Tradicionalmente, las plantas medicinales como la margarita, la caléndula, la malva y el regaliz se han utilizado para tratar inflamaciones, cicatrizar heridas, facilitar la respiración y calmar la tos mediante infusiones o ungüentos. Muchas de estas plantas medicinales aún se usan de forma similar, aunque ahora también se emplean comúnmente para elaborar medicinas, como aquellas hechas con hojas y raíces de tejo para tratar el cáncer.