El descubrimiento de las Cuevas de Altamira en España fue accidental en 1869 cuando un cazador encontró la cueva mientras buscaba a su perro. En 1879, la hija de un arqueólogo aficionado descubrió las primeras pinturas prehistóricas en la cueva mientras exploraba. La cueva fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985 y contiene pinturas datadas hace unos 13,000 años que se han conservado bien debido al derrumbe de la entrada de la cueva.