2. lEl cuento
habla de un
hombre adulto
agitado, refleja
un miedo a lo
desconocido,
no sólo a lo
paranormal
sino quizás
también al
paso de los
años y la
cercanía a la
muerte y los
3. El protagonista nos cuenta como conoce a Román, un niño de padre
inglés cuyo carácter amable, estudioso, y responsable era opuesto al
suyo; huraño, brusco, indisciplinado y desaplicado, pero cuya
4. Román Hudson, le invitó a su enigmática casa, sita en la plaza de
Bargas en Valencia, y la cual se halla envuelta en misterios,
envuelta paradójicamente entre la aterradora y lúgubre
descripción interior, el jardín rebosante de vida cuyas paredes
estaban cubiertas de enredaderas con flores y la cercanía a una
casa donde se cometió un crimen.
5. Como niños que eran, sintieron la curiosidad de ir a la casa
del crimen, cuando les hizo llamar la madre de Román, una
mujer disciplinada y severa que tras hacerle un
interrogatorio sobre su familia y estudios, concluyó que
debían estudiar, todo ello bajo la macabra sonrisa de
Ángeles, hermana de Román, y la cual causó un gran
6. Cierto día, le llamaron porque Román estaba enfermo, y éste tras un gesto de
dolor, le mostró un cardenal provocado por su hermana, indicando que ella tenía
un poder sobrenatural y que era capaz de mover objetos sin tocarlos. También le
contó que en su casa sucedían cosas extrañas como el sonido de la campanilla
de la puerta sin que nadie estuviera entrando o saliendo.
Ambos muchachos decidieron investigar, descubrieron que efectivamente la
campanilla sonaba como si alguien atravesara la puerta y en las paredes se
llenaban de aterradoras imágenes. Llenaron la casa de amuletos pero todo era
inútil.
7. Román lo estaba pasando muy mal y la madre para animarle le regaló una cámara
de fotos. Un día de los que fue a casa de la familia Hudson, la madre le pidió que
hiciera unos retratos de Román junto a su hermana y su madre. El revelado de las
fotografías les dejó petrificados, una sombra blanca con rostro de mujer estaba
junto a Ángela, y en la segunda foto una sombra negra la hablaba al oído.
Cuando Ángela vio las fotos soltó una risa macabra que provocó que el
muchacho sintiera un miedo aterrador, y cuya risa le ha perseguido para el resto
de su vida, haciéndole dudar de su cordura, puesto que tiene miedo a cerrar los
ojos, a dormir porque la imagen está grabada en su mente como una marca de
hierro ardiente sobre un animal.