El documento cuestiona el mito del "vivieron felices para siempre" al señalar que es improbable que las princesas siempre esperen ser rescatadas por un príncipe azul y vivan felices para siempre. Argumenta que la felicidad depende más de aprender a disfrutar de uno mismo que de otra persona, y que los seres humanos deberían enfocarse en compartir su humanidad en lugar de esperar un rescate.