La nube rencorosa cubrió el sol y hizo que los girasoles se cerraran, pero el sol logró llegar al campo y calentarlo de nuevo. Aunque la nube intentó cubrir al sol otra vez, la lluvia resultante hizo felices a las plantas. El sol le dijo a la nube que era mala, y ella se fue llorando. Más tarde, el sol consoló a la nube arrepentida, quien prometió dejar de molestar a los girasoles, y todos vivieron felices desde entonces.
1. La nube rencorosa y los girasoles felices.
Era una vez un sol que transformaba en grandes a los girasoles.
Un día llego una nube, un poco rencorosa y envidiosa, que cubrió el sol. Los
girasoles se cerraron y el campo se convirtió en marron. Todos los girasones
estaban tristes.
Después de un tiempo dejó de llover y el campo se lleno de fango y en el
suelo se formaron charcos de agua.
La nube después se fue y los girasoles se recuperaron, elevaron su tallo y
empezaron a brotar flores de algunos girasoles.
La nube rencorosa volvió y volvió a cubrir el sol. Los girasoles se cerraron de
nuevo.
El sol que estaba detrás de la nueve, se movió y trato de llegar al campo de
los girasoles. Después de una gran carrera, finalmente llego a las plantas y
calentó el terreno.
La nube se dio cuenta y persiguió al sol y lo cubrió. De esta forma comenzó
a llover otra vez. Esta vez la lluvia hizo felices a las plantas que
necesitaban el agua para beber.
Las plantas se reían pero la nube se enfadaba. También el sol sonreía!
Entonces, el sol le dijo a la nube: eres realmente mala!
La nube llorando, se fue. Todos empezaron a celebrar porque finalmente se
habían liberado de esa nube envidiosa que les impedía vivir serenamente.
De lejos se oían cantos y gritos de alegría.
El sol mientras se divertía pensaba en la nubecilla que se había ido toda
sola. Entonces dejó a sus amigos y buscó a la nube y la consoló.
La nube, viendo el sol, se maravilló y le agradeció su gesto. Después se
arrepintió por su comportamiento y pidió perdón al sol. El sol invitó a la
nube a la fiesta. Cuando llegó la nube, los girasoles fueron felices de volver
a verla y empezaron a saludarla con sus largos pétalos.
La nube se divirtió y prometió a todos dejar de molestarlos. Todos se
divirtieron y continuaron viviendo felices entre ellos.
Autores: Los alumnos de la 1G