Este documento introduce las herramientas en la nube, explicando qué son, sus características y ventajas sobre trabajar localmente. Describe la nube como una red de miles de servidores distribuidos globalmente que almacenan datos y ejecutan aplicaciones de forma flexible e independiente del dispositivo. Algunos ejemplos son Google Docs para editar en equipo y Dropbox para almacenamiento en la nube.
1. Herramientas en la nube
Las especies que sobreviven no son las más fuertes,
ni las más rápidas, ni las más inteligentes;
sino aquellas que se adaptan mejor al cambio
Charles Darwin
En este curso vamos a aprender a utilizar diferentes herramientas en la nube. Pero ¿sabes ya qué
es esto de las herramientas en la nube? ¿y por qué son el futuro (y el presente) de las
aplicaciones? ¿qué me aportan en mi trabajo del día a día?. Vamos a intentar empezar dando
respuesta a estas preguntas, y conociendo los puntos fuertes (y los débiles) de este tipo de
aplicaciones.
Así pues, en este tema queremos conocer las principales características de las aplicaciones en la
nube, para así saber qué podemos esperar cuando trabajemos con ellas. Haremos también
especial hincapié en los temas de seguridad, ya que tenemos que ser conscientes de la necesidad
de ayudar a proteger nuestra información cuando trabajemos con este tipo de herramientas.
¿Estás preparado para sumergirte en la nube? ¡Vamos allá!.
Objetivos
Nuestros objetivos en este tema serán:
Aprender qué son las herramientas en la nube.
Conocer los puntos fuertes y las desventajas de utilizar este tipo de
herramientas.
Concienciarnos de la importancia de mantener unas estrictas normas de
seguridad para proteger nuestros datos. Conocer las limitaciones de estas
herramientas para los trabajadores de las administraciones públicas.
Reflexionar acerca de cuál va a ser el futuro de las aplicaciones informáticas.
2. Introducción
Más adelante vamos a conocer qué caracteriza a las herramientas en la nube y las ventajas que
nos ofrecen.
Pero primero... vamos a analizar cómo trabajamos ahora mismo:
Hasta ahora cada uno de nosotros
teníamos nuestro ordenador de trabajo.
En ese ordenador tenemos instalados
nuestros programas, y, en una partición
del disco duro almacenamos nuestros
datos. Cada vez que necesitamos un
nuevo programa tenemos que instalarlo
en nuestro ordenador (o pedir al
administrador que nos lo instale si
estamos en la oficina), y esto no
siempre es posible. Si nos cambiamos
de ordenador es necesario volver a
instalar todos los programas, y a
configurarlos. Que nuestro ordenador
se rompa o que se quede obsoleto
puede causarnos verdaderos
quebraderos de cabeza...
Y ¿qué pasa cuando salimos de viaje?.
Si vamos a una reunión fuera de
nuestra oficina y de repente nos damos
cuenta de que necesitamos un archivo que tenemos en nuestro ordenador... entonces esperamos
a la vuelta a la oficina, o como mucho pedimos a un compañero que nos lo envíe.
¿Y cuando queremos editar un mismo documento entre varios compañeros?. Entonces un primer
compañero realiza la versión inicial, y luego le pasa el documento a otro, que añade su parte y
cambia el nombre del fichero. Éste se lo pasa a un tercero, y a un cuarto. Después el primero se
da cuenta de que quiere hacer un cambio, y... al final tenemos un montón de versiones del mismo
documento y nadie sabe cuál es la última versión. Un auténtico caos.
De vez en cuando nos recuerdan la importancia de las copias de seguridad. En ese momento nos
entra el pánico, y acudimos a copiar todos nuestros datos a un disco externo. Pero... con el paso
del tiempo, se nos vuelve a olvidar. Si alguna vez tenemos un problema y necesitamos recurrir a
esas copias de seguridad nos encontramos con que no están actualizadas, y hemos perdido
información y muchas horas de trabajo.
En nuestras instituciones desde hace tiempo tenemos ya configuradas redes de datos, que nos
permiten además almacenar parte de nuestros archivos en la red institucional. Aunque no lo
sepas, ¡ya estabas utilizando una pequeña nube!. Esto supone un gran avance, ya que podemos
acceder a los archivos desde la red, y los administradores se encargan de hacer copia de
seguridad de toda nuestra información por si acaso un día nuestro ordenador se rompiera. Los
archivos compartidos en red pueden ser editados por diferentes personas, aunque con ciertas
limitaciones... Estas redes son un gran avance y, si llevas muchos años trabajando en la
administración, seguro que notaste un antes y un después con la utilización de estas redes ¡nos
facilitan mucho el trabajo!.
Pero ahora queremos ir un paso más allá, y trabajar realmente en la nube. Esto va a
aportarnos una flexibilidad enorme, ya que vamos a dejar de depender de los dispositivos con los
3. que accedemos, del lugar donde almacenamos
los datos o de dónde nos encontramos:
Olvídate de tener que instalar programas
y de actualizarlos cada poco tiempo.
Olvídate de estar siempre atado al mismo
ordenador. Podrás acceder a tu
información, tus programas preferidos,
etc, simplemente iniciando sesión desde
cualquier dispositivo con conexión a
Internet (un teléfono móvil, un tablet, el
ordenador de tu oficina o de tu casa, ...).
Olvídate de las memorias USB, de enviar
emails con archivos adjuntos muy
pesados, de esperar a llegar a la oficina
para comprobar un documento, ...
Y ¿qué me ofrecen las herramientas en la nube?. Aquí van sólo unos pocos ejemplos de cosas
que podrás hacer gracias a las aplicaciones en la nube:
Podrás trabajar en equipo, editando en tiempo real y al mismo tiempo el mismo documento
entre varios compañeros.
Podrás realizar reuniones online, o retransmitir en directo una mesa redonda de forma muy
sencilla, utilizando una simple webcam o la cámara de tu teléfono móvil.
Podrás acceder a tus documentos desde tu teléfono móvil, o desde el ordenador de tu
vecina.
Podrás mandar a imprimir un documento en la impresora de tu casa desde cualquier lugar.
Resumiendo... las herramientas en la nube te permitirán tener mucha más flexibilidad,
independencia del equipo en el que trabajes, y tener tus documentos siempre a mano estés donde
estés.
En los siguientes apartados aprenderemos cómo funcionan.
4. La nube
¿Qué es la nube?
Llevamos ya un rato hablando de la nube... pero todavía no tenemos ni idea de qué es.
En este apartado vamos a tratar de conocer, de modo que lo entendamos, qué es "la nube". Pero
para ello tenemos que empezar hablando de otras cosas...
Servidor:
Un servidor es un ordenador especial que se usa para dar servicio a muchos usuarios o servicios.
Todas las páginas web, aplicaciones, etc., están alojadas en un servidor. Cuando nos conectamos
a una página web, estamos pidiendo al servidor donde esa web está alojada que nos envíe la
información que necesitamos.
Normalmente estos servidores están en centros de datos (en inglés Datacenters), que tienen los
recursos apropiados para mantenerlos en buenas condiciones y proporcionar la velocidad de
conexión que necesitan. En la foto de más abajo podéis ver cómo son estos centros de datos.
Podéis observar que no son más que habitaciones enormes con un montón de servidores
conectados.
5. Qué es la nube:
El término de "la nube" es bastante abstracto y tiene diferentes acepciones.
La nube está formada por miles de servidores que realizan tareas enfocadas a dar servicios. Este
conjunto de servidores pueden almacenar nuestra información, ejecutar aplicaciones, realizar
cálculos, ...
Hasta hace pocos años cualquier servicio en Internet se ejecutaba en uno o unos pocos
servidores. Podíamos saber a ciencia cierta dónde estaba alojado cualquiera de los servicios que
utilizáramos.
En cambio con la nube este concepto ha cambiado: ahora nuestras aplicaciones no se ejecutan en
un solo servidor, sino que se ejecutan en nubes, que están formadas por miles de ellos, que se
sincronizan y balancean para poder dar servicio a los millones de usuarios que nos conectamos.
Existen centros de datos enormes distribuidos geográficamente a lo largo de todo el mundo, en los
que los servidores van distribuyéndose las tareas a realizar.
Como curiosidad veremos que los centros de datos se suelen combinar para ir aprovechando las
horas de tarifas eléctricas más económicas: los centros de datos europeos están al 100% de su
capacidad durante nuestra noche, dando servicio a todos los internautas del globo conectados en
ese momento, mientras que los de América en ese momento funcionan de forma más discreta. Al
cabo de unas pocas horas eso cambia para trabajar al 100% los servidores americanos,
aprovechando así que la tarifa eléctrica es más barata por las noches. Existen centros de datos en
localizaciones muy próximas al círculo polar ártico, que aprovechan el frío de esa zona para gastar
menos energía en refrigerar sus equipos.
Con todo esto que estamos contando ya te puedes empezar a imaginar que, cuando trabajamos
en la nube, no tenemos ni idea de dónde se está ejecutando la aplicación con la que trabajamos,
ni dónde exactamente se están almacenando nuestros datos. Todo está "en la nube", es decir, en
un conjunto que abarca miles de servidores a lo largo de todo el mundo.
Diferencias entre trabajar en local y trabajar en la
nube:
Vamos a hablar de las principales diferencias entre trabajar en local (en nuestro ordenador con
nuestros programas como lo hacíamos hasta ahora) y trabajar en la nube.
Dónde se ejecuta el procesado:
Cuando trabajamos en local todo el procesado necesario se realiza en nuestro ordenador.
Por ejemplo, si abrimos con un editor de imágenes una fotografía y aplicamos el filtro para eliminar
los ojos rojos, todas las tareas que el programa necesita para conseguirlo se realizan en nuestro
ordenador. Si tenemos un equipo más potente esta tarea se realizará de forma casi instantánea,
pero si tenemos un equipo más limitado es posible que nuestro ordenador se retrase unos pocos
segundos al hacerlo. Esto simplemente para una tarea sencilla como quitar unos ojos rojos, pero
imagínate cosas más complejas como hacer un render desde un plano, etc. En esos casos
necesitábamos ordenadores muy potentes ya que nuestro ordenador de sobremesa vulgar no era
capaz de hacerlo y se nos quedaba colgado.
En cambio, al trabajar en la nube todo el procesado se hace en la nube. Nuestro ordenador
simplemente muestra por pantalla el resultado, pero todas las tareas más costosas se están
6. haciendo un servidor muy potente que está ubicado en alguna parte. De este modo, aunque
tengamos ordenadores muy limitados, podemos hacer tareas realmente complejas, y nuestro
ordenador responderá bien a todo. Ya no necesitamos tener un super ordenador en casa o en la
oficina.
Dónde se almacenan nuestros datos:
Cuando trabajamos en local todos los ficheros generados por los programas quedan
almacenados en nuestro ordenador. En algunos casos podremos escoger incluso en qué
carpeta queremos guardarlos. De este modo, toda nuestra información queda confinada en
nuestro disco duro.
En cambio cuando estamos en la nube, nuestros ficheros se guardan en la nube, bajo el
amparo del proveedor de la aplicación que estemos usando. Tenemos nuestra información
almacenada en varios servidores que estarán en alguna parte de la nube.
Instalación y mantenimiento:
Cuando trabajamos en local instalamos cada uno de los programas que queremos utilizar. Una
vez instalados podemos empezar a utilizarlos. Cada vez que tengamos que actualizar un
programa, debemos ejecutar la actualización manualmente.
En cambio en la nube no necesitamos instalar nada. Simplemente accedemos desde el navegador
y comenzamos a utilizar la aplicación deseada. En todo caso puede ser que tengamos que sacar
una cuenta para poder utilizarla. Tampoco tenemos que preocuparnos de actualizar la versión, ya
que el proveedor irá realizando los cambios oportunos sin tener que hacer nosotros nada.
Conexión:
Para trabajar en local no necesitas más que tu ordenador.
Pero si quieres trabajar en la nube necesitarás además contar con una buena conexión a
Internet. Poder acceder a nuestra información y a nuestras aplicaciones depende de que
tengamos disponible una conexión.
También es recomendable tener una conexión a Internet con una velocidad de subida y de bajada
suficientes. Como curiosidad, puedes comprobar tu velocidad de conexión a través de diferentes
aplicaciones online (por ejemplo http://www.testdevelocidad.es/ pulsando "Empezar test").
Ya eres usuario de la nube:
Si no te lo imaginas... vamos a ver casos concretos que seguro que ya estás utilizando.
Cuando usas Facebook, tus datos de perfil y tu listado de amigos está en la nube. Seguramente
que si te conectas ahora mismo a Facebook el servidor que te muestre la información sea otro
diferente al que procesará tu solicitud si lo haces dentro de un rato. Lo mismo pasará con tu correo
electrónico de Gmail o de Hotmail, con tus vídeos en Youtube, o los ficheros almacenados en
Dropbox. Todos ellos, al igual que cientos de los servicios en Internet más utilizados a día de hoy,
están en la nube.
7. Características de las herramientas en la
nube
Una herramienta o aplicación en la nube es un programa que se ejecuta a través de los servidores
que forman la nube. En este caso, en lugar de tener el programa instalado en nuestro ordenador,
éste se encuentra instalado en varias de las máquinas que forman la nube. Nosotros podemos
interactuar con los programas de la nube conectándonos a través de Internet, enviándoles las
peticiones que realizamos y recibiendo las respuestas que el programa nos da.
Vamos a aprender qué caracteriza a las herramientas en la nube. Ten en cuenta que vamos a
hablar de características generales, compartidas por la mayoría de estas herramientas, pero
que, en cada caso concreto, pueden cumplirse todas ellas o no.
Nuestros ficheros generados se almacenan en la nube.
Nos conectamos a través del navegador, utilizando nuestra conexión a Internet.
Podemos compartir nuestros documentos con otros usuarios, e incluso editarlos
simultáneamente.
Permiten la publicación de información en Internet.
Todas las tareas de procesado se realizan en el servidor.
Tienen funciones de autoguardado y copias de seguridad.
Son multiplataforma (podemos acceder a ellos independientemente del sistema operativo
que utilicemos o el tipo de dispositivo).
Accedemos a nuestra cuenta con un nombre de usuario y una contraseña. Nuestra cuenta
suele ir ligada a una dirección de correo electrónico.
8. Ejemplos de aplicaciones
Existen todo tipo de aplicaciones en la nube. Los desarrolladores de las aplicaciones cada vez
apuestan más por esta modalidad, y esto hace que encontremos desde programas de edición de
imágenes, a herramientas de videoconferencia, o almacenamiento.
Vamos a ver ejemplos reales de cómo nuestros protagonistas utilizan algunas de las herramientas
en la nube. En los siguientes temas del curso aprenderás a utilizar varias de ellas.
Claudia y las imágenes:
Claudia está en su oficina como todos los días. Hoy le toca elaborar un documento con los
resultados de su departamento. Dentro de este documento quiere insertar una imagen de una de
sus presentaciones, pero al ponerla no queda bien: la imagen es demasiado grande y además
tiene un contraste muy pobre.
A ella le encantaría usar en este momento el programa que tiene instalado en su casa para retocar
las fotos. Pero... en su ordenador de la oficina tan solo cuenta con el Paint, que es muy limitado y
no le deja cambiar los contrastes. Así pues, enseguida encuentra una solución: abre un editor de
imágenes en la nube, sube su fotografía y la edita. En un momento ha hecho todos los retoques
necesarios, aprovechando los filtros automáticos que esta herramienta tan avanzada le ofrece, y
puede descargar su foto que, ahora sí, queda perfecta en su documento. Sin necesidad de nada
más y en apenas 3 minutos tiene el asunto solucionado.
María y la presentación:
María trabaja con Claudia en Teruel, y ella será la encargada de presentar esta misma tarde a los
ciudadanos que quieran acercarse los resultados. A última hora recibe una llamada de su
compañero Juan en Huesca: ellos también están interesados en conocer lo que van a presentar,
pero a última hora les ha surgido un percance que les impide ir. Un poco más tarde otro
compañero, esta vez de las Cinco Villas les comenta también su interés. Es una pena que no
puedan asistir. El problema es que la sala de videoconferencias está reservada, y la presentación
está convocada en otra sala.
Pero María tiene un as bajo la manga: con su ordenador y una pequeña webcam es capaz de
retransmitir en directo la presentación a todos los interesados. En apenas un minuto tiene creada
la sesión, y la comparte con sus compañeros. Ellos reciben un email con un enlace, y, accediendo
a él pueden ver desde su ordenador la presentación. Desde allí además pueden participar,
preguntando o colaborando con los presentadores. ¡Así de fácil!.
Enrique, Victoria, Ana, Pilar y Agustín y su documento compartido:
Varios de los compañeros de trabajo tienen un documento que deben hacer entre todos: cada uno
de ellos debe editar uno de los apartados, pero luego todos aportarán ideas sobre el resto de los
temas.
Como tienen que trabajar muchas personas sobre ese documento, deciden que lo mejor será
trabajarlo en la nube. Así pues crean un documento compartido, sobre el que cada uno de ellos irá
editando su apartado. Cada vez que cualquiera de ellos va escribiendo a los demás les aparecen
por pantalla de forma automática los cambios, en tiempo real.
De este modo, todos tienen en todo momento la última versión del documento, y lo editan de
forma simultánea, comprobando al mismo tiempo cómo van quedando los temas del resto de
compañeros.
9. Fernando y las tareas pendientes de su departamento:
Apenas quedan 5 días para tener que terminar un informe y Fernando se está volviendo loco para
coordinar a todas las personas de su departamento. Demasiadas tareas y mucha gente trabajando
al mismo tiempo sobre los mismos escenarios hacen que sea muy complicado saber por parte del
equipo qué tareas hay hechas y cuáles quedan por hacer. Junto con su departamento trabajan
además personas de otras provincias, lo que hace más complicado todavía el asunto.
Por eso propone un tablón de tareas conjunto para todo su equipo. En él anota el listado completo
de las tareas pendientes y lo comparte con sus compañeros.
Cada persona puede indicar qué tarea está realizando en este momento, y, cuando termina,
marcarla como realizada y comprobar qué otras tareas faltan por hacer. ¡Así sí que da gusto
trabajar en equipo!. De este modo todos están al corriente en todo momento del progreso del
proyecto y de las tareas encomendadas, así como de qué compañero se está encargando de cada
una.
Francisco y sus requerimientos informáticos:
Francisco es auxiliar en un departamento con mucho movimiento. Su trabajo es de todo menos
aburrido: tan pronto le encargan hacer un gráfico, como organizar una base de datos, organizar
una reunión o cambiar las cabeceras de un PDF. Al cabo del día necesita un montón de
programas diferentes, y por eso suele necesitar el apoyo del técnico informático constantemente:
"Por favor Antonio ¿podrías instalarme un programa para hacer...?".
Ahora Francisco ha comenzado a utilizar herramientas en la nube para algunas de sus tareas. De
este modo ya no necesita instalar nada en su ordenador: cuando llega una tarea que requiere un
programa especial para hacerla, simplemente consulta cuál es la aplicación en la nube adecuada.
¡Ya no necesita tener tantos programas instalados!.
Irene y sus viajes:
A Irene le toca viajar en su trabajo constantemente. Desde que ha descubierto las aplicaciones en
la nube las utiliza mucho para almacenar determinados documentos, ya que le permiten acceder a
ellos desde su teléfono móvil o desde cualquier ordenador que haya disponible. Ahora en
cualquier momento es capaz de consultar cualquiera de sus documentos y actualizarlos en el
momento, esté donde esté.
Estos son solo algunos de los ejemplos de cómo podemos utilizar la nube en nuestro trabajo del
día a día. Sin duda hay muchas posibilidades en esta forma de trabajar, y son el futuro de las
aplicaciones. ¡Vamos a conocerlas!
10. Ventajas e inconvenientes
Ahora que ya sabemos un poquito más acerca de las herramientas en la nube, llega el momento
de hacer balance ¿qué ventajas e inconvenientes tienen respecto a las aplicaciones
tradicionales?.
Ventajas de las aplicaciones en la nube:
Guardan nuestros datos de forma automática, y crean las copias de seguridad necesarias.
No necesitamos gestionar las actualizaciones del software, ya que siempre accedemos a la
última versión de la aplicación suministrada por el proveedor.
Podemos acceder a nuestros datos desde cualquier lugar con conexión a Internet.
Son aplicaciones multiplataforma: podemos acceder a ellas independientemente del sistema
operativo que tengamos instalado en nuestro ordenador (Windows, Linux, IOs, ...).
Desventajas:
Debemos ser especialmente cuidadosos con todo lo relacionado con la seguridad. La
seguridad de nuestra información depende únicamente de una contraseña.
Si la nube deja de funcionar, no podemos acceder temporalmente a nuestros datos.
Dependemos de las decisiones de terceros: sólo podemos utilizar las herramientas que el
proveedor nos facilita, y puede realizar cambios sobre su aplicación en cualquier momento.
Necesitamos en todo momento conexión a Internet (salvo algunos casos en los que
disponemos de aplicaciones locales).
Debemos buscar proveedores de confianza. Si el proveedor cierra el servicio, o si no
funciona correctamente nos afectará a nuestro trabajo.
La nube es una herramienta muy útil, pero hay que conocer sus inconvenientes y
usarla adecuadamente.
11. Seguridad
Cuando trabajamos en la nube debemos ser especialmente responsables y ordenados para
mantener la protección de nuestros datos en todo momento.
En este apartado vamos a desglosar varias de las principales recomendaciones de seguridad que
debemos tener en cuenta a la hora de utilizar este tipo de aplicaciones. Nosotros somos los
responsables de la información que hay en nuestros documentos y proyectos, y por ello debemos
ser muy cuidadosos con lo que hacemos en la red.
Precauciones:
Acceso a cuenta:
Lo primero que debemos tener en cuenta es que cualquier persona que consiga nuestro nombre
de usuario y contraseña puede acceder a nuestras cuentas, y , por lo tanto, a toda la información
que tengamos en ellas. Puede acceder a la información, pero también borrarla, compartirla, ... ¡es
muy importante que nadie más acceda a nuestra cuenta!.
Para evitar que otras personas accedan a nuestra cuenta, debemos intentar seguir estas
recomendaciones:
No facilites a NADIE tus contraseñas:
No des a nadie tus contraseñas. Lo más seguro es que sólo tu las sepas. Ante la sospecha de que
cualquier otra persona pueda conocer tu contraseña lo más seguro es que la actualices.
Mantén la seguridad física de tu contraseña:
A veces seguimos todas las recomendaciones: creamos una contraseña segura, la cambiamos
frecuentemente, ... pero como luego no nos acordamos de ella, tenemos un postit
pegado a la
pantalla del ordenador con todas las contraseñas de cada servicio ¿te suena?. De poco nos sirven
todas las precauciones tomadas si al final hacemos esto.
Lo mejor es que pensemos en contraseñas que seamos capaces de recordar, para no necesitar
apuntarlas en ningún papel que pueda caer en manos equivocadas.
12. No guardes en tu ordenador las contraseñas en ningún servicio que no vaya cifrado:
No almacenes contraseñas en ficheros de texto o documentos.
No guardes ni envíes por email ninguna contraseña.
Sólo deberías almacenar tus contraseñas en servicios seguros que guarden las contraseñas
encriptadas. Por ejemplo, sí que puedes utilizar la funcionalidad de "Guardar contraseña" que
ofrece el navegador web, ya que al ser un servicio desarrollado para ello las almacena encriptadas
de forma segura.
Cuando accedas a tus cuentas desde otros equipos, no guardes la contraseña y
cierra la sesión al irte:
Si necesitas acceder a tus cuentas desde otros equipos, como por ejemplo, el aula de un curso o
un ordenador compartido, fíjate en que no almacene tu contraseña. Deja sin marcar la opción de
"no cerrar sesión" o "conectar automáticamente".
Vigila especialmente en estos casos que al irte dejes cerradas todas las sesiones, utilizando la
función de "Salir" que ofrece la aplicación.
13. En estos casos puede ser especialmente interesante que abras el navegador en "modo incógnito",
también llamado "pestaña privada". Encontrarás esta opción en el menú de tu navegador y, si la
utilizas, el ordenador no guardará información de contraseñas ni de navegación.
Robo de cuenta:
Otro caso un poco diferente al anterior es el robo de la cuenta, o el acceso a la misma por parte de
desconocidos. Este caso puede ser muy peligroso, ya que detrás hay entidades que hacen
operaciones poco lícitas y se aprovechan de fallos de seguridad para acceder a datos
confidenciales. En este caso también podemos tomar precauciones para evitarlo o conseguir que
nos causen el menor daño posible.
Utiliza contraseñas seguras:
Existen programas automatizados que utilizan la fuerza bruta para intentar conseguir las
contraseñas a determinados servicios. Estos programas van probando a acceder utilizando las
combinaciones más frecuentes de contraseñas: palabras que existen en el diccionario,
combinaciones de números sencillas, etc. Para evitar que descubran nuestra cuenta debemos
utilizar combinaciones de letras, números y símbolos que sean poco frecuentes. Nunca utilices
palabras completas ni combinaciones como 123 para tus contraseñas, ya que éstas serán las
primeras opciones que probarán para robarte la cuenta.
Más abajo aprenderemos cómo crear contraseñas que sean seguras.
Cambia la contraseña cada poco tiempo:
Cambia de forma regular tus contraseñas (cada pocos meses o, al menos, una vez al año).
Proporciona la información a los sistemas de recuperación:
Cuando nos damos de alta en estas aplicaciones nos suelen pedir una cuenta de correo
14. electrónico. Proporcionar este dato será imprescindible si en algún momento acceden a nuestra
cuenta y queremos recuperar el control de la misma, ya que podremos solicitar un cambio de
contraseña.
En algunos servicios más vitales también nos pedirán proporcionar y confirmar un número de
teléfono móvil, al que nos enviarán un SMS con un código.
De este modo si algún día perdemos la contraseña, o una persona malintencionada consigue
hacerse con nuestra contraseña, seremos capaces de recuperar nuestra cuenta.
Consejos importantes a tener en cuenta:
Contraseñas:
Uno de los puntos en los que hemos hecho más incapié es en la necesidad de crear contraseñas
seguras para nuestras cuentas. Pero ¿cómo lo conseguimos?.
Contraseña segura:
Se considera una contraseña segura aquella que cumple TODOS estos requisitos:
Tiene 8 caracteres o más.
Combina mayúsculas, minúsculas, números y símbolos no alfanuméricos.
No incluye ninguna palabra completa, ni combinaciones lineales de números (no vale
"hola12345%").
No coincide con ningún dato personal tuyo que pueda ser público (no utilices tu fecha de
nacimiento ni tu número de DNI, ...).
Diferentes contraseñas para diferentes servicios:
Utiliza diferentes contraseñas para diferentes servicios. Especialmente, hay dos servicios que
deben tener siempre su propia contraseña, que no sea utilizada en ningún otro servicio:
Los servicios de banca electrónica
La cuenta de email
Nunca utilices la misma contraseña en la cuenta de email que en cualquier otro de los servicios en
los que te saques una cuenta.
Comunicación segura:
Siempre que trabajamos con información privada o enviamos datos a Internet es imprescindible
hacerlo a través de una conexión segura.
La conexión segura nos garantiza:
Comunicación cifrada. Por lo tanto, si cualquiera intercepta nuestra conexión no podrá ver el
contenido de la misma.
Autenticación en ambas partes. Esto quiere decir que si el certificado de seguridad se
corresponde con la entidad, podemos estar seguros de que estamos en la página correcta.
15. Como ves, la conexión segura principalmente nos garantiza seguridad ante posibles hackers, así
como la suplantación de identidad (lamada phishing, por ejemplo es muy habitual, cuando una
página maliciosa se hace pasar por la de nuestro banco).
Pero vayamos a lo práctico: ¿Cómo sabemos si estamos utilizando una comunicación segura?.
Muy fácil, ve a tu navegador y fíjate en la dirección de la página en la que estás. Si la dirección
comienza por https, estás utilizando una comunicación segura; en cambio, si comienza por
http nadie garantiza la seguridad de tu comunicación y una persona malintencionada con
conocimientos podría ver la información que envías.
Si te fijas en cualquiera de las pestañas https que tengas abiertas, verás que al lado de la
dirección aparece un dibujo de un candado. Haciendo clic en el candado podrás ver quién
es la entidad certificada.
Nunca envíes información sensible si la dirección no es de tipo https.
Copias de seguridad:
Cuando trabajamos en la nube nuestros documentos se quedan almacenados en el servidor del
proveedor de la aplicación. Normalmente éste se preocupa de hacer las copias de seguridad
necesarias y de mantener la aplicación en funcionamiento.
Sin embargo, nunca conviene dejar la seguridad de nuestros documentos en manos de terceros.
Lo mejor es que de forma periódica realices alguna copia de seguridad. Depender únicamente del
buen hacer de otros para mantener nuestros documentos es un riesgo innecesario.
Además, piensa que ese tercero podría tomar la decisión de cerrar su servicio, o que, por
problemas técnicos se vea obligado a cerrar temporalmente el acceso. Si tienes una copia de
seguridad, podrás seguir trabajando independientemente de que funcionen o no las aplicaciones.
A modo de resumen concluimos que:
Crearemos contraseñas seguras
No debemos dar a nadie nuestras contraseñas, y las protegeremos del acceso
de terceros.
Cambiaremos la contraseña cada cierto tiempo, y siempre que sospechemos de
un acceso no permitido.
Completaremos los modos de recuperación de contraseña alternativos.
Haremos copias de seguridad de nuestros datos cada cierto tiempo (por si
acaso).
¡Garantizar la seguridad de nuestra información depende de nosotros!.
16. Ejemplo: Elegir (y recordar) una
contraseña segura
Como hemos comentado, una contraseña segura es aquella que tiene al menos 8
caracteres que incluyen mayúsculas, minúsculas, letras, números y símbolos. Pero
¿serías capaz de recordar una contraseña así?. Aunque hay muchas pautas
diferentes para crear estas contraseñas (y acordarnos de ellas), vamos a proponerte
una muy sencilla.
Paso 1) Escoge una frase que contenga algún número
Por ejemplo: Mi gato Rufus tiene cuatro patas y está arañando el sofá
Paso 2) Quédate con la primera letra de cada palabra, y utiliza los números
En el ejemplo: MgRt4pyeaes
Paso 3) Si quieres añadir más números, o tu frase no tenía ninguno, puedes
cambiar determinadas letras por números visualmente parecidos que te los
recuerden (por ejemplo: E por 3, B por 8, i por 1, o por 0, ...)
En el ejemplo: MgRt4py3a3s
Paso 4) Sustituimos alguna letra por símbolos que nos las recuerden (a por @, e por
€, s por $, H por #, ...)
En el ejemplo:
En el ejemplo: MgRt4py3@3$
Ya tenemos nuestra contraseña segura ¿habría otra forma de recordar una
contraseña como MgRt4py3@3$ así de fácil?
Curiosidad: acceso al banco
online
Aunque en la mayoría de las aplicaciones en la nube no tenemos esta opción
disponible, habrás visto que si eres usuario de la banca online allí suele estar
disponible a la hora de introducir la contraseña un pequeño teclado sobre la pantalla,
en la que tienes que hacer clic con el ratón sobre cada letra. Y eso no es todo
17. ¡encima se mueve todo el rato!. ¿Sabes la razón de ser de este teclado?.
Este tipo de métodos para introducir datos confidenciales tratan de prevenir sobre
unos virus que podemos tener en el ordenador que lo que hacen es
monitorizar todo lo que introducimos por teclado. Si tenemos uno de estos virus
en nuestro equipo es posible que estén espiando todo lo que escribimos, incluida
nuestra clave del banco. Sin embargo, este tipo de virus son algo más torpes para
detectar los movimientos de ratón, y será más complicado todavía detectar nuestra
contraseña si el teclado por pantalla se va moviendo y cada vez está un poco
desplazado respecto al momento anterior. Por eso, en servicios especialmente
sensibles se utilizan este tipo de métodos, y es recomendable que los utilices
siempre que estén disponibles.
18. Información sensible
Cuando trabajamos con herramientas en la nube desde la administración, debemos ser
conscientes de un hecho: nuestros datos quedarán almacenados en los servidores del
proveedor de la aplicación, no en nuestros equipos ni en nuestra red.
Esto puede tener implicaciones legales, ya que, como bien sabes, al trabajar en la administración
se utiliza muchas veces información confidencial, protegida por la Ley de Protección de Datos
(LOPD) o especialmente delicada.
En cualquier caso, somos responsables de garantizar la custodia y buen uso de esa información
sensible con la que trabajamos. Y ello incluye saber en todo momento dónde se encuentra nuestra
información, quién garantiza su confidencialidad e integridad, etc.
Como podrás imaginar, cuando trabajamos en la nube con aplicaciones de empresas externas,
dejamos de controlar el acceso, las condiciones de seguridad, las medidas de prevención de
ataques... todo queda en manos de una empresa que, aunque normalmente hará las cosas bien,
no nos garantiza nada en este aspecto.
IMPORTANTE: los servidores de los proveedores de estas aplicaciones normalmente no están en
España. Eso quiere decir que nuestra información se está almacenando fuera de nuestro país, con
todas las implicaciones legales que eso puede tener en el trabajo de una administración pública
(estamos sacando nuestra información fuera del país).
Las herramientas en la nube no son adecuadas cuando trabajemos con información
sensible, ya que los proveedores no nos garantizan las condiciones de seguridad que
una administración pública requiere en el tratamiento de información confidencial.
En mi trabajo: ¿Cuándo será adecuado trabajar en la nube?
Aun así, sí que podrás utilizar estas herramientas en cualquier aspecto no implique información
especialmente sensible. Tendrás que ser consciente de qué tipo de información manejas en tu día
a día, y para qué aplicaciones puedes utilizar los servicios de la nube y qué otras tareas es mejor
que sigas haciendo como hasta ahora para garantizar su confidencialidad sin depender ello de
terceros.
Reflexiona
Piensa en tu trabajo del día a día.
¿Qué tipo de información en cada una de las tareas que realizas?
¿Cuáles de esas tareas sería apropiado que siguieras realizándolas en modo local y
cuáles podrías empezar a hacer en la nube?
19. Ejemplos:
Como sabes, en la administración no hay patrón que valga: el trabajo de cada funcionario es un
mundo que poco tiene que ver con los demás. Por eso, aunque debes ser tu mismo el que valore
la conveniencia o no de trabajar en la nube, te proponemos varios ejemplos.
El caso de Ana:
Ana trabaja con información de carácter personal. En su trabajo diario maneja diferentes bases de
datos con nombres, apellidos, DNI y dirección de contacto de los ciudadanos que usan uno de los
servicios públicos de su área. No es información altamente sensible, pero sí que está protegida
por la LOPD.
Ya que es consciente de la importancia de proteger la información personal y de las medidas de
seguridad que tiene en los equipos de la oficina, ha decidido seguir utilizando las herramientas
locales cuando tenga que manejar estas bases de datos.
El caso de Marta:
Marta trabaja en salud pública, y está preparando junto con sus compañeros una presentación que
quieren hacer en la próxima feria de la juventud para concienciar a los jóvenes de los efectos
negativos del tabaco.
En este caso han decidido utilizar las herramientas de la nube, ya que en la presentación no
aparece ningún dato sensible ¡de hecho van a compartir públicamente su información para que
llegue a más gente!. Trabajar en la nube en este caso es, además de posible, recomendable.
El caso de Juan:
Juan está organizando una reunión del departamento, para lo cual necesita conocer la
disponibilidad de sus compañeros. Para ello, ha utilizado una aplicación en la nube en la que cada
uno indique qué días tiene disponible. Aunque se trata de información personal, no tiene ningún
dato confidencial (sólo aparece el nombre de cada persona y los días marcados). En este caso
utiliza una aplicación en la nube a la que se accede con contraseña. La seguridad que aporta el
proveedor de la misma es más que suficiente para garantizar la confidencialidad de estos datos
privados pero no sensibles.
Información privada vs información sensible
Y en este último ejemplo ya ha aparecido el quid de la cuestión: información privada e información
sensible. Vamos a verlos:
Información sensible: Es aquella información que debemos proteger especialmente y
garantizar su custodia. Son por ejemplo, los datos personales de los ciudadanos, información
clasificada, expedientes confidenciales, ...
Información privada: Es aquella información nuestra, personal, que no queremos hacer pública,
pero que no tiene implicaciones legales de ningún tipo. Por ejemplo, un listado de tareas
pendientes, un calendario de reuniones, una nota de prensa...
20. Las aplicaciones en la nube normalmente nos garantizan la privacidad. Suelen tener muchos
mecanismos de defensa y seguridad, por lo que normalmente nuestros datos están seguros en
ellas.
Aun así, debemos saber que, al depender del buen hacer de otros, cualquier información sensible
no está segura en manos de terceros, por lo que ésta es mejor que se quede dentro de la red de
nuestra oficina.
Nosotros somos los responsables de custodiar y garantizar la seguridad de la
información con la que trabajamos. Es nuestra responsabilidad asegurar su protección.
En nuestras administraciones públicas contamos con sistemas de seguridad que
garantizan que la información sensible no va a salir de nuestra oficina, pero si
trabajamos con sistemas de terceros no tenemos esta garantía.
21. Equipos y software
Hasta ahora hemos hablado de que las herramientas en la nube no precisan instalar ningún
software específico. Aun así, debemos tener nuestro equipo preparado para las necesidades de
estas aplicaciones, y ello incluye seguir una serie de recomendaciones. Vamos a conocerlas.
Navegador actualizado:
El navegador web es el programa que utilizamos para navegar por Internet. Los más conocidos
son Internet Explorer, Google Chrome, Mozilla Firefox, Safari, Opera, ...
Cuando trabajemos con estas herramientas conviene utilizar un navegador actualizado, porque
son más seguros y también porque incorporan la última tecnología que hará que nuestras
aplicaciones funcionen más rápido y mejor.
Por ello, para trabajar en este curso te recomendamos que utilices Google Chrome o Mozilla
Firefox en su última versión. Si no tienes las actualizaciones bloqueadas, tendrás la última versión
ya que estos dos navegadores se actualizan automáticamente. Por el contrario, si utilizas Internet
Explorer es posible que encuentres que alguna de las aplicaciones no funciona correctamente, o
que te va extremadamente lenta. Si esto te pasa prueba a cambiar de navegador.
Navegadores recomendados: Google Chrome o Mozilla Firefox (cualquiera de los dos).
Drivers y plugins:
Es posible que para acceder a alguna de las herramientas en la nube te solicite permiso para
actualizar algún plugin de tu ordenador. Algunas de estas herramientas requieren del uso de
plugins del ordenador (por ejemplo, para acceder a la videocámara o a la tarjeta de sonido). Si
esto ocurre verás que aparece un aviso por pantalla proponiéndote actualizarlo.
Programas auxiliares:
Algunas de las aplicaciones en la nube tienen, además de las funcionalidades a las que
accedemos a través de nuestro navegador, diferentes programas que podemos instalar en nuestro
ordenador. Por ejemplo, si has utilizado Dropbox o Google Drive habrás visto que te propone
22. instalar un programa.
Estos programas son opcionales en todas estas herramientas que vamos a utilizar. Es decir,
podrás utilizar las herramientas accediendo a ellas desde el navegador, pero, eso sí, si quieres
sacar todo el provecho de ellas, podrás instalar estos programas que te ofrecerán alguna
funcionalidad extra.
Por ejemplo, en Dropbox este programa te permitirá sincronizar los ficheros de tu ordenador en la
nube. En este mismo caso si no instalamos el programa podremos tener nuestros documentos en
la nube igualmente, pero accederemos a ellos siempre desde el navegador.
Como sabes, en la administración todos los equipos están bloqueados y sólo puede acceder a
ellos el técnico informático para instalar nuevos programas. Como vamos a utilizar herramientas
en la nube en principio no va a ser necesario que el técnico nos instale ningún programa para
poder hacer el curso, ya que vamos a trabajar accediendo desde el navegador. Aun así, siempre
que exista un programa auxiliar asociado a una de las aplicaciones, lo comentaremos y
mostraremos las funcionalidades que tiene, para que puedas valorar si lo quieres instalar en tu
ordenador.
Aplicaciones móviles y acceso desde
Smartphones:
Una de las grandes ventajas de trabajar en la nube es que podemos acceder a las aplicaciones o
a nuestra información almacenada desde cualquier dispositivo conectado a Internet. Aun con todo
debemos saber que los navegadores de los teléfonos móviles están más limitados que los de
nuestro ordenador, y por ello hay algunas aplicaciones en la nube a las que no podemos acceder
directamente desde el navegador de nuestro teléfono móvil porque no funcionarían correctamente
o la experiencia de usuario no sería demasiado buena (la pantalla es más pequeña, la pantalla es
táctil en vez de usar lugar del ratón,...).
Por ello la gran mayoría de estas herramientas ofrecen de forma gratuita una aplicación para los
teléfonos móviles de última generación (Smartphones) que sí que nos permiten un acceso
mejorado y sacando todo el partido de nuestro dispositivo. En estos casos, si requieres acceder a
menudo a estas herramientas desde tu móvil, sí que es muy interesante descargar la aplicación
correspondiente.
Además, estas aplicaciones permiten trabajar sin cobertura, guardando la información generada
durante el periodo de tiempo en el que no tenemos conexión de datos y volviéndose a sincronizar
de nuevo en la nube cuando ésta vuelve.
23. Recomendaciones prácticas
A lo largo de todo el curso vamos a utilizar diferentes herramientas en la nube. Para conseguir que
funcionen correctamente, lee atentamente estas recomendaciones y consulta con la profesora del
curso si tienes dudas.
Navegador y equipo:
Utiliza siempre un navegador actualizado. Es recomendable el uso de Google Chrome o
Mozilla, ya que con Internet Explorer algunas aplicaciones pueden dar problemas o
funcionar de forma más lenta.
Es posible que alguna de las aplicaciones instaladas requiera la instalación de algún driver.
Si esto sucede, te propondrá la instalación el propio navegador al acceder a la aplicación.
Aplicaciones gratuitas y de pago:
Dentro de todas las aplicaciones en la nube que tenemos a nuestra disposición, encontraremos
unas herramientas gratuitas y otras de pago.
Sin embargo, lo más habitual en este tipo de herramientas son las aplicaciones mixtas: nos
ofrecen ciertas funcionalidades de forma gratuita, pero, si queremos utilizar las funcionalidades
más avanzadas, o tener más espacio, tendremos que adquirir una licencia de pago. Suelen ser
licencias bastante asequibles, y van siempre ligadas a nuestra cuenta.
Durante este curso vamos a utilizar únicamente aplicaciones gratuitas y aplicaciones mixtas en su
versión gratuita.
Ayuda:
Pide ayuda a la profesora del curso siempre que la necesites ¡está aquí para intentar solucionar
cualquier percance!.
24. El futuro de las aplicaciones
¿Te acuerdas de que hace años la capacidad de los ordenadores era apenas capaz de procesar
juegos como el pong, o de ejecutar editores de texto similares a nuestro actual bloc de notas?.
Para que veas lo que se ha evolucionado, podemos poner el ejemplo del ordenador a bordo del
Apolo 11 (año 1969), que tenía una capacidad en memoria de 36Kb. Cualquier fotografía que
saquemos ahora con nuestra cámara casera ocupará al menos 100 veces más que la memoria de
ese ordenador.
Durante muchos años se cumplió la llamada "Ley de Moore", que expone que la capacidad de
cómputo de los ordenadores se duplica cada 18 meses. Es decir, cada año y medio conseguíamos
tener ordenadores el doble de rápidos y con el doble de capacidad. Este crecimiento parecía
imparable: nuestros ordenadores cada vez eran más y más potentes, y podían procesar más y
más rápido. Al mismo tiempo se iban desarrollando programas con más funcionalidades, más
capacidades y más opciones y... también más difíciles de utilizar.
Pero llegó un momento en el que esa tendencia se estancó. De repente nos dimos cuenta de que
lo que queríamos no era tener ordenadores más y más potentes. O al menos no sólo queríamos
eso. Ahora necesitábamos equipos cada vez más pequeños, que cupieran en la palma de nuestra
mano y, en todo caso, equipos más baratos, que pudiéramos incorporar en todos los aspectos de
nuestra vida.
Al mismo tiempo que esto ocurría, las redes de comunicación estaban cada vez más
desarrolladas. Gracias a las redes móviles podíamos empezar a conectarnos a Internet desde
cualquier lugar. Con las redes WIFI disponibles en cualquier establecimiento pasábamos a tener
conexión a alta velocidad prácticamente al alcance de todos. Entrábamos así en esta fase actual
en la que estamos hiperconectados y accesibles 24 horas al día.
De repente nuestros teléfonos móviles se convirtieron en auténticos ordenadores de a bordo,
mucho más potentes que cualquier superordenador
de hace apenas 10 años.
Al mismo tiempo, empezaron a verse frigoríficos con conexión a Internet, lavadoras que se activan
desde la red, básculas que se conectan con nuestro historial, pulseras que monitorizan nuestras
pulsaciones y las envían a su aplicación en tiempo real... nos rodeamos de aparatos electrónicos
en todos los aspectos de nuestras vidas, y comenzamos a conectarlos con Internet.
De este modo, con terminales cada vez más ligeros, pero al mismo tiempo conectados a Internet
de forma casi permanente, empezaron a cobrar sentido las aplicaciones en la nube para uso
general. Las herramientas en la nube aprovechan esta conectividad para permitirnos trabajar de
forma más sencilla y adaptada a nuestras necesidades actuales.
¿Y cuál es el futuro?
No sabemos dónde estaremos dentro de pocos años, aunque hay varias tendencias que parecen
claras para los próximos años:
Estaremos cada vez más conectados.
Tendremos a nuestro alcance multitud de terminales que abarcarán todos los aspectos de
nuestra vida (más baratos y al alcance de todos).
Cada vez tendremos mejores redes de comunicación, especialmente inalámbricas.
El almacenamiento en la nube será cada vez más barato. Cada vez tendremos más
información en la nube.
Cada vez recurriremos más a los procesados en la nube en lugar de hacerlos en nuestros
equipos.
Nuestros ordenadores serán cada vez más usables, las aplicaciones más sencillas y fáciles.
25. Reflexiona
¿Has vivido todos estos cambios? ¿cómo te han afectado en tu trabajo? ¿te han
ayudado a trabajar de forma más efectiva?
En su momento ¿ofreciste resistencia al cambio?. En este momento ¿estás
dispuesto a cambiar tu modo de trabajar?.
¿Sabías que...?
En este curso vamos a centrarnos en aprender aplicaciones en la nube. Pero
¿sabías que también existen sistemas operativos en la nube?.
Curiosamente, uno de los pioneros está desarrollado por un equipo español:
http://www.eyeos.com/es/
Estos sistemas operativos en la nube permiten desentendernos completamente del
equipo desde el que accedamos, ya que todo el sistema, todos los programas, todos
los ficheros, ... están en la nube.
Conocer las herramientas en la nube también puede suponer un antes y un después en la forma
en que trabajamos. Así pues: ¡Vamos a conocerlas todas!. Te esperamos en el siguiente tema
para empezar con algunas de ellas.