Los sistemas inteligentes simulan aspectos del comportamiento inteligente con el objetivo de aprender de la naturaleza y construir arquitecturas computacionales más poderosas. El objetivo final es crear artefactos que puedan representar y razonar sobre su propio conocimiento, planificar y actuar, asimilar nuevo conocimiento y llevar a cabo cualquier tarea considerada inteligente. Los seres humanos y animales son sistemas inteligentes naturales, mientras que los sistemas artificiales tratan de emular sus capacidades de adaptación a situaciones cambiantes