Caperucita Roja desobedece a su madre y toma un atajo a través del bosque para llevar comida a su abuela enferma. Un lobo feroz se encuentra con Caperucita y le dice que tome otro camino más corto lleno de flores. Más tarde, el lobo engaña a la abuela y se la come. Cuando Caperucita llega, el lobo también la come. Sin embargo, ambas logran sobrevivir dentro del estómago del lobo y son rescatadas por un leñador que mata al lobo. Caper
2. • Erase una vez una niña a
la que todos conocían
como Caperucita Roja,
porque siempre usaba
como abrigo la caperuza
roja que le había hecho
su mamá. Cierto día, la
abuela de Caperucita
Roja, que vivía en el
bosque, cayó muy
enferma, y su mamá
envió a la niña para que
le hiciera compañía
3. • Le preparó una canasta
llena de comida, y antes
de que partiera le
recomendó muy
especialmente: “Ve a ver
cómo se encuentra tu
abuelita, pero camina
siempre por el sendero
largo del bosque. No te
apartes nunca de él y por
ningún motivo tomes el
camino corto ni hables
con extraños”. Caperucita
Roja prometió obedecer y
partió muy contenta
•
4. • Llevaba un buen tramo
andado cuando se encontró en
lo más espeso del bosque, sin
sospechar que dos ojos
malignos la acechaban. De
repente, por detrás de un árbol
se asomó el lobo feroz del
bosque quien, fingiendo
simpatía, dijo a la niña:-
“Caperucita Roja ¿a donde te
dirijes con esa canastita?”.-“A
casa de mi abuelita que está
muy enferma y vive al otro
lado del bosque, Señor Lobo”-
contestó. Y entonces el lobo
pensó:”Mmm, podría comerme
a esta niña, pero mejor será
esperar así podré comermer
también a la abuelita”.
5. Entonces pensó el lobo un plan.
Dirigiéndose nuevamente a
Caperucita le dijo: “¿Y por qué
tomas este camino tan feo si
podrías tomar el otro mucho
más bonito?”.-”Es que mi mamá
me ha dicho que no me aparte
de él”-explicó la niña.-”Tonterías-
dijo el lobo-el sendero más corto
es mucho más bonito. Está lleno
de flores que podrías recojer
para hacer sentir mejor a tu
abulita”.
Caperucita Roja dudó un
momento pero finalmente
resolvió: ”Tiene razón, señor
lobo, a mi abuelita le encantan
las flores, y estoy segura de que
si le llevo un puñado se
recuperará mucho antes, gracias
por su consejo”. Y así, feliz
retomó la marcha por el sendero
corto del bosque, olvidando las
instrucciones de su mamá.
6. • Entretanto, el lobo aunque
siguió por el sendero largo ,
llegó mucho antes que
Caperucita Roja a la casa de
la abuela. Golpeó la puerta y
cuando la abuelita preguntó:
“¿Quién es?” El lobo puso la
voz finita, finita y dijo:
“Caperucita Roja, abuelita”,
entonces, cuando la abuela
engañada lo dejó pasar, el
lobo de un bocado y sin
masticar, se comió a la
abuelita entera con camisón y
todo. Después, sin perder
tiempo, se puso un camisón y
se metió en la cama para
esperar a la verdadera
Caperucita.
7. • Enseguida escuchó el toc-
toc de la puerta y poniendo
la voz finita, finita dijo:
“Adelante, nietita, pasa,
pasa”. Entonces, Caperucita
se acercó al lecho donde
creía yacía su abuela
enferma, pero enseguida
notó algo extraño. Dijo
Caperucita al lobo: -
”Abuelita, que ojos tan
grandes tienes”.-”Son para
mirarte mejor”-dijo el lobo.
8. • Enseguida escuchó el
toc-toc de la puerta y
poniendo la voz finita,
finita dijo: “Adelante,
nietita, pasa, pasa”.
Entonces, Caperucita se
acercó al lecho donde
creía yacía su abuela
enferma, pero enseguida
notó algo extraño. Dijo
Caperucita al lobo: -
”Abuelita, que ojos tan
grandes tienes”.-”Son
para mirarte mejor”-dijo el
lobo.
•
9. • Pero Caperucita insistió:-
”Abuelita, que nariz tan
grande tienes”.-”Es para
olerte mejor”-respondió el
lobo. -”Abuelita, que
orejas tan grandes y
punteagudas tienes”. -
“Son para oirte mejor”-
dijo el lobo. “Pero
abuelita ¡que boca tan
grande y que dientes tan
filosos tienes!”.-”¡SON
PARA COMERTE
MEJOR!”-gritó el lobo, y
de un solo bocado se
tragó también a
Caperucita Roja
10. • Pueden imaginarse
ustedes el tamaño de la
panza de ese lobo. El
lobo estaba tan pesado
que tuvo que tirarse a
dormir y quedó sumido
en el más profundo de los
sueños.
11. • Y tan profundamente dormía el
lobo que no se dió cuenta de
que la abuela y Caperucita,
que habían sido tragadas de
un solo bocado, estaban aún
vivas dentro de su estómago y
gritaban pidiendo auxilio. Esos
gritos desesperados fueron
escuchados por un leñador
que pasaba justo por el lugar.
Sin perder tiempo, al darse
cuenta de lo que ocurría, el
leñador tiró abajo la puerta de
la abuelita y de un solo
hachazo dió muerte al lobo.
Después, con un par de tijeras
filosas, le abrió el vientre y
rescató a la abuela y su nieta.
Ya se pueden imaginar lo
agradecidas que estaban
Caperucita y su abuela.
Pronto se recuperó la
abuelita a fuerza de mimos y
cuidados. Y en cuanto a
Caperucita Roja, nunca,
nunca, nunca más volvió a
desobedecer a su mamá.