1. Cavando y cavando hasta que encontró la cerradura, tras lo cual apareció una
puerta chica, el niño temeroso e inseguro metió la llave de oro en la puerta, la
giró dos veces, se abrió y entró hasta ver algo insólito e íncreible. El lugar era
una cueva súbterranea llena de oro puro y bendito, el niño no lo podía creer, y
sin pérdida de tiempo corrió con su trineo lleno de leña, llegó a su casa, y le
contó a sus padres la buena nueva, sus progenitores no podían creer lo que
estaba contando, sin perder el tiempo fueron al lugar, abrieron la puerta chica
y con dificultad entraron a la cueva de oro, y los padres del niño quedaron
atónitos, y al querer tocar el oro macizo todo se convirtío por arte de magia en
nueces y mas nueces, el niño y sus padres se transformaron en ardillas, y al
querer escapar la puerta chica se cerro pesadamente, luego que aparecieron
otras ardillas, diciendolés que el oro era una visión óptica y la familia-ardilla
se resigno a convivir con los demás. Insólito ¿no?
En un dia soleado en el vecindario los chicos juegan a la pelota las niñas a las
muñecas y los adultos se dedican a las labores caseras, en eso apareció un auto
negro con ventanillas polarizadas circulando despacio y con rumbo incierto
hasta que se abre una puerta sale una figura misteriosa vestida de azul morado
con botas limpias y surgiendo entre sus anteojos un rostro femenino, camina
en silencio sin mirar a nadie la gente empieza a palidecer los chicos corren
asustados los padres estan en posición de guardia mientras la mujer de azul
morado sigue caminando se detiene en la plaza y exclama; ¿quien es el dueño
de este vecindario? Nadie responde el silencio se torna tenso y pesado hasta
que alguien se acerca diciendo; soy el concejal de este barrio mi nombre es
Macario, encantada de conocerlo yo soy una noble dama perteneciente a un
club de beneficiencia y quisiera comprar este barrio para convertirlo en un
centro de compras la gente quedó atónita ante insolita noticia el concejal
Macario le dijo que este barrio no se vende sugiriendolé que vaya al camino
correspondiente la dama misteriosa lo miró con discreto enojo subió al auto y
se fue a toda marcha y la gente respiró aliviada con la misiva de que no venga
ningún desconocido.