El documento es una carta de una diputada argentina al representante estadounidense Ed Royce expresando su preocupación por los aranceles impuestos por Estados Unidos al biodiesel argentino. Argumenta que las acusaciones de dumping y subsidios son erróneas, dado que la alta productividad agrícola en Argentina y los impuestos a la exportación de soja permiten precios competitivos sin subsidios. Pide reconsiderar la decisión para evitar perjuicios a la industria argentina y fortalecer la cooperación comercial entre los países.
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Aranceles injustos al biodiesel argentino
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DIPUTADA DE LA NACION
Buenos Aires, Argentina 24 de agosto de 2017
Estimado Ed Royce
Me permito escribirle hoy, en mi carácter de Presidente de la Comisión de Relaciones
Exteriores e integrante de la Comisión de Agricultura de mi país, profundamente preocupada por
los aranceles a la importación que su gobierno le ha impuesto al biodiesel argentino.
Temo en especial por las consecuencias que puede traer a esta industria integrante del sector
energético, eje importante del motor de nuestra economía, que es la agroindustria.
Eventualmente radique esta arbitraria e injusta decisión a la falta de información o
información errónea: Por ello es que apelo a su atención y espero sepa entender mi franqueza, para
la siguiente explicación:
El gobierno de su país alega políticas de dumping o subsidios. Y ambas interpretaciones son
equivocadas.
Mi país se encuentra entre los tres más grandes productores de saja mundial. Cultiva
alrededor de tres cuartas de toda la saja en praderas naturales de clima templado, con acceso a
abundante agua y llevando a cabo prácticas proteccionistas, como la siembra directa.
Estas tierras presentan ventajas comparativas para la referida producción, pero el
conocimiento incorporado por los agentes económicos las convirtió en ventajas competitivas. En el
país se han desarrollado paralelamente clústers que reúnen en una cadena de valor inmejorable, a
proveedores, productos y servicios complementarios para dicha producción, muy eficientes, que en
base a la utilización de tecnología de última generación (semillas, fitosanitarios, maquinaria
agrícola, servicios complementarios de los más variados, etc.), permiten la obtención de una alta
productividad en toda la cadena de valor de este cultivo.
No debo detallarle la cantidad de empleos directos e indirectos que produce, en especial para
la Provincia de Buenos Aires y Santa Fe.
El Estado Nacional ha encontrado en este complejo una oportunidad para obtener
importantes recursos fiscales, de rápida recaudación, como son los derechos de exportación,
tributos que actualmente gravan a la saja con un 30 % de su precio FOB de exportación. A
diferencia de muchos países, donde el agro recibe importantes subsidios, en Argentina se grava con
un tributo. Argentina es estructuralmente exportadora de productos del complejo saja, el precio en
el mercado interno tiende a su paridad de exportación, concepto que surge de deducir del precio
FOBde exportación, los derechos de exportación y otros gastos de transacción inevitables para
2. eo~nelia Schl1licLI-L il!J~lila/m
DIPUTADA DE LA NACION
exportar estos bienes. Si no existieran excedentes exportables, los derechos de exportación serían
abstractos.
A pesar del significativo peso relativo de los referidos derechos de exportación, una buena
parte de los productores agropecuarios mantienen sus preferencias por el cultivo de saja, por el
rendimiento que produce su explotación, descontado dichos tributos.
Si los productores de saja operaran a pérdida, se hubiera producido una constante y
significativa reducción de la superficie implantada, y los compradores de esta leguminosa, más
temprano que tarde, mejorarían sus ofertas de precios en el mercado local, haciendo subir el precio
significativamente por encima de la paridad de exportación. Pero ello, medido a lo largo de varias
campañas agrícolas, no ha ocurrido, sino por el contrario, la industria procesadora de saja ha
obtenido en general, un fluido abastecimiento, a precios muy competitivos en términos relativos.
Por lo tanto, las industrias procesadoras de saja en Argentina, pueden abastecerse a precios
muy por debajo de los internacionales, los que surgen de un libre mercado, transparente, producto
de la alta productividad del cultivo de saja.
El Estado Nacional ha privilegiado el agregado de valor local, al gravar con alícuotas
diferenciales decrecientes a los productos industrializados derivados de saja de mayor valor
agregado, hecho que favorece la radicación de industrias de este tipo en el país.
Aguas abajo de la producción primaria de saja, las industrias transformadoras de esta
leguminosa, como la de los crushers y la del biodíesel, operan con márgenes razonables -o sea, no
venden su producción en promedio, por debajo de sus costos, y no obtienen subsidios por parte del
Estado.
Por otra parte, de un análisis de la Ley de Presupuesto Nacional que se sanciona en el
Congreso de la Nación año tras año, puede verificarse que no existen partidas destinadas a otorgar
subsidios a la producción de saja, salvo las que pueden estar vinculadas a casos extraordinarios de
emergencia agropecuaria, como inundaciones, que son ocasionales y no se aparean con un cultivo
en especial, sino con productores agropecuarios afectados por catástrofes.
En síntesis, la alta productividad del cultivo de saja en Argentina y la decisión del Estado
Nacional de capturar lo que él supone como renta extraordinaria en caso que dicha leguminosa se
exporte en bruto, estableciendo al mismo tiempo alícuotas diferenciales para los productos
industrializados derivados de ella y que tengan mayor valor agregado, son los factores que
determinan que la industria de transformación de dicho cultivo, quede mejor posicionada en
términos relativos.
3. e-u: SchmicLl-Lid'lIna/Vl
DIPUTADA DE LA NACION
Por todo ello, las exportaciones de biodiesel argentino no salen del país a precios de dúmpíng,
ni tampoco son subsidiadas. La decisión de la International TradeCommission por la que se aplicó
elevadísimos Countervailingduties -CVD- al biodiesel argentino, resulta por lo tanto arbitraria, de
corte netamente proteccionista -ya que técnicamente cierra el mercado para el producto argentino
y de Indonesia- y genera un enorme perjuicio a las industrias de ambos países. Para nuestro país el
tema es muy grave, dado que el biodiesel es el principal producto enviado a ese destino y la balanza
comercial entre ambos países, es deficitaria para Argentina.
En este contexto referencio también, que la OMC ha dictaminado en varios casos anteriores,
que el diferencial de derechos de exportación a favor de un producto y en desmedro de otro, no es
subsidio. Y que nuestro país ha obtenido fallo favorable para la exportación de Biodiesel a la Unión
Europea.
Argentina está saliendo, con un gran esfuerzo de nuestra población, de un periodo muy
complicado, que nos hubiera llevado a un destino similar al de Venezuela. Estamos en camino a
construir una economía solvente, donde el crecimiento está liderado por la inversión, que nos
permite ser más productivos, prósperos y con salarios justos.
Nuestra política exterior va de la mano con nuestros objetivos como nación, como argentinos,
privilegiando los valores de la libertad y fraternidad. Perseguimos ese bienestar que trae la paz.
Con la reciente visita de su Vicepresidente estamos buscando fortalecer el comercio y la
cooperación. Pero ello no puede ser a costa de una de las partes. Tenemos un potencial enorme, las
posibilidades son infinitas y empezó una etapa llena de oportunidades. Nuestra región, puede
crecer, porque con la suma de lo que hace cada uno, crecemos todos. Y estimo que Usted comparte
conmigo, que la generación de empleo es la manera en la que vamos a sacar a muchos ciudadanos
de la situación de pobreza.
Por ello Sr Royce, confío en sus buenos oficios para poder aclarar esta cuestión y desandar esta
decisión.
Quedo a su disposición para cualquier aclaración y agradeciendo su atención,
Lo saluda cordialmente,