1. -El día que empezó el curso, en cuanto lo vi bastó
que su mirada se cruzara con la mía para saber,
también, que el odio sería recíproco. Remigio
Hueso era una especie de momia caminante.
-Mientras hablaba, yo iba dibujando en mi
cuaderno un esqueleto con paraguas y sombrero.
--Joven –exclamó de pronto, ¿me permite ver lo
que está escribiendo?
-Observó el dibujo y luego me preguntó:
--¿Cuál es su nombre?
--Rita Farfán
-A partir de ese momento se entabló una guerra
entre nosotros, algunos compañeros pensaban que
el profesor Hueso estaba enamorado de mi.
-Pero es seguro que aquella noche no durmió, la
pasó, buscando ejercicios complicados para el
parcial de matemática. Y, por supuesto, lo
encontró, todos sacamos mala nota.
-Su sadismo no tenía límite. El 99.9% me nombraba
para resolver los problemas de matemática.
2. -El lunes, a primera hora, Hueso entró al aula y
escribió un monto de números y dijo: “Farfán Rita”
yo ya estaba de pie y resolviendo la ecuación, la
conteste correctamente lo que me hizo preguntarme
fue que :si verdaderamente yo sería tan bruta para
las matemáticas, Hueso se quedó sin habla.
-Fue por esos días que murió mi tío abuelo, a la
funeraria fuimos cuatro gatos, como era de esperar,
me llamó la atención una habitación que solo había
una sola persona, era el Sr. Hueso , me senté a su
lado durante un rato.
-- ¿Qué hace aquí, Farfán Rita? _preguntó
-Se me murió un tío abuelo dije, ¿Y usted, qué hace
aquí?, señaló al ataúd dijo : mi esposa.
De pronto comentó: -Tengo una buena noticia para
usted, me acogí a la jubilación, a partir de la semana
próxima tendrá otro profesor.
De pronto descubrí que Hueso era un desconocido, lo
había odiado sin ni siquiera conocerlo, me levante y
antes de irme, miré a los ojos del profesor.
-¿Conoces a ese señor? -me preguntó mi padre.
-No -le dije, sin saber si le estaba diciendo una mentira
o no.
La semana que viene empieza otro profesor de
matemáticas –le conté
Qué bueno, a ver si con ese te entiendes mejor.
3.
4. Mis llegadas tardes obedecían a motivos imprevistos
ya que el prefecto de disciplina me advirtió que si
seguía llegando tarde a clases, citaría a mis padres.
Yo no era una vulgar dormilona, de esas que apagan
el despertador, dan media vuelta y siguen roncando
encantadas de la vida. Lo mío era un asunto de….
Mala suerte.
Cuando estaba en el otro colegio, nunca tuve
problemas de puntualidad, porque la buseta pasaba
por mí a una hora humana, pero a hora es diferente
aunque me apure, siempre llego tarde.
Pero al día siguiente, que era jueves, se repitió la
tragedia, Arsenio el portero me hizo señas para que
no me apurara , -la buseta acababa de irse.
¡No puede ser! ¡son las 5:15am!
Por un momento estuve tentada de volver a casa y
pedir a mi mamá plata para un taxi, pero recapacité
ya que mama me diría que no éramos millonarios.
Veinte minutos después logré subirme a un colectivo.
Estaba repleto, igual que los otros dos que me toco
tomar
5. Llegue tardísimo, naturalmente, pero con un poco de
suerte, lograría meterme en el aula, sin que el
profesor López se diera cuenta.
Pensé que lo lograba, pero una mano se posó en mi
hombro. No tuve que darme la vuelta para saber quien
era.
-¿Me acompaña, Gretel?
-Sí, doctor Yepes – murmure con resignación.
--¿Qué vamos a hacer con usted, Gretel? –dijo con un
suspiro
--No es mi culpa, doctor Yepes, es que este colegio
queda tan lejos, pensé que me mandaría a llamar a mis
padres pero no, lo que hizo fue decir: que se a la
ultima.
-Esa noche dormí con el uniforme.(esa idea me dieron
Claudia y Javier.)y todos mis compañeros me dieron
ideas para no llegar tarde.
-En la mañana estuve una hora y quince antes de que
pasara el autobús y fue pasando el tiempo y la buseta
no aparecía, había tenido una avería.
-De pronto me di cuenta que el prefecto Yepes era el
vecino nuevo y me quiso llevar al colegio, sabe mi
suerte ha cambiado por que cuando me deje la buseta
usted me podrá llevar, el dijo: ya sabe cual es mi lema
La puntualidad es lo primero
6.
7. Algunos dicen que exagero, pero no, de verdad
que no. Desde el primer día, supe que ella era
distinta.
Aquel primer día supe también, que su estancia
entre nosotros no iba durar mucho y cuando
dijo:”Yo soy Elizabeth, su profesora de sociales
nos quedamos perplejos.
Ella no se parecía a ninguno de los otros
profesores, cuando llegaba, era como si viniera
flotando en una nube de alegría, y un día
`pareció con una tortuguita. Estaba indignada y
habló pestes de la gente que saca a los animales
de su entorno natural.
Estudiábamos como locos, un poco porque la
materia se había vuelto interesante y un mucho
para no decepcionarla.
Un día lleve la cámara al colegio y le pregunte a
Liz si me permitía tomarle una foto, pero
enseguida propuso que nos retratáramos todos.
Esa misma tarde mandé a revelar el rollo, pero
al día siguiente Liz no apareció, la directora
dijo que la profesora Elizabeth se había
retirado.
8. Al mes ya nadie la mencionaba tanto como antes y
ahora somos muy pocos los que hablamos de ella.
Una tarde, me di cuenta de que la fotografía
empezaba a descolorarse. Lo extraño es que no se
descoloría pareja: mientras que la imagen de Liz se
volvía cada vez más pálida, los del grupo seguíamos
viéndonos perfectamente.
Ahora estoy en mi cuarto , mirando la foto otra vez.
Es algo muy misterioso por que la figura de Liz ya
casi no se distingue, es como un fantasma luminoso
Mañana es el ultimo examen. Se acaba el curso y
nadie sabe por que nunca se acordó de nosotros. ¿o
sí? ¿ Tendría algún motivo para irse? Pero ¿Cuál?
Una corazonada me dice que el tiempo es como un
borrador gigantesco y que, quiéralo o no, llegará el
día en que Liz desaparecerá por completo del disco
duro de mi cabeza, por miedo a olvidar escribo, de n
tirón, estas páginas llenas de tachaduras y de faltas
de ortografía, total, que importa. Si nadie las va a
lee.
9.
10. “Por lo menos un mes y medio”, dijo el médico .
Mírenme aquí con este yeso puesto, sin poder ir a
nadar y de la bicicleta mejor ni hablar.
Al principio los muchachos venían a visitarme. Ahora
la única que me visita es Gretel, ella dice que con la
pierna enyesada parezco un pirata y me puso “PATA DE
PALO”
Abuela y abuelo fastidian, si , pero lo peor es cuando
viene de visita alguien del trabajo de mamá, siempre
hacen la misma pregunta
-¿Y cómo le paso?
Y entonces mami contesta: Porque este muchacho es
muy distraído y se cayó de la bicicleta.
Con papá casi no converso desde aquella tarde y
cuando nos miramos por casualidad, enseguida
separamos la vista, como si nos diera pena.
Un día llamó a la casa papá a avisar que no podía
venir a comer por que tenía una reunión importante,
su voz era tan falsa, que sentí mucha rabia.
Estaba tan triste que me fui a mi cuarto y me acosté
en la cama del abuelo ya que comparto el mío con el.
Esa noche, mami se puso el vestido que tanto me
gusta, se hizo un peinado especial, la abuela le
preguntó si pensaba salir. Ella dijo que no y después
me guiño el ojo en secreto
11. Pero cuando miré el puesto de papá vacío, se me
hizo un nudo en la garganta pero por más que
tragué no desaparecía.
Entonces el abuelo, cuando ya casi terminamos de
comer se da cuenta, de que papi no está, y le
pregunta a mami:
-¡EH!¿ Fernando? – en una reunión explica ella.
Sin mirar a nadie, empujé la silla y me fui a mi
cuarto, me tapé la cabeza con la almohada y
empecé a llorar.
Mami se sienta en el borde de la cama y me da pena
que me vea con los ojos llenos de lagrimas. Ella es
la que más me quiere en el mundo y eso me da
muchos deseos de decírselo pero no puedo.
Mejor que siga creyendo que me caí de la bicicleta
por distraído y no se entere¿ que fue? lo que me
hizo mirar hacia atrás.
Yo no quiero que sufra por que vi a papi con una
muchacha, linda y joven. Y si se entera, no va a ser
por mí.
FIN