2. Autor: Antonio Gisbert Fecha:1888 Museo: Museo del Prado Características:390 x 600 cm Material: Oleo sobre lienzo
3. Antonio Gisbert Alcoy , Alicante , 1834 ,– falleció en París en 1902 ) pintor español de temática histórica, que desarrolló su labor en la época de transición entre el romanticismo y el realismo , es decir, en el siglo XIX y principios del siglo XX . Estudió en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y, posteriormente, en las ciudades de Roma y París . Representa una tendencia pictórica de la segunda mitad del siglo XIX : la pintura de grandes acontecimientos en relación con la historia de cada país. Es la "pintura de historia" o "realismo retrospectivo", pues pretende representar con realismo hechos del pasado histórico nacional. En España representó los ideales liberales . Fue Director del Museo del Prado entre los años 1868 y 1873 .
4. OBRA MAS CONOCIDA Los comuneros de Castilla , con la que consigue la primera medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes de España de 1860 . En esta obra revela sus cualidades figurativas y expresivas, acusando un cierto efectismo. La Guerra de las Comunidades de Castilla fue el levantamiento armado de los denominados comuneros , acaecido en la Corona de Castilla desde el año 1520 hasta 1522 , es decir, a comienzos del reinado de Carlos I . Las ciudades protagonistas fueron las del interior castellano, situándose a la cabeza de las mismas las de Toledo y Valladolid . Su carácter ha sido objeto de agitado debate historiográfico, con posturas y enfoques contradictorios. Así, algunos estudiosos califican la Guerra de las Comunidades como una revuelta antiseñorial ; otros, como una de las primeras revoluciones burguesas de la Era Moderna , y otra postura defiende que se trató más bien de un movimiento antifiscal y particularista, de índole medievalizante o retrógrada. El levantamiento se produjo en una situación de inestabilidad política en la corona de Castilla , que se arrastraba desde la muerte de Isabel la Católica ( 1504 ). En octubre de 1517, el rey Carlos I llegó a Asturias , proveniente de Flandes , donde se había autoproclamado rey de sus posesiones hispánicas en 1516 . A las Cortes de Valladolid de 1518 llegó sin saber hablar apenas castellano y trayendo consigo un gran número de nobles y clérigos flamencos como Corte, lo que produjo recelos entre las élites sociales castellanas, que sintieron que su advenimiento les acarrearía una pérdida de poder y estatus social
5. José María Torrijos nació en Madrid en 1791. Militar que se destacó en la Guerra de Independencia, fue liberal y contrario al régimen de Fernando VII, rey de España a la sazón, una vez expulsados los napoleónicos. Por ello fue perseguido y encarcelado en 1817 por participar en el pronunciamiento de Lacy . En 1820, tras llegar, con el pronunciamiento de Riego, los liberales al poder, colaboró en política como ministro de la Guerra y capitán general de Valencia . Luchó contra los Cien Mil Hijos de San Luís, tropas francesas que el monarca vecino Luís XVIII envió para reponer a Fernando VII en el poder absoluto, pero fue derrotado en Cartagena y se exilió, prudentemente, en Inglaterra. En 1830 llegó a Gibraltar para promover una insurrección contra el gobierno absoluto. Un antiguo compañero de armas, entonces gobernador de Málaga , Vicente González Moreno, le tendió una trampa invitándole a desembarcar en su ciudad bajo seguro. Una vez visto el engaño, Torrijos y sus 52 compañeros se batieron con desesperación contra las tropas realistas que los cercaban, pero finalmente hubieron de rendirse y fueron apresados en Alhaurín de la Torre el 5 de diciembre y encarcelados en Málaga . El 10 de diciembre, en la dicha playa, fueron fusilados al alba, sin juicio previo, incluyendo un joven de 19 años. La memoria popular les hizo homenaje con esta copla: "Si Torrijos murió fusilado, /no murió por canalla o traidor, /que murió con la espada en la mano, /defendiendo la Constitución“.
6. Descripción del cuadro Tecnica : Gisbert usa una tecnica puramente academica , con un dibujo y pincelada perfecta. Torrijos: Capitán general de Valencia y ministro de Justicia en el Trienio Liberal, tuvo que exiliarse después con Fernando VII. Poco después, le dijeron que podía volver a Málaga, pero fue traicionado y condenado a muerte por traición. Manos : El general Torrijos coge de las manos a sus dos compañeros, a las puertas de su fusilamiento. El de la izquierda es Flores Calderón y el de la derecha es Francisco Fernández Golfín, al que le están vendando los ojos un fraile, mientras otro le reza las oraciones últimas Baja : Con la mirada baja sabemos que es Francisco Borja Pardio. Boyd : Robert Boyd, un oficial inglés, tiene la mirada baja por la situación.. Pinto : El coronel Pinto. Fusilados : En primer plano los fusilados, recordando a los Fusilamientos de Goya. En ellos se ve la actitud política de Gisbert, progresista, porque este cuadro es un icono contra el totalitarismo y la violencia. Fotografía : El cuerpo de los fusilados se corta por el límite del cuadro, recordando la fotografía. Soldados : Los soldados esperan el siguiente fusilamiento, quedándose en un segundo plano para hacer ver al espectador que lo verdaderamente importante son los fusilados, a modo de héroes. Playa : Los fusilamientos se produjeron en las playas de San Andrés, en Málaga, Vendados : Los fusilados eran vendados por frailes si lo pedían. Torrijos como última voluntad pidió que no se le vendaron los ojos y que pudiera mandar abrir fuego al pelotón de fusilamiento .
7. A LA MUERTE DE TORRIJOS Y SUS COMPAÑEROS Helos allí: junto a la mar bravía cadáveres están, ¡ay!, los que fueron honra del libre, y con su muerte dieron almas al cielo, a España nombradía. Ansia de patria y libertad henchía sus nobles pechos que jamás temieron, y las costas de Málaga los vieron cual sol de gloria en desdichado día. Españoles, llorad; mas vuestro llanto lágrimas de dolor y sangre sean, sangre que ahogue a siervos y opresores, Y los viles tiranos, con espanto, siempre delante amenazando vean alzarse sus espectros vengadores.
8. Sucede con cierta frecuencia en la Historia del Arte cómo un autor de esos que llamamos de segunda fila produce una obra específica que pasa a ser recordada a través del tiempo, bien sea por los valores intrínsecos que posee (por ejemplo, su calidad sobresaliente en el conjunto de la obra del artista), o bien por el tema del que trate. Quizás algo de ambas cosas pueda decirse de este cuadro tan familiar a quienes, además de Arte, tratamos también de explicar (y de explicarnos) la azarosa historia de España. Del cuadro quizás sea necesario rescatar su título completo, porque incluso aquí arriba lo hemos apocopado : ”fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga”. En cambio su autor es, con certeza, menos conocido. Se trata de Antonio Gisbert (1835-1902), un destacado miembro de ese grupo de artistas que cultivó en nuestro país, en los últimos decenios del siglo XIX, el género de la pintura de historia, siguiendo una tradición que tiene a su más destacado representante a Francisco de Goya y sus lienzos y grabados sobre la Guerra de la Independencia.
9. El tema de este cuadro de gran formato (6 x 3,9 metros) y pintado al óleo sobre lienzo en 1888 es también bastante conocido. Narra unos hechos acaecidos a finales de 1831, cuando reinaba Fernando VII, probablemente el más nefasto de los numerosos reyes españoles acreedores de ese calificativo. El rey había liquidado en 1823 el Trienio Liberal y gobernaba casi a su antojo el país, atravesando ese periodo que en la escuela nos enseñaron a calificar acertadamente como “ominosa década absolutista”. Fueron numerosos los intentos de los liberales de acabar con esta situación. De uno de ellos se ocupa nuestro cuadro. A finales de 1831 el general Torrijos, que llevaba ya algunos meses en Gibraltar tratando de organizar un pronunciamiento contra el monarca, desembarca en las costas de Málaga, acompañado de un grupo de seguidores. Víctima de una traición, está siendo ya vigilado y perseguido por los absolutistas, quienes acabarán deteniendo a todo el grupo tras breves escaramuzas. Conducidos hasta Málaga, los liberales serán pasados por las armas, sin juicio alguno, en una de las playas de la ciudad el 11 de diciembre de aquel mismo año.
10. Eso es lo que nos narra Gisbert en este cuadro: el acto final de esta tragedia tan propia de nuestro siglo XIX: el fusilamiento masivo de unos sesenta liberales, de los cuales vemos en la escena un reducido grupo, formado por dieciséis personas. Cinco de ellas han sido ya ejecutadas (sí, son cinco, aunque del quinto sólo alcanzamos a ver una mano exangüe) y otros once se disponen a enfrentarse a la muerte, mientras algunos frailes les leen la Biblia o les vendan los ojos. Encontramos las típicas muestras de abatimiento (fijaos en el personaje arrodillado en el extremo izquierdo), de enorme tristeza (el personaje algo más a la derecha con la mirada perdida) o de despedida entre camaradas; incluso hallamos algún gesto que evoca la oración.
11. No obstante el pintor ha dispuesto la escena de forma que la fila de personajes que esperan la muerte se organiza en torno a una línea que avanza de izquierda a derecha hacia el espectador. Y en ese punto ha situado Gisbert al general Torrijos. No ocupa el centro del grupo, pero sí el vértice de la composición , de manera que nuestra mirada se sitúa en él, mientras la suya nos lo muestra sumido en profunda reflexión. Sin embargo, no nos cabe duda de que Torrijos está tranquilo , porque aún alcanza a reconfortar a los dos compañeros que tiene a sus lados, asiéndoles las manos. Cómo no sentirnos conmovidos ante estos tres individuos vestidos a la moda romántica, con largas levitas, cuya elegancia y cuyo silencio dominan por completo la escena, contagiando de dignidad a sus compañeros. Hasta el piquete de ejecución que aparece a sus espaldas parece coincidir en la solemnidad del momento y figura alineado en perfecta formación.
12. Gisbert ha completado la escena mostrándonos un paisaje que parece estar acorde no solo con la estación del año sino con la gravedad de la situación: las olas, el día nublado y los montes de Málaga que cierran el fondo de la composición. Quizás pueda concluirse que hay algo de académico en esta obra y es verdad que en ella falta la increible maestría del Goya de los fusilamientos. Pero en todo caso, advertimos aquí la capacidad del pintor (quien militó también en las filas liberales) para presentarnos dos temas a la vez. El primero de ellos es de carácter político: la defensa de la libertad, como ya había hecho años antes el poeta Espronceda cuando compuso el soneto dedicado a Torrijos y sus compañeros, cuyo primer terceto afirma: “Españoles, llorad; mas vuestro llanto lágrimas de dolor y sangre sean, sangre que ahogue a siervos y opresores…”
13. Pero hay otro tema más en este cuadro de Gisbert: la dignidad, incluso ante la inmediatez de la muerte. Reflexionaba yo sobre esto el otro día, cuando paseaba por la Plaza de la Merced de Málaga, en la cual un obelisco conmemora este fragmento de nuestra historia. Uno de los textos que figuran al pie del monumeto afirma: ”el mártir que transmite su memoria no muere, sube al templo de la gloria”. Pues eso, la dignidad.
14. - JUANI RECHE FERNÁNDEZ - ALMUDENA ROJAS DE DIOS - MARIA LUCIA HERVAS DE LA HOZ Realizado por: