Este documento presenta una introducción a la investigación del autor sobre la concepción del espacio en la cultura yaqui. Explica los cambios en su enfoque, pasando de estudiar el "territorio yaqui" a enfocarse en el "espacio yaqui" (itom ania) según la cosmovisión yaqui. También cambió su método, pasando de deductivo a inductivo basado en observación etnográfica. Finalmente, explica sus preguntas de investigación sobre cómo los yaquis clasifican y experimentan las diferentes dimensiones de su espacio sagrado en
1. Introducción
1. Planteamiento del problema andar pausado y altivo de sus cuerpos morenos,
de estaturas elevadas y extremidades largas.
La travesía en autobús en la carretera Guadala- Desde el pueblo de Esperanza hasta el cerro
jara-Nogales ofrece a la vista un paisaje contras- “Boca Abierta” —donde culmina la sierra del
tante: de amplios campos de cultivo sinaloenses, Baakateebe— señalan los sonorenses que son
pasa al matorral xerófilo del las tierras de Sono- los dominios yaquis. Lo dicen con mesura y con
ra. En ese trayecto, dejando atrás Ciudad Obre- respeto, pues los yaquis son el pueblo mexicano
gón, se percibe un espacio ya diferenciado que que en más ocasiones ha sido disperso y que, pa-
resalta por su gran variedad de paisajes. Se ob- radójicamente, son quienes actualmente gozan
servan hectáreas cultivadas de frutos y trigo, de mayor reconocimiento de su autonomía y de
hasta cerros prominentes que surgen del valle su territorialidad. Tratar de definir los límites
desolado y del amplio monte provisto de la flora de esa tierra que los yoeme3 consideran llena de
local: choyas, árboles de mezquite, torote y palo
verde.1 Inhóspita por ausencia de agua, a la le- 3
Los yaquis a sí mismos se denominan como yoeme, que
janía se observa hacia el Este la sierra del Baa- significa hombre o gente. En otros contextos y a manera de
kateebe, muralla inextinguible, cargada de broma se autodenominan, cuando están en confianza, como
historia, testigo de batallas, serpiente petrifica- chaniahuis, dado que se saludan diciendo “¡Liosen chania-
da. Asimismo, se contemplan casas elaboradas bu!”, que significa “Dios te ayude”. Suelen distinguirse del
resto de la población mexicana a la que designan como
con ramas de pitahayo y enjarradas con barro, “yori”. Actualmente yori se traduce al español como “blan-
ocupadas por personas de vestimentas multico- co”, haciendo referencia a personas “mestizas” o “blancas”,
lores: son los yaquis.2 Pueblo ancestral, recono- sin embargo, las referencias de Andrés Pérez de Rivas indi-
cido por los habitantes del noroeste como “la can que en el siglo XVII yori significaba “valiente” o “fiera
salvaje”. Andrés Pérez de Rivas, Páginas para la historia
tribu más bárbara” de la región; intocables, a de Sonora. Triunfos de nuestra santa fe entre las gentes más
veces poco percibidos desde la ventanilla de ese fieras y bárbaras del Nuevo Orbe; conseguidos por los sol-
autobús que cruza su territorio. Sin embargo, dados de la Milicia de la Compañía de Jesús en las Misio-
con un poco de atención, la mirada se jala tras el nes de la Provincia de la Nueva España, Hermosillo,
Gobierno del Estado de Sonora, 1985, p. 54.
La designación “yori” excluye a los miembros de los de-
más grupos indígenas, por ejemplo, un seri será siempre un
1
Choya (stenocereus thurberi), mezquite (prosopis veluti- seri o conka’ak y no un yori, como tampoco los pápagos o
na), torote (Bursera sp.), palo verde (cercidium floridium). mayos son yoris. Este nominativo es exclusivo para los
2
En el capítulo uno expondré algunas características mexicanos. En cambio a los extranjeros de piel blanca se les
generales sobre este grupo. denomina con el genérico “gringo”.
11
!"#$%&'#()*)&+&',#-'$#*'.+$'/%$&00###00 1231234100###15612675#8/./
2. Introducción
encantos me condujo a querer comprender cuá- denamiento;4 categorías que a mi juicio no me
les son las fronteras reconocidas y disputadas ayudaban a profundizar en la noción del itom
con los yoris, y cómo han variado éstas a lo largo ania. Por tal motivo preferí usar el concepto de
de su historia. Sin embargo, una primera aproxi- espacio, el cual es más amplio por estar construi-
mación al problema me llevó a plantear las pre- do con una intensión y una extensión menos li-
guntas de otro modo. Descubrí que la discusión mitada y más flexible, como se verá con mayor
con respecto a los límites trazados por la etnia profundidad en el capítulo uno.
es sólo del conocimiento de sus líderes políticos, El segundo cambio significativo fue pasar de
implicados en la faena de conseguir la “regula- una investigación deductiva a otra inductiva.
rización de la propiedad comunal” (como lla- En lugar de anteponer un gran marco teórico
man los yaquis al reconocimiento legal de su que perfilara la mirada y definiera el objeto de
posesión ancestral). El resto de la población investigación, preferí partir de la observación,
yoeme maneja otros parámetros de reconoci- primer paso para realizar una etnografía pro-
miento de su espacio. funda con la cual apoyarme para la posterior
Al preguntar a algunos miembros de la tribu interpretación del itom ania. De este modo, los
—un poco de manera abrupta— acerca de qué datos etnográficos, tomados de primera mano,
pensaban de su territorio y qué significaba para fueron la base para la interpretación antropoló-
ellos, solían responderme con una respuesta: gica, que en su fase de exposición, se ofrecen
que fuera con el Gobierno Tradicional porque aquí como una concepción centrada en el análi-
“ellos son los que saben bien eso”. Principal- sis del espacio.
mente porque los gobernadores son los interlo- El tercer cambio fue provocado por la estre-
cutores oficiales y los yaquis cuidan mucho que cha convivencia con la tribu,5 la cual me llevó a
dirigir la mirada hacia las prácticas sociales en
se respete ese aspecto. Otros iniciaban una
la vida cotidiana y no sólo centrarme en los dis-
larga conversación acerca del periodo de guerras,
cursos y posiciones políticas de los dirigentes,
de las batallas infatigables, de la vida en la
especialistas o sabios de la comunidad, ni en per-
sierra y de cómo los yoris les habían robado las
sonas que ocupan cargos significativos para los
tierras. Me di cuenta de que, en cambio, si pre-
pueblos yaquis, como son los miembros de la li-
guntaba cómo se le denominaba al territorio en
turgia católica o de los grupos rituales.
jiak (la lengua de los yaquis) y qué partes lo
Esta apreciación me permitió observar las
componían, la respuesta era otra: surgía enton-
prácticas sociales de los yaquis con relación al
ces una conversación sobre el itom ania o acerca espacio a partir de su propia cosmovisión. En ese
del Toosa. sentido, este trabajo que inició en 2006 con la
Ante tal situación di un viraje a la investiga- intención de analizar los imaginarios sociales
ción y me propuse indagar cuál es el significado
de esas etnocategorías para los yaquis, cómo se
definen, cómo se perciben, qué relaciones socia- 4
Hugo Cerda señala que cada concepto tiene dos compo-
les se desprenden del orden espacial que ellos nentes: la intensión y la extensión, el primero hace referen-
comprenden y, en general, qué relación guarda cia al significante y el segundo al significado. De este modo
la intensión implica las notas distintivas de un concepto, es
con su cultura el mantener un espacio propio decir, el núcleo del mismo; en cambio la extensión es la apli-
donde ellos tengan el dominio absoluto. cación a todos aquellos objetos o fenómenos que sean aludi-
Los descubrimientos en campo me condujeron dos por la intensión. Hugo Cerda, “La intensión y la
extensión de los conceptos” en De la teoría a la práctica. El
a hacer modificaciones en mi acercamiento epis- pensar y el hacer en la ciencia y en la educación, Bogotá,
temológico, las cuales me llevaron a considerar Cooperativa Editorial Magisterio, 2005.
que el concepto de “territorio” tiene una exten-
5
El término “tribu” no se anota aquí a manera de con-
cepto etnológico, sino del modo como los yaquis lo usan,
sión que abarca, ante todo, las categorías de pues el nombre “completo” de autorreconocimiento del gru-
poder, apropiación, frontera, delimitación y or- po es Tribu Yaqui.
12
!"#$%&'#()*)&+&',#-'$#*'.+$'/%$&01###01 2342341200###25623675#8/./
3. Enriqueta Lerma Rodríguez
del territorio yaqui, tomó cuerpo en un análisis cial?8 ¿En qué manifestaciones rituales pueden
centrado en explicar la cosmovisión yaqui con observarse aspectos de la concepción del espacio?
relación al espacio: las categorías que definen ¿Qué relación guarda la organización espacial
cada una de las dimensiones que lo componen, de los yaquis en ocho pueblos con su cosmovi-
su distinción, su significación y su apropiación. sión? ¿Cómo se relacionan algunos roles sociales
La recolección de datos en campo me hizo notar y los personajes rituales con las diversas dimen-
la poca profundidad con que se ha abordado en siones del espacio? Y por último: ¿cómo se inser-
antropología este tema en el caso yaqui. Orden ta la persona yaqui en el itom ania y en sus di-
espacial que tiene un origen mítico y que se ma- ferentes dimensiones? Para contestar estas
nifiesta, reproduce y escenifica a través de las preguntas me propuse el siguiente objetivo ge-
festividades, los rituales, la interpretación de la neral: explicar la concepción yaqui del espacio y
periodización de los ciclos agrícolas y de los fe- la importancia que guarda éste como núcleo co-
nómenos meteorológicos. Pero, sobre todo, me hesionador de su sociedad, presente en el siste-
llamó la atención la falta de interés en el estudio ma religioso y como eje de prácticas cotidianas.
de las dimensiones del espacio yaqui, la repercu- Del cual se desprendieron los siguientes objeti-
sión que ejerce la cosmovisión ancestral en la vos particulares:
constitución de imaginarios sociales del territo-
rio y la relación entre espacio y vida cotidiana. Exponer las distinciones conceptuales en-
Una vez señalada la trayectoria de los cambios tre estudiar el “territorio yaqui” y el espa-
radicales que hice al proyecto de investigación, cio yaqui (itom ania).
expongo ahora la concepción actual del espacio Exponer algunas narraciones que aluden a
en la cultura yaqui desde una actitud compren- los orígenes míticos del espacio yaqui y
siva,6 analizando varias aristas a partir de los cómo se clasifica.
datos etnográficos recogidos en la vida cotidiana, • Exponer cómo se designa y clasifica el itom
la semántica de los términos usados comúnmen- ania en la actualidad y qué cosas ocurren
te en lengua jiak7 para designar la composición en la vida cotidiana en cada una de las ins-
espacial, la interpretación de algunos mapas tancias que lo componen.
mentales y de la rica mitología, así como la rela- Señalar cuáles manifestaciones rituales re-
ción que dichos componentes guardan con la vida presentan la concepción del espacio.
festiva y el ciclo ritual anual. Analizar qué relación guarda la organiza-
Las preguntas que aquí se formularon y que ción espacial de los yaquis en ocho pueblos
fueron la guía de la investigación son: ¿Qué dis- con su cosmovisión.
tinción existe entre estudiar el “territorio” Explicar cómo se relacionan algunos roles
yaqui y el espacio yaqui (itom ania)? ¿Cuáles
sociales y los personajes rituales con las di-
son los orígenes míticos del espacio yaqui y
versas dimensiones del espacio.
cómo se clasifica? ¿Cómo se designa y clasifica
el itom ania en la actualidad y qué cosas ocurren
en la vida cotidiana en cada instancia espa-
8
Cuando hago referencia a instancias espaciales o instan-
cia espacial me apego a la puntualización que Milton Santos
6
Por actitud comprensiva hago referencia a la perspec- hace sobre dicho concepto en oposición al de “espacio eucli-
tiva del investigador, según la cual Max Weber, debe indagar diano” (donde el espacio es conceptualizado como contene-
en el sentido de la acción social, es decir “buscar las causas dor de todas las cosas): “Consideramos el espacio como una
que motivan a actuar al sujeto actor, el porqué de su con- instancia más de la sociedad, al mismo nivel que la instan-
ducta. Se trata de conocer el sentido mentado subjetivo de cia económica y la instancia cultural-ideológica. Esto signi-
una acción social”. Ver Jorge Sánchez Azcona, Introducción fica que en tanto que instancia, el espacio contiene y está
a la sociología de Max Weber, México, Colofón, 1991, p. 50. contenido por las demás instancias, del mismo modo que
7
Jiak es la forma como se llama a la lengua de los yaquis cada una de ellas lo contiene y es por ellas contenida”. Mil-
en los libros de texto de educación básica diseñados por el ton Santos, “Espacio y método”, Geocrítica, No. 65, sep-
Proyecto Educativo de la Tribu Yaqui. tiembre, 1986, p. 5.
13
!"#$%&'#()*)&+&',#-'$#*'.+$'/%$&01###01 2342345200###26723716#8/./
4. Introducción
Explicar cómo se inserta la persona yaqui epistemológica radica en que es una forma
en el itom ania y en sus diferentes dimen- de observación entrenada que permite cono-
siones. cer al otro a través de la distinción entre in-
manencias y opacidades.10 Distinción que
Aunque la hipótesis en un trabajo deductivo implica de entrada una serie de conocimien-
puede ser cuestionable, debo señalar que en este tos que permiten dar trascendencia a ciertos
trabajo fue útil contar con una: comprobar que los aspectos y descartar otros. En ese sentido,
yaquis han sido una etnia analizada por los estu- quien recoge el dato ha hecho una selección
diosos, principalmente, como un pueblo cataloga- de los elementos que considera significati-
do por su arraigo y defensa del territorio, desde vos desde una posición ética-política-teórica-
una perspectiva política y etic;9 sin hacer hincapié ideológica al momento de observar.
en lo que, desde mi perspectiva, ha movido a la b) El objeto de investigación se define en la
etnia a resguardar su espacio, que es el itom ania, observación en campo; éste se presenta en
dotado divinamente, donde, y sólo donde, puede la “realidad” atravesado por múltiples re-
reproducirse su cultura, al ser la instancia donde laciones sociales, políticas, ideológicas, et-
se conjuntan cielo, tierra, monte y sierra. En cétera. Visto así, la delimitación del objeto
donde habitaron y habitan las entidades sagradas de estudio es una distinción analítica para
que constituyen su identidad como yaquis. fines explicativos que selecciona ciertas va-
riables. Señalar el objeto implica una defi-
nición conceptual y los conceptos parten
2. La etnografía como método siempre desde un campo epistemológico y
desde una teoría. Por tanto, trabajar con
La discusión acerca de si la etnografía es un mé- datos de otros es siempre una interpreta-
todo o una técnica de investigación viene a cola- ción no basada en la etnografía sino en el
ción debido a que ha sido interpretada de ambos discurso ético-político-teórico-ideológico de
modos. Para algunos la interpretación de los da- quien fue a campo.
tos obtenidos por alguien más significa hacer un c) La etnografía, como método antropológico,
análisis centrado en el método etnográfico, quizás busca la comprensión de las culturas de los
por eso argumentan su delimitación como técni- grupos humanos y de los humanos mismos.
ca, pues lo que importa es el dato, no el proceso En ese sentido, la etnografía, al menos en
por el cual se obtuvo ni bajo que enfoque se reco- la fase de observación, implica una posición
gió. Sin embargo, desde mi posición considero
que la etnografía es un método de investigación
más que una técnica por las siguientes razones:
10
Juan Luis Pintos señala: “Desde esta perspectiva, la
construcción de realidad por los mecanismos de los imagi-
narios sociales parte de la distinción señalada entre relevan-
a) El método es un procedimiento anclado cias y opacidades. (…) La observación no es una simple
entre la teoría y la práctica, su validez función de contemplación, sino que como afirma Luhmann,
observar es, como repetimos siempre, generar una diferen-
cia con la ayuda de una distinción, que deja fuera de ella lo
9
“Las proposiciones etic dependen de distinciones feno- no distinguible. En el medio verdad el sistema comunicati-
ménicas consideradas adecuadas por la comunidad de los vo sociedad constituye el mundo como una totalidad, que
observadores científicos. Las proposiciones etic no pueden incluye todo lo que es observable y hasta el observador mis-
ser falseadas por no ajustarse a las ideas de los actores so- mo, que tiene disponibilidad sobre el valor reflexivo de la
bre lo que es significativo, real, tiene sentido o resultado no-verdad (“Unwahrheit”) (y que dispone de él de una ma-
apropiado. Las proposiciones etic quedan verificadas cuan- nera observable, empírica, de hecho) y de ese modo puede
do varios observadores independientes, usando operaciones marcar algo cuyo correlato no puede ser atribuido al mun-
similares, están de acuerdo en que un acontecimiento dado do. (…) Pues el observar no es más otra cosa que un señalar
ha ocurrido”. Marvin Harris, El desarrollo de la teoría an- diferenciante”. Ver Pintos, Juan Luis, Construyendo
tropológica. Una historia de las teorías de la cultura, México, realidad(es): los imaginarios sociales. (2000) http://web.usc.
Siglo XXI, 1979, p. 497. es/~jlpintos/articulos/construyendo.htm (25/02/08)
14
!"#$%&'#()*)&+&',#-'$#*'.+$'/%$&01###01 2342345200###26723789#:/./
5. Enriqueta Lerma Rodríguez
comprensiva para lograr su objetivo. Desde signación de “indios ladinos” en el sur del país).
este lugar el enfoque de la antropología de- En ese tiempo pude conocer algunos líderes ya-
bería ser el deductivo, aunque después, en quis y establecer vínculos de amistad con varios
la fase de exposición se sirva de la inducción yoeme. Estos me invitaron a sus asambleas, sus
y de una perspectiva etic como una manera escuelas, sus casas, sus fiestas, sus nacimientos
de interpretar los datos. Este cambio de po- y sus sepelios. Pese a que para entonces ya me
siciones epistemológicas en distintos mo- conocían como jamut move, “la mujer del som-
mentos es lo que hace de la etnografía un brero”, para mí esta primera mitad del año ape-
método valioso, porque la posición del in- nas significó el ingreso a la comunidad y el
vestigador está presente en todas las etapas establecimiento de los primeros lazos de con-
de la construcción del conocimiento. fianza con la etnia. Entonces mi trabajo en cam-
po se limitaba a pernoctar en una casa, observar
En resumen, considero que el método etno- todo cuanto veía —anotarlo en mi diario de cam-
gráfico implica la presencia del investigador en po— y en realizar múltiples entrevistas a las
todas las fases de construcción del conocimiento personas que consideraba podían darme infor-
antropológico. Implica observar con detenimien- mación acerca del tema de mi interés. En ese
to la “realidad social” para construir su objeto tiempo la investigación era acerca de las políti-
de estudio y encontrar las relaciones que guarda cas del lenguaje, lo que me condujo a entrevis-
con la totalidad. Seleccionar, jerarquizar y hacer tar a profesores, líderes políticos e intelectuales
inmanentes las opacidades de una cultura con el indígenas; y a escuchar de manera libre a quien
fin de ofrecer una explicación acerca de un fenó- deseara hablar sobre el lenguaje sin importar
meno en particular es una tarea en la que la per- su jerarquía, rol social, edad, sexo, pertenencia
sonalidad del investigador va implícita. étnica, religión o posición política. Para mí eso
Apliqué, pues, el método etnográfico como lo era etnografía. De junio a noviembre del mis-
he descrito en esta investigación, que inicio en mo año me fui a vivir a Hermosillo, la capital
junio de 2006 y concluyó en 2010. Fueron 19 sonorense, y visitaba los pueblos yaquis cada
meses de trabajo de campo en los pueblos de Có- quince días para enfatizar y puntualizar algu-
corit, Loma de Bacum, Tórim, Vícam Pueblo, nos aspectos que hubieran quedado sueltos en
Vícam Estación, Pótam y Huirivis. la investigación.
En 2007 estuve dos meses (octubre y noviem-
bre) en Vícam Estación con la intención de ob-
3. El juego del cuerpo en la investigación servar los preparativos del Encuentro de los
etnográfica: técnicas de investigación Pueblos Indígenas de América, convocado por el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Una vez que he señalado la importancia de la En 2008 me parece que comencé realmente a
presencia del investigador en todas las etapas de hacer trabajo etnográfico cuando estuve una
la construcción del conocimiento quiero exter- temporada corta que comprendió junio y julio,
nar las técnicas que he usado para trabajar en meses en los que descubrí que la gente ya me to-
campo. En 2005 tuve el primer contacto con los maba en cuenta: ya creían que era parte de una
yaquis, con quienes pasé Navidad y Año Nuevo familia, ya me reclamaban si no llegaba tempra-
en el pueblo de Vícam Estación. En enero de no a una casa, ya había personas que me dejaban
2006 cambié mi residencia de la ciudad de Méxi- de hablar porque no estaban de acuerdo “con mi
co al estado de Sonora. Durante los primeros forma de vida”, ya tenía obligaciones de pagos
seis meses viví en el pueblo señalado con una fa- fijos de manutención de la vivienda… ¡en fin!
milia integrada por yaquis “ayorados”, como lla- Empezaron a circular versiones acerca de mí:
man los yoeme a quienes han adoptado el modo “que si era una monja retirada”, “que si iba a
de vida “mestizo-regional” (algo similar a la de- ser cantora”, “que nomás me gustaba la tradi-
15
!"#$%&'#()*)&+&',#-'$#*'.+$'/%$&01###01 2342345200###26723789#:/./
6. Introducción
ción”, “¡que de seguro quería tierras!”. Hasta que adoptaba con mi cuerpo, mis hábitos ali-
descubrí que algunas mujeres no me hablaban menticios, mis normas de higiene, mis costum-
porque, sin ser casada, fumaba y además ¡cruza- bres para ir al baño, el manejo de mi espacio
ba las piernas al sentarme! Y entonces compren- vital, mi arreglo personal, mi lenguaje, mis
dí lo que los antropólogos clásicos señalan cuan- temas de conversación, eran características que
do hablan de la implicación del investigador con influían en la manera como los demás me veían
la comunidad en el trabajo de campo. y podían repercutir de dos maneras: ser acepta-
Ya en 2009, por insistencia —buena insisten- da o rechazada. Fue entonces cuando decidí
cia— de mi tutora, Cristina Oehmichen, me fui hacer un cambio de estrategia y procurar dejar
a regañadientes otro medio año a campo, esta de ser Enriqueta para volverme en el cuerpo
vez de febrero a julio. En este tiempo había de- que los yaquis querían. Retomé la teoría de Er-
jado de ser una novedad y ya sabían que jamut ving Goffman, quien habla de las múltiples
move “vivía en tal casa”, “iba a hacer su inves- caras o máscaras que manejamos en los distin-
tigación”, “quería aprender jiak”, “no tenía es- tos roles de la sociedad y decidí usarla para mi
poso”, “seguía siendo niña” e “iba ir a visitar a investigación:
todos los que quisieran ser visitados”. Mi pre-
sentación a la comunidad fue muy formal. Como Puede definirse el término cara como el va-
siempre, los gobernadores yaquis me expidieron lor social positivo que una persona reclama
por escrito el permiso para permanecer en el efectivamente para sí por medio de la línea
territorio. La gente siempre supo qué estaba que los otros suponen que ha seguido du-
investigando y qué datos quería. La idea de la in- rante determinado contacto. La cara es, la
vestigación encubierta nunca me pareció factible imagen de la persona delineada en términos
porque me daba poco margen de movilidad y no de atributos sociales aprobados, aunque se
me parecía ético estar tomando notas a espaldas trata de una imagen que otros pueden com-
de ellos. De este modo pude trabajar a distintos partir, como cuando una persona enaltece
niveles: si alguien quería ser entrevistado sacaba su profesión o su religión gracias a sus pro-
la grabadora; si alguien sólo quería conversar, pios méritos.11
no anotaba nada; si alguien quería invitarme a
una fiesta iba, si no me invitaban, no iba. Como Tomando en cuenta que considero que la et-
no tenía la intención de entrevistar a nadie por- nografía pasa por la personalidad del investiga-
que me interesaba la construcción del espacio dor, decidí cambiar mis caras según mi interlo-
en la vida cotidiana, pasé muchos días metida cutor. De este modo si alguien me pedía ir a una
en la casa de la familia yaqui que me albergó sin fiesta y dormir en el piso toda la semana, lo
prisas de ningún tipo. No me sedujo nunca la hacía. Esto implicó llevar una casa de campaña
idea de hospedarme en un hotel. Gracias a ello en la cual poderme quedar a dormir durante los
pude descubrir muchas cosas que suceden en —a veces— quince días que dura una fiesta. Si
la vida cotidiana y que nunca surgen en una un maestro de la tradición me contaba sobre la
entrevista. cotumbre yaqui, yo le contaba de mi vida como
Sin embargo, lo que más me funcionó para re- predicadora a los 12 años. Si un líder político me
lacionarme con la gente fue darme cuenta que hablaba de las guerras de la etnia, le hablaba de
mi cuerpo estaba de por medio y que la antropó- mis problemas como militante del Partido Obre-
loga no tenía un microscopio para analizar su ro Socialista. Si alguien me hablaba de su pro-
objeto de estudio, no poseía instrumentos de me- blema con el alcohol, yo le narraba todas mis
dición, no aplicaba fórmulas matemáticas, ni borracheras. Así aprendí a no bañarme, a no
contaba con un estetoscopio. No tenía nada, más
que su cuerpo: el único instrumento por el cual 11
Erving Goffman, Ritual de la interacción, Argentina,
llegó a la comunidad y la conoció. Las posiciones Amorrortu, 1970, p. 13.
16
!"#$%&'#()*)&+&',#-'$#*'.+$'/%$&01###01 2342345200###21623678#9/./
7. Enriqueta Lerma Rodríguez
pedir doble plato, a comer toda la semana papas por eso nos tardamos con darles el permiso…, si
fritas, a dormir a la intemperie sobre una carreti- no esperan…, si les gana el ansia y si no aguan-
lla y a sentarme sin cruzar las piernas. Otra de mis tan: ¡qué se vayan!”
estrategias fue llegar a las casas de improviso y Resumiendo, el trabajo etnográfico lo realicé
contarles mis aventuras, mis problemas y mis del siguiente modo:
traumas de infancia. Seguramente pasé como una
loca por los pueblos, pero gracias a eso me di cuen- 1. El primer paso fue la introducción al cam-
ta de algo: lo que a los yaquis les llamaba la aten- po que duró varias temporadas de 2005 a
ción de mí era que les contaba cosas que no espe- 2008, como resultado realicé un extenso
raban, que hacía cosas como ellos que los yoris no diario sin tema definido.
aguantaban y ¡que les compartía mi sufrir por 2. El segundo paso fue la participación y ob-
estar en el Territorio Yaqui! Gracias al uso de las servación directa en varias temporadas de
caras pude tener ingreso a rituales privados, campo en 2009 y 2010: en la vida cotidiana,
tomar fotos en lugares prohibidos, enterarme de rituales, fiestas y eventos políticos usando
relaciones amorosas fortuitas de las personalida- lo que he llamado el juego de las caras. De
des más respetables de la tribu y escuché cosas esta participación realicé un registro ex-
que me pidieron no contar a nadie. haustivo en audio grabaciones, fotografías,
El juego de las caras como técnica etnográfica mapas, cuadernos de notas y la ampliación
es una actitud en donde el investigador reconoce del diario de campo que derivó en una in-
que su personalidad es parte de la inserción del acabada etnografía de casi 300 cuartillas.
investigador en el campo como cuerpo y como 3. Con un tema definido busqué personas ya-
persona. Es un reconocimiento de que la propia quis que tienen sus propias teorías sobre la
mismidad influye en el contexto, motivo por el conformación del territorio, de esto resul-
cual, siguiendo la técnica de las caras, el inves- taron cuatro grabaciones de aproximada-
tigador moldea su “instrumento de observa- mente dos horas cada una.
ción”, que es él mismo, para enfocar correcta- 4. Para conocer la imagen que las jóvenes ge-
mente el fenómeno a analizar: “debe ser lo que neraciones mantienen sobre el Territorio
los demás quieran que sea en ese momento”. Yaqui, recabé 28 mapas mentales elabora-
Descubrí que la gente quería que los visitara dos por estudiantes del Bachillerato Tecno-
para oír mi vida y sacarlos de la rutina de todos lógico Agropecuario, No. 26, ubicado en
los días, “para desenfadarse”, decían ellos o para Vícam Estación.
contarme cosas que no podían decir a nadie. 5. El siguiente paso fue comparar mis datos
Resguardaban su confidencialidad al amparo de con las aportaciones bibliográficas de otros
que no me iba a quedar en la comunidad para yaquistas sobre cada temática y elaborar
siempre. De este modo conocí todos los pueblos nuevas hipótesis.
yaquis y tuve relación estrecha con fiesteros, 6. Mi quinto paso fue leer a algunos miem-
maestros litúrgicos, temastianes, kiyoisteis, dan- bros de la comunidad libros especializados
zantes, músicos, gobernadores, matachines, ange- en la etnia con el fin de que me dieran su
litos, cantoras, comerciantes, campesinos, jóve- punto de vista sobre algunos temas; este
nes, promotores culturales, estudiantes, paso me ayudó a replantear nuevamente
curanderas, líderes políticos, comisarios, gana- mis observaciones y a buscar nuevas expli-
deros, empresarios, niños, artesanos y con otros caciones de lo que ellos señalaban como
investigadores. “errores”.
Fue gratificante cuando el gobernador de 7. Casi al final de las temporadas, como sexto
Vícam me dijo, refiriéndose al primer permiso paso, realicé algunos resúmenes de mis teo-
que en 2006 me habían dado después de un mes rías sobre la cosmovisión yaqui y las discu-
de espera: “Muchos vienen, pero se van luego, tí con todos lo que pude, lo que fue un gran
17
!"#$%&'#()*)&+&',#-'$#*'.+$'/%$&01###01 2342345200###26723781#9/./
8. Introducción
acierto, pues me hicieron importantes su- capítulos seis y siete, me aboco al estudio del
gerencias y correcciones. ciclo ritual y su relación con la organización es-
8. Como último paso leí a algunos yaquis mis pacial. La última parte se compone de sólo un
avances de tesis, la que se fue corrigiendo capítulo, el ocho, pues constituye los resultados
en el momento. de un estudio realizado con base en mapas men-
tales, de los cuales interpreto el imaginario de
Concluyo que, desde mi perspectiva, la etnogra- los jóvenes yaquis acerca de su territorio.
fía es un método de investigación en donde la per- En el primer capítulo el lector verá una revisión
sonalidad de quien la realiza está —debe estar y crítica acerca de las investigaciones que se han
debe reconocerse que está— inmersa en la inves- realizado con respecto al Territorio Yaqui y las im-
tigación. Es el registro de lo que el investigador plicaciones históricas y políticas que han conduci-
comprende, a través de sí, del sistema de signifi- do a la tribu a hacer una defensa, primero de su
caciones que un grupo reproduce en su vida coti- soberanía y actualmente de su autonomía. Toman-
diana y que está acotada a los términos en que el do en cuenta la discusión acerca del concepto de
estudioso se inserta al grupo y por las restriccio- territorio, se pretende adentrar al lector en los lí-
nes que ante su persona pone la comunidad. mites en que se encuadra la extensión de tal con-
cepto y los resultados que ofrece a las investigacio-
nes, los cuales distan de ofrecer una compresión
4. Contenido de este trabajo clara de la significación cultural que tiene el espa-
cio para los yaquis. Expongo el motivo por el que
Sin duda parecerá que la vida cotidiana no se ve preferí el concepto espacio sobre el de territorio,
reflejada en mi exposición, sobre todo porque lo aún cuando en lengua castellana, y en el lenguaje
que se espera encontrar con esa categoría es la político, a los dominios espaciales yaquis se les de-
alusión a los pormenores que la gente realiza día signe como Territorio Yaqui. Aquí mismo se revi-
con día, lo que no se verá aquí. En ese sentido, sarán algunos estudios que se han realizado para
señalo que la observación detallada de la vida analizar el Territorio Yaqui desde una perspectiva
cotidiana fue sólo una estrategia metodológica que explica el espacio ritual. Sin embargo, se ex-
para encontrar los referentes culturales que la pondrán algunas observaciones sobre las limitacio-
sociedad yaqui reproduce. No me habría sido po- nes de estos trabajos para comprender la cosmovi-
sible, por ejemplo, enterarme de la relación que sión yaqui centrada en el espacio.
hay entre monte-solar-chiktura, que condiciona Cuando hablo del análisis sobre la cosmovi-
de algún modo la disposición de las viviendas si sión de los yaquis “centrada en el espacio”,
no fuera porque una niña pequeña se negaba a hago referencia al método que han usado otros
dejar de jugar a las diez de la noche. A partir de investigadores para analizar la cosmovisión
ese evento me fue contado acerca del “demonio” centrándose en otros aspectos como “el cuerpo
que vive el monte. Situaciones como ésta me humano”, la ritualidad” o las “festividades”.
permitieron reconstruir mitos, descubrir signi- En mi estudio el punto de partida y de llegada
ficaciones importantes y hasta presenciar actos será el itom ania. Toda vez que comprendo al
rituales que por ser tan cotidianos son descono- espacio como una instancia dependiente de
cidos por el antropólogo que asiste a observar las amplias relaciones significativas en un todo
grandes festividades religiosas. simbólico cultural, me apoyo en algunos estu-
Hecha la aclaración paso a describir lo que sí dios previos que arrojan luz sobre el modo de
se encontrará en este trabajo, mismo que está interpretar la cosmovisión de un pueblo par-
organizado en tres partes. En la primera, con- tiendo de un punto. En ese sentido, en este
formada por los cinco capítulos iniciales, me cen- primer capítulo desarrollo los conceptos cen-
tro en el estudio de la conceptuación de la espa- trales que guían el trabajo: espacio, territorio
cialidad. En la segunda, compuesta por los y cosmovisión.
18
!"#$%&'#()*)&+&',#-'$#*'.+$'/%$&01###01 2342345200###26723789#:/./
9. Enriqueta Lerma Rodríguez
En el segundo capítulo abordo el origen mítico bierno Tradicional. Señalo también rituales poco
del espacio yaqui, a través del análisis de cuatro conocidos que ocurren durante la Cuaresma, los
mitos que, según mi opinión, apuntan a la confor- cuales guardan una profunda concepción espa-
mación del itom ania: a) Yo’omuumuli, los hom- cio-temporal, tales como el ritual de “matar
brecitos surem y la vara parlante, b) El sapo que panal” y la fiesta de San Lázaro.
trajo la lluvia, c) Ania ba’alu’utek, y, d) Los dos En el séptimo expongo las características de
hermanos contra la serpiente. Estos cuatro son las fiestas del tiempo ordinario, realizadas en
símbolos de la configuración del espacio yaqui. A tiempo de lluvias, donde destaco de manera pre-
cada uno corresponde, aunque no únicamente, ni ponderante el intercambio de bolo (comida ri-
por separado, una explicación del orden, caracte- tual), referente importante para la comprensión
rísticas y dimensiones que lo componen. de la reciprocidad entre distintos pueblos. Des-
En el tercer capítulo describiré la conceptua- cribo también la forma en que son elegidos los
ción del itom ania (el mundo yaqui), el cual se per- fiesteros, dependiendo del lugar en que habitan.
cibe conformado por dos instancias: cielo (téeka) Incluyo de manera continua un apartado en el
y tierra (Toosa). Asimismo profundizo en las dis- que analizo puntualmente dos fiestas: la de San
tinciones entre yo’o ania (reino antiguo), juya Juan Bautista y la de Virgen del Camino, cele-
ania (mundo del monte), yo’o jwaram (lugares de braciones donde pude detectar referentes impor-
los encantos). Agrego aquí mismo un apartado en tantes sobre la espacialidad. Asimismo integro
donde resalto la importancia de los guerreros y un apartado centrado en la ritualidad mortuo-
guerreras-coyote como guardianes del Toosa y la ria, relacionándola con la aproximación del tiem-
ritualidad con la que son investidos como tales. po de secas. En él señalo los rituales de paso que
El cuarto capítulo es una extensión del ante- debe cumplir una persona en su ciclo de vida y
rior, sólo que en éste describo de manera puntual los espacios con que se relaciona dicha ritualidad
cada una de las instancias que componen el Toosa: durante la vida y después de la muerte.
(“nido yaqui” o “territorio”): juya ania (mundo En el octavo y último capítulo describo los dis-
del monte) y juya (monte como espacio físico), tintos imaginarios sociales que actualmente cir-
itom bawe (nuestro mar y nuestro río), itom culan sobre el Territorio Yaqui.12 Imaginarios que
wasam (nuestras tierras de cultivo), itom kawi varían dependiendo de las distintas ideologías, po-
(nuestra sierra) e itom pueplom (nuestro pueblos); siciones políticas, interpretaciones de la historia y
mismos que, aunque guardan un sentido particu- concepciones actuales sobre el espacio étnico. Asi-
lar, están interrelacionadas, ofreciendo así una mismo interpreto el mapa mental de la territoria-
configuración del espacio en su totalidad. lidad con base en 28 dibujos elaborados por jóve-
En el quinto capítulo profundizo en el origen nes yaquis, de los que es posible analizar la imagen
mítico de los Ocho Pueblos yaquis, considerados mental que las nuevas generaciones han construi-
“sagrados”, así como a las particularidades his- do sobre su espacio. Sin embargo, no sobra decir
tóricas que condujeron a establecerse espacial- que dichos mapas fueron diseñados por un sector
mente como actualmente se encuentran. minoritario, escolarizado y en un limitado rango
En el sexto y séptimo capítulos analizo la re- de edad, por lo mismo, lo resultados de este es-
presentación, concepción y escenificación del es- tudio sólo permiten observar la conceptualización
pacio en la escena ritual yaqui. Para ello parto del espacio dentro de dicha población.
de clasificar las festividades en cuatro períodos
que se desprenden del ciclo de lluvias y secas: 12
Cuando uso en este trabajo Territorio Yaqui con ma-
seberia kibake (seca con frío), tataria kibake. yúsculas me refiero al espacio habitado y reclamado por los
(seca con calor), tubu’uria (lluvias intensas) y yaquis como propio, mismo que cuenta con heterorrecono-
keepa chatu (lluvias esporádicas). miento; como toponímico sin carga conceptual. En cambio
En el sexto me aboco al análisis de los rituales cuando me refiera a “territorio” con minúscula y entreco-
millado lo uso como categoría de delimitación analítica es-
realizados en temporada de secas, temporada en pacial. Usado sin comillas, en cambio lo señalo con la
que se enviste de autoridad a los cargos del Go- extensión más coloquial que pueda tener.
19
!"#$%&'#()*)&+&',#-'$#*'.+$'/%$&01###01 2132134200###25621678#9/./
10. Introducción
Si bien el contenido de este trabajo traza aris- se, pues considero que es parte de otra investiga-
tas poco analizadas de la cosmovisión yaqui no ción, por demás amplia y fuera de mis objetivos.
está de más señalar que en cada vertiente es po-
sible ampliar el estudio de manera profunda, sin Notas
embargo, por limitantes tanto de tiempo para
concluir el doctorado, como por la ausencia de Los términos yaquis aquí anotados fueron reco-
presupuesto para realizar una investigación más gidos en campo durante la investigación etnográ-
exhaustiva, he convenido en delimitar mi traba- fica, en general fueron transcritos y traducidos
jo en una instancia que permite observar una pa- por la lingüista Paola Gutiérrez Aranda, toman-
norámica de la visión de mundo en la Tribu do como base el Diccionario Yaqui-Español y
Yaqui: en su espacio. En ese sentido, es conve- Textos. Obra de preservación lingüística de Zari-
niente señalar algunos límites de este trabajo: no na Estrada. Anexo un glosario al final para faci-
incluí la conceptuación del Territorio Yaqui litar la lectura de la tesis. Sólo en algunos casos,
desde la perspectiva de los fuereños y avecina- mismos que se señalan en nota al pie de página,
dos, tampoco la de la sociedad nacional sonoren- el registro se hizo de acuerdo con otras fuentes.
Don Fermín y Doña Luisa, miembros de la Tribu Yaqui. Foto: Samuel Flores.
20
!"#$%&'#()*)&+&',#-'$#*'.+$'/%$&01###01 1231230144###15612671#8/./