1. Si buceamos en el mundo de las estadísticas culturales, comprobaremos que después de la
Biblia, la obra literaria más vendida de la historia humana es Drácula de Bram Stoker, novela
publicada en1897 que, desde entonces, ha propagado de manera increíble el mito vampírico a
lo largo y ancho del planeta.
A principios de los años veinte un genio alemán decidió intentar adaptar la ya celebérrima
obra de Stoker al celuloide. La tarea F.W Murnau partió con innumerables obstáculos; la casa
de producción intentó comprar los derechos a la viuda de Bram Stoker, pero ésta se negó en
rotundo , por lo que el director teutón usó dos argucias que a la postre no servirían de nada.
Cambió el nombre original por el de Nosferatu, que en rumano significa vampiro o no muerto,
y alteró ligeramente el nombre de la mayor parte de los personajes de la novela, creyendo que
de este modo lograría burlar la ira de los herederos del novelista.