Instrumentación Hoy_ INTERPRETAR EL DIAGRAMA UNIFILAR GENERAL DE UNA PLANTA I...
Poemas renacentistas sobre mitología y naturaleza
1. Daniela Camarena Dulanto Samuel Colmenar Velasco Ofelia Rivero Bennici Estefanía Zhan Zhou 1º BACH CT
2. ¿Escucha, pues, un rato, y diré cosas estrañas y espantosas poco a poco. Ninfas, a vos invoco; verdes faunos, sátiros y silvanos, soltá todos mi lengua en dulces modos y sotiles, que ni los pastoriles ni el avena ni la zampoña suena como quiero. Garcilaso de la Vega
3. A Apolo, siguiendo a Dafne Bermejazo Platero de las cumbres A cuya luz se espulga la canalla: La ninfa Dafne, que se afufa y calla, Si la quieres gozar, paga y no alumbres. Si quieres ahorrar de pesadumbres, Ojo del Cielo, trata de compralla: En confites gastó Marte la malla, Y la espada en pasteles y en azumbres. Volvióse en bolsa Júpiter severo, Levantóse las faldas la doncella Por recogerle en lluvia de dinero. Astucia fue de alguna Dueña Estrella, Que de Estrella sin Dueña no lo infiero: Febo, pues eres Sol, sírvete de ella. Francisco de Quevedo
4. Belleza singular Belleza singular, ingenio raro, fuera del natural curso del cielo, Etna de amor, que de tu mismo hielo despides llamas entre mármol paro; sol de hermosura, entendimiento claro, alma dichosa en cristalino velo, norte del mar, admiración del suelo, emula el sol como a la luna el faro. Milagro del Autor de cielo y tierra, bien de naturaleza el más perfeto, Lucinda hermosa en quien mi luz se encierra; nieve en blancura y fuego en el efeto, paz de los ojos y del alma guerra; dame a escribir como a penar sujeto. Lope de Vega
5. Bajaban, d’él hablando, de dos cumbres aquellas nueve lumbres de la vida con ligera corrida, y con ellas, cual luna con estrellas, el mancebo intonso y rubio, Febo; y en llegando, por orden abrazando todas fueron al niño, que tuvieron luengamente. Visto como presente, d’otra parte Mercurio estaba y Marte, cauto y fiero, viendo el gran caballero que encogido en el recién nacido cuerpo estaba. Entonces lugar daba mesurado a Venus, que a su lado estaba puesta; ella con mano presta y abundante néctar sobre’l infante desparcía, mas Febo la desvía d’aquel tierno niño y daba el gobierno a sus hermanas; del cargo están ufanas todas nueve. Garcilaso de la Vega
6. D3. El segundo poema lo relacionamos con la fuente de Apolo, porque de él se habla en el poema. La mitología es un tema muy candente en la literatura de la época. D2. El primer poema es una recreación del locus amoenus, en el que aparecen mencionadas criaturas fantásticas de la mitología, como el sátiro de la imagen. D4. El tercer poema habla de la belleza femenina. Lo relacionamos por tanto con su representante divina de la mitología. La diosa Venus, que además era el ideal de belleza femenino. D5. El cuarto poema habla del nacimiento de Hermes. En esta se encontraban: Marte, Mercurio, Venus amamantando al niño, y Febo, que es Apolo, que aparta a la diosa del niño.
7. Y porque aqueste lamentable cuento no sólo entre las selvas se contase, mas dentro de las ondas sentimiento con la noticia desto se mostrase, quiso que de su tela el argumento la bella ninfa muerta señalase y así se publicase de uno en uno por el húmedo reino de Neptuno. Garcilaso de la Vega
8. Sicilia, en cuanto oculta, en cuanto ofrece, Copa es de Baco, huerto de Pomona: Tanto de frutas ésta la enriquece, Cuanto aquél de racimos la corona. En carro que estival trillo parece, A sus campañas Ceres no perdona, De cuyas siempre fértiles espigas Las provincias de Europa son hormigas. A Pales su viciosa cumbre debe Lo que a Ceres, y aún más, su vega llana; Pues si en la una granos de oro llueve, Copos nieva en la otra mil de lana. De cuantos siegan oro, esquilan nieve, O en pipas guardan la exprimida grana, Bien sea religión, bien amor sea, Deidad, aunque sin templo, es Galatea. Luis de Góngora Fábula dePolifemo y Galatea
9. Su horrenda voz, no su dolor interno Cabras aquí le interrumpieron, cuantas —Vagas el pie, sacrílegas el cuerno— A Baco se atrevieron en sus plantas. Mas, conculcado el pámpano más tierno Viendo el fiero pastor, voces él tantas, Y tantas despidió la honda piedras, Que el muro penetraron de las yedras . Luis de Góngora. Fábula de Polifemo y Galatea
10. Tú conociste bien una doncella de mi sangre y agüelos decendida, más que la misma hermosura bella; en su verde niñez siendo ofrecida por montes y por selvas a Diana, ejercitaba allí su edad florida. Yo, que desde la noche a la mañana y del un sol al otro sin cansarme seguía la caza con estudio y gana, por deudo y ejercicio a conformarme vine con ella en tal domestiqueza que della un punto no sabia apartarme; iba de un hora en otra la estrecheza haciéndose mayor, acompañada de un amor sano y lleno de pureza. Garcilaso de la Vega
11. D7. Este poema es un pasaje de la Égloga III de Garcilaso, en el cual aparece mencionado Neptuno, dios de los mares. Aparece representado sobre un carro, rodeado de caballos y seres mitológicos. D8 y D9. Estos poemas forman parte de la fábula de Polifemo y Galatea. En el primero aparece mencionada Ceres, que se encuentra en la entrada de los jardines sentada en un trono y, al igual que en el segundo, también aparece Baco, representado en la estatua sobre un barril de vino. D10. El último poema es parte de una Égloga también en la que se habla de una joven que fue ofrecida a Diana la cazadora, de la que el protagonista queda enamorado. En la imagen: Diana y un perro de caza. Aunque el tema principal de estos poemas no sean los personajes mitológicos, podemos apreciar su influencia sobre los autores.
12. Frescos airecillos, Que a la Primavera Le tejéis guirnaldas Y esparcís violetas, Ya que os han tenido Del Tajo en la vega Amorosos hurtos Y agradables penas, Cuando del estío En la ardiente fuerza Álamos os daban Frondosas defensas; Álamos crecidos De hojas inciertas, Medias de esmeraldas, Y de plata medias; De donde a las ninfas Y a las zagalejas Del sagrado Tajo Y de sus riberas Mil veces llamastes Y vinieron ellas A ocupar del río Las verdes cenefas; Y vosotros luego Calándoos apriesa Con lascivos soplos Y alas lisonjeras, Sueño les trajistes Y descuido a vueltas, Que en pago os valieron Mil vistas secretas. Luis de Góngora
13. XXXVII ¡Con qué artificio tan divino sales de esa camisa de esmeralda fina, oh rosa celestial alejandrina, coronada de granos orientales! Ya en rubíes te enciendes, ya en corales, ya tu color a púrpura se inclina sentada en esa basa peregrina que forman cinco puntas desiguales. Bien haya tu divino autor, pues mu eves a su contemplación el pensamiento, a aun a pensar en nuestros años breves. Así la verde edad se esparce al viento, y así las esperanzas son aleves que tienen en la tierra el fundamento... Lope de Vega
14. Cual suele, acompañada de su bando, aparecer la dulce primavera, cuando Favonio y Céfiro, soplando, al campo tornan su beldad primera, y van artificiosos esmaltando de rojo, azul y blanco la ribera: en tal manera, a mí Flérida mía viniendo, reverdece mi alegría Garcilaso de la Vega
15. Hay un lugar en brazos de la Aurora, que el Oriente se ciñe por guirnalda; sus jardines son Céfiro y Flora, el sol engarza en oro su esmeralda; el cielo de sus plantas se enamora, jardín Narciso de la varia falda y el comercio de rosas con estrellas. Francisco de Quevedo
16. D12. El primer poema utiliza el locus amoenus para ensalzar el río Tajo. Describe la ribera y la flora como un lugar utópico para el regocijo de sus habitantes y sus criaturas. Por esta razón lo relacionamos con una foto del Tajo. D13. En este poema se describe una rosa, utilizando el tópico del locus amoenus, volviendo a repetir los motivos del Renacimiento. D14. En este fragmento aparecen tanto elementos naturales como elementos mitológicos. Corresponde a las Églogas. D15. Esta vez de manos de Quevedo, volvemos a ver presente el locus amoenus. Este tópico, fue muy utilizado a lo largo del Renacimiento y algo menos en el Barroco, debido al sentimiento de evasión y a la necesidad de cercanía con Dios, que predominaba en la época.
17. Todo es celos, todo amores; y mientras que lloro yo las penas que Amor me dio con sus celosos desvelos, al son de los arroyuelos cantan las aves de flor en flor, que no hay más gloria que amor ni mayor pena que celos. Lope de Vega De amor las glorias celebran los narcisos y claveles; las violetas y penseles de celos no se requiebran. Unas en otras se quiebran las ondas por las orillas, y como las arenillas ven por cristalinos velos, al son de los arroyuelos cantan las aves de flor en flor, que no hay más gloria que amor ni mayor pena que celos. Arroyos murmuradores de la fe de amor perjura, por hilos de plata pura ensartan perlas en flores.
18. En tanto que este tiempo que adevino viene a sacarme de la deuda un día que se debe a tu fama y a tu gloria (qu’es deuda general, no sólo mía, mas de cualquier ingenio peregrino que celebra lo digno de memoria), el árbol de victoria que ciñe estrechamente tu gloriosa frente dé lugar a la hiedra que se planta debajo de tu sombra y se levanta poco a poco, arrimada a tus loores; y en cuanto esto se canta, escucha tú el cantar de mis pastores. Garcilaso de la Vega
19. Convida a un dulce sueño aquel manso rüido del agua que la clara fuente envía, y las aves sin dueño, con canto no aprendido, hinchen el aire de dulce armonía. Háceles compañía, a la sombra volando y entre varios olores gustando tiernas flores, la solícita abeja susurrando; los árboles, el viento al sueño ayudan con su movimiento, Garcilaso de la Vega
20. ¡Oh monte, oh fuente, oh río!/ ¡Oh secreto seguro deleitoso!/ Roto caso el navío,/ a vuestro almo reposo/ huyo de aqueste mar tempestüoso./ Un no rompido sueño,/ un día puro, alegre, libre quiero;/ no quiero ver el ceño/ vanamente severo/ de a quien la sangre ensalza o el dinero./ Despiértenme las aves/ con su cantar süave no aprendo,/ no los cuidados graves/ de que es siempre seguido/ el que al ajeno arbitrio está atendido./ Fray Luis de León
21. D17. El primer poema es un canto a las penas de amor, en este caso a los efectos de los celos, contraponiendo los sentimientos del autor a la bella y calma naturaleza. D18. Volvemos a apreciar en este fragmento de las Églogas de Garcilaso el locus amoenus, utilizando la forma de un árbol para la composición. D19. Nuevamente estamos ente una fragmento de las Églogas, que destacan por sus tópicos y su descripción de la naturaleza utópica. D20. En este fragmento de Fray Luis, encontramos a la naturaleza como ese medio de evasión y encuentro con Dios. En el caso de Garcilaso es un lugar perfecto para la armonía y el amor.
22. Para concluir La relación entre los jardines de Aranjuez y la poesía es evidente. Los jardines de Aranjuez fueron diseñados con la misma influencia Renacentista que inspiró a los poetas de la época y que seguiría presente aún en el Barroco. El tópico locus amoenus es una constante a lo largo de los jardines, debido al propósito con el que fueron construidos. Para recrear el paraíso terrenal y proporcionar un lugar de regocijo a la realeza. Destacamos en este caso a las Églogas de Garcilaso de la Vega, que no tienen precedentes en el uso de este tópico. Además lo clásico y lo mitológico también hace acto de presencia en cada una de las estatuas y fuentes. No solo apreciamos a los dioses, sino a criaturas fantásticas. Todos éstos formaron parte de la cultura y, por tanto, de la poesía. Todo esto constituye la esencia de los jardines y del arte de la época.
23. Queremos hacer constar la autoría de cada una de las imágenes del trabajo, incluso las difuminadas. Ninguna de éstas podrá ser encontrada en ninguna parte, ya que son totalmente originales. Por otra parte, la mayoría de los poemas y fragmentos pueden encontrarse en la página de Poemas del alma. Lengua Castellana y Literatura I.E.S. Alpajés Nota de los autores