). Cada vez tendremos mejores redes de comunicación, especialmente inalámbricas. El almacenamiento en la nube será cada vez más barato. Cada vez tendremos más información en la nube. Cada vez recurriremos más a los procesados en la nube en lugar de hacerlos en nuestros equipos. Nuestros ordenadores serán cada vez más usables, las aplicaciones más sencillas y fáciles.
  • 25. Reflexiona ¿Has vivido todos estos cambios? ¿cómo te han afectado en tu trabajo? ¿te han ayudado a trabajar de forma más efectiva? En su momento ¿ofreciste resistencia al cambio?. En este momento ¿estás dispuesto a cambiar tu modo de trabajar?. ¿Sabías que...? En este curso vamos a centrarnos en aprender aplicaciones en la nube. Pero ¿sabías que también existen sistemas operativos en la nube?. Curiosamente, uno de los pioneros está desarrollado por un equipo español: http://www.eyeos.com/es/ Estos sistemas operativos en la nube permiten desentendernos completamente del equipo desde el que accedamos, ya que todo el sistema, todos los programas, todos los ficheros, ... están en la nube. Conocer las herramientas en la nube también puede suponer un antes y un después en la forma en que trabajamos. Así pues: ¡Vamos a conocerlas todas!. Te esperamos en el siguiente tema para empezar con algunas de ellas.