1. CAMBIA TU MUNDO CAMBIANDO TU VIDA
AÑO TRAS AÑO,
DÍA TRAS DÍA
Cómo ser feliz a cualquier edad
AHORA TE TOCA A TI
5 formas de devolver la mano
a los mayores
LA VEJEZ, UN ESTADO
DE ÁNIMO
¿Cuán joven eres?
3. Empezar
de nuevo
a los
Ruby Davis
Brenda tenía casi 80 años cuando murió su
marido y quedó sola en una casa grande de una
ciudad con una criminalidad bastante alta. Sus dos
hijos varones vivían a una hora de distancia. Su hija,
que no vivía tan lejos, se preguntaba como se las
arreglaría su madre y rezaba por ella con frecuencia.
Pasaron varios meses. Un día que Brenda leía
el obituario del periódico, se topó con un nombre
que reconoció de muchos años atrás: Nick, con
quien había cultivado una estrecha amistad en su
80
Cuando dos personas se encuentran, también
entran en contacto dos mundos privados. Nuestros
mundos privados no tienen la capacidad para
proporcionarnos una vida plena. Debemos estar
juntos. Lo que necesitamos es amor, amar y ser
juventud, cuando ambos eran monitores en un amados. A. Powell Davies
campamento de verano para niños. La nota necro-
lógica era sobre la esposa de Nick. La invadieron los Cuando no se veían, él le enviaba a ella una tarjeta
recuerdos. Escribió a Nick una tarjeta de pésame, y casi todos los días. Su amistad llenó el vació que
él le respondió con una nota de agradecimiento que había dejado el fallecimiento de sus cónyuges.
además expresaba lo mucho que le había gustado Al cabo de un año de visitas y de muchas llama-
volver a saber de ella. Continuaron escribiéndose. das telefónicas —ambos cumplieron 80 años en ese
Luego hablaron por teléfono, y un buen día él la fue período— Brenda vendió su casa y se desposaron.
a visitar. Todo esto podrá parecer inverosímil, pero sé que
Habían transcurrido 62 años desde la última vez es verdad, porque Brenda es mi madre. Yo soy la
que se habían visto, cuando Nick, aprovechando hija que rezaba por ella. Mamá nunca se imaginó
unos días de licencia del ejército, había cruzado que le sucedería algo así en esa etapa de su vida.
todo el país para ir a verla. En aquel entonces se Sin embargo, la Biblia dice: «Todas las cosas son
tenían gran afecto mutuo; pero la vida los llevó por posibles para Dios»1. «¡Es un milagro!», me dijo una
rumbos distintos, y a la larga ambos se casaron con vez que la fui a ver. Para mí, ese asombroso giro de
otras personas. La casi totalidad de aquellos 62 años los acontecimientos fue en respuesta directa a mis
ambos habían residido en la misma zona; inclusive oraciones; para mamá y Nick, es una oportunidad
tenían amigos e intereses en común. Pero por esas de empezar de nuevo a los 80.
cosas de Dios, no se habían vuelto a encontrar.
Brenda y Nick descubrieron que tenían mucho Ruby Dav is es integr ante de L a Fa mili a
de qué hablar. Comenzaron a intercambiar visitas. Inter nacional en Canadá. 1
1
Marcos 10:27
3
4. Año tras año,
día tras día Virginia Br andt Berg
Alguien me preguntó el otro La vejez puede ser una aventura
día: «¿Por qué haces referencia a
tu edad con tanta frecuencia?» Es maravillosa, sobre todo para quienes
que me parece maravilloso que
Dios me haya guardado a lo largo han cultivado su relación con Jesús.
de tantos años. Lo anunciaré una
vez más: «Tengo 80 años» [en sensación de vacuidad y de intrascendencia porque carecen de fe y no
1966]. tienen una relación viva con un Jesús vivo.
Yo que tú no le tendría miedo a ¿A cuántas personas conoces —sobre todo personas mayores— que
la vejez. Algunas personas piensan tengan un rostro alegre y radiante? Muchos ancianos con que nos
que no trae más que inconve- topamos por la calle denotan infelicidad y parecen abrumados por el
nientes y achaques. Algo de eso miedo. El motivo es que les falta fe. No cuentan con un ancla para los
hay, naturalmente. Sin embargo, tiempos tormentosos; no tienen a Jesús a quien acudir. Su rostro no
puede ser también una aventura expresa alegría porque no hay alegría en su corazón. Pero no tiene por
maravillosa, sobre todo para qué ser así. Un amigo mío, hablando del semblante de una señora, dijo
quienes han cultivado su relación que «parecía una vieja catedral iluminada para el culto vespertino».
con Jesús. Sin Él, me imagino que Conozco también personas mayores que no hacen más que hablar
mi vida habría sido monótona y de lo estupenda que es la vida que llevan. En todos los casos, ese
llena de desilusiones y fracasos. planteamiento optimista y el buen efecto que tiene son consecuencia
Conozco a mucha gente así, de que una fe firme. Dicen : «El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de
personas angustiadas por una quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de
4
5. La vejez es tanto una oportunidad,
con otro vestido, como la mocedad.
Y en el crepúsculo se llena el firmamento
de estrellas invisibles hasta ese momento.
Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882)
atemorizarme?»1 En otras palabras: «No tengo miedo a los años. Pase
lo que pase, estoy en manos de Dios». O: «Dios es mi amoroso Padre,
y sé que todo redunda en mi bien, porque lo amo»2. ¡Qué principio
más estupendo por el que regir nuestra vida! LA MEJOR ÉPOCA
Muchas personas se empantanan con los afanes de la vida; se DE LA VIDA
preocupan de que en un futuro sus necesidades físicas y materiales Dav id Br andt Berg
queden insatisfechas. «Hombres de poca fe», fue la reprensión que
dirigió Jesús a algunos de Su época. «Vuestro Padre celestial sabe que La vejez debería ser la mejor etapa
tenéis necesidad de todas estas cosas. Mirad las aves del cielo, que no de la vida. Quien ha procurado
siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial amar, ha vivido intensamente y ha
las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?»3 Contamos hecho todo lo posible por agradar
con la seguridad de que «Dios [...] suplirá todo lo que [nos] falta con- a Dios puede ver entonces el buen
forme a Sus riquezas en gloria en Cristo Jesús»4. Cuando los años nos fruto de sus esfuerzos. Eso debería
dan alcance, Dios entiende nuestras necesidades de la misma manera ser motivo para que uno se sienta
que cuando éramos jóvenes, y es igual de capaz de proveer para ellas. auténtica y permanentemente
La Biblia dice que «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los realizado, seguro de que le
siglos»5. Sus promesas no varían sólo porque entremos en años. Son aguardan recompensas eternas9.
válidas tanto para jóvenes como para ancianos, y están dirigidas Es una verdadera lástima que
tanto a unos como a otros. «Si puedes creer, al que cree todo le es tanta gente tenga un concepto
posible»6 tiene la misma eficacia a los 80 años que a los 18. «Podemos terrible de la ancianidad, cuando
decir confiadamente: “El Señor es mi ayudador; no temeré”»7. lo cierto es que todo debería ir
«[Dios mismo] dijo: “No te desampararé, ni te dejaré”»8, lo que de bien en mejor a medida que
implica que no nos abandonará en nuestra vejez. Ese es el Dios avanzamos en edad. La vejez sólo
que yo conozco, el cual me ha demostrado Su fidelidad año tras nos produce desilusión cuando
año en todo tipo de circunstancias. Ahora mismo está presto a descubrimos que el paso de los
satisfacer también tus necesidades, cualesquiera que sean. Tengas años no nos ha servido para
la edad que tengas, sea cual sea tu necesidad, en todo momento acercarnos a Dios, que no hemos
Él se desvela por ti. hecho otra cosa que dar vueltas
a la noria, que todo nuestro trajín
Virgini a Br andt Berg (1886–1968) fue una destacada no nos ha reportado ningún
evangeliz ador a y m adr e de Dav id Br andt Berg (1919–1994), progreso. Pero Dios no nos regaló
funda dor de L a Fa mili a Inter nacional. 1 la vida con la idea de que la
primera mitad fuera la mejor. Él
1
Salmo 27:1 6
Marcos 9:23 concluye y perfecciona todo lo
2
Romanos 8:28 7
Hebreos 13:6 que comienza10. De manera que
3
Mateo 6:32,26 8
Hebreos 13:5 no temas la vejez ni te resistas a
4
Filipenses 4:19 9
Apocalipsis 22:12 ella; más bien preocúpate de que
5
Hebreos 13:8 10
Salmo 138:8; Filipenses 1:6 sea una etapa hermosa de tu vida.
5
6. CON DIOS
AL VOLANTE
Chr istina Andr eassen
Todavía recuerdo cuando yo solita, segura Al poco tiempo entablamos una entrañable
de mí misma y orgullosa de mi capacidad, conducía amistad. Siempre estabas dispuesto a mirar el mapa
mi automóvil por las carreteras de la vida. Yo decidía e indicarme la ruta cuando me perdía. No sé cómo,
mi destino. Me encantaban esas horas solitarias que pero te conocías todos los recorridos. También me
pasaba en la ruta observando la puesta de sol, me acompañaste en largos viajes nocturnos, y me dabas
gustaba sentir el agarre de las ruedas en el asfalto la mano cuando tenía miedo y me sentía sola. Tu
y me apasionaba poder ir en cualquier momento presencia siempre lo iluminaba todo.
donde me diera la gana. Era dueña de mi vida y Cuando llevada por mi sed de aventuras ter-
procuraba disfrutar de ella todo lo posible. minaba en una cuneta, te ofrecías a darme un
Claro que también hubo situaciones difíciles, empujón para hacerme volver a la carretera. No
tramos solitarios y oscuros en que la noche parecía me explico cómo, pero entendías mi desaliento y
tragarme, ocasiones en que tuve que echarme en jamás me decías: «Te lo advertí». Otra cosa es que
el lodo para localizar una avería o tapar una fuga me abrazabas y me perdonabas después que discutía
de aceite, días en que tuve que cambiar un neumá- estúpidamente contigo y te decía que no te metieras
tico bajo un sol abrasador o una lluvia torrencial, más en mi vida. Nunca dejabas de amarme y de
momentos de confusión y contrariedad en que tuve manifestar fe en mí. Sin embargo, yo me empeñaba
que retroceder por haberme metido en una vía sin en llevar el volante, y te recordaba:
salida. Andar sola no siempre era pura fiesta; pero —Al fin y al cabo es mi auto.
siempre me las arreglaba para olvidar esos desafor- Aunque agradecía Tus consejos e instrucciones, la
tunados incidentes y reemprender viaje en busca de decisión final siempre la tomaba yo. «Al fin y al cabo
aventuras. es mi vida», pensaba.
Así discurrió mi vida hasta que te vi haciendo Al cabo de muchos kilómetros, todavía insistía
dedo y te di un aventón. Te pregunté a dónde ibas, y en conducir, y no hacía caso de Tus ofrecimientos
respondiste: de tomar el volante. Es decir, hasta el día en que
—A donde tú vayas. destrocé el auto. Humillada y desconsolada, viendo
6
7. condujeras Tú. Aprendí a quedarme quieta y a
morderme la lengua cuando Tus caminos eran
contrarios a los míos. Hacía un esfuerzo por esperar
el automóvil de mis sueños hecho pedazos, por fin pacientemente, hasta que luego de la siguiente curva
te entregué las llaves. Con una sonrisa de alivio, te aparecía la grata sorpresa que Tu misteriosa sonrisa
arremangaste y empezaste a hacer las reparaciones. ya me había hecho sospechar. Los súbitos reventones
Al rato reemprendimos la marcha; a partir de enton- de neumáticos y los virajes equivocados pasaron a
ces fuiste Tú el conductor, y yo la pasajera. la historia, al igual que mi búsqueda frenética de
Desistir de llevar el timón fue mucho más difícil felicidad y emociones fuertes. Contigo al volante, no
de lo que esperaba. había ni un momento aburrido.
—¡Oye! —te gritaba abalanzándome sobre el Eso no quiere decir que no hubiera desilusiones
volante—. ¿Qué haces? ¡Yo creía que habíamos temporales, como cuando me llevabas por caminos
acordado ir en aquella dirección! desiertos y polvorientos y recorríamos largos kiló-
Enseguida frenabas y con paciencia esperabas a metros sin ver a nadie. No obstante, aquellas rutas
que dejara de forcejear. Luego te volvías hacia mí y solitarias conducían a lugares con una vista extraor-
me decías con la ternura de un padre que le explica dinaria, panoramas de misteriosa belleza que habías
algo a su hija: reservado para nosotros dos. También hubo ocasio-
—Confía en Mí. Sé lo que hago. nes en que elegiste vías que pasaban por parajes que
A regañadientes cedía y volvía a sentarme, siempre me habían inspirado pavor: valles y cañones
hirviendo por dentro; hasta que doblábamos el sombríos a los que no llegaba el sol. Protestaba en
siguiente recodo y de repente quedaba muy claro silencio: «¿Por qué venimos por aquí?» Tú siempre
que sabías bien a dónde me llevabas. Te dirigía adivinabas lo que estaba pensando y me respondías:
entonces una mirada de asombro por Tu sagacidad y —¿Alguna vez te he defraudado?
previsión. En cuanto obligaba a mi alma a sosegarse y
Mas no tardaba en olvidar esa enseñanza y al confiar, sentía nacer en mí unas fuerzas y un valor
cabo de un rato me empecinaba otra vez en lo mío. que no sabía que tenía.
Pasábamos por un sitio entretenido y me quejaba: Desde el día en que tomaste el volante he coro-
—¡Uy! ¿Por qué no paraste? nado cumbres impresionantes, he recorrido valles
Tú te volvías y con una sonrisa de complicidad de hermosura sin igual, he conocido la emoción
me decías: de la aventura, una felicidad increíble y un amor
—Confía en Mí. Más adelante te ofreceré algo sin medida. Tenías razón. Jamás me arrepentiré de
mucho mejor. haber vivido contigo al volante.
No te equivocabas. Siempre había algo mucho
mejor, algo que jamás había soñado posible. Cristina Andreassen es misioner a de La
Al cabo de un tiempo me acostumbré a que Familia Internacional en el Medio Oriente. 1
7
8. 1. Empatiza con ellos.
Ponte en su pellejo. Quizá piensas que tienes
muchos problemas, pero si procuras imaginarte las
dificultades que se experimentan a esa edad te harás
una idea más cabal de lo que sufren algunas perso-
nas mayores.
AHORA TE Muchos ancianos ya no tienen la capacidad
física para hacer ciertas cosas a las que estaban
acostumbrados. Eso puede ser desalentador y generar
TOCA A TI sentimientos de impotencia. Algunos han perdido
la vista o el oído, y ni siquiera pueden comer o
caminar por sí solos. Eso les da vergüenza: se sienten
¿Tienes padres, abuelos u otros seres humillados y privados de su dignidad. Otros sufren
queridos que sufren de algunos de los típicos dolores o malestares constantes. Dado que su sistema
achaques de la vejez? A continuación te inmunológico está debilitado, hasta las menores
presentamos cinco formas de corresponder al dolencias pueden tener para ellos graves complicacio-
cariño y apoyo que ellos te manifestaron: nes. Sus huesos son más frágiles, y sus órganos, más
delicados; de ahí que cuando sufren una fractura o
algún otro daño, el proceso de curación se dilate.
En determinadas circunstancias puede que se
inquieten por lo que sucederá si su estado empeora y
no tienen a nadie que los cuide. O tal vez se angus-
tian pensando que son una carga para los demás.
La compasión y la misericordia contribuyen
en gran medida a aliviar esas penas y disipar esas
aprensiones.
2. Valóralos.
Puede que algunas personas mayores no sean tan
E L M AyO R A M O R fuertes o despiertas como antes. Eso, sin embargo,
no significa que hayan mermado ciertas caracte-
Jesús dijo: «Nadie tiene mayor amor que este, rísticas suyas que son intangibles, los importantes
que uno ponga su vida por sus amigos»1. atributos que definen su manera de ser. Es más, en
Amar es tender una mano a los demás; muchos casos cualidades como el amor, la considera-
procurar empatizar con ellos; enjugar sus ción, la lealtad, la humildad, el humor, el optimismo
lágrimas; llevar sus cargas; hacer nuestro su y el buen criterio alcanzan su plenitud durante la
dolor; atenderlos hasta que se repongan de tercera edad.
sus enfermedades; escuchar con paciencia Eso explica que los ancianos sean de las personas
y actitud abierta a los que necesitan más fascinantes del mundo, más aún cuando se con-
desahogarse; ser un buen amigo, comprensivo sidera que han vivido en épocas que los más jóvenes
y presto a ayudar; orar por los necesitados; no han conocido. Tómate el tiempo para descubrir
participar de sus angustias, así como de sus esos tesoros. Te sorprenderá lo que encuentras, y
esperanzas y sus sueños. hasta puede que ellos mismos se sorprendan.
8
9. 3. Exprésales tu cariño y gratitud.
A veces el sabernos amados cambia radicalmente
nuestra perspectiva de la vida y nos permite afrontar
mejor las circunstancias. Si las personas mayores
perciben que se las aprecia por los esfuerzos que
hicieron en otros tiempos, por lo general enfocan la
vida más objetivamente y superan sus sentimientos
de culpa por los fracasos y errores del pasado, tanto
reales como imaginarios.
Algunas de las frases más tristes suelen pro- Muchos ancianos, cuando les preguntan por qué
nunciarse en los velorios y entierros: «Espero que no se mantienen más activos física y mentalmente,
supiera lo mucho que significaba para mí», «¡Ojalá aducen que no tienen a nadie con quien hacer ejerci-
le hubiera dicho más seguido cuánto la quería!» cio o realizar actividades intelectuales estimulantes.
Manifiéstales tu cariño y gratitud ahora que puedes. Ayúdalos a mantenerse activos. Así inviertes en su
futuro, y de paso también en el tuyo.
4. Ayúdalos a mantenerse activos.
Numerosos estudios demuestran que la actividad 5. Reza por ellos.
física demora el proceso de envejecimiento, lo que Se ha dicho que orar por alguien no es lo mínimo
se traduce en longevidad y una mejor calidad de que se puede hacer, sino lo máximo. La oración
vida. Por el contrario, la vida sedentaria aumenta mueve el corazón y la mano de Dios. Lo insta a
las probabilidades de contraer enfermedades típicas actuar conforme a nuestras peticiones y a realizar
de la vejez y de morir prematuramente. Hasta una lo que está fuera de nuestro alcance. «Lo que es
breve caminata al aire libre es beneficiosa. (Existen imposible para los hombres, es posible para Dios»2.
diversas recomendaciones, pero una buena táctica La oración abre un canal bidireccional de comu-
es comenzar de a poco y aumentar gradualmente la nicación entre Dios y nosotros. Cuando le pedimos
duración y frecuencia del ejercicio hasta un mínimo que nos escuche, estamos más predispuestos a
de 20 minutos al día, cinco días a la semana.) escucharlo. Algunas de Sus respuestas más rápidas a
Otros estudios revelan que la estimulación inte- nuestras plegarias se producen cuando logra concitar
lectual agiliza la mente y previene la pérdida de la nuestra participación.
memoria, de la misma forma que el ejercicio forta- El solo hecho de rezar por otras personas es
lece el cuerpo y constituye un factor de protección. prueba fiel de que nos interesan su felicidad y bienes-
tar. Eso nos pone además en situación de entender
mejor los amorosos designios que tiene Dios para
ellos y cómo podemos contribuir a hacerlos realidad.
La seguridad de que alguien nos Cuando rezamos para que alguien no se sienta solo,
por ejemplo, es muy posible que Dios nos señale qué
quiere nos renueva las esperanzas, podemos hacer en la práctica para aliviar esa sole-
dad. Quizá nos sugiera una visita o una salida con
nos infunde fe y nos ayuda a verlo esa persona, una llamada telefónica, un mensaje por
correo electrónico o una tarjeta de felicitación. 1
todo con más optimismo.
1
Juan 15:13
David Brandt Berg 2
Lucas 18:27
9
10. SE VA
CON
GRACIA
Hannah Avellino
Revisando los efectos cielo, la luna. La mujer tiene los querida madre: la gracia que
personales de mi madre después ojos cerrados. Debajo hay una me dio el Señor en respuesta
que murió, encontré un señalador inscripción: «Se va con gracia». a mis oraciones fue más que
que desde entonces ha tenido Había oído decir que a ciertas suficiente. Él puso ciertas pince-
un profundo significado para personas Dios les concede gracia ladas de amor en un cuadro que
mí. En él hay un dibujo de una para morir en el momento de su de lo contrario habría sido muy
nativa norteamericana ya entrada fallecimiento, y que otorga una negro.
en años con un vestido largo gracia similar a personas que Me recordó la contestación
y vaporoso. En la distancia se pierden a un ser querido. Eso se que dio el evangelizador Dwight
divisan unas montañas, y en el hizo palpable cuando murió mi Moody a dos señoras que le
10
11. Me incliné para situarme delante de ella,
preguntaron si tenía gracia para pero era como si su mirada me atravesara.
morir. «No, señoras —respon-
dió—, en este momento no
me estoy muriendo». Dios nos experiencia muy hermosa que su mirada estaba perdida en
concede esa gracia especial en el nos unió tremendamente. algún punto detrás de mí. Me
momento en que la necesitamos, Mi madre no tenía miedo de incliné para situarme delante
no antes. morir y estaba muy agradecida de ella, pero era como si su
Tanto mi madre como mi de la vida que había llevado. En mirada me atravesara. Entonces
abuela eran cuáqueras y me efecto, vivió a plenitud. me di cuenta de que ella estaba
transmitieron a mí esa fe, así En determinado momento le viendo a alguien o algo que los
como valores centrados en el expresé en susurros la profunda demás no alcanzábamos a ver.
amor. Mi madre fue consecuente gratitud que sentía por el amor Le pregunté a quién veía o qué
con esos valores toda su vida, incondicional y el apoyo moral miraba, pero no me respondió.
y fue mayormente su ejemplo que siempre me había mostrado, En ese momento cerró los ojos,
de brindarse a los demás lo que a pesar de que mi vocación se dibujó en su rostro una
influyó en mi decisión de consa- misionera significó que no pudo expresión de paz y partió.
grarme al apostolado desde joven, verme a mí y a mis dos hijos muy Claro que la echo de menos,
decisión de la que nunca me he seguido. Sus tres bisnietos tam- pero estoy muy agradecida de
arrepentido. bién se estaban criando en lejanos que se fuera con tanta serenidad
Tenía programado hacer un lugares de misión. Después de y sin dolor. El Señor me dio la
viaje trasatlántico para acom- darle las gracias le pregunté si gracia para despedirme de una de
pañarla cuando se sometiera a seguiría ayudándome desde el las personas que más he querido
una operación quirúrgica en las más allá, a lo que ella asintió con en la vida, hasta que volvamos a
articulaciones y ayudarla en su la cabeza. encontrarnos y vivamos juntas
convalecencia. Pero tres semanas Pocos minutos antes de pasar por la eternidad.
antes de la fecha de mi viaje mi a mejor vida, abrió los ojos y
hermana me llamó para decirme dirigió la mirada al otro extremo Hannah Avelino es
que mamá estaba hospitalizada y de la habitación, hacia el techo. integr ante de La Familia
que no tenía visos de recuperarse. Yo estaba sentada a su lado y la Internacional en
Tomé el primer vuelo que pude tenía tomada de la mano, pero Rumania. 1
y doce horas más tarde estaba a
su lado. Para el cristiano, la muerte no es ninguna tragedia. Jesús dijo: «Yo soy
Mi hermana, mi hermano y la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá.
yo nos reunimos en torno a su Y todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá eternamente»1.
lecho en el hospital y pasamos las Si aún no has recibido a Jesús y la vida eterna que te ofrece, hazlo
últimas horas juntos recordando ahora mismo mediante la siguiente oración:
momentos felices de nuestra vida
familiar y hablando de lo mucho Jesús, perdóname todos mis pecados. Gracias por morir por mí. Te abro
que significaba mamá para noso- ahora la puerta de mi corazón y te ruego que entres en él y me concedas
tros. Aunque estaba fuertemente vida eterna. Amén.
sedada, en espíritu estaba muy
presente. Para los tres fue una 1
Juan 11:25,26
11
12. SONREÍR A UN ÁRBOL
Joyce Suttin
Eloísa tiene ochenta y dos años y vive en Con frecuencia he pensado en el paralelo entre los
un asilo de ancianos. Está en una fase avanzada árboles y nuestra vida. Pasamos por etapas semejan-
de la enfermedad de Alzheimer. Recuerda cómo se tes a las estaciones: tenemos un radiante inicio, como
llama, pero con frecuencia no reconoce a su nieta. los tiernos brotes de color verde pálido que asoman
Es amable y tierna con todas las enfermeras y tiene en la primavera; épocas de florecimiento, como los
un efecto especial en ellas, aunque cada mañana, frondosos y exuberantes árboles que se aprecian en
cuando se presentan en su cuarto, no se acuerda verano; temporadas de esplendor, como el otoño
de quiénes son. A las enfermeras les resulta fácil en que las hojas adquieren vistosas tonalidades; y
tener paciencia con ella, lo que no sucede con otros períodos sombríos como el invierno, con la peculiar
enfermos de Alzheimer que a veces son testarudos belleza de las ramas cubiertas de nieve; después de lo
y cascarrabias. Eloísa ha perdido la memoria y está cual vuelve la primavera y renace la vida.
casi siempre sola. A pesar de todo, es feliz, porque Nosotros también necesitamos raíces invisibles
mira por la ventana de su cuarto y contempla un en el ámbito espiritual. Nuestra conexión con Dios
árbol. es lo que nos nutre y nos ayuda a dar fruto. Él nos
Hasta hace unos años, era una pintora de gran alimenta en la temporada de verdor, crecimiento
talento. La mayoría sus cuadros eran paisajes. Una y fructificación; nos ayuda a aceptar la pérdida
de sus especialidades eran los árboles, y tenía un de hojas en el otoño y nos mantiene con vida en
don extraordinario. Ahora se le da un lápiz de cera los interminables inviernos para que en primavera
y hace rayas como una niña de dos años. Es posible echemos milagrosamente brotes nuevos. Cuando
que esas rayas representen troncos y ramas de tenemos el espíritu firmemente enraizado en Dios, y
árboles. Él nos sustenta con Su Palabra, las ramas de nuestra
Comparto con ella una gran afición por los vida lo denotan.
árboles. Me crié en una granja del norte del estado Por eso comprendo a Eloísa. Ha disfrutado de
de Nueva York. Pasaba mucho tiempo trepando a una vida plena, henchida de amor y de fruto, y de
los árboles, caminando entre ellos y admirando la una estrecha relación con Dios por intermedio de
creación artística de Dios. En el prado que había Jesús. Creo que por eso se siente feliz sentada ante la
frente a nuestra casa se erguía un árbol de particular ventana y sonriendo al árbol. Espera la eterna prima-
majestuosidad. Un día mi padre me explicó que vera. A medida que la memoria se le va apagando y
la copa de aquel árbol era un reflejo de sus raíces va perdiendo la capacidad de comunicarse, su fe y su
subterráneas. Un impedimento en el desarrollo de amor profundamente arraigados la sustentan.
éstas se habría reflejado en la parte del árbol que
era visible. El árbol era hermoso porque sus raíces Joyce Suttin es integr ante de L a Fa mili a
estaban sanas. Inter nacional en los EE.UU. 1
12
13. necesario para hacer frente a los Si no tienes por costumbre
RESPUESTAS nuevos desafíos. Nos promete: encomendarle a Dios tus pro-
«Como tus días serán tus fuer- blemas por medio de la oración
A TUS zas»2. En esa época de la vida y obtener Sus soluciones y las
nuestra principal fuerza es la fuerzas que anhela darte, puede
INTERROGANTES madurez que hemos adquirido que todo esto te desconcierte y
{ }
por medio de la experiencia. Él se no sepas por dónde empezar. En
A l llegAr propone que cultivemos aún más realidad es bastante sencillo: Dile
A los 40, esa fortaleza de espíritu y carácter que quieres tenerlo más presente,
¿ empiezAuno dándole más cabida en nuestros y Él te saldrá al encuentro4.
A declinAr ? pensamientos y actividades coti- Habla con Él como lo harías con
dianas. También puede ayudarte a un amigo. Así, al igual que un
ordenar y jerarquizar tus objeti- músculo, tu relación con Él se irá
Pensaba que una vos. Si le pides orientación, te la fortaleciendo diariamente.
vez que mis hijos se dará3. Hasta puede que te indique La edad madura abordada de
hicieran mayores y se la manera de hacer algunas cosas esa manera puede ser la etapa
independizaran tendría que siempre habías deseado hacer más feliz y gratificante que hayas
tiempo para ciertas cosas y te dé las fuerzas para ello. vivido. 1
que siempre había querido
hacer. Pero al término de la
jornada estoy agotado, y al
llegar el fin de semana no
tengo energías para nada. A
partir de ahora, ¿será todo
cuesta abajo?
Después de los 40 hay que
hacer algunos ajustes; pero no
significa que sea todo cuesta
abajo.
La merma de las energías Una sólida promesa de la Biblia que sirve de estupendo punto de
físicas es natural y forma parte referencia en la edad madura es Romanos 8:28: «A los que aman a
de los designios de Dios. Él se Dios, todas las cosas les ayudan a bien». Si amas a Dios y sabes lo
vale de eso y de otros obstáculos mucho que Él te ama, puedes tener la certeza de que se interesa por
propios de la madurez para tu bienestar y quiere valerse hasta de los retos que te presenta la
llevarnos a reflexionar sobre edad madura para ayudarte a efectuar cambios positivos. Así podrás
nuestra vida y nuestra escala de enfocar esta etapa con fe, poniendo los ojos no en las dificultades
prioridades. Naturalmente Él que conlleva, sino en las nuevas posibilidades que sabes que te
espera que al experimentar esos brindará. María Fontaine
cambios acudamos a Él. De ese
modo puede cumplir Su deseo de 1
Salmo 46:1
ayudarnos1. 2
Deuteronomio 33:25
Cualquiera que sea nuestra 3
Proverbios 3:5,6; Santiago 1:5
edad, Él quiere dotarnos de lo 4
Santiago 4:8
13
14. EN BUSCA DEL
Alba y ocaso AMANECER
David Br andt Berg
Pasan veloces los años,
El cielo estaba espléndido esta tarde. Una catedral mas no busco el atardecer.
de luz en las alturas. Fue casi como captar un atisbo de la Corte Estoy a la espera del alba
Celestial. El sol ya se puso, se lo tragó la oscuridad; pero es seguro y el áureo fulgor matinal,
que volverá a salir. A veces los amaneceres son aún más bonitos que cuando la luz del cielo
los atardeceres. irrumpa frente a mi vista
La luz va disminuyendo paulatinamente hasta tornarse en tinie- en un país sin crepúsculos,
blas. Pero luego llega la alborada. «Nacerá el Sol de Justicia [Jesús]»1 sin sombras ni oscuridad.
y todo lo rectificará. Antes de la salida del sol, ya se sienten sus No voy senda abajo
efectos: todo se va iluminando, de la misma manera que la Palabra hacia la puesta del sol,
de Dios ahuyenta las tinieblas. donde se agravan las sombras
¿Por qué será que los viejos dormimos tan poco y madrugamos y el día encuentra su ocaso.
tanto? Quizá porque a nuestra edad aprendemos a valorar el tiempo Marcho más bien monte arriba
y no queremos malgastarlo. Creo que es también porque Jesús y el sol me ilumina el camino.
quiere que pasemos más ratos a solas con Él, sin todas las distrac- Voy rumbo a la aurora gloriosa
ciones que hay durante el día. Quiere que meditemos sobre nuestra del día eterno de Dios.
vida, que ordenemos nuestros pensamientos y distingamos entre lo No voy bajando; asciendo.
sustancial y lo insustancial, que sopesemos lo logrado, que deter- Nunca la senda está umbría.
minemos si estamos empleando bien el tiempo y le preguntemos a Cada vez el día reluce más.
Dios en qué aspectos podemos mejorar. Es más fácil escuchar Su Viajo con Dios a mi lado.
voz cuando estamos a solas, particularmente de madrugada. Mis ojos miran las cumbres
Da gusto cuando el ocaso de una vida es tan bello como la a la espera de que salga el sol,
puesta del sol; es maravilloso pasar a mejor vida tan sublime y tran- a la espera de que me invite
quilamente como cuando el día toca a su fin. Pronto para nosotros a Su espléndido hogar celestial.
no habrá más anocheceres; en el Cielo sólo habrá amanecer. 1 Albert Simpson Reitz
1
Malaquías 4:2
14
15. REFLEXIONES
La vejez, un estado de ánimo LECTURAS
ENRIQUECEDORAS
Envejecer no es más que una Aunque se te formen arrugas en
mala costumbre que una per- la frente, que no se te formen en El paso de los años
sona ocupada no tiene tiempo el corazón. El espíritu no debe
de adquirir. André Maurois envejecer. James Garfield Cada etapa de la vida tiene su
atractivo.
El corazón que ama siempre es A las personas las envejece más Proverbios 16:31
joven. el endurecimiento del corazón Proverbios 20:29
Johann Wolfgang von Goethe que el de las arterias.
Franklin Field La vejez no debería ser motivo de
Envejecer no está tan mal tristeza.
teniendo en cuenta cuál es la Mucho más importante que Eclesiastés 11:10
otra alternativa. W.C. Fields sumar años a la vida es sumar
vida a los años. Alexis Carrel Dios promete ayudarnos durante
Nadie envejece simplemente la tercera edad.
por haber vivido cierto número La edad de un hombre es algo Isaías 46:4
de años. Sólo se avejenta quien que impresiona. Resume toda Salmo 91:14,16
abandona sus ideales. Los años su vida. La madurez alcanzada Salmo 103:5
arrugan la piel; la pérdida de paulatinamente a fuerza de
interés, el alma. Las preocupa- sortear muchos obstáculos, Con el paso de los años
ciones, las dudas, la inseguridad, reponerse de enfermedades, generalmente se adquiere
los miedos, la desesperación... superar desdichas y momentos sabiduría.
eso es lo que tras largos años nos de desesperación y tomar Job 12:12
doblega y devuelve al polvo el riesgos de forma inconsciente; Job 32:7
espíritu que prosperaba. Joven la madurez formada por innu- Salmo 71:17
es el que tiene fe; viejo, el que merables deseos e ilusiones,
duda. Joven es el que tiene arrepentimientos, amores y cosas Dios puede valerse de nosotros a
confianza en sí mismo; viejo, el relegadas al olvido. La edad de cualquier edad.
que teme. Joven es el que tiene un hombre representa un noble Salmo 92:13,14
esperanza; viejo, el que la ha bagaje de experiencias y recuer- Hechos 2:17
perdido. Samuel Ullman dos. Antoine de Saint-Exupéry
Es Dios quien determina cuánto ha
de durar nuestra vida.
O R AC I Ó N PA R A E N V E J E C E R CO N D I G N I DA D Salmo 31:15a
Jesús, Tú prometiste: «Bástate Mi gracia; porque Mi poder se per- Salmo 48:14
fecciona en la debilidad»1. Aunque mi cuerpo envejezca, ayúdame
a mantenerme joven de corazón y espíritu. Recuérdame que debo Qué hacer para que Dios te
agradecerte las temporadas en que goce de buena salud, y concédeme la bendiga con longevidad.
gracia para aceptar con buen ánimo las dificultades y desilusiones que Deuteronomio 5:33
vendrán con la edad. Amén. Deuteronomio 30:20
Salmo 34:12–14
1
2 Corintios 12:9 Proverbios 10:27
15
16. DE JESÚS, CON CAR IÑO
El tapiz
Cada suceso de la vida de una Las hebras oscuras son las dificulta-
persona, cada pensamiento, cada des y desencantos, las pruebas y las
decisión, cada expresión de amor y lágrimas. Son necesarias para que
cada interacción con otro ser humano los hilos claros destaquen. Además,
se asemeja a un hilo de un tapiz. Día confieren al tapiz color e intensidad.
tras día, los hilos oscuros y los claros
se entretejen, en muchos casos, al Nadie jamás tejió un tapiz como el
parecer, sin orden ni concierto. Sin tuyo. Nadie habría podido, pues tu
embargo, al final forman una imagen. vida es singular.
Al contemplar ahora el tapiz de tu
vida, veo que es hermoso. Todas
las cosas buenas —la felicidad
y las satisfacciones, el amor que
diste y recibiste, las vidas que se
enriquecieron gracias a ti— son los
hilos claros.