“Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”. Caracas, 11 de septiembre de 2013 (VTV).- "Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza". Así lo expresa Salvador Allende Gossens, presidente de la República de Chile, el 11 de septiembre de 1973, durante su último discurso, desde el Palacio de La Moneda, en la capital del país, tras el golpe de Estado perpetrado por carabineros dirigidos por el dictador Augusto Pinochet.

1. HOY TAMBIÉN SE CUMPLEN 40 AÑOS DEL ASESINATO DEL PRESIDENTE SOCIALISTA CHILENO
SALVADOR ALLENDE
SALVADOR ALLENDE Y SU ASESINO AUGUSTO PINOCHET
“Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la
certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la
traición”.
Caracas, 11 de septiembre de 2013 (VTV).- "Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se
detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza".
Así lo expresa Salvador Allende Gossens, presidente de la República de Chile, el 11 de
septiembre de 1973, durante su último discurso, desde el Palacio de La Moneda, en la capital
del país, tras el golpe de Estado perpetrado por carabineros dirigidos por el dictador Augusto
Pinochet.
“En todo caso yo estoy aquí, en el Palacio de Gobierno, y me quedaré aquí defendiendo al
Gobierno que represento por voluntad del pueblo. Lo que deseo, esencialmente, es que los
trabajadores estén atentos, vigilantes y que eviten provocaciones. Como primera etapa
tenemos que ver la respuesta, que espero sea positiva, de los soldados de la Patria, que han
jurado defender el régimen establecido que es la expresión de la voluntad ciudadana, y que

2. cumplirán con la doctrina que prestigió a Chile y le prestigia el profesionalismo de las Fuerzas
Armadas”.
El Líder chileno, elegido por el Poder Popular es derrocado para instaurar una dictadura cruel
que cobra miles de vidas. En el Estadio Nacional de Chile la dictadura de Augusto Pinochet,
recién implantada, establece un campo de concentración y arma un grupo del Ejército chileno
llamado "La Carabana de la Muerte", que rige persecuciones, torturas, ejecuciones y las
desapariciones de miles de chilenos.
Meses después del Golpe de Estado, cerca de 30 mil personas son víctimas de prisión tortura,
mientras que otras 2 mil son asesinadas, y aún los familiares de miles de chilenos
desaparecidos por la dictadura están buscando a sus seres queridos.
Horas antes de la trágica muerte de Allende, el luchador social manifiesta su amor y dolor por
lo que se suscitaba en la Nación, “el pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no
debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse. Trabajadores de mi Patria,
tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que
la traición pretende imponerse”.
En su claridad de Líder de un pueblo que lo elige en el clamor de la democracia, Salvador
Allende expresa a las y los chilenos sus últimas palabras de aliento, “Sigan ustedes sabiendo
que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde
pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. Estas son mis últimas palabras y tengo
la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una
lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”.
Durante los tres años de Gobierno, Allende luchó incesantemente por impulsar una democracia
auténtica, visibilizando y reivindicando a los históricamente excluidos, un hombre con
pensamiento de justicia social. “Nosotros vamos a hacer una democracia auténtica, porque va
a participar el pueblo y no una minoría. Cuando un pueblo tiene consciencia de las metas que
debe alcanzar, ese pueblo es capaz de sacrificios”.
Al obtener la victoria inicia una transformación política y social para el pueblo chileno, ávido de
justicia e igualdad.
Por primera vez en la historia un Gobierno socialista y revolucionario surge por elección del
Poder Popular, para dignificar y reivindicar a una sociedad esperanzada en un cambio que
mejorara las condiciones de vida.
Allende quien despuntó un nuevo amanecer para el pueblo a través de políticas sociales
dirigidas a dignificar a los ciudadanos; garantiza el derecho a la alimentación, elimina el

3. latifundio, nacionaliza la explotación del cobre, y fortalece los derechos laborales de los
trabajadores, era derrocado por un golpe militar enfilado a paralizar el desarrollo social de un
pueblo, destruir a sangre y fuego sus conquistas sociales y al proceso revolucionario.
Sangre, lágrimas, dolor y miseria acompañan 17 años de injusticia y crueldad al pueblo chileno,
víctima de la más infame injusticia que seres humanos pueden causar a sus iguales.
"Crear una sociedad humana que asegure a cada familia, a cada hombre o mujer, a cada joven
y a cada niño: derechos, seguridades, libertades y esperanzas. Que a todos infunda un hondo
sentimiento de que están siendo llamados a construir la nueva Patria, que será también la
construcción de vidas más bellas, más prósperas, más dignas, más seguras y más libres para
ellos mismos”.
Esa era la visión de Salvador Allende, un hombre de pensamiento marxista, humanista y
socialista, abocado al bienestar de su pueblo, para crear una sociedad progresista, sin
embargo, los intereses imperiales, se interponen causando la máxima expresión de la violación
a los derechos humanos, una dictadura atroz que marca para siempre la historia de Chile y su
pueblo.
Hoy a 40 años de la caída en combate del gran Salvador Allende, el Gobierno Bolivariano y el
pueblo venezolano rinden homenaje a su pensamiento y obra, legado que el Líder chileno deja
para los Gobiernos progresistas del Continente que emprenden la lucha por la independencia
plena, libertad, soberanía, autodeterminación y justicia social para el desarrollo de sus
pueblos.FIN/