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Dinero: la
hiperinflación
alemana de 1923
Índice
Abstract ......................................................................................................................................... 2
Introducción .................................................................................................................................. 3
Dinero ............................................................................................................................................ 4
El cartalismo ...................................................................................................................... 5
Demanda Monetaria ..................................................................................................................... 7
Funciones del dinero ......................................................................................................... 7
Requisitos para cumplir un rol monetario ........................................................................ 7
Oferta Monetaria .......................................................................................................................... 8
Agregados monetarios ...................................................................................................... 9
Base monetaria y el Banco Central ................................................................................... 9
La Inflación .................................................................................................................................. 11
La Hiperinflación.............................................................................................................. 12
La Hiperinflación alemana de 1923 ............................................................................................. 13
Contexto mundial ............................................................................................................ 13
Alemania.......................................................................................................................... 14
La pesadilla del debacle financiero de Weimar............................................................... 16
¿Cómo iniciar la destrucción de un país en el término de 10 años?............................... 18
La paz no es tan feliz ....................................................................................................... 19
El papel de la industria .................................................................................................... 26
Austria ............................................................................................................................. 29
Hungría ............................................................................................................................ 31
¿Dinero? .......................................................................................................................... 32
Ruhrkampf ....................................................................................................................... 35
Katastrophe ..................................................................................................................... 41
Poniendo parches ............................................................................................................ 46
Conclusión ................................................................................................................................... 54
Bibliografía .................................................................................................................................. 55

1
Abstract
El siguiente trabajo tiene como finalidad explicar la funcionalidad del dinero y su
importancia dentro de la sociedad. Tomando el caso del debacle financiero de la Alemania de
1923, se pretende hacer tangible el peso de la moneda para todo un país que padeció las
consecuencias de un proceso hiperinflacionario que se extendió desde la Gran Guerra y que,
de algún modo, acabó siendo la consecuencia de la Segunda Guerra Mundial.
Palabras clave: Dinero – Demanda Monetaria – Oferta monetaria – Inflación- Alemania –
Hiperinflación – Tratado de Versalles- Primera Guerra Mundial

2
Introducción
Vil metal… El dinero representa una las ambiciones más grandes del hombre de nuestros
días. Pero, ¿realmente tiene el peso que le damos? ¿Resulta realmente indispensable? ¿Es
posible vivir sin él? ¿Cómo es que un simple trozo de papel tan insignificante en sí mismo
cumple tantas funciones?
En las páginas que siguen se verán las funciones
del dinero, cómo este se genera y cómo circula. Luego
se analizará, desde el ejemplo que nos presenta la
hiperinflación en Alemania de 1923 cómo este circuito
puede deteriorarse y cuáles son sus consecuencias
para la sociedad. Se explicarán entonces, junto con el
contexto histórico, los procesos que dieron origen al
fenómeno inflacionario en la República de Weimar
desde la Primera Guerra Mundial hasta la década del
’30.
Alemania creyó poder emitir ilimitadamente
pero esto no hizo más que deteriorar cada una de las
funciones del dinero, volviendo al trueque para subsistir. La hiperinflación demostró que con
tan sólo deteriorar la moneda era posible tirar abajo los cimientos de toda Alemania,
llevándose con ello los valores más arraigados de la sociedad, echando culpa de todo esto a los
pagos que imponía el Tratado de Versalles.
Desde esta perspectiva se explica la importancia que el dinero tuvo, tanto en aquel
momento como hoy, y cuanto inciden las políticas
financieras, ya sean expansivas o contractivas, en todas
las características de la sociedad, desde su estructura
hasta sus principios.
En este sentido el siguiente trabajo pretende
demostrar como el dinero en exceso dejó de cumplir su
función de reserva de valor, como primera medida, hasta
llegar a perder su función de medio de cambio. Se verán
más adelante, junto con la explicación de Alemania de
principios del siglo XX, gráficos sobre la relación entre los
ingresos y gastos de la Hacienda, la evolución del marco
en 1922, analizando los costos de vida y la evolución de
los precios, así como la circulación monetaria.
Si la inflación es un fenómeno más humano que
económico, queda claro con lo más adelante se expondrá
que cuando el dinero deja de funcionar como tal, es
muestra de que la sociedad misma ha quedado
devastada e infinitamente reformada…

3
Dinero
“Plata, pasta, guita, efectivo, cuartos, vil metal, parné, pelas, peculio, recursos…
da igual como se le llame: el dinero es importante” 1

Si hablamos de dinero y nos dedicamos a pensar en él de forma aislada, indudablemente
surgirá la pregunta que Dornbusch, Fischer y Startz se hacen en su libro “¿Qué es el «dinero» y
por qué todo el mundo quiere tenerlo?”2 y mucho más si pensamos en que el dinero nos es útil
cuando nos deshacemos de él. ¿Cómo una pieza de papel cuyo valor intrínseco es
prácticamente nulo ha adquirido un rol tan importante para la sociedad? La respuesta a todo
ello se encuentra en su función principal: la de ser Medio de Cambio. Las cosas se transforman
en dinero cuando pueden ser utilizados como medio de cambio a consecuencia de tener la
certeza de que este, a la vez, será aceptado por otro como medio de cambio.
Si analizamos la obtención de mercancías por los hombres a lo largo de la historia
notaremos que en un primer momento se conseguía lo necesario para la subsistencia, sea a
través de la caza, la pesca y la recolección. A partir del momento en el que el hombre se
convierte en un ser sedentario comienza también a extenderse la práctica del cultivo, pero
siempre tratándose de un tipo de producción que no sobrepasaba los límites de la familia.
Pero fue, a medida que estas familias fueron creciendo en número que las producciones se
hicieron cada vez más extensivas, hasta llegar al punto en el que comenzó a existir un
excedente de lo producido. Fueron estos excedentes los que dieron lugar al intercambio entre
las familias. Aquello que no les era necesario para su propia familia podía ser vendido. La
colocación de los excedentes dio a luz al trueque: intercambio de bienes y servicios por otros
bienes y servicios… Intercambio que era directo, sin intermediación del medio de cambio. La
práctica del trueque se fue expandiendo y era necesaria una doble coincidencia de
necesidades. Los propietarios de cada una de las mercancías necesitarán recíprocamente del
otro. De no ocurrir, no hay intercambio posible.
Esta situación llevó a que los hombres comenzaran a pensar en un medio que evitara este
complejo problema que se les presentaba, y comenzó a utilizarse el dinero mercancía. El
dinero mercancía es un bien que tiene el mismo valor como unidad monetaria que como
mercancía, es un bien patrón. En un principio se utilizaron bienes tales como la sal o ganado,
que lograban evitar la doble coincidencia y da lugar a la especialización de los agentes
económicos a partir de la división del trabajo, lo que lleva consigo el progreso económico de
una sociedad. Aquí es donde se empieza a vislumbrar la función del dinero como medio de
cambio. Sin embargo, este dinero mercancía trajo nuevos inconvenientes a la esfera del
intercambio. Si el medio de cambio eran las cabezas de ganado, y se deseaba conseguir algo de
un valor inferior a una cabeza de ganado, su división conllevaba costos que le resultaban
inherentes a la operación como el transporte o la conservación. En este sentido las personas
fueron buscando nuevas mercancías cuya naturaleza se adaptaran mejor a los intercambios,
para lo que eligieron a los metales preciosos como el oro y la plata.
1

Ferguson, Nial; El Triunfo del dinero, cómo las finanzas mueven al mundo; Editorial Sudamericana;
pág.17
2
Dornbusch, R., Fischer, S. y Startz, R; Macroeconomía; Editorial Mc Graw Hill; 9ª edición; pág. 422

4
Si nos remontamos al siglo III o II a.C. todavía no lo encontramos en forma de
monedas, sino como pepitas cuyo valor se medía en peso, creando la necesidad de generar
una medida, la que se creó en la Mesopotamia con los pueblos semitas. Frente a esto, aparece
el fraude. Si el medio de cambio era pesado y medido, entonces podía ser fácilmente falseable
y el oro y plata podían ser mezclado con otros metales creando aleaciones de menor valor.
Fue así como se dio paso a la acuñación de monedas. Si bien el monarca Creso de Lidia en Asia
Menor había hecho la primera acuñación hacia el siglo VII a.C. con el fin de evitar el fraude, su
práctica no fue extensiva hasta varios siglos después. Estas monedas fueron expandiéndose
por el mundo, e inclusive en los lugares donde no había oro y plata o aleaciones de las mismas,
se utilizaron otros metales preciosos como el bronce o el estaño. A medida que transcurrieron
los años se utilizaron monedas de metales cada vez menos nobles pero avalados por la
autoridad que le confiere legitimidad o autoridad.
El cartalismo
Nació el dinero fiduciario, de fiducia, confianza, y la moneda dejó de tener un valor
intrínseco para tener otro extrínseco. También se lo llama dinero signo, que mantiene su valor
como medio de cambio por la aceptación que tiene por parte de la gente. Es entonces en la
Baja Edad Media que se empieza a notar el rol del orfebre, que recibía en depósito monedas
pertenecientes a las clases más adineradas y entregaban por ello un recibo a cuenta los que
mediante el endoso se convirtieron en objeto del comercio. Resultaba así más sencillo el
intercambio, evitando buscar los metales y traerlos. Se trataba de certificados que se
encontraban avalados por las monedas en poder de los orfebres en cajas de seguridad. A esto
se lo llamó papel de pleno contenido, cuando una economía usa oro como dinero o dinero
papel que es convertible en oro a la vista se dice que se rige por un patrón oro3. Por la
comodidad que este medio ofrecía la gente dejaba de retirar el oro depositado, dejando que
circulen los papeles que representaban el derecho que se tenía sobre él. Los orfebres,
valiéndose de ello comenzaron a emitir dinero papel para reconocer las deudas, papel
convertible en oro por un valor superior al que poseían convirtiéndose en verdaderos
banqueros. Si todos hubiesen querido convertir en oro todas las deudas, no hubiese sido
posible, dado que lo que permanecía en poder del orfebre era sólo una porción en oro.
Fue entonces que comenzó a configurarse un sistema similar al actual. En este sentido
el respaldo existe en la confianza que existe de que será aceptado como medio de pago por
otros, ya sea por deudas públicas o privadas. Resultó así un intermediario sin valor intrínseco
que sirve para cambiarlo por cosas que sí tienen valor intrínseco. Dicen Mochón y Becker que
el dinero es todo lo que se acepta normalmente como medio de cambio. Y continúan diciendo
que el dinero se acepta porque las autoridades económicas han determinado específicamente
que es de curso legal o bien porque el público cree que lo puede utilizar para realizar pagos4.
Este tipo de dinero hizo que fuera necesario el desempeño de una autoridad que
específicamente se dedicara al control de la moneda. Y en el siglo XVII aparece el primer Banco
Central en Inglaterra. Ya no puede dejarse en manos privadas la emisión de la moneda, debe

3

Dornbusch, R., Fischer, S. y Startz, R; Macroeconomía; Editorial Mc Graw Hill; 9ª edición; pág. 422
Mochón, Francisco y Beker, Víctor Alberto; Economía, principios y aplicaciones; editorial Mc Graw Hill;
4ª edición.
4

5
ser una potestad pública. Es en Inglaterra que da origen al primer monopolio de emisión de
moneda o se podía dejar en manos privadas siempre que la autoridad lo autorizara.
El sistema bancario creado por los orfebres fue avanzando y progresivamente se
convirtió en lo que hoy conocemos. Un depósito es una deuda del banco quién debe tener la
disponibilidad de la suma que la persona depositó, sirviendo a la vez como medio de cambio
como resultado de la posibilidad de librar cheques. El banco valiéndose del diferimiento que
pueda existir entre el depósito y el retiro, utiliza el dinero ajeno para realizar préstamos a
cambio de un interés, generando así dinero bancario, distinto del dinero legal que se acepta
por el respaldo que tiene de la autoridad monetaria.

6
Demanda Monetaria
El dinero es un medio de cambio generalmente aceptado, independientemente de la
forma que adopte. Es un activo que tiene la particularidad de ser totalmente líquido: puede
utilizarse de una manera inmediata, cómoda y barata para efectuar un pago. Es un medio de
cambio que se utiliza para facilitar las transacciones entre los agentes económicos. Se
demanda dinero por sus funciones:
Funciones del dinero
Económicas
Esencial: Es la de ser medio de cambio, facilitador de transacciones económicas y
cancelación de deudas. Elimina el trueque, apareciendo como mediador. La operación
se desdobla, permite que los agentes de especialicen, reduciendo de esta forma los
costos
Derivadas: compartidas con otros activos reales o imaginarios.
Unidad de cuenta: permite homogeneizar los valores de bienes, todos los
precios se expresan dinero (permite fijar precios y llevar las cuentas). Se utiliza
para asignar un valor a los diferentes bienes y servicios.
Reserva o almacén de valores: el dinero conserva su valor a lo largo del tiempo.
Es una manera de mantener la riqueza, y dado su bajo riesgo, las personas
tienen lo que Keynes llama “preferencia por la liquidez”. Permite mantener la
riqueza siendo esta la primera función que se pierde en períodos inflacionarios
Patrón de pagos diferidos: es utilizado en operaciones a largo plazo, los montos
que haya que devolver al cabo de un período determinado se fijan en dinero a
consecuencia de ser reserva de valor, transportando su valor a lo largo del
tiempo. Los pagos que han de efectuarse en el futuro se especifican en dinero
tal que permite el diferimiento de los pagos
Jurídica
Medio de pago: tiene poder cancelatorio de deudas, amparado por el Código Civil.
Estas funciones tienen un costo de oportunidad que son los interese que deben
sacrificarse para tener dinero líquido en lugar de otros activos menos líquidos y más
arriesgados pero que generarían una tasa de interés más elevada. Cuanto menos líquido,
mayor es la tasa de interés que devenga.
Requisitos para cumplir un rol monetario
Para que un bien satisfaga eficientemente el rol monetario debe ser:
Divisible: permite que se realicen distintas magnitudes de transacciones grandes o
pequeñas. Podrá subdividirse en pequeñas partes fácilmente sin que pierda su valor.
Homogéneo: de tal naturaleza que no haya preferencia por un componente, todos
tienen el mismo valor. Cualquier unidad debe ser igual a la otra.
Duradero: no deteriorarse con el transcurso del tiempo. No debe ser perecedero. Esta
función con el dinero como lo conocemos hoy no es posible, por lo que necesita de un

7
proceso que supla esta deficiencia del papel moneda. En este caso el Banco Central
realiza un proceso de esterilización, retirando billetes en mal estado de la circulación y
reemplazándolos. Es un proceso muy complejo y con costos importantes porque no se
trata de emisión de moneda nueva, sino que es un artificio para que cumpla con todas
las condiciones.
Transportable: económicamente transportable en relación a su peso.
De oferta limitada o escaso: para asegurar un valor que pueda ser mantenido en el
tiempo, la escasez le da valor.
La demanda de dinero es una demanda de saldos reales, es decir, vinculada directamente
con el poder adquisitivo del mismo, con la cantidad de bienes que puede comprar con él.
Siguiendo a Dornbusch, esto tiene dos consecuencias:
La demanda real de dinero no varía cuando sube el nivel de precios y ninguna de las
variables reales, como el tipo de interés, la renta real y la riqueza real, cambia.
La demanda nominal de dinero aumenta en proporción al aumento del nivel de precios,
dadas las variables reales ya mencionadas.
Una persona está libre de ilusión monetaria si una variación del nivel de precios,
manteniéndose todas las demás variables reales constantes, no altera su conducta real,
incluida la demanda real de dinero. En este sentido se hace necesario explicar, a los fines de
este trabajo de que hablamos cuando nos referimos a la inflación.

Oferta Monetaria
La oferta monetaria o dinero en circulación es el valor del medio de pago
generalmente aceptado en una economía. Se refiere a la cantidad de dinero y existen
dos tipos:
Dinero fiduciario: papel moneda o moneda, que es un monopolio gubernamental,
dado que es directamente emitido por la autoridad monetaria.
Dinero bancario: es creado por el sistema financiero, no lo emite sino que crea un
conjunto de obligaciones entre agentes económicos, expandiendo la cantidad de
dinero. Las obligaciones se crean por el sistema de depósitos y préstamos. Resulta de
la intermediación financiera que importan los bancos comerciales: recibe depósitos y
hace préstamos con el dinero de 3º. Por los depósitos que recibe debe pagar una
tasa de interés (tasa pasiva) que para el Banco es un costo y por los préstamos que
otorga se devenga un interés (tasa activa). De la diferencia de ambas tasas surge el
spread bancario, del que una vez deducidos los gastos, resultará la ganancia del
banco. Sin embargo el Banco no puede prestar todo, debe guardar una reserva fijada
por la Autoridad Monetaria, el Encaje.

8
Agregados monetarios
Los agregados monetarios son distintas formas de medir la cantidad de dinero. Son
convenciones que pueden cambiar con el tiempo, e inclusive de autor en autor. Se ordenan
por el grado de liquidez en M0, M1 M2 y M3, los que incluyen circulante en poder del público
al que luego se agregan los depósitos a la vista, los depósitos en cuentas de ahorro y los
depósitos a plazo, respectivamente a los que pueden sumarse otros conceptos como cupones
de tarjeta de crédito, acciones y títulos públicos por ejemplo.
Base monetaria y el Banco Central
Ya definimos anteriormente el concepto de dinero fiduciario, de fiducia, confianza.
Entonces ahora es posible hablar de la base monetaria o dinero de alto poder o pasivo
monetario del banco central que es lo que realmente el Banco central puede llegar a controlar
y en su forma más tradicional, se forma por el circulante en poder del público más la Reserva
Legal. Existe en el sistema bancario un sistema de encaje fraccionario que el Banco central
impone a los bancos como una obligación: la de mantener una porción de sus depósitos en
forma de reservas, concepto cuya diferencia con los depósitos conformarán la capacidad
prestable, la que con el concepto del multiplicador mostrará la relación entre la creación
primaria y la secundaria: coeficiente numérico que indica que va a indicar teniendo en cuenta
la propensión marginal al consumo y la propensión marginal a realizar depósitos, como así
también el encaje bancario, cuantas veces se multiplicará el valor de la base monetaria.
Las reservas funcionan para hacer frente a los retiros netos del público, e inclusive si el
Banco Central no fijase su porcentaje, los bancos se verían forzados a hacerlo en forma de
tesoro. Esta resulta ser una forma de regular la creación de dinero bancario, y de, por lo tanto,
sostener los efectos que su circulación genera. La creación secundaria de dinero está regulada
por el encaje pero también por la propensión al consumo que limitará los depósitos,
prefiriendo la liquidez.
El Banco Central desde sus políticas resulta ser una herramienta muy útil para dirigir las
finanzas de un país. Si analizáramos su patrimonio, encontraríamos como activos reservas
internas (Ri -oro, divisas, otros activos externos-), préstamos a entidades financieras (PEF –
redescuento-), Préstamos al gobierno (PG - adelantos transitorios al Tesoro Nacional-) y otros
activos (OA- inmuebles, cargos diferidos, intangibles-). Y como pasivos encontraríamos la
circulación monetaria (CM, equivalente al circulante en poder del público y en poder de las
entidades financieras) y los depósitos de las entidades financieras (DEF) que conforman la base
monetaria y pasivos no monetarios. Derivado de ello surgen las funciones del banco central:
Custodio de las reservas internacionales
Prestamista de última instancia o Banco de bancos. Da un régimen de garantía de los
depósitos, sistema que hoy es voluntario y los que se adhieran deben pagar por
depósito. Puede suceder (y de hecho sucedió en la época militar en Argentina) que el
Banco Central de garantía irrestricta, haciendo que la emisión en caso de quiebra de los
bancos crezca a niveles insostenibles.

9
Agente financiero del gobierno (en Argentina sólo del gobierno nacional, no los
provinciales o municipales que se encuentran restringidos)
Regulador de la circulación monetaria
Superintendencia del sistema financiero, es contralor del mismo:
Permite que se creen entidades financieras
Regula el funcionamiento de las entidades financieras
Si entra en insolvencia una entidad (no puede hacerse cargo de sus deudas) puede
pedir a la justica que liquide
Hacedor de la política cambiaria porque es custodio de las reservas internacionales
A partir de lo dicho se puede deducir que si el Banco central desea emitir dinero, es
necesario que aumente uno de los activos, sino se vería la ecuación patrimonial
desequilibrada. Entonces, ¿De qué depende que la base monetaria (B) crezca? Para que
aumente la base debe aumentar algún componente del activo o disminuir alguno del pasivo o
Patrimonio neto. Ahora si es posible analizar los instrumentos de la política monetaria que son
del control de la autoridad monetaria. Existen 3 instrumentos básicos:
Tasa de encaje fraccionario (e) o tasa de efectivo mínimo dado que para que haya mayor
creación de dinero, esta variable debe disminuir
Tasa de redescuento (tn) que es la tasa de interés que cobra el Banco Central a las
entidades financieras por los préstamos que otorga. Fijando el piso de tasas la autoridad
monetaria hace que a mayor tasa, disminuya la creación secundaria de dinero
Operaciones de mercado abierto mediante la compra y venta de títulos públicos con
fines monetarios dado que cuando paga, lo hace con dinero
A estos instrumentos puede agregársele uno más: la propia circulación monetaria
porque se puede emitir dinero sin respaldo. El objetivo de la política monetaria es influir sobre
el ingreso de la economía con instrumentos monetarios y esta política puede ser expansiva,
buscando aumentar la renta, lo que está asociado a un incremento en la cantidad de dinero,
reactivando la economía (para lo cual debe disminuir la tasa de encaje, la tasa de redescuento
o deben comprarse títulos) o su inversa, una política contractiva.

10
La Inflación
Otra de las cuestiones a analizar antes de abordar la cuestión que nos preocupa es la
Inflación. En una economía todos los bienes y servicios están expuestos a variaciones en los
precios. Cuando se produce un crecimiento continuo y generalizado de los precios de los
bienes y servicios y factores productivos de una economía a lo largo del tiempo, nos
encontramos frente a este fenómeno. Se trata del alza del nivel general de precios o
disminución del poder adquisitivo del dinero.
Al tratarse de un fenómeno económico podemos identificar las causas de la inflación,
tarea compleja porque suele general un círculo vicioso en el cual resulta complicado detectar
los factores que la impulsan. Entre las explicaciones que se han dado a lo largo de la historia
encontramos tres categorías:
Generada por un exceso de demanda agregada o inflación de demanda.
Generada por la oferta agregada, lo que se denomina inflación de costos.
Generada por rigideces sociales, esto es lo que se denomina inflación estructural.
Los Keynesianos señalan que el déficit fiscal es un posible disparador de un proceso
inflacionario. Si se parte de una situación de equilibrio entre oferta agregada y demanda
agregada, si se incrementa el gasto gubernamental sin un incremento en los ingresos
tributarios, generará exceso de demanda agregada y déficit fiscal. Los monetaristas sostienen
lo mismo pero difieren en la causa del exceso de demanda, dado que consideran que es un
incremento en la oferta monetaria lo que provoca el incremento de la demanda agregada. Por
lo tanto, si el Estado, luego de haber agotado todas las fuentes de crédito privado, recurre a
financiarse a través de incrementos en la emisión de moneda, generará un exceso de liquidez
que se traducirá en exceso de demanda e incremento generalizado en los precios. Cuando un
gobierno tiene una gran deuda cada vez tendrá menores posibilidades de conseguir
financiamiento, teniendo que recurrir a la emisión monetaria para financiarse. Este
incremento en la oferta de dinero no acompañado de un aumento en la demanda de moneda,
genera un incremento en los precios.
Si existe un tipo de cambio fijo, cada vez que se emita dinero, incrementará la base
monetaria, generando un exceso de oferta de dinero. En este proceso las familias convertirán
los saldos monetarios excedentes en activos externos, presionando hacia la devaluación del
tipo de cambio. Como el banco central debe mantener el valor de la moneda a un nivel dado,
deberá cambiar el exceso de moneda nacional por divisas hasta que vuelva a su nivel inicial.
Mientras el banco central disponga de divisas para sostener el tipo de cambio, la inflación se
mantendrá bajo control, solución que no puede sostenerse por mucho tiempo, ya que si el
gobierno insiste con financiar sus déficits mediante la creación de dinero, sólo conseguirá
agotar las reservas del banco central. Cuando las reservas del banco central han llegado a su
límite, la moneda se devaluará finalizando con el tipo de cambio fijo. Si existe un tipo de
cambio flotante, si la emisión se concreta, el valor de la moneda foránea aumentará. Dado que
existe una relación entre los precios domésticos y externos, formalizada en la ley de un solo
precio o paridad del poder de compra, la tasa de inflación será igual a la tasa de devaluación.

11
La inflación como fenómeno económico tiene sus efectos, los que dependerán de su
previsibilidad, pero siempre traerá consigo costos relacionados directamente con la tasa de
variación de los precios. El aumento continuo del nivel general de precios tiene efectos
redistributivos a favor de los deudores. Los asalariados y todos aquellos que dependan de
ingresos nominales fijos verán disminuir sus ingresos reales. Así también ocasiona costos para
el fisco debido al retardo que existe entre el momento en que se realizan los gastos y el cobro
de los impuestos.
Si la inflación es anticipada los agentes tratarán de minimizar la pérdida reduciendo sus
saldos medios de dinero, asignando la mayor parte de la riqueza al consumo de bienes
durables. La previsión puede contribuir también en la recaudación fiscal, en cuyo caso habrá
distorsiones en la presión tributaria. Si la inflación es no anticipada sus principales efectos son
redistributivos. Los deudores se verán beneficiados a costa de los acreedores, ya que la
inflación quebranta las tasas reales de interés. En general, todos los poseedores de activos
financieros que tengan una tasa de rendimiento nominal fija, sufrirán una pérdida. También se
ven sujetos a una puja redistributiva los sectores, a medida que la inflación sigue su curso
ascendente, los salarios reales vuelven a caer.
La Hiperinflación
La Hiperinflación es una inflación muy elevada, según Philip Cagan es aquella que
sobrepasa el 50 por ciento mensual. No existe una definición universal de la hiperinflación
pero muchos economistas la sitúan cuando el nivel de precios crece por encima del 100%
anual. Se considera como una fenómeno extremo y que se da como consecuencia de grandes
tensiones vividas donde la confianza queda sumamente deteriorada y puede llegar a volverse a
la situación medieval del trueque.

12
La Hiperinflación alemana de 1923
Contexto mundial
De 1871 s 1914 encontramos en Europa un período de relativa estabilidad pero ceñido
bajo las rivalidades existentes a nivel económico entre los países, una vertiginosa carrera
armamentística y múltiples fricciones coloniales. En todas las áreas del saber se alcanzaron
resultados excepcionales gracias a una serie de descubrimientos y la segunda revolución
industrial dejaba sus marcas desde mediados del siglo XIX con una serie de innovaciones
tecnológicas llevó a que las grandes industrias se convirtieran en la guía de las economías
nacionales en los países mas avanzados, donde la división del trabajo y la producción en masa
comenzaban a convertirse en las premisas básicas. El mundo ahora se dividía en una suerte
bipolar de “centro y periferia” donde cada país, según su naturaleza –industrial o no- se
ajustaba al mercado internacional posicionándose en uno u otro sitio de la nueva
configuración.
Entre 1873 y 1895 Europa estuvo en crisis industrial y agrícola, la que sobre todo se hizo
visible en Inglaterra donde la competencia entre las empresas, la caída de los precios de los
productos, la acumulación de stock, el aumento de materias primas, la ausencia de demanda y
la presión de los sindicatos para no bajar los salarios habían dado una nueva perspectiva a la
segunda revolución industrial. Luego de aplicar fallidamente políticas proteccionistas y en
busca de demanda y materia prima a bajo costo se impuso con la Convención de Berlín de
1884 el imperialismo, sistema político y económico que pretende extender la dominación de
un Estado sobre otro. Ejerciendo dominio total o parcial (lo que implicaba sólo dominio
económico) los países del centro fundaron sus propias colonias donde colocar sus excedentes.
La Convención de Berlín había tenido por objeto el fraccionamiento de los países del mundo al
igual que se fracciona una torta. Todas estas condiciones conjugadas dieron lugar a un rápido
ascenso de los estados industrializados haciendo aumentar la renta nacional y el nivel general
de vida, haciendo crecer las ciudades modificando sustancialmente la sociedad.
El fortalecimiento militar y económico de Alemania acompañado por un creciente
nacionalismo la situó como potencia. Los nacionalismos, necesarios para fomentar el
imperialismo, se convirtieron en fuente de tensiones dado bases a lo que sería la Primera
Guerra Mundial. De hecho, al estar el poder político cada vez más condicionado al económico,
el prestigio de las naciones y la conservación o aumento de las riquezas imponían políticas
agresivas en busca del dominio de las comunicaciones y modernización de las fuerzas armadas.
Frente a las tensiones generadas y después de arduas negociaciones algunos países llegaban a
acuerdos y conformaban alianzas no muy duraderas. La policía exterior alemana se centró en
aislar a Francia, para lo cual estableció una serie de pactos y alianzas que culminaron en 1882
con la firma de un acuerdo defensivo, La Triple Alianza, integrada por Alemania, el Imperio
Austro-Húngaro e Italia. En 1902 Francia e Inglaterra firmaron La Entente Cordiale, a la que
luego se sumó Rusia, formando la Triple Entente. A pesar de que todas estas cuestiones
parecen ser suficientes, no fue hasta el asesinato del Archiduque Francisco Fernando en 1914
que se despegó la guerra. Francisco Fernando iba a ser el próximo rey de Serbia cuando
promete a los austrohúngaros que en su reinado se le unirán en busca de poder, a pesar de
que el pueblo serbio no parecía muy contento con la decisión. Con su asesinato Austria

13
presentó un ultimátum y el 28 de julio se declaró la guerra, poniendo en funcionamiento el
sistema de alianzas, siendo este el comienzo de la Primera Guerra mundial.
Rusia, principal sospechosa de atentar contra la vida del archiduque, ordenó la
movilización de sus ejércitos contra Austria. Alemania concentró sus fuerzas para lograr una
victoria contra Francia y dirigirse a Rusia. Francia contra concentró el máximo de fuerzas
disponibles para lograr rápidamente una victoria sobre Francia y permitir con ello dirigirse
contra Rusia. El ejército ruso se dirigió al este de Prusia, donde derrotaron al ejército austríaco.
Los generales alemanes Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff lograron sin embargo una
gran victoria sobre el ejército ruso en 1914. Rusia dirigió entonces una operación contra Italia
para acrencentar la hostilidad alemana. La guerra en el mar se dio entre Gran Bretaña y
Alemania de la cual este último país salió perjudicado, iniciando el Segundo Reich alemán una
campaña de bloqueo comercial submarino.
Los alemanes se mantuvieron en general a la defensiva en el frente occidental y
concentraron sus esfuerzos contra los rusos, a quienes derrotaron rompiendo su frente. En
1915, Italia, que hasta ese momento había sido imparcial, declaró la guerra a Austria y su
avance pronto fue detenido. Entre 1915 y 1916, Alemania destinó su acción contra Francia,
pero su atención fue distraída con otros ataques. En 1917 el hundimiento de tres barcos
mercantes estadounidenses (que proveían alimentos a los aliados) por los submarinos
alemanes provocó la declaración de guerra de los Estados Unidos.
Entre mayo de 1917 y septiembre de 1918 se iniciaron movimientos de paz por parte del
emperador austríaco Carlos I y del papa Benedicto XV. Durante 1918, el presidente Woodrow
Wilson formuló sus famosos "catorce puntos", donde definía las bases de la paz, indicando
soluciones para los problemas originados por la guerra. Los aliados recuperaron la iniciativa
con la llegada de fuerzas estadounidenses. Los alemanes se convencieron de la necesidad
urgente de la paz negociada. En Italia, las fuerzas austríacas se amotinaron a fines de octubre
de 1918, y el alto mando ordenó la retirada general. El camino a la paz se iniciaba. Guillermo II
renunció al poder al tiempo que se producía en Alemania una revolución proletaria que sería
finalmente sofocada por grupos contrarrevolucionarios y militares. La exacerbación del
patriotismo y la movilización de la sociedad civil fueron otras novedades. La Primera Guerra
Mundial había sido una guerra total donde habían participado incluso mujeres y niños,
dejando como saldo 8 millones de muertes, varios millones de heridos y grandes pérdidas
materiales así como también un Tratado de Versalles que será el partero de nuevas tensiones.
Alemania
El Estado alemán a partir de 1815 tuvo un importantísimo desarrollo a nivel industrial, lo
que se contrapuso a crisis ideológicas y movimientos revolucionarios. Por esos años nacía el
espíritu unificador que, tras las guerras napoleónicas, habían dotado de un tinte nacionalista a
toda Europa. A este espíritu se le sumaron las habilidades de Bismack, canciller de Prusia,
quien puso todo de sí para consolidarse frente al mundo, constituyendo la Confederación
Germánica. Se ponía en práctica en la década de 1830 la Zollverein, unión aduanera que reunió
a varios estados alemanes industrializados del norte, con Prusia a la cabeza interesados en fijar
nuevas tarifas aduaneras para la protección de su economía en la nueva configuración del

14
mundo en “centro-periferia”. Después del triunfo de prusiano sobre Austria se organizó la
Confederación de Alemania del Norte, la cual agrupaba veintiún estados, con el rey de Prusia
como presidente de Alemania. El final de esta etapa de unificación se dio con la guerra francoprusiana, la que se ejecutó a sabiendas de que Francia no podía ganarla, generando un gran
resentimiento del pueblo franco para con los germanos.
Cuando el emperador Francés, Napoleón III se rindió, los prusianos entraron en Paris en
1871, y proclamaron el nuevo imperio alemán en Versalles, bajo la monarquía de Guillermo I
de Hohezollern. El desarrollo económico acelerado se convirtió en el marco en el que Alemania
se desenvolvió en los años siguientes convirtiéndola en una de las cuatro potencias. El Imperio
alemán, Segundo Reich, era una monarquía constitucional. Para el parlamento, Reichstag, se
aplicaba el derecho de sufragio igualitario, universal y secreto para los hombres, y su actividad
era la de aprobar el presupuesto. El gobierno del Reich no era responsable ante el Parlamento,
sino solamente ente el Emperador. Los socialdemócratas, comenzaron a adquirir mayor poder
y formaron su propio partido. Por este motivo, Otto von Bismarck los hizo perseguir desde
1878 hasta su destitución en 1890. A pesar de ello, su participación se hizo creciente en casi
todas las elecciones. A su retiro en 1890, el emperador Guillermo II puso en su lugar a
ministros que gobernaron apoyándose en las mayorías de derecha. A principios del siglo XX la
oposición se hacía escuchar, pidiendo un cambio de régimen, poniendo en peligro la unidad
del Reich. Con la guerra franco-prusiana, Bismarck había forzado a la Francia derrotada para
que le cediera los territorios de Alsacia y Lorena. Alemania estableció una alianza con Rusia y
Austria-Hungría: la Liga de los Tres Emperadores. Bismarck había buscado neutralizar la fuerza
de estas dos monarquías, comprometiéndolas a una mutua protección contra las amenazas de
los franceses. En 1905, ante la sorpresa mundial, Rusia es derrotada en la guerra que le
enfrentó contra Japón, haciendo que el derrotado país centrase su atención en los Balcanes,
razón por la que se confrontaba con el imperio Austro-húngaro lo que llevó inevitablemente al
choque.
Hacia 1914 con el estallido de la Gran Guerra, Friedrich Ebert con 96 diputados
aprobaron los créditos de guerra para el gobierno del Reich y se comprometieron
al Emperador renunciar a huelgas y a la remuneración de los sindicatos mientras durara
la guerra. El espíritu nacionalista comenzaba a dar sus frutos. Con el avance de la guerra la paz
interna se esfumaba. Las directrices de la política surgían del Mando del Ejército con Paul von
Hindenburg y Erich Ludendorff, haciendo a un lado al Reich, lo que significaba para los obreros
jornadas de doce horas y salarios por debajo de lo que les era necesario para subsistir. La
situación en la guerra no parecía la más favorable, fue por ello que Guillermo II prometió que
una vez acabada la guerra habría elecciones generales iguales. Los hechos de la Revolución
Rusa no pasaron desapercibidos por este partido, a lo que se les sumó la pérdida en la guerra
generando gran expectativa al momento en que Ludendorff anunciaba la derrota.
La revolución alemana comenzó como una sublevación militar contra los dirigentes del
ejército que llevaba detrás un tinte económico. Los soldados durante la guerra se habían visto
desprovistos de toda ayuda generando grandes frustraciones, poniendo en evidencia al Mando
General del Ejército. El Káiser partió hacia Holanda, Ludendorff escapaba a Suecia y las
autoridades civiles, ahora al mando, tuvieron que hacerse cargo del armisticio. La revolución
sucedió de forma relativamente tranquila, pues el foco de atención lo tenía el nuevo régimen,

15
ahora era el momento. Los militares de carrera y las clases más altas se vieron perjudicadas
por esta situación. Los militares que habían creado su raza apartados del ordenamiento
general, no tardaron en reaccionar. Veían al país y las instituciones por las que habían luchado
caer lentamente. Luego de la firma del armisticio, la izquierda llenó las calles de Berlín. El
presidente civil Ebert no dudó entonces en acordar con los militares para evitar que este
partido acabara con la reciente democracia, restaurando el orden, lejos del espíritu
bolchevique. EL Ejército recuperaba su poder en la nueva República de Weimar frente a un
contexto muy poco provechoso, donde se buscaban responsables de la situación que
contextualizaba al territorio de posguerra. Se decidió dar toda la responsabilidad a un pequeño
error en los asuntos de la economía.
Ganar una nueva guerra era lo que Alemania necesitaba para recuperar la confianza de
sus habitantes que habían apostado con bonos de guerra. Buscando recuperar sus colonias,
ahora en poder de Francia, la política monetaria se mantuvo, emitiendo papel moneda para
sostener el Ejército, sin considerar que esta situación desembocaría en lo que hoy se conoce
como la hiperinflación alemana de 1923.
La pesadilla del debacle financiero de Weimar
“Sólo se hacen arreglos si se paga en especie”5

En el siglo XVI la Europa renacentista vislumbraba un nuevo fenómeno: “La revolución
de los precios”. La creciente extracción de metales para generar moneda no había enriquecido
a la población como los metalistas creían, sino que por el contrario, la mayor circulación de
dinero logró que se incrementaran los precios. “Los incas no entendían la insaciable ansia de
oro y plata que parecía poseer a los europeos. «Aunque toda la nieve de los Andes se
convirtiera en oro, seguirían sin estar satisfechos», se quejaba Manco Cápac. Los incas no
podían apreciar que, para Pizarro y sus hombres, la plata era algo más que un metal brillante y
decorativo. Podía convertirse en dinero: una unidad de cuenta, una reserva de valor; en otras
palabras, poder ser fácilmente transportable.”6 No se trataba de la primera vez que este
fenómeno ocurría, pero anteriormente se había encontrado ligada a situaciones políticas o a la
alteración de la ley del valor. Durante ese período el costo de los alimentos había mostrado un
alza notable y sostenida. El costo de vida se multiplicó por siete, llamando la atención por
sobre todo de los españoles. En España, aprovechando los recursos que sus colonias proveían,
se habían acopiado cuantos metales preciosos fueran posibles con la idea de enriquecerse en
virtud de aquella “hazaña”. Lo que ellos no habían saber entender es que el valor de un metal
precioso no es absoluto. El dinero sólo vale lo que el otro está dispuesto a darnos por él. Su
incremento no hará más rica a la sociedad, sino que lo hará menos apetecible. Manteniéndose
constante todo lo demás, la expansión monetaria no hará más que subir los precios. Pero todo
ello no significaría nada comparado con el debacle financiero que produjo en Alemania.
Si nos centramos en un período anterior a la Primera Guerra Mundial, encontraremos
valores similares entre las monedas de Alemania, Gran Bretaña, Italia y Francia, mientras que
5

Extraído de un cartel colgado en una zapatería alemana en 1923
Ferguson, Nial; El Triunfo del dinero, cómo las finanzas mueven al mundo; Editorial Sudamericana; pág.
17
6

16
en 1923 eran necesarios mil millones de marcos para conseguir una de cualquiera de las otras
monedas. El marco se había tornado una moneda inservible. Quemar marcos alemanes era
equivalente a quemar papeles que sólo ocupan lugar. Nadie quería marcos, no tenían valor, y
perdiendo las funciones que le son inherentes el mayor deterioro de la moneda se vio cuando
perdió la posibilidad de ser utilizado como medio de cambio.
Fue en 1922 cuando desapareció la confianza en la recuperación del marco y los precios
interiores se ajustaron al alza rápidamente y en relación constante con el dólar. Fue así que los
precios se anticiparon y subieron antes de que efectivamente fuese necesario, generando una
nueva caída de la moneda. El cénit de la hiperinflación fue en 1923, cuando millones de
personas se vieron seriamente afectadas. Adam Fergusson se refiere a ella como la “inflación
de la carretilla”7, donde los trabajadores necesitarían una carretilla para trasladar su salario.
No es posible reconocer un acontecimiento, una causa inmediata de este hecho, pero sí es
posible identificar las secuelas en una Alemania convulsionada dejando a la luz lo peor de las
personas que se vieron forzadas a prácticas ilegales y de los extranjeros que supieron
aprovecharse de la desgracia ajena generando sentimientos xenófobos, una gran inseguridad,
desprecio por la autoridad sacudiendo las bases de toda una sociedad y sus valores más
arraigados.
La emisión monetaria descabellada y los excesos monetarios llevaron a un círculo
vicioso que infundió la inflación. El gobierno alemán se había tomado la atribución de emitir
billetes ilimitadamente para cubrir el déficit sin entender con ello las consecuencias que se
estaban acarreando. Alemania había apostado a una rápida victoria en la Primera Guerra
Mundial y no dudó en cubrir los gastos militares con empréstitos públicos. Podía caminarse
por las calles germanas viendo las publicidades de “invierta en la guerra” y a grandes
cantidades de alemanes apostando a ella. Mientras los gastos oficiales aumentaban, la
recaudación fiscal disminuía a pesar de que la presión tributaria aumentaba. Las personas se
veían cada vez más forzadas a evadir o morir de hambre. Los sueldos perdían su valor en
tiempos fugaces a la vez que el desabastecimiento se convertía en moneda corriente. Nadie
que tuviera mercancías era capaz de intercambiarlas por dinero, porque sabrían que al día
siguiente su precio sería mayor.
Quien en aquel momento poseía moneda extranjera era todo un potentado. Y muy a
pesar de lo que se vislumbraba en cada rincón de Alemania, la autoridad monetaria,
respondiendo a las órdenes de Rudolf Havenstein, continuaba emitiendo. Dejaron de utilizarse
las medidas de seguridad inherentes a la protección del dinero. Ya nadie se preocupaba por el
número de serie. Nadie lo suficientemente cuerdo era capaz de perder su tiempo en asaltar un
banco o falsificar dinero, su valor era insignificante. Los billetes de menor valor del día anterior
eran usados como combustible para calefacción o como una forma creativa de empapelar las
paredes.
Un contexto de revueltas y tensiones invadía el territorio. La mortalidad se había
incrementado como consecuencia de las enfermedades que se propagaban y de la mala

7

Fergusson, Adam (versión en español de J.C. Gómez Borrero); Cuando muere el dinero, el
derrumbamiento de la república de Weimar; Editorial Alianza; Buenos Aires, 1989.

17
alimentación y quienes prestaban servicios pedían a cambio una contraprestación en especie.
No tenía sentido cobrar en marcos, los que al pasar el umbral de la puerta no significarían más
que un montón de papeles que ocupaban espacio. Es que en este contexto, era mayor el
precio del papel en el que se imprimía la moneda que la moneda misma.
¿Cómo iniciar la destrucción de un país en el término de 10 años?
La receta perfecta se da con una guerra, a la que se apuesta, perdida, el rezago del
resentimiento de los países vecinos y poner en marcha cuánta impresora de dinero existiese. El
proceso hiperinflacionario que sacudió Alemania luego de la Primera Guerra Mundial comenzó
con el cambio de la ley 1875 que conducía a la actividad bancaria. Ésta imponía un respaldo de
al menos de un tercio de los billetes emitidos en oro y los dos tercios restantes, respaldados
por pagarés emitidos a tres meses. Con miras a la Gran Guerra y a su financiación sin perder las
reservas en oro, comenzó una política de emisión para lograr préstamos y suprimiendo el
patrón oro. “El patrón oro es importante en cuanto dota de estabilidad del tipo de cambio que
propicia precios predecibles y estables a lo largo del tiempo, lo que resulta ser un ancla para
expectativas inflacionaria.”8
Los bancos prestaban a cualquier agente, inclusive podían adelantar dinero con cargo a
emisiones de bonos de guerra en el futuro. La emisión dejó de tener límites: ahora los pagarés
del Tesoro servían de cobertura total a los billetes. La guerra iba a financiarse con deudas,
planeado mantener la presión tributaria e imprimiendo moneda para saldar los créditos.
Evidentemente, algo no funcionaba en este plan que para los alemanes de principios de siglo
XX parecía un negocio perfecto. Mientras que Alemania se financiaba con deuda, otros países,
como Gran Bretaña, optaban por aumentar los impuestos.
Durante la guerra, Alemania tuvo que autoabastecerse por el bloqueo que los aliados
habían ejercido sobre el comercio, lo que comenzó a tener efectos en el campo económico. El
poder del marco se declinaba. Los costos de guerra que antes habían sido de 110 mil millones
ahora eran de 164 mil millones. La emisión cubierta por deudas surtía sus efectos y forzaba a
una presión tributaria mayor. Helfferich, encargado de este plan, había prometido que la
guerra sería financiada con préstamos, sin embargo las cargas fiscales fueron parte de este
financiamiento, sobre todo en cuanto a los cereales, carbón y transporte. A pesar de ello, este
aumento de la presión fiscal no podía cubrir siquiera los efectos de la inflación. Los gastos se
expandían sobre los ingresos y el dinero en circulación era cada vez mayor, pasando entre
1913 y 1917 a ser cinco veces mayor.
Las provisiones comenzaban a reducirse, y como efecto directo de la escasez, los precios
aumentaban. El comercio ilegal se convertía en moneda corriente, y la creciente presión
tributaria contribuía a su prolongación en el tiempo. Las publicidades para invertir en bonos de
guerra empapelaban las ciudades a la vez que las personas cambiaban fortunas por ellos. Con
la guerra se cerraban todas las bolsas de Alemania dejando una incógnita en las cotizaciones y
dejaron de publicarse los cambios de moneda extranjera, manteniendo al pueblo mirando

8

Ferguson, Nial; El Triunfo del dinero, cómo las finanzas mueven al mundo; Editorial Sudamericana; pág.
75

18
fijamente hacia la contienda. La censura hizo que recién al finalizar la guerra pudiera verse el
desastre al que estaban sometidos.
Aparentemente el volumen de la riqueza crecía a la par de la guerra, sin embargo en
términos reales iba disminuyendo en niveles enormes. La derrota de la guerra, el armisticio y
el Tratado de Versalles conjugados situarían a Alemania en una posición peor. Con el fin de la
guerra volvían a perderse los territorios de Alsacia y Lorena, debía evacuarse Francia y Bélgica
y continuaba el bloqueo comercial hasta que finalizaron los acuerdos por la paz. Las
condiciones de vida eran la mitad de lo que habían sido antes de la guerra. Ludendorff anuncia
la derrota y se proclama la República. El poder político estaba atomizado: socialistas,
socialdemócratas y espartaquistas. Mientras tanto, Matías Erzberger, líder del Partido
Centrista, tuvo que firmar el armisticio.
La paz no es tan feliz
“La inflación tiene tanto que ver con el dinero como con la gente (…)” 9

En 1919 hubo elecciones parlamentarias (que desde 1912 no sucedían), donde la
coalición, dentro de la cual el Partido Democrático era el grupo más importante, obtuvo más
del 80% de los votos teniendo que hacer frente a las condiciones de la paz. En agosto se
terminaba de redactar la constitución de Weimar. El Tratado de Versalles fue impuesto a los
alemanes, quienes no tuvieron chances de negociar sus cláusulas, las consecuencias de no
firmar eran aún mayores. El gabinete cayó y el Parlamento se mantuvo por un año más.
Grandes deudas azotaban Alemania, se habían perdido territorios, sobre todo los más ricos en
recursos, como así también se habían perdido millones de hombres en la guerra. Esto, sumado
a las consecuencias del plan de Helfferich y a la desconfianza creciente que ahora sentaba sus
bases en el marco. Antes de la guerra se necesitaban 20 marcos para conseguir una libra, en
1918, 43. Antes de la firma de Versalles se necesitaban 60 marcos y luego de ella 185. El
crecimiento era exponencial y las depreciaciones se hacían sentir en todas las clases sociales.
Por estos tiempos se creaba el Ordenamiento fiscal alemán que codificaba toda la parte
general que englobaba todos los principios tributarios, lo que sería sólo un esbozo del marco
impositivo que vendría cargado de presión fiscal.
Por los tratados de Versalles, Alemania perdía el 75 por ciento de sus reservas de
mineral de hierro, el 25 por ciento de las de carbón y el 20 por ciento de su capacidad
productiva de hierro y acero. Los tratados paralelos separaron al Imperio en Austria y Hungría.
Viena, la capital del Imperio de los Ausburgo quedaba desprovista, y ninguna de sus naciones
podía reagruparse. Se destronó a Carlos V en Viena sustituido por un gobierno republicano.
Los precios oficiales aumentaban y en la práctica los efectos eran mayores dado que la
economía subterránea atravesaba su auge. Aquellos que pretendían que sus familias
continuaran con vida debían dedicarse a prácticas ilegales, como el acaparamiento, el
estraperlismo, el contrabando, sólo así sería posible subsistir. La ética fue hecha a un lado por
unos gramos de pan y un litro de leche. La moneda austríaca se deterioraba con fuerza,
camino al que luego se uniría Alemania, aunque ya seguía a este país unos pasos más atrás. Lo
9

Fergusson, Adam (versión en español de J.C. Gómez Borrero); Cuando muere el dinero, el
derrumbamiento de la república de Weimar; Editorial Alianza; Buenos Aires, 1989; pág. 14

19
que diferenciaba a Alemania de Austria era el desempleo que todavía no había llegado al
primero. Muchos habían comprado bonos de guerra, pero era irracional pensar en que podían
ganar con ellos cuando el Estado que los había respaldado ya no existía.
En Viena los suministros eran cada vez más caros y los socialistas entraron en juego
haciendo tomar conciencia a los obreros, lo que agrupados bajo la figura del sindicato lograban
mejoras salariales que no podía lograr los intelectuales, cuyos sueldos quedaron por debajo.
Los austríacos perdían la confianza en sus autoridades y la emisión de dinero no cesaba.
Comprar y vender acciones se había convertido en la única forma de no perder. En Alemania la
clase media agonizaba lentamente. El Tratado de Versalles fue la humillación del pueblo
alemán, y la derecha lo tomaba como excusa frente a quienes habían tomado el poder. ¿Iban a
cumplirse los términos del tratado? ¿Iba a reducirse el ejército? ¿Iban a pagarse las
indemnizaciones? El Ejército se redujo notablemente, pero el General Von Seeckt logró una
fuerza que fuera lo suficientemente flexible para ser ampliada en cuanto se la necesitara.
Hindenburg, que había tenido a su cargo el ejército, renunció. Se vivían tiempos difíciles y en el
aire podían percibirse las ansias de un golpe militar. Cuando el Tratado entró en vigencia en
1920, se atentó contra Erzberger. Los aliados enviaron una lista con los que debían ser
juzgados, entre los que se encontraban Ludendorff, Hindenburg y los del Káiser, siendo una
ofensa para los alemanes. A la tensión existente, se le sumó la intentona de Kapp.
Wolfgang Kapp era un periodista de derecha, opuesto a Friedrich Ebert, frente al cual
organizó un golpe de estado. Contando con la colaboración del general Lüttwitz y logró dirigir
un grupo de hombres, ocupó Berlín y proclamó que el nuevo gobierno nacionalista se estaba
estableciendo con Kapp como canciller. El Gabinete huyó a Dresde y Ebert llamó a una huelga
general, debilitando el poder de Kapp, quien tuvo que huir y Lüttwitz fue remplazado por von
Seeckt. La huelga demostraba tanto el apoyo al gobierno de Ebert como la creciente
importancia que cobraban los sindicatos, mientras que los que organizaron el levantamiento
serían partidarios del Partido Nazi, pero hasta entonces el gobierno y el Ejército debieron
trabajar simbióticamente: el período revolucionario se daba por terminado.
El foco ahora dejaba de estar en las consecuencias de la guerra, la economía y las
finanzas pasaban a ser el eje de todos los conflictos. La clase obrera demostraba su poder que
influyó en la composición del gabinete, mientras que los sindicatos exigían nuevos
incrementos salariales por los aumentos del costo de vida que se veían incrementados doce
veces desde 1914. Los gastos en alimentación absorbían una proporción cada vez mayor del
salario total tal como se ve en el Gráfico 110
Hacia mediados de 1920 el espíritu nacionalista resurgía cargado de ansias de trabajar lo
que se contraponía a la situación. La industria progresaba, manteniendo el interés por la
inflación a un costado. La devaluación de la moneda abarataba sus costos a la vez que el
Estado iniciaba un programa de subsidios para propiciar su fortalecimiento. La jornada laboral
se extendió a diez horas, y si no se tenía un sindicato la explotación era mucho mayor.

10

Fuente: Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar;
Editorial Alianza; Buenos Aires, 1989

20
Gráfico 1: Costo de la alimentación para una familia tipo
250

200

150
Marcos
100

Expon. (Marcos)

50

Oct-20

Aug-20

Jun-20

Apr-20

Feb-20

Dec-19

Oct-19

Aug-19

Jun-19

Apr-19

0

Las elecciones de 1920 llevaron al mando como Primer Ministro a Herr Fehrenbach de
la coalición centrista y como Ministro de Finanzas a Wirth, sin embargo, la diferencia dejaba de
ser tan estrepitosa como en las elecciones anteriores y los grupos de derecha y socialistas
aumentaron la cantidad de votos. En julio los países europeos se juntaron en Bélgica para
tratar el pago de las reparaciones y el contenido del Tratado de Versalles, la que fue
postergada hasta la próxima convención en Ginebra generando incertidumbre,
inevitablemente atada a las fluctuaciones del marco. La circulación de billetes había
evolucionado según puede verse en el Gráfico 211
Cada vez que los pagos de reparaciones de guerra se ponían en debate el marco caía. Y
para mal de males, cuando el marco se recuperaba aparecía el desempleo, poniendo en el
centro de toda deliberación la mantención del pleno empleo al costo de una moneda que
perdía su valor exponencialmente.
El Dr. D’Abernon, Embajador británico en Berlín, explicaba que eran necesarios el
doble de los ingresos recaudados para hacer frente al pago de las indemnizaciones y
evidentemente no podía duplicarse la presión fiscal. Financiar déficit con emisión fue la
respuesta. Los banqueros sacaban el dinero de Alemania mientras que la evasión se convertía
en una actividad tan cotidiana como juntarse a tomar el té de las cinco en Inglaterra. Los
salarios aumentaban nominalmente y no resultaban suficientes.

11

Fuente: Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar;
Buenos Aires, 1989.

21
Gráfico 2: Circulación de Billetes
90000
80000
70000
60000
50000

Circulación de Marcos en
millones

40000

Expon. (Circulación de
Marcos en millones)

30000
20000
10000

1920

1918

1914

0

A fines de 1920 la conferencia de Bruselas, que estudió la capacidad de pago de
Alemania, extendió hacia adelante en conflicto para volver a reunirse en 1921 en Paris.
Francia, casi insolvente, ejerció una mayor presión para que los pagos se hicieran efectivos, sin
embargo la reacción hizo que se volvieran a extender los tiempos hasta una nueva negociación
en Londres en febrero, pero Francia dotada de mínima paciencia, comenzó a poner en
vigencia las sanciones que el Tratado de Versalles contemplaba, ocupando los puertos de
Duisburgo, Ruhrort y Düsseldorf a orillas de Rhin.
En 1921 el Comité de Reparaciones fijaba en 132 mil millones marcos-oro que
Alemania debería pagar. El cuándo y cómo no eran temas menores: 2200 millones al año y el
26% de sus exportaciones, condiciones enviadas bajo apercibimiento de que si no eran
aceptadas ocuparían la cuenta del Ruhr. El marco volvió a caer y se llevó consigo al gobierno
de Fehrenbach, al que sucedió Wirth. Antes que a Wirth, el puesto fue ofrecido a Konrad
Adenauer, quien puso como condiciones volver a la jornada laboral de nueve horas, terminar
con el proceso de socialización y libertad para elegir a sus ministros, siendo rechazado por su
primera condición, demostrando el poder de los sindicatos. Como consecuencia de haber
desaparecido la incertidumbre, sumado a que las industrias habían celebrado el Alta de Silesia
comprometiéndose a quedarse en Alemania y al fracaso del levantamiento de mineros
impulsado por los comunistas, el marco mejoró levemente. Sin embargo, los puertos
continuaban bloqueados y la emisión era una constante.
La presión fiscal crecía, pero era más sencillo evadir que intentar vivir cumpliendo con
el deber. Acaparadores, especuladores y contrabandistas eran las profesiones más difundidas
del territorio. Rathenau como ministro de Reconstrucción hizo el primer pago de 50 millones
de libras en oro y pagarés del Tesoro. Mientras tanto John Maynard Keynes ya pronosticaba
una nueva caída del marco durante los años siguientes: Julio sería el último mes de estabilidad.
El marco continuaba una estrepitosa caída, mientras la circulación crecía en siete mil millones

22
de mes a mes. Desde el gobierno se atribuía esta devaluación a los pagos de las reparaciones.
Los 1000 millones marcos oro que habían de ser entregados podrían haberse hecho efectivos,
pero se recurrió a préstamos del exterior o procedimientos similares. Con o sin Tratado de
Versalles, con o sin pagos a la comisión reparadora, no había escollera que pusiera freno a la
marea que la inflación dejaba.
Podía advertirse que otro de los problemas a los que se enfrentaba Alemania era la
falta de divisas. Sobraban marcos y no había divisas, y para devolver el préstamo que se había
negociado en Inglaterra era necesario conseguirlas a cualquier precio en 1921. Un colaborador
del industrial Stinnes (reconocido por su peso en esta actividad) identificaba cuatro razones
para esta política:
Fomentar la competitividad de las industrias frente al mercado exterior
Satisfacer los incrementos de salarios de los trabajadores
Evitar disturbios
Demostrar que no se cumpliría el Tratado
A ello habría que sumar la caída de Austria y con ella una pérdida importante de
confianza. En Munich (Baviera) había peores expectativas porque las prácticas ilegales y los
impuestos causaban estragos. Los campesinos acaparaban leche y cereales por los aumentos
de impuestos sobre el azúcar y la cerveza. En la Baja Baviera las acciones se orientaban a
sobrecargar los precios y no enviar toda la producción al mercado, identificando una conducta
protectora del gobierno por lo que se culpó al Estado del aumento del precio del pan. La
derecha continuaba haciendo manifiesta su adversidad al nuevo gobierno, lo que se
materializó en la celebración del Día de las Fuerzas Armadas, donde un grupo de veteranos de
guerra presididos por el segundo hijo del káiser, Eitel Friederich, en sus discursos planteaban
que la debilidad de Alemania continuaría mientras durara este gobierno, seguidos por
Ludendorff y von der Goltz. Este último dio a conocer su postura antisemita, lo que desató
incidentes en la multitud, los que fueron avalados por el almirante Scheer y el almirante von
Tirpitz, Hindenburg y el ex Káiser, despertando un nuevo espíritu en la sociedad. La Facultad de
Medicina de la Universidad de Colonia premió a Ludendorff con el grado de doctor honoris
causa, dando a conocer el apoyo social que esta postura empezaba a cobrar. Matías Erzberger
era asesinado por un grupo de nacionalistas. Erzberger era judío: la posición para lo que luego
sería el holocausto estaba tomando forma. Se iniciaron de todos modos en Alemania grandes
injurias contra los derechistas, sobre todo en Berlín con mayoría socialista. Los socialistas
comenzaban a entender que la fuerza estaba dada por la masa, la que representaban los
trabajadores. El Primer Ministro pretendía mantener el orden público y para lograrlo
necesitaba cerrar algunos periódicos de Baviera.
A pesar de todos los disturbios y tensiones en el campo político, el ojo del huracán era
en el campo económico. El 25 de agosto de 1921 se firmaba una paz con EEUU a la que todos
permanecieron ajenos, provocando, incluso, una nueva caída del marco no atribuible a la
política monetaria, sino a la pérdida de confianza en una potencial recuperación. La
comunidad financiera internacional cerró las puertas al Reichsbank, condiciones demasiado
onerosas emergían para cualquier ayuda. El marco había pasado de 310 en relación a la libra a
400. En Berna, un grupo de banqueros suizos, italianos y alemanes llegaron a la conclusión de

23
que Alemania no podía hacer frente a las reparaciones de guerra y que tarde o temprano se
declararía en quiebra.
Los impuestos progresivos no mejoraban la situación. Lejos de hacerlo, incrementaban
los costos de vida y disminuía al poder de compra del marco. Los cinco impuestos más
importantes eran: Korperschaftssteuer, el impuesto a las sociedades que era de más del 20%;
Vermogenszewachteuer, por el incremento del valor, se pagaba una sola vez por todas las
propiedades adquiridas entre 1913 y 1919 y su plusvalía; Notopper, o impuesto a la propiedad;
Kapitallertragsteuer, que conformaban el 10% de las rentas que no procedían del trabajo; y
Einkommensteur, impuesto sobre la renta ordinario.
Los salarios estaban en constante aumento, y aun así al mismo ritmo dejaban de ser
suficientes para cubrir las necesidades más básicas. Para cada alemán, mantener el status
inmóvil resultaba una misión imposible. El Estado aumentaba los gastos para su
restructuración cuyos efectos sólo serían vistos a largo plazo. La relación ingresos- gastos
puede ser observada en el Gráfico 312:

Gráfico 3: Gastos e Ingresos de la hacienda alemana en 1921

Ingresos (en millones de
marcos), 90000
Gastos (en millones de
marcos), 113000

Ingresos (en millones de marcos)

Gastos (en millones de marcos)

Lo cierto era que con los ingresos sólo era posible hacer frente a los pagos a los aliados,
a la vez que 15 nuevos tributos esperaban ser aprobados. Y aún así los aumentos no eran
suficientes: el momento entre la tasación y la recaudación era el suficiente como para que
nuevos tributos no hicieran ninguna diferencia. Los billetes no dejaban de emitirse y por lo
tanto, el conflicto principal no podía solucionarse.
La Liga de las Naciones dividió Alta Silesia, zona de gran industrialización, entre
Alemania y Polonia. Ahora el marco pasaba a 600 por una libra. La parálisis económica estaba
cerca. Asustados por la competitividad de Alemania, muchos países lo bloqueaban
comercialmente. El tipo de cambio hacía del país un oasis para los extranjeros. La fuga de
capital era un hecho respecto de aquellos que buscaban evitar los impuestos, la inflación y el
12

Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Buenos
Aires, 1989; cap. 5.

24
socialismo. Una libra pasaba a equipararse ahora a 1040 marcos y habría que pagar 500
millones de marcos oro a finales de febrero por las reparaciones de guerra, sino sería ocupada
la zona del Ruhr. Para el pago, la ayuda de los ingleses era indispensable, pero los banqueros
de ese país no tardaron en darles la espalda. Apaciguar el problema era una receta a base de
ajustar el presupuesto, adoptar nuevas medidas aduaneras para recaudar y terminar con las
subvenciones a la industria.
Los aumentos no eran bien recibidos en la zona del Ruhr, los que se atribuían a la
presión ejercida por los aliados. Los decretos de congelación continuaban afectando a las
mismas clases y los subsidios al pan y las tarifas ferroviarias resultaron una política que
favorecería a los extranjeros que compraban propiedades y acciones en las industrias
alemanas, cuyos salarios les parecían por demás bajos. Los medios extranjeros hablaban del
poder alemán, sin ver que por debajo del lujo que podían darse los extranjeros beneficiados
por el tipo de cambio o aquellos que recibían sus salarios y los derrochaban en un consumo
lujoso y desmedido porque sabían que luego su dinero ya no valdría, existía una Alemania
empobrecida y hambrienta. Países como Francia veían esta situación como una escena
dramática que buscaba generar lástima en toda Europa. La clase media dejaba de ser la única
afectada, la crisis llegaba a los trabajadores: el orden público se vería afectado seriamente si
no se tomaban medidas al respecto. Los austríacos se veían afectados por esta situación
también. Ellos seguían aún pasos más adelante en la catástrofe a la que se aproximaban. La
corona se devaluaba y los vieneses se amotinaron reclamando el embargo de todas las divisas,
el control estatal del mercado de valores y la eliminación de los subsidios al agro. Sólo esta
última fue llevada a cabo y el coste de vida aumento aún más.
La inflación era la base del malestar social que se expandía a todas las clases sociales.
Para solucionar la tensión, debía contarse con la ayuda del exterior y la buena voluntad de un
interior convulsionado y con gran desgano porque el gobierno no se ocupaba de los
acaparadores y contrabandistas. En diciembre de 1921 tuvo lugar una tercera conferencia en
Londres donde entendieron la falta de posibilidad de hacer frente a los pago, extendiendo los
pagos hasta enero y febrero del año siguiente. Esto llevó a aumentar la confianza que trajo de
la mano un aumento del marco recuperando una cuarta parte de su valor llegando a 751 por
libra, mientras el precio de los bonos descendía a la mitad, situación aprovechada por el
Reichsbank para comprar divisas. Los bonos habían tenido un rendimiento muy bajo, y la
esperanza de recuperación del marco hizo que la opción más racional fuera venderlos.
Se tenían percepciones diferentes acerca de la misma cuestión ¿el dinero no valdría
nada? Y si todos compraban bonos, ¿no era esta una forma de seguir hundiendo el marco?
Claramente quienes habían apoyado a Alemania durante la guerra ahora se veían fuertemente
afectados, con un Estado que les garantizaba al menos una subsistencia digna. Corría
Diciembre y con él la impresión de nuevos marcos, en busca del equilibrio presupuestario. Sin
embargo, el problema al que Wirth debía enfrentarse realmente eran los pagos a Francia o, en
su defecto, a las consecuencias de no llevarlos a cabo. El Dr. Wirth ponía su fe en Londres,
circunscribiendo nuevamente como fuente de todos los males alemanes a los pago de
reparaciones de guerra. Cada vez se hacía menos y cada vez se perdía más apoyo de todos los
sectores. “En los ocho años transcurridos desde 1913 el precio del pan de centeno se había
multiplicado por 13 y el de la carne de vacuno por 17. Estas fueron las mercancías que habían

25
salido mejor paradas. El azúcar, la leche (a 4,40 marcos el litro), el cerdo y hasta las patatas (a
1,50 marcos la libra) habían subido entre 23 y 28 veces. La mantequilla por su parte se había
multiplicado por 33.”13Se generó un desempleo del 9% dejando en vistas de todos que
sucedería si el marco se recuperaba, pareciendo ahora su depreciación un mal necesario. El
marco se derrumbaba, la confianza era una palabra extraña al pueblo alemán, el comercio
internacional no progresaba por la recesión y la crisis económica. Por la hiperinflación se
licuaban los ingresos reales, tal como lo explica el efecto Olivera Tanzi. Así aparecía en la mira
un nuevo ajuste respecto de la presión fiscal sobre los más ricos, quienes reaccionaron cuando
el gobierno se propuso quedarse con un porcentaje de sus dividendos distribuidos. Antes de
que esto sucediera, los industriales acordaron utilizar sus activos en el exterior para ayudar a
los pagos que había que enfrentar, en contrapartida pedían que se les retribuyera con parte de
la recaudación fiscal. El Estado vio atentada su soberanía y rechazó la propuesta. El marco
volvió a aumentar a 850 por libra en enero de 1922.
El papel de la industria
“La realidad era que el barco del estado se iba derecho y a toda máquina hacia el borde de la
bancarrota, lo cual era bueno para algunos y malo para otros.”14

D’Abernon reconocía
Saldo negativo en la
que la emisión de billetes
balanza de pagos
debía finalizar y que un
período de recesión esperaba
necesidad de vender
entrar a Alemania por la
Déficit
marcos para
presupuestario
puerta del frente. En Berlín las
compensar
huelgas eran acontecimientos
cotidianos, y generalmente
Moscú estaba detrás de ellas.
Todos buscaban responsables
desligándose
de
toda
Elevación de los
Depreciación de la
responsabilidad y fue aquí
costos de producción
moneda
y laborales
donde
se
originó
el
antisemitismo.
Ante
la
devaluación del marco el
Subida de los precios
cambio descendió de 45-70
marcos de papel por cada
marco-oro y la Comisión Aliada para las Reparaciones decidió aumentar impuestos en otros 60
mil millones de marcos. El círculo vicioso alemán, que explicaba el Dr. Rathenau, podía
entenderse con el Esquema 115

13

Fuente: Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar;
Buenos Aires, 1989.
14
Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Editorial
Alianza; Buenos Aires, 1989; cap. 3.
15
Fuente: Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar;
Buenos Aires, 1989.

26
Rathenau, sin embargo, no pensaba que la emisión de dinero tuviese algo que ver e
insistía en los desequilibrios antes graficados. El país, en realidad, estaba subvencionando a
una industria que no lo necesitaba, manteniendo el nivel de empleo a base de puras deudas y
emisión de billetes. Nadie había comprendido la conexión entre emisión y devaluación. Con
los vencimientos de los pagos a la Comisión Reparadora, el marco volvió a descender pero en
Abril se produjo un aumento cuando la comunidad financiera europea decidió reunirse en
Génova, sobre la que se tenía fe para una resolución definitiva. Sin embargo, el Tratado de
Rapallo, celebrado secretamente entre Alemania y Rusia para evitar ser desplazados sobre las
discusiones de Europa había generado un ambiente tenso, que sólo acabaron reafirmando los
pagos. El precio de carne se había duplicado en menos de un mes y obviamente el tener que
aumentar sueldos no era medida satisfactoria para los empresarios que comenzaron a
restructurarse con nuevos equipos. A su vez el congelamiento de alquileres complicó la
situación, la construcción que podía proveer puestos de empleo estaba paralizada. Alemania
se había dado cuenta que era necesaria que la presión fiscal que se efectuaba se hiciese
efectiva, pero requería de una restructuración lo suficientemente importante como para
acarrear grandes costos y tiempos. La recuperación del marco paralizaría los negocios: todas
las inversiones se habían realizado en activos cuya realización se diera a largo plazo, bienes
durables. La Alta Comisión del Rhin también resaltaba los efectos negativos de la recuperación
de la moneda donde un simple trámite como lo era pagar un impuesto, ahora sería una
verdadera carga real, lo que no sucedía con la situación que les era contemporánea donde, si
se deprecia, lo que efectivamente se pagaba era mucho menor que lo que se pretendía que se
pagase en el momento de la tasación.
La depreciación había trasladado la riqueza y los deudores se veían favorecidos, porque
si hoy adeudaban 1500 marcos, al poco tiempo esos mismos 1500 marcos no le
proporcionarían el mismo poder de compra, sino uno menor, por lo tanto el costo real de la
operación se vería reducido a través del tiempo. El Reichsbank tenía una política de préstamos
a una tasa de interés muy baja que empantanaba más la situación del marco. Para Stinnes, el
industrial más importante, la inflación era necesaria para sostener al pueblo. Esta postura no
resultaba sospechosa para alguien que había forjado su fortuna a base del fenómeno
económico. “Si el marco bajaba, los precios, salarios e impuestos aumentaban, aunque estos
últimos lo hacían con una fuerza superior.”16 A pesar de esto, la industria alemana progresaba,
sumándose a las subvenciones que el gobierno les proveía. Carbón, trigo y ferrocarril tenían
precios muy inferiores a los que se tenían en el resto de Europa. Mientras tanto, los
productores no perdían pisada frente a la depreciación del marco y en cuanto podían usaban a
sus proveedores o clientes para que les abrieran cuentas en el exterior, sobrecargando los
precios en los comprobantes de sus proveedores o disminuyéndolos de los propios, acciones
que volvían a generar inflación. Esto generaba que entraran bastantes divisas pero no salían
todas las que hubiesen correspondido porque utilizaban las cuentas en el exterior para

16

Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Buenos
Aires, 1989; cap. 5.

27
efectuar los pagos, con lo que aminoraban los problemas. Con el descenso del marco, la
industria se afianzaba y disminuían la cantidad de quiebras tal como lo muestra el Gráfico 417

Gráfico 4: Quiebras anuales desde 1912
12000
9218 9725
10000
7739
8000
4594
6000
2975
2279
4000
1240 807 1015 1324
2000
0
1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920 1921

Quiebras anuales desde
1912

El presidente del Reichsbank atacó la postura de D’Abernon frente a la inflación, y ese
mismo mes la institución se volvió autónoma, dejando al banquero que se había propuesto
emitir billetes, Havenstein, quedó al mando. Los intentos por combatir las prácticas ilegales no
tuvieron gran éxito. La confianza en el país se desvanecía, degradando sus instituciones, la
sensación de inseguridad primaba en todas las clases que buscaban a un líder. El principal
enemigo del pueblo se centraba en la imagen de Stinnes. Éste se confrontaba con Rathenau,
pero llegaron a un acuerdo en Berlín sobre las entregas de carbón a los aliados. Rathenau
realizó un ataque contra el líder derechista, al igual que Erzberger, y así como el, horas mas
tarde fue hallado sin vida y mutilado. Las tensiones se cobraban al segundo judío.
La muerte de Rathenau llevó a un nuevo descenso del marco y a una huelga general en
Berlín para oponerse a la derecha. El déficit presupuestario se preveía que fuese el doble del
año anterior. Los inspectores fiscales estaban cobrando en 1922 deudas tributarias pendientes
desde 1920. El gasto público era un enorme derroche en cuestiones que resultaban superfluas
para la situación que se vivía. En Paris se habían negociado préstamos internacionales, los que
finalizaron con una respuesta negativa. Las industrias comenzaron a comprar materias primas
en el exterior para proveerse de existencias para sostenerse en caso de futuros disturbios.
Hasta mediados de 1922 había un lapso entre la depreciación en el mercado interno y el
internacional. Ahora ambos cambios se reflejaban con rapidez. Los costos de la industria
alemana se empezaban a equiparar con los de las industrias extranjeras y siendo así no había
posibilidades de competir y la escasez de mano de obra se hacía notar en el poder de ajuste
salarial. Los trabajadores inclusive emigraban en busca de salarios más altos. La falta de
financiación por parte de los bancos para que la industria se reimpulsara se solucionó
emitiendo descontroladamente, haciendo oídos sordos a D’Abernon: el marco se desplomaba
en un 250%.
En mayo de 1922 el Reichsbank se liberó del control del gobierno. La única esperanza de
frenar la emisión de dinero era una huelga de los trabajadores de imprenta, los que
comenzaban a ser conscientes de que sus acciones directas resultaban ser un arma de doble
17

Fuente: Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar;
Buenos Aires, 1989.

28
filo. El peso de estos trabajadores hasta este momento había sido dejado al margen, pero si
ellos no emitían, con los pagos que se debían afrontar, el Banco se quedaba sin reservas tal
como sucedió en junio. Para mantener el orden público, estos trabajadores debían estar en
plena armonía y obviamente se necesitaba que sus huelgas no se conviertan en sabotajes,
porque en este caso los costos serían aún mayores. El alza mensual de una canasta básica era
del 50% y los más perjudicados eran los profesionales. Los medios informaban que desde la
guerra los precios habían aumentado 139 veces, con excepción de los cueros y tejidos que
aumentaron en 219 veces. El mínimo de subsistencia había aumentado 86 veces y los salarios
sólo 34. La Comisión de Reparaciones pasó sus actividades a agosto. Poincaré, representante
de Francia, se encargó de amenazar a Alemania con las sanciones de las que sería pasible de
no pagar. La demanda de dinero era tal que los bancos no podían responder, racionando el
cobro. A modo de emergencia se dictó una ley que permitía a las autoridades locales y a las
empresas privadas a emitir dinero si el Reichsbank no llega a tiempo, los Notgeld. En un
principio, era necesario el respaldo del Banco, pero con el tiempo se fue perdiendo este límite
en la práctica tentando a más de un empleador a emitir de más, agravando la depreciación del
marco.
Para evitar los abusos de los extranjeros se había cerrado la posibilidad de pasar la
aduana con cosas, sin embargo podían pasar a comer. Los “piratas del cambio”, como se los
había llamado en ese entonces, seguían aprovechándose de los beneficios que el marco les
había dejado. Enceguecidos por la tensión en la que se vivía, veían la emisión de billetes como
una consecuencia y no una causa de la depreciación. El Dr. Hummel relacionaba la caída del
marco con cuestiones morales, de confianza, a las indemnizaciones y la postura de Poincaré,
pero añadía la emisión de billetes. En agosto Wirth temía que Alemania no poseyera
suficientes provisiones para abastecerse durante el invierno.
Austria
En Austria la situación era el potencial futuro de Alemania. Se estaban redistribuyendo
la renta y la riqueza a la vez que el principal problema se focalizaba en la elusión tributaria. El
derrumbamiento de su moneda, la corona, con bases en la creciente desconfianza
internacional y perspectivas pesimistas, era evidente y caminaba a pasos agigantados: entre
mayo de 1921 y mayo de 1922 la corona, en relación a la libra, había pasado de 2000 a 35000.
La solución que el pueblo había encontrado era gastar lo más rápido posible y atesorar bienes,
muy a pesar de las sanciones que se imponían por ello. Los comerciantes habían sido obligados
a aceptar coronas, sin embargo, nunca se prohibió aceptar moneda extranjera dando lugar a
excusas para no aceptar la moneda local. Como respuesta, en Viena, los campesinos asaltaron
las tiendas buscando deshacerse de su dinero.
Las compras de cosas innecesarias se volvieron cotidianas. El Dr. Schoeber, primer
ministro, que buscaba poner orden y racionalidad, fue derrocado por una elección
parlamentaria un mes después de que había convencido a los aliados de renunciar a sus
derechos hipotecarios sobre las propiedades del Estado, pago al que estaban obligados en
concepto de reparaciones: la promesa de Lloyd George se desvanecía. Entre el 5 y el 9 de junio
la corona pasó de 5.200 a 70.000 por libra, mientras que con la muerte de Rathenau, con la
debilidad del marco, volvió a caer, pasando de 100000 a 125000 coronas por libra. La idea de

29
una nueva alianza con los alemanes, a pesar de las prohibiciones del tratado ganaba
seguidores, así que el Consejo de la Liga de las Naciones prohibió que continuaran las
conversaciones. La subversión comunista se extendía apoyada por Moscú y el movimiento
comunista alemán. Su acción se centraba en protestas contra las subidas de precio y reclamos
para la confiscación de bienes de los más ricos. El Dr. Seipel sucedió a Schoeber y volvió a pedir
ayuda a los aliados la que fue denegada, aconsejando a Austria que dirigiera sus peticiones a la
Liga de las Naciones. A finales de agosto la corona cotizaba a 350.000 por libra, mientras que la
policía se organizaba para desarmar a la izquierda. El costo de vida aumentó sólo en julio un
124%, tuvieron que pagarse deudas con los funcionarios y los salarios aumentaron a 700.000
millones, excediendo el circulante. El gasto público era enorme y había funcionarios
innecesarios cuyos salarios estaban indexados automáticamente con el costo de vida. Mientras
los sindicatos tomaban medidas de acción directa dado que los salarios se ajustaban sólo
mensualmente. La única solución por la que se podía optar se convertía nuevamente en
emisión de billetes.
Se puso en funcionamiento el Devisenzantrale, mercado paralelo que controlaría los
movimientos de la moneda extranjera con Alemania y Hungría, pero su objetivo nunca fue
logrado: no consiguió que regresaran al país 18 millones de libras-oro en depósitos en bancos
suizos ni logró mejorar las condiciones de vida. Las prácticas ilegales se volvieron corrientes y
los billetes extranjeros en el principal medio de cambio a pesar de que a gente prefería
atesorarlos. Seipel vio que el costo de mantener a su país unido era renunciar a una parte de
su independencia. Negociando su país por el resto de Europa, se creaba una estrategia en la
que se pretendía que se viera la inviabilidad del Tratado de Saint Germain que imponía los
costos de reparaciones y que ante la posibilidad de que Austria se convirtiera en un
protectorado de algún país no aliados, colaboraran con el país para que recobrara el orden
interno, abriendo las negociaciones con la Liga. Las conversaciones en Ginebra lograron un
leve ascenso de la corona, de 350.000 a 335.000 por libra: el gobierno recobrara su poder. El
protocolo de Ginebra garantizaba a Austria su integridad política y territorial, un préstamo de
650 millones de coronas-oro dadas entre Gran Bretaña, Italia, Francia y Checoslovaquia,
mientras que Austria crearía un nuevo banco (al que ya se había comprometido, pero no pudo
concretar por la creciente devaluación), mientras que la Liga designaba un comisarios para que
se cumplieran sus clausulas.
Los precios alcanzaron su máximo en septiembre de 1922 y desde allí comenzaron a
bajar, pero no así la emisión que triplicó la circulación. A mediados de noviembre se creó el
Banco Nacional Austríaco y se empezó a consolidar la deuda interna a base de préstamos a
corto plazo suscriptos por los bancos privados, mientras que el déficit se seguía financiando
con emisión. La inflación después de la estabilización surgió como consecuencia de la
sustitución del circulante en moneda extranjera por coronas. La circulación fiduciaria se
redujo, y ahora la imprenta no podía solucionar el conflicto, aunque la situación ya no
resultaba comparable entre uno y otro momento. El gobierno necesitaba coronas y no podía
emitirlas sin respaldo, así que la idea era poder reunir suficiente moneda extranjera para
conseguirlas. Los bancos privados empezaron a generar reservas en moneda extranjera y el
Banco Central se vio forzado a comprar más moneda extranjera de la que necesitaba.

30
Viena se recuperaba. Seipel había sido duramente criticado por su estrategia, pero con
el golpe de Mussolini y ante una potencial Austria fascista, los socialistas aceptaron las
negociaciones con la Liga. Al crédito a corto plazo colocado por el nuevo Banco Central
colocado en el mercado interior le siguió otro en el mercado internacional a corto plazo al que
suscribían cada vez más naciones. Sin embargo, el sistema de recaudación era ineficaz, el gasto
público demasiado elevado y las empresas sufrían pérdidas, a la vez que los subsidios eran
enormes y se mantenían desde el período de crisis. A pesar de ello las finanzas austríacas
mejoraban y la confianza se restablecía, mientras que el desempleo aumentaba y las divisas
atesoradas volvían a circular en el mercado.
Hungría
Hungría es un país agrícola, que tiene la posibilidad de subsistir por su capacidad de
autoabastecimiento, así que las bases del problema en este territorio se formaron de distinta
manera. Antes de la guerra, los ingresos eran mayores a los gastos pero luego de ella la
situación se invirtió. La guerra unida a las revoluciones y contrarrevoluciones habían llevada al
país a una tensión creciente, unida a la desconfianza. Entre 1913 y 1921 la cantidad de moneda
en circulación había aumentado 64 veces. Todo el mundo decidía convertir el dinero en activos
más seguros y manejables, sobre todo divisas extranjeras, acciones industriales, joyas y
antigüedades: la especulación se convertía en el eje que haría crecer las cotizaciones de
monedas extranjeras.
El Ministro de Finanzas Dr. Hegedüs buscaba estabilizar la moneda. El objetivo era
llegar a una relación de 400 por libra y ya se había bajado de 2100 a 800 pero sus propuestas
fueron tan severas que tuvo que dimitir. Había implantado 29 decretos con una leva del 20%
sobre el capital y atacó las fortunas generadas en la guerra con impuestos, como así también el
embargo del 20% de los depósitos bancarios como consecuencia del atesoramiento de dinero
que generaba escasez. A pesar de todo, el ministro atribuyó su caída a la caída del marco,
malas cosechas y la incertidumbre sobre los pagos de las reparaciones. Su último acto consistió
en un incremento de 960 millones de coronas para sueldos de los funcionarios lo que supuso
una vuelta al fenómeno inflacionario. En 1921 la corona se había apreciado pero el desempleo
aumentó notablemente por el perjuicio que la apreciación importaba para las exportaciones
que ahora resultaban más caras. Los campesinos podían mantener su situación porque tenían
la posibilidad de vender sus productos, como mínimo al precio internacional. Escaseaban
alimentos y los empleados del gobierno enfrentaban una situación muy dura, fue entonces
cuando el Estado intervino suministrando alimentos y otras necesidades por debajo de su
costo. En junio de 1922 el orden de Hegedüs era historia y la circulación de billetes había
aumentado en un 28% con el consiguiente aumento de precios y del costo de vida.
La depreciación externa de la corona era de entre un 52% y un 75%. El nuevo ministro de
finanzas Dr. Kallay atribuía esto a un reflejo de las finanzas alemanas y austríacas. Se creía que
la emisión de billetes no tenía nada que ver con los males que azotaban la región. Las subidas
de sueldo se hicieron realidad y se ubicaron en un rango de entre el 12% y el 75%, el ministro
declaraba que se veía forzado a emitir. Los mayores ingresos los tenían los campesinos, sin
embargo el sistema tributario ejercía sobre ellos la misma presión fiscal de antes de la guerra

31
en términos monetarios, generando una desigualdad. Así, los agricultores retrasaban los
envíos a las ciudades para conseguir mejores precios.
La devaluación de la corona continuaba y caía en agosto a 11.000 por libra, mientras
que el ministro respaldaba la emisión con el pretexto del aumento en la riqueza por la
producción primaria y que la nueva moneda emitida sería retirada cuando fuese utilizada para
adquirir las cosechas. El gobierno, evitando un colapso financiero, creó una oficina para el
control de la moneda extranjera, la que fijó el cambio de la corona a un nivel inferior a su valor
de mercado, generando atesoramiento de divisas. La oficina no tenía fondos para facilitar a los
importadores. Los exportadores vendían por anticipado sobre la base del cambio vigente el día
del perfeccionamiento del contrato y se protegían haciendo el pago a la entrega de la
mercancía y en la moneda de sus acreedores, ellos recibían más coronas y la oficina ingresaba
las mismas divisas. Cada petición de moneda extranjera debía autorizarse en un sistema tan
burocrático y lento y con una escasez de divisas que hicieron que pudiese atenderse a sólo una
parte de los pedidos.
El comercio internacional descendía y con él se generaba desempleo. La corona se
sostenía artificialmente en un nivel de 12.000 por libra, haciendo que la gente protegiera sus
ganancias especulando en la bolsa de valores, estableciendo un aumento en las cotizaciones.
Las empresas lograron así aumentar su capital y diluyeron el valor de sus títulos al tiempo que
la gente continuaba comprando. Los dividendos eran pequeños, pero el negocio consistía en
poder venderlas a un precio mayor al día siguiente. La moneda se mantuvo estable por dos
meses lo que, junto con las leyes contra la especulación en los mercados de cambio las
cotizaciones comenzaron a caer.
Los precios siguieron subiendo y para noviembre habían aumentado en un 60%. Los
profesionales no podían ajustar sus salarios. Los agricultores y terratenientes no se veían
afectados: producían, consumían y podían vender sus excedentes al exterior. Para la navidad
de 1922 los precios continuaban aumentando y la crisis no podía hacerse esperar.
¿Dinero?
“El valor de un marco entre 1922 y 1923 estaba en mente de todos, pero era difícil comprender la
auténtica magnitud de una cantidad que necesitaba una docena de ceros para ser escrita” 18

En Alemania, sólo en los pueblos se podía vivir con tranquilidad, los que se encontraban
en zonas aledañas al campo podían aprovisionarse de alimentos con auténtico valor. Los
campesinos retenían sus producciones, sabían que al día siguiente su valor se acrecentaría.
Con el dinero que obtenían, amortizaban sus hipotecas, imponiendo una oposición entre el
campo y la ciudad. La inflación había procedido colaborando con los deudores que veían sus
deudas cada día más reducidas. “(…) una hipoteca que se hubiese concedido siete u ocho años
antes podía devolverse cuatrocientas veces con el valor del bien hipotecado.”19 Todo se
reducía a la cuestión ¿qué hacer con los marcos obtenidos? Y la respuesta era simple:
18

Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Buenos
Aires, 1989; pág. 14
19
Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Buenos
Aires, 1989; cap. 9.

32
gastarlos, pues sabían que retenerlos era igual a perderlos. Gastar lo más rápido posible,
solamente quien no estuviera en su sano juicio podría pensar en ahorrar. Comprar activos que
pudiesen mantener su valor real era el objetivo de todo alemán. La gente de los pueblos no
entendía por qué ahora tenía que contribuir con un sector de la población que nunca les había
ofrecido nada a cambio. Los profesionales vivían una situación muy diferente de la que habían
planificado. La inteligencia pasaba a ser menos demandada en el mercado. Sus hijos
probablemente no fueran profesionales, sino trabajadores manuales.
Ebert pedía a Curzon (inglés) una nueva moratoria para los pagos de las reparaciones de
guerra. Las condiciones de vida de la población se tornaban insostenibles. Se continuaba con la
política de emisión pero la escasez de dinero en efectivo continuaba. Para septiembre se
emitió una cantidad equivalente al 10% del total de la circulación, los que fueron distribuidos
por todo el país. Sin embargo, el nuevo dinero no era suficiente y las empresas comenzaron a
hacer sus pagos parte en efectivo y parte en vales canjeables en los comercios, los que tenían
fe en poder intercambiarlos luego por efectivo. Los municipios también emitieron su propia
moneda para pagar los salarios a sus funcionarios. El problema era que si se esperaba a que se
imprimieran nuevos billetes y llegaran para hacer los pagos, probablemente ya hubiesen
perdido el suficiente valor como para resultar insignificante.
El desempleo crecía y el temor a que el comunismo pusiera sus acciones en marcha
podía percibirse en el ambiente. Las grandes ciudades se propusieron generar nuevos puestos
de empleo dentro de la propia organización estatal, aunque estos trabajos fueran innecesarios.
Para octubre el marco pasó de los 9.000 a los 13.000 marcos por libra en un mes y medio. La
predicción de Keynes, que había proyectado una caída de un punto diario, se había quedado
atrás. El pago de las reparaciones podía ser cubierto hasta 2.000 millones de marcos-oro y ni
siquiera era seguro que se pudiese afrontar esa cantidad, mientras que Francia pedía más de
3.000 millones. Keynes fue llamado a Alemania, donde aconsejó que se diera una pausa antes
de que instauraran los pagos de las indemnizaciones. Einstein por su parte también atribuía la
caída del marco a las reparaciones y sugería a Inglaterra y Francia que participasen en el capital
de las industrias alemanas en un porcentaje de hasta el 30%, pero su proyecto no había
llegado a ser escuchado cuando una comisión de expertos dio un informe. El informe sugería
un programa de estabilización monetaria en 14.000 marcos por libra, un presupuesto
equilibrado, préstamos exteriores y una prórroga para realizar los pagos de las reparaciones.
De todas formas, fue ignorado, había otros problemas que atender: Mussolini entraba en Italia
y en Gran Bretaña se había remplazado a Lloyd George por una administración conservadora
liderada por Bonar Law.
La gente volvía al trueque, el marco empezaba a perder su función principal como medio
de cambio. El pago en divisas era la única forma de comerciar, pero no tardaron el llegar
nuevos decretos que prohibieran esta opción y la compra de objetos en el extranjero con
multas y cárcel. Si una empresa deseaba trasladarse al exterior debía estar autorizada,
evitando así la fuga de capitales y las importaciones fueron estrictamente reguladas, pero todo
esto no fue suficiente, aún podía especularse en la bolsa. En Oldenbugo se ofrecían los
Roggernmarks, pagarés de centeno, al portador, cotizados en bolsa y garantizados con todos
los fondos del banco del Estado, para competir con la moneda extranjera, emitidos por el

33
Vil metal, de cómo el dinero se conviertió en pesadilla
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  • 2. Índice Abstract ......................................................................................................................................... 2 Introducción .................................................................................................................................. 3 Dinero ............................................................................................................................................ 4 El cartalismo ...................................................................................................................... 5 Demanda Monetaria ..................................................................................................................... 7 Funciones del dinero ......................................................................................................... 7 Requisitos para cumplir un rol monetario ........................................................................ 7 Oferta Monetaria .......................................................................................................................... 8 Agregados monetarios ...................................................................................................... 9 Base monetaria y el Banco Central ................................................................................... 9 La Inflación .................................................................................................................................. 11 La Hiperinflación.............................................................................................................. 12 La Hiperinflación alemana de 1923 ............................................................................................. 13 Contexto mundial ............................................................................................................ 13 Alemania.......................................................................................................................... 14 La pesadilla del debacle financiero de Weimar............................................................... 16 ¿Cómo iniciar la destrucción de un país en el término de 10 años?............................... 18 La paz no es tan feliz ....................................................................................................... 19 El papel de la industria .................................................................................................... 26 Austria ............................................................................................................................. 29 Hungría ............................................................................................................................ 31 ¿Dinero? .......................................................................................................................... 32 Ruhrkampf ....................................................................................................................... 35 Katastrophe ..................................................................................................................... 41 Poniendo parches ............................................................................................................ 46 Conclusión ................................................................................................................................... 54 Bibliografía .................................................................................................................................. 55 1
  • 3. Abstract El siguiente trabajo tiene como finalidad explicar la funcionalidad del dinero y su importancia dentro de la sociedad. Tomando el caso del debacle financiero de la Alemania de 1923, se pretende hacer tangible el peso de la moneda para todo un país que padeció las consecuencias de un proceso hiperinflacionario que se extendió desde la Gran Guerra y que, de algún modo, acabó siendo la consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Palabras clave: Dinero – Demanda Monetaria – Oferta monetaria – Inflación- Alemania – Hiperinflación – Tratado de Versalles- Primera Guerra Mundial 2
  • 4. Introducción Vil metal… El dinero representa una las ambiciones más grandes del hombre de nuestros días. Pero, ¿realmente tiene el peso que le damos? ¿Resulta realmente indispensable? ¿Es posible vivir sin él? ¿Cómo es que un simple trozo de papel tan insignificante en sí mismo cumple tantas funciones? En las páginas que siguen se verán las funciones del dinero, cómo este se genera y cómo circula. Luego se analizará, desde el ejemplo que nos presenta la hiperinflación en Alemania de 1923 cómo este circuito puede deteriorarse y cuáles son sus consecuencias para la sociedad. Se explicarán entonces, junto con el contexto histórico, los procesos que dieron origen al fenómeno inflacionario en la República de Weimar desde la Primera Guerra Mundial hasta la década del ’30. Alemania creyó poder emitir ilimitadamente pero esto no hizo más que deteriorar cada una de las funciones del dinero, volviendo al trueque para subsistir. La hiperinflación demostró que con tan sólo deteriorar la moneda era posible tirar abajo los cimientos de toda Alemania, llevándose con ello los valores más arraigados de la sociedad, echando culpa de todo esto a los pagos que imponía el Tratado de Versalles. Desde esta perspectiva se explica la importancia que el dinero tuvo, tanto en aquel momento como hoy, y cuanto inciden las políticas financieras, ya sean expansivas o contractivas, en todas las características de la sociedad, desde su estructura hasta sus principios. En este sentido el siguiente trabajo pretende demostrar como el dinero en exceso dejó de cumplir su función de reserva de valor, como primera medida, hasta llegar a perder su función de medio de cambio. Se verán más adelante, junto con la explicación de Alemania de principios del siglo XX, gráficos sobre la relación entre los ingresos y gastos de la Hacienda, la evolución del marco en 1922, analizando los costos de vida y la evolución de los precios, así como la circulación monetaria. Si la inflación es un fenómeno más humano que económico, queda claro con lo más adelante se expondrá que cuando el dinero deja de funcionar como tal, es muestra de que la sociedad misma ha quedado devastada e infinitamente reformada… 3
  • 5. Dinero “Plata, pasta, guita, efectivo, cuartos, vil metal, parné, pelas, peculio, recursos… da igual como se le llame: el dinero es importante” 1 Si hablamos de dinero y nos dedicamos a pensar en él de forma aislada, indudablemente surgirá la pregunta que Dornbusch, Fischer y Startz se hacen en su libro “¿Qué es el «dinero» y por qué todo el mundo quiere tenerlo?”2 y mucho más si pensamos en que el dinero nos es útil cuando nos deshacemos de él. ¿Cómo una pieza de papel cuyo valor intrínseco es prácticamente nulo ha adquirido un rol tan importante para la sociedad? La respuesta a todo ello se encuentra en su función principal: la de ser Medio de Cambio. Las cosas se transforman en dinero cuando pueden ser utilizados como medio de cambio a consecuencia de tener la certeza de que este, a la vez, será aceptado por otro como medio de cambio. Si analizamos la obtención de mercancías por los hombres a lo largo de la historia notaremos que en un primer momento se conseguía lo necesario para la subsistencia, sea a través de la caza, la pesca y la recolección. A partir del momento en el que el hombre se convierte en un ser sedentario comienza también a extenderse la práctica del cultivo, pero siempre tratándose de un tipo de producción que no sobrepasaba los límites de la familia. Pero fue, a medida que estas familias fueron creciendo en número que las producciones se hicieron cada vez más extensivas, hasta llegar al punto en el que comenzó a existir un excedente de lo producido. Fueron estos excedentes los que dieron lugar al intercambio entre las familias. Aquello que no les era necesario para su propia familia podía ser vendido. La colocación de los excedentes dio a luz al trueque: intercambio de bienes y servicios por otros bienes y servicios… Intercambio que era directo, sin intermediación del medio de cambio. La práctica del trueque se fue expandiendo y era necesaria una doble coincidencia de necesidades. Los propietarios de cada una de las mercancías necesitarán recíprocamente del otro. De no ocurrir, no hay intercambio posible. Esta situación llevó a que los hombres comenzaran a pensar en un medio que evitara este complejo problema que se les presentaba, y comenzó a utilizarse el dinero mercancía. El dinero mercancía es un bien que tiene el mismo valor como unidad monetaria que como mercancía, es un bien patrón. En un principio se utilizaron bienes tales como la sal o ganado, que lograban evitar la doble coincidencia y da lugar a la especialización de los agentes económicos a partir de la división del trabajo, lo que lleva consigo el progreso económico de una sociedad. Aquí es donde se empieza a vislumbrar la función del dinero como medio de cambio. Sin embargo, este dinero mercancía trajo nuevos inconvenientes a la esfera del intercambio. Si el medio de cambio eran las cabezas de ganado, y se deseaba conseguir algo de un valor inferior a una cabeza de ganado, su división conllevaba costos que le resultaban inherentes a la operación como el transporte o la conservación. En este sentido las personas fueron buscando nuevas mercancías cuya naturaleza se adaptaran mejor a los intercambios, para lo que eligieron a los metales preciosos como el oro y la plata. 1 Ferguson, Nial; El Triunfo del dinero, cómo las finanzas mueven al mundo; Editorial Sudamericana; pág.17 2 Dornbusch, R., Fischer, S. y Startz, R; Macroeconomía; Editorial Mc Graw Hill; 9ª edición; pág. 422 4
  • 6. Si nos remontamos al siglo III o II a.C. todavía no lo encontramos en forma de monedas, sino como pepitas cuyo valor se medía en peso, creando la necesidad de generar una medida, la que se creó en la Mesopotamia con los pueblos semitas. Frente a esto, aparece el fraude. Si el medio de cambio era pesado y medido, entonces podía ser fácilmente falseable y el oro y plata podían ser mezclado con otros metales creando aleaciones de menor valor. Fue así como se dio paso a la acuñación de monedas. Si bien el monarca Creso de Lidia en Asia Menor había hecho la primera acuñación hacia el siglo VII a.C. con el fin de evitar el fraude, su práctica no fue extensiva hasta varios siglos después. Estas monedas fueron expandiéndose por el mundo, e inclusive en los lugares donde no había oro y plata o aleaciones de las mismas, se utilizaron otros metales preciosos como el bronce o el estaño. A medida que transcurrieron los años se utilizaron monedas de metales cada vez menos nobles pero avalados por la autoridad que le confiere legitimidad o autoridad. El cartalismo Nació el dinero fiduciario, de fiducia, confianza, y la moneda dejó de tener un valor intrínseco para tener otro extrínseco. También se lo llama dinero signo, que mantiene su valor como medio de cambio por la aceptación que tiene por parte de la gente. Es entonces en la Baja Edad Media que se empieza a notar el rol del orfebre, que recibía en depósito monedas pertenecientes a las clases más adineradas y entregaban por ello un recibo a cuenta los que mediante el endoso se convirtieron en objeto del comercio. Resultaba así más sencillo el intercambio, evitando buscar los metales y traerlos. Se trataba de certificados que se encontraban avalados por las monedas en poder de los orfebres en cajas de seguridad. A esto se lo llamó papel de pleno contenido, cuando una economía usa oro como dinero o dinero papel que es convertible en oro a la vista se dice que se rige por un patrón oro3. Por la comodidad que este medio ofrecía la gente dejaba de retirar el oro depositado, dejando que circulen los papeles que representaban el derecho que se tenía sobre él. Los orfebres, valiéndose de ello comenzaron a emitir dinero papel para reconocer las deudas, papel convertible en oro por un valor superior al que poseían convirtiéndose en verdaderos banqueros. Si todos hubiesen querido convertir en oro todas las deudas, no hubiese sido posible, dado que lo que permanecía en poder del orfebre era sólo una porción en oro. Fue entonces que comenzó a configurarse un sistema similar al actual. En este sentido el respaldo existe en la confianza que existe de que será aceptado como medio de pago por otros, ya sea por deudas públicas o privadas. Resultó así un intermediario sin valor intrínseco que sirve para cambiarlo por cosas que sí tienen valor intrínseco. Dicen Mochón y Becker que el dinero es todo lo que se acepta normalmente como medio de cambio. Y continúan diciendo que el dinero se acepta porque las autoridades económicas han determinado específicamente que es de curso legal o bien porque el público cree que lo puede utilizar para realizar pagos4. Este tipo de dinero hizo que fuera necesario el desempeño de una autoridad que específicamente se dedicara al control de la moneda. Y en el siglo XVII aparece el primer Banco Central en Inglaterra. Ya no puede dejarse en manos privadas la emisión de la moneda, debe 3 Dornbusch, R., Fischer, S. y Startz, R; Macroeconomía; Editorial Mc Graw Hill; 9ª edición; pág. 422 Mochón, Francisco y Beker, Víctor Alberto; Economía, principios y aplicaciones; editorial Mc Graw Hill; 4ª edición. 4 5
  • 7. ser una potestad pública. Es en Inglaterra que da origen al primer monopolio de emisión de moneda o se podía dejar en manos privadas siempre que la autoridad lo autorizara. El sistema bancario creado por los orfebres fue avanzando y progresivamente se convirtió en lo que hoy conocemos. Un depósito es una deuda del banco quién debe tener la disponibilidad de la suma que la persona depositó, sirviendo a la vez como medio de cambio como resultado de la posibilidad de librar cheques. El banco valiéndose del diferimiento que pueda existir entre el depósito y el retiro, utiliza el dinero ajeno para realizar préstamos a cambio de un interés, generando así dinero bancario, distinto del dinero legal que se acepta por el respaldo que tiene de la autoridad monetaria. 6
  • 8. Demanda Monetaria El dinero es un medio de cambio generalmente aceptado, independientemente de la forma que adopte. Es un activo que tiene la particularidad de ser totalmente líquido: puede utilizarse de una manera inmediata, cómoda y barata para efectuar un pago. Es un medio de cambio que se utiliza para facilitar las transacciones entre los agentes económicos. Se demanda dinero por sus funciones: Funciones del dinero Económicas Esencial: Es la de ser medio de cambio, facilitador de transacciones económicas y cancelación de deudas. Elimina el trueque, apareciendo como mediador. La operación se desdobla, permite que los agentes de especialicen, reduciendo de esta forma los costos Derivadas: compartidas con otros activos reales o imaginarios. Unidad de cuenta: permite homogeneizar los valores de bienes, todos los precios se expresan dinero (permite fijar precios y llevar las cuentas). Se utiliza para asignar un valor a los diferentes bienes y servicios. Reserva o almacén de valores: el dinero conserva su valor a lo largo del tiempo. Es una manera de mantener la riqueza, y dado su bajo riesgo, las personas tienen lo que Keynes llama “preferencia por la liquidez”. Permite mantener la riqueza siendo esta la primera función que se pierde en períodos inflacionarios Patrón de pagos diferidos: es utilizado en operaciones a largo plazo, los montos que haya que devolver al cabo de un período determinado se fijan en dinero a consecuencia de ser reserva de valor, transportando su valor a lo largo del tiempo. Los pagos que han de efectuarse en el futuro se especifican en dinero tal que permite el diferimiento de los pagos Jurídica Medio de pago: tiene poder cancelatorio de deudas, amparado por el Código Civil. Estas funciones tienen un costo de oportunidad que son los interese que deben sacrificarse para tener dinero líquido en lugar de otros activos menos líquidos y más arriesgados pero que generarían una tasa de interés más elevada. Cuanto menos líquido, mayor es la tasa de interés que devenga. Requisitos para cumplir un rol monetario Para que un bien satisfaga eficientemente el rol monetario debe ser: Divisible: permite que se realicen distintas magnitudes de transacciones grandes o pequeñas. Podrá subdividirse en pequeñas partes fácilmente sin que pierda su valor. Homogéneo: de tal naturaleza que no haya preferencia por un componente, todos tienen el mismo valor. Cualquier unidad debe ser igual a la otra. Duradero: no deteriorarse con el transcurso del tiempo. No debe ser perecedero. Esta función con el dinero como lo conocemos hoy no es posible, por lo que necesita de un 7
  • 9. proceso que supla esta deficiencia del papel moneda. En este caso el Banco Central realiza un proceso de esterilización, retirando billetes en mal estado de la circulación y reemplazándolos. Es un proceso muy complejo y con costos importantes porque no se trata de emisión de moneda nueva, sino que es un artificio para que cumpla con todas las condiciones. Transportable: económicamente transportable en relación a su peso. De oferta limitada o escaso: para asegurar un valor que pueda ser mantenido en el tiempo, la escasez le da valor. La demanda de dinero es una demanda de saldos reales, es decir, vinculada directamente con el poder adquisitivo del mismo, con la cantidad de bienes que puede comprar con él. Siguiendo a Dornbusch, esto tiene dos consecuencias: La demanda real de dinero no varía cuando sube el nivel de precios y ninguna de las variables reales, como el tipo de interés, la renta real y la riqueza real, cambia. La demanda nominal de dinero aumenta en proporción al aumento del nivel de precios, dadas las variables reales ya mencionadas. Una persona está libre de ilusión monetaria si una variación del nivel de precios, manteniéndose todas las demás variables reales constantes, no altera su conducta real, incluida la demanda real de dinero. En este sentido se hace necesario explicar, a los fines de este trabajo de que hablamos cuando nos referimos a la inflación. Oferta Monetaria La oferta monetaria o dinero en circulación es el valor del medio de pago generalmente aceptado en una economía. Se refiere a la cantidad de dinero y existen dos tipos: Dinero fiduciario: papel moneda o moneda, que es un monopolio gubernamental, dado que es directamente emitido por la autoridad monetaria. Dinero bancario: es creado por el sistema financiero, no lo emite sino que crea un conjunto de obligaciones entre agentes económicos, expandiendo la cantidad de dinero. Las obligaciones se crean por el sistema de depósitos y préstamos. Resulta de la intermediación financiera que importan los bancos comerciales: recibe depósitos y hace préstamos con el dinero de 3º. Por los depósitos que recibe debe pagar una tasa de interés (tasa pasiva) que para el Banco es un costo y por los préstamos que otorga se devenga un interés (tasa activa). De la diferencia de ambas tasas surge el spread bancario, del que una vez deducidos los gastos, resultará la ganancia del banco. Sin embargo el Banco no puede prestar todo, debe guardar una reserva fijada por la Autoridad Monetaria, el Encaje. 8
  • 10. Agregados monetarios Los agregados monetarios son distintas formas de medir la cantidad de dinero. Son convenciones que pueden cambiar con el tiempo, e inclusive de autor en autor. Se ordenan por el grado de liquidez en M0, M1 M2 y M3, los que incluyen circulante en poder del público al que luego se agregan los depósitos a la vista, los depósitos en cuentas de ahorro y los depósitos a plazo, respectivamente a los que pueden sumarse otros conceptos como cupones de tarjeta de crédito, acciones y títulos públicos por ejemplo. Base monetaria y el Banco Central Ya definimos anteriormente el concepto de dinero fiduciario, de fiducia, confianza. Entonces ahora es posible hablar de la base monetaria o dinero de alto poder o pasivo monetario del banco central que es lo que realmente el Banco central puede llegar a controlar y en su forma más tradicional, se forma por el circulante en poder del público más la Reserva Legal. Existe en el sistema bancario un sistema de encaje fraccionario que el Banco central impone a los bancos como una obligación: la de mantener una porción de sus depósitos en forma de reservas, concepto cuya diferencia con los depósitos conformarán la capacidad prestable, la que con el concepto del multiplicador mostrará la relación entre la creación primaria y la secundaria: coeficiente numérico que indica que va a indicar teniendo en cuenta la propensión marginal al consumo y la propensión marginal a realizar depósitos, como así también el encaje bancario, cuantas veces se multiplicará el valor de la base monetaria. Las reservas funcionan para hacer frente a los retiros netos del público, e inclusive si el Banco Central no fijase su porcentaje, los bancos se verían forzados a hacerlo en forma de tesoro. Esta resulta ser una forma de regular la creación de dinero bancario, y de, por lo tanto, sostener los efectos que su circulación genera. La creación secundaria de dinero está regulada por el encaje pero también por la propensión al consumo que limitará los depósitos, prefiriendo la liquidez. El Banco Central desde sus políticas resulta ser una herramienta muy útil para dirigir las finanzas de un país. Si analizáramos su patrimonio, encontraríamos como activos reservas internas (Ri -oro, divisas, otros activos externos-), préstamos a entidades financieras (PEF – redescuento-), Préstamos al gobierno (PG - adelantos transitorios al Tesoro Nacional-) y otros activos (OA- inmuebles, cargos diferidos, intangibles-). Y como pasivos encontraríamos la circulación monetaria (CM, equivalente al circulante en poder del público y en poder de las entidades financieras) y los depósitos de las entidades financieras (DEF) que conforman la base monetaria y pasivos no monetarios. Derivado de ello surgen las funciones del banco central: Custodio de las reservas internacionales Prestamista de última instancia o Banco de bancos. Da un régimen de garantía de los depósitos, sistema que hoy es voluntario y los que se adhieran deben pagar por depósito. Puede suceder (y de hecho sucedió en la época militar en Argentina) que el Banco Central de garantía irrestricta, haciendo que la emisión en caso de quiebra de los bancos crezca a niveles insostenibles. 9
  • 11. Agente financiero del gobierno (en Argentina sólo del gobierno nacional, no los provinciales o municipales que se encuentran restringidos) Regulador de la circulación monetaria Superintendencia del sistema financiero, es contralor del mismo: Permite que se creen entidades financieras Regula el funcionamiento de las entidades financieras Si entra en insolvencia una entidad (no puede hacerse cargo de sus deudas) puede pedir a la justica que liquide Hacedor de la política cambiaria porque es custodio de las reservas internacionales A partir de lo dicho se puede deducir que si el Banco central desea emitir dinero, es necesario que aumente uno de los activos, sino se vería la ecuación patrimonial desequilibrada. Entonces, ¿De qué depende que la base monetaria (B) crezca? Para que aumente la base debe aumentar algún componente del activo o disminuir alguno del pasivo o Patrimonio neto. Ahora si es posible analizar los instrumentos de la política monetaria que son del control de la autoridad monetaria. Existen 3 instrumentos básicos: Tasa de encaje fraccionario (e) o tasa de efectivo mínimo dado que para que haya mayor creación de dinero, esta variable debe disminuir Tasa de redescuento (tn) que es la tasa de interés que cobra el Banco Central a las entidades financieras por los préstamos que otorga. Fijando el piso de tasas la autoridad monetaria hace que a mayor tasa, disminuya la creación secundaria de dinero Operaciones de mercado abierto mediante la compra y venta de títulos públicos con fines monetarios dado que cuando paga, lo hace con dinero A estos instrumentos puede agregársele uno más: la propia circulación monetaria porque se puede emitir dinero sin respaldo. El objetivo de la política monetaria es influir sobre el ingreso de la economía con instrumentos monetarios y esta política puede ser expansiva, buscando aumentar la renta, lo que está asociado a un incremento en la cantidad de dinero, reactivando la economía (para lo cual debe disminuir la tasa de encaje, la tasa de redescuento o deben comprarse títulos) o su inversa, una política contractiva. 10
  • 12. La Inflación Otra de las cuestiones a analizar antes de abordar la cuestión que nos preocupa es la Inflación. En una economía todos los bienes y servicios están expuestos a variaciones en los precios. Cuando se produce un crecimiento continuo y generalizado de los precios de los bienes y servicios y factores productivos de una economía a lo largo del tiempo, nos encontramos frente a este fenómeno. Se trata del alza del nivel general de precios o disminución del poder adquisitivo del dinero. Al tratarse de un fenómeno económico podemos identificar las causas de la inflación, tarea compleja porque suele general un círculo vicioso en el cual resulta complicado detectar los factores que la impulsan. Entre las explicaciones que se han dado a lo largo de la historia encontramos tres categorías: Generada por un exceso de demanda agregada o inflación de demanda. Generada por la oferta agregada, lo que se denomina inflación de costos. Generada por rigideces sociales, esto es lo que se denomina inflación estructural. Los Keynesianos señalan que el déficit fiscal es un posible disparador de un proceso inflacionario. Si se parte de una situación de equilibrio entre oferta agregada y demanda agregada, si se incrementa el gasto gubernamental sin un incremento en los ingresos tributarios, generará exceso de demanda agregada y déficit fiscal. Los monetaristas sostienen lo mismo pero difieren en la causa del exceso de demanda, dado que consideran que es un incremento en la oferta monetaria lo que provoca el incremento de la demanda agregada. Por lo tanto, si el Estado, luego de haber agotado todas las fuentes de crédito privado, recurre a financiarse a través de incrementos en la emisión de moneda, generará un exceso de liquidez que se traducirá en exceso de demanda e incremento generalizado en los precios. Cuando un gobierno tiene una gran deuda cada vez tendrá menores posibilidades de conseguir financiamiento, teniendo que recurrir a la emisión monetaria para financiarse. Este incremento en la oferta de dinero no acompañado de un aumento en la demanda de moneda, genera un incremento en los precios. Si existe un tipo de cambio fijo, cada vez que se emita dinero, incrementará la base monetaria, generando un exceso de oferta de dinero. En este proceso las familias convertirán los saldos monetarios excedentes en activos externos, presionando hacia la devaluación del tipo de cambio. Como el banco central debe mantener el valor de la moneda a un nivel dado, deberá cambiar el exceso de moneda nacional por divisas hasta que vuelva a su nivel inicial. Mientras el banco central disponga de divisas para sostener el tipo de cambio, la inflación se mantendrá bajo control, solución que no puede sostenerse por mucho tiempo, ya que si el gobierno insiste con financiar sus déficits mediante la creación de dinero, sólo conseguirá agotar las reservas del banco central. Cuando las reservas del banco central han llegado a su límite, la moneda se devaluará finalizando con el tipo de cambio fijo. Si existe un tipo de cambio flotante, si la emisión se concreta, el valor de la moneda foránea aumentará. Dado que existe una relación entre los precios domésticos y externos, formalizada en la ley de un solo precio o paridad del poder de compra, la tasa de inflación será igual a la tasa de devaluación. 11
  • 13. La inflación como fenómeno económico tiene sus efectos, los que dependerán de su previsibilidad, pero siempre traerá consigo costos relacionados directamente con la tasa de variación de los precios. El aumento continuo del nivel general de precios tiene efectos redistributivos a favor de los deudores. Los asalariados y todos aquellos que dependan de ingresos nominales fijos verán disminuir sus ingresos reales. Así también ocasiona costos para el fisco debido al retardo que existe entre el momento en que se realizan los gastos y el cobro de los impuestos. Si la inflación es anticipada los agentes tratarán de minimizar la pérdida reduciendo sus saldos medios de dinero, asignando la mayor parte de la riqueza al consumo de bienes durables. La previsión puede contribuir también en la recaudación fiscal, en cuyo caso habrá distorsiones en la presión tributaria. Si la inflación es no anticipada sus principales efectos son redistributivos. Los deudores se verán beneficiados a costa de los acreedores, ya que la inflación quebranta las tasas reales de interés. En general, todos los poseedores de activos financieros que tengan una tasa de rendimiento nominal fija, sufrirán una pérdida. También se ven sujetos a una puja redistributiva los sectores, a medida que la inflación sigue su curso ascendente, los salarios reales vuelven a caer. La Hiperinflación La Hiperinflación es una inflación muy elevada, según Philip Cagan es aquella que sobrepasa el 50 por ciento mensual. No existe una definición universal de la hiperinflación pero muchos economistas la sitúan cuando el nivel de precios crece por encima del 100% anual. Se considera como una fenómeno extremo y que se da como consecuencia de grandes tensiones vividas donde la confianza queda sumamente deteriorada y puede llegar a volverse a la situación medieval del trueque. 12
  • 14. La Hiperinflación alemana de 1923 Contexto mundial De 1871 s 1914 encontramos en Europa un período de relativa estabilidad pero ceñido bajo las rivalidades existentes a nivel económico entre los países, una vertiginosa carrera armamentística y múltiples fricciones coloniales. En todas las áreas del saber se alcanzaron resultados excepcionales gracias a una serie de descubrimientos y la segunda revolución industrial dejaba sus marcas desde mediados del siglo XIX con una serie de innovaciones tecnológicas llevó a que las grandes industrias se convirtieran en la guía de las economías nacionales en los países mas avanzados, donde la división del trabajo y la producción en masa comenzaban a convertirse en las premisas básicas. El mundo ahora se dividía en una suerte bipolar de “centro y periferia” donde cada país, según su naturaleza –industrial o no- se ajustaba al mercado internacional posicionándose en uno u otro sitio de la nueva configuración. Entre 1873 y 1895 Europa estuvo en crisis industrial y agrícola, la que sobre todo se hizo visible en Inglaterra donde la competencia entre las empresas, la caída de los precios de los productos, la acumulación de stock, el aumento de materias primas, la ausencia de demanda y la presión de los sindicatos para no bajar los salarios habían dado una nueva perspectiva a la segunda revolución industrial. Luego de aplicar fallidamente políticas proteccionistas y en busca de demanda y materia prima a bajo costo se impuso con la Convención de Berlín de 1884 el imperialismo, sistema político y económico que pretende extender la dominación de un Estado sobre otro. Ejerciendo dominio total o parcial (lo que implicaba sólo dominio económico) los países del centro fundaron sus propias colonias donde colocar sus excedentes. La Convención de Berlín había tenido por objeto el fraccionamiento de los países del mundo al igual que se fracciona una torta. Todas estas condiciones conjugadas dieron lugar a un rápido ascenso de los estados industrializados haciendo aumentar la renta nacional y el nivel general de vida, haciendo crecer las ciudades modificando sustancialmente la sociedad. El fortalecimiento militar y económico de Alemania acompañado por un creciente nacionalismo la situó como potencia. Los nacionalismos, necesarios para fomentar el imperialismo, se convirtieron en fuente de tensiones dado bases a lo que sería la Primera Guerra Mundial. De hecho, al estar el poder político cada vez más condicionado al económico, el prestigio de las naciones y la conservación o aumento de las riquezas imponían políticas agresivas en busca del dominio de las comunicaciones y modernización de las fuerzas armadas. Frente a las tensiones generadas y después de arduas negociaciones algunos países llegaban a acuerdos y conformaban alianzas no muy duraderas. La policía exterior alemana se centró en aislar a Francia, para lo cual estableció una serie de pactos y alianzas que culminaron en 1882 con la firma de un acuerdo defensivo, La Triple Alianza, integrada por Alemania, el Imperio Austro-Húngaro e Italia. En 1902 Francia e Inglaterra firmaron La Entente Cordiale, a la que luego se sumó Rusia, formando la Triple Entente. A pesar de que todas estas cuestiones parecen ser suficientes, no fue hasta el asesinato del Archiduque Francisco Fernando en 1914 que se despegó la guerra. Francisco Fernando iba a ser el próximo rey de Serbia cuando promete a los austrohúngaros que en su reinado se le unirán en busca de poder, a pesar de que el pueblo serbio no parecía muy contento con la decisión. Con su asesinato Austria 13
  • 15. presentó un ultimátum y el 28 de julio se declaró la guerra, poniendo en funcionamiento el sistema de alianzas, siendo este el comienzo de la Primera Guerra mundial. Rusia, principal sospechosa de atentar contra la vida del archiduque, ordenó la movilización de sus ejércitos contra Austria. Alemania concentró sus fuerzas para lograr una victoria contra Francia y dirigirse a Rusia. Francia contra concentró el máximo de fuerzas disponibles para lograr rápidamente una victoria sobre Francia y permitir con ello dirigirse contra Rusia. El ejército ruso se dirigió al este de Prusia, donde derrotaron al ejército austríaco. Los generales alemanes Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff lograron sin embargo una gran victoria sobre el ejército ruso en 1914. Rusia dirigió entonces una operación contra Italia para acrencentar la hostilidad alemana. La guerra en el mar se dio entre Gran Bretaña y Alemania de la cual este último país salió perjudicado, iniciando el Segundo Reich alemán una campaña de bloqueo comercial submarino. Los alemanes se mantuvieron en general a la defensiva en el frente occidental y concentraron sus esfuerzos contra los rusos, a quienes derrotaron rompiendo su frente. En 1915, Italia, que hasta ese momento había sido imparcial, declaró la guerra a Austria y su avance pronto fue detenido. Entre 1915 y 1916, Alemania destinó su acción contra Francia, pero su atención fue distraída con otros ataques. En 1917 el hundimiento de tres barcos mercantes estadounidenses (que proveían alimentos a los aliados) por los submarinos alemanes provocó la declaración de guerra de los Estados Unidos. Entre mayo de 1917 y septiembre de 1918 se iniciaron movimientos de paz por parte del emperador austríaco Carlos I y del papa Benedicto XV. Durante 1918, el presidente Woodrow Wilson formuló sus famosos "catorce puntos", donde definía las bases de la paz, indicando soluciones para los problemas originados por la guerra. Los aliados recuperaron la iniciativa con la llegada de fuerzas estadounidenses. Los alemanes se convencieron de la necesidad urgente de la paz negociada. En Italia, las fuerzas austríacas se amotinaron a fines de octubre de 1918, y el alto mando ordenó la retirada general. El camino a la paz se iniciaba. Guillermo II renunció al poder al tiempo que se producía en Alemania una revolución proletaria que sería finalmente sofocada por grupos contrarrevolucionarios y militares. La exacerbación del patriotismo y la movilización de la sociedad civil fueron otras novedades. La Primera Guerra Mundial había sido una guerra total donde habían participado incluso mujeres y niños, dejando como saldo 8 millones de muertes, varios millones de heridos y grandes pérdidas materiales así como también un Tratado de Versalles que será el partero de nuevas tensiones. Alemania El Estado alemán a partir de 1815 tuvo un importantísimo desarrollo a nivel industrial, lo que se contrapuso a crisis ideológicas y movimientos revolucionarios. Por esos años nacía el espíritu unificador que, tras las guerras napoleónicas, habían dotado de un tinte nacionalista a toda Europa. A este espíritu se le sumaron las habilidades de Bismack, canciller de Prusia, quien puso todo de sí para consolidarse frente al mundo, constituyendo la Confederación Germánica. Se ponía en práctica en la década de 1830 la Zollverein, unión aduanera que reunió a varios estados alemanes industrializados del norte, con Prusia a la cabeza interesados en fijar nuevas tarifas aduaneras para la protección de su economía en la nueva configuración del 14
  • 16. mundo en “centro-periferia”. Después del triunfo de prusiano sobre Austria se organizó la Confederación de Alemania del Norte, la cual agrupaba veintiún estados, con el rey de Prusia como presidente de Alemania. El final de esta etapa de unificación se dio con la guerra francoprusiana, la que se ejecutó a sabiendas de que Francia no podía ganarla, generando un gran resentimiento del pueblo franco para con los germanos. Cuando el emperador Francés, Napoleón III se rindió, los prusianos entraron en Paris en 1871, y proclamaron el nuevo imperio alemán en Versalles, bajo la monarquía de Guillermo I de Hohezollern. El desarrollo económico acelerado se convirtió en el marco en el que Alemania se desenvolvió en los años siguientes convirtiéndola en una de las cuatro potencias. El Imperio alemán, Segundo Reich, era una monarquía constitucional. Para el parlamento, Reichstag, se aplicaba el derecho de sufragio igualitario, universal y secreto para los hombres, y su actividad era la de aprobar el presupuesto. El gobierno del Reich no era responsable ante el Parlamento, sino solamente ente el Emperador. Los socialdemócratas, comenzaron a adquirir mayor poder y formaron su propio partido. Por este motivo, Otto von Bismarck los hizo perseguir desde 1878 hasta su destitución en 1890. A pesar de ello, su participación se hizo creciente en casi todas las elecciones. A su retiro en 1890, el emperador Guillermo II puso en su lugar a ministros que gobernaron apoyándose en las mayorías de derecha. A principios del siglo XX la oposición se hacía escuchar, pidiendo un cambio de régimen, poniendo en peligro la unidad del Reich. Con la guerra franco-prusiana, Bismarck había forzado a la Francia derrotada para que le cediera los territorios de Alsacia y Lorena. Alemania estableció una alianza con Rusia y Austria-Hungría: la Liga de los Tres Emperadores. Bismarck había buscado neutralizar la fuerza de estas dos monarquías, comprometiéndolas a una mutua protección contra las amenazas de los franceses. En 1905, ante la sorpresa mundial, Rusia es derrotada en la guerra que le enfrentó contra Japón, haciendo que el derrotado país centrase su atención en los Balcanes, razón por la que se confrontaba con el imperio Austro-húngaro lo que llevó inevitablemente al choque. Hacia 1914 con el estallido de la Gran Guerra, Friedrich Ebert con 96 diputados aprobaron los créditos de guerra para el gobierno del Reich y se comprometieron al Emperador renunciar a huelgas y a la remuneración de los sindicatos mientras durara la guerra. El espíritu nacionalista comenzaba a dar sus frutos. Con el avance de la guerra la paz interna se esfumaba. Las directrices de la política surgían del Mando del Ejército con Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff, haciendo a un lado al Reich, lo que significaba para los obreros jornadas de doce horas y salarios por debajo de lo que les era necesario para subsistir. La situación en la guerra no parecía la más favorable, fue por ello que Guillermo II prometió que una vez acabada la guerra habría elecciones generales iguales. Los hechos de la Revolución Rusa no pasaron desapercibidos por este partido, a lo que se les sumó la pérdida en la guerra generando gran expectativa al momento en que Ludendorff anunciaba la derrota. La revolución alemana comenzó como una sublevación militar contra los dirigentes del ejército que llevaba detrás un tinte económico. Los soldados durante la guerra se habían visto desprovistos de toda ayuda generando grandes frustraciones, poniendo en evidencia al Mando General del Ejército. El Káiser partió hacia Holanda, Ludendorff escapaba a Suecia y las autoridades civiles, ahora al mando, tuvieron que hacerse cargo del armisticio. La revolución sucedió de forma relativamente tranquila, pues el foco de atención lo tenía el nuevo régimen, 15
  • 17. ahora era el momento. Los militares de carrera y las clases más altas se vieron perjudicadas por esta situación. Los militares que habían creado su raza apartados del ordenamiento general, no tardaron en reaccionar. Veían al país y las instituciones por las que habían luchado caer lentamente. Luego de la firma del armisticio, la izquierda llenó las calles de Berlín. El presidente civil Ebert no dudó entonces en acordar con los militares para evitar que este partido acabara con la reciente democracia, restaurando el orden, lejos del espíritu bolchevique. EL Ejército recuperaba su poder en la nueva República de Weimar frente a un contexto muy poco provechoso, donde se buscaban responsables de la situación que contextualizaba al territorio de posguerra. Se decidió dar toda la responsabilidad a un pequeño error en los asuntos de la economía. Ganar una nueva guerra era lo que Alemania necesitaba para recuperar la confianza de sus habitantes que habían apostado con bonos de guerra. Buscando recuperar sus colonias, ahora en poder de Francia, la política monetaria se mantuvo, emitiendo papel moneda para sostener el Ejército, sin considerar que esta situación desembocaría en lo que hoy se conoce como la hiperinflación alemana de 1923. La pesadilla del debacle financiero de Weimar “Sólo se hacen arreglos si se paga en especie”5 En el siglo XVI la Europa renacentista vislumbraba un nuevo fenómeno: “La revolución de los precios”. La creciente extracción de metales para generar moneda no había enriquecido a la población como los metalistas creían, sino que por el contrario, la mayor circulación de dinero logró que se incrementaran los precios. “Los incas no entendían la insaciable ansia de oro y plata que parecía poseer a los europeos. «Aunque toda la nieve de los Andes se convirtiera en oro, seguirían sin estar satisfechos», se quejaba Manco Cápac. Los incas no podían apreciar que, para Pizarro y sus hombres, la plata era algo más que un metal brillante y decorativo. Podía convertirse en dinero: una unidad de cuenta, una reserva de valor; en otras palabras, poder ser fácilmente transportable.”6 No se trataba de la primera vez que este fenómeno ocurría, pero anteriormente se había encontrado ligada a situaciones políticas o a la alteración de la ley del valor. Durante ese período el costo de los alimentos había mostrado un alza notable y sostenida. El costo de vida se multiplicó por siete, llamando la atención por sobre todo de los españoles. En España, aprovechando los recursos que sus colonias proveían, se habían acopiado cuantos metales preciosos fueran posibles con la idea de enriquecerse en virtud de aquella “hazaña”. Lo que ellos no habían saber entender es que el valor de un metal precioso no es absoluto. El dinero sólo vale lo que el otro está dispuesto a darnos por él. Su incremento no hará más rica a la sociedad, sino que lo hará menos apetecible. Manteniéndose constante todo lo demás, la expansión monetaria no hará más que subir los precios. Pero todo ello no significaría nada comparado con el debacle financiero que produjo en Alemania. Si nos centramos en un período anterior a la Primera Guerra Mundial, encontraremos valores similares entre las monedas de Alemania, Gran Bretaña, Italia y Francia, mientras que 5 Extraído de un cartel colgado en una zapatería alemana en 1923 Ferguson, Nial; El Triunfo del dinero, cómo las finanzas mueven al mundo; Editorial Sudamericana; pág. 17 6 16
  • 18. en 1923 eran necesarios mil millones de marcos para conseguir una de cualquiera de las otras monedas. El marco se había tornado una moneda inservible. Quemar marcos alemanes era equivalente a quemar papeles que sólo ocupan lugar. Nadie quería marcos, no tenían valor, y perdiendo las funciones que le son inherentes el mayor deterioro de la moneda se vio cuando perdió la posibilidad de ser utilizado como medio de cambio. Fue en 1922 cuando desapareció la confianza en la recuperación del marco y los precios interiores se ajustaron al alza rápidamente y en relación constante con el dólar. Fue así que los precios se anticiparon y subieron antes de que efectivamente fuese necesario, generando una nueva caída de la moneda. El cénit de la hiperinflación fue en 1923, cuando millones de personas se vieron seriamente afectadas. Adam Fergusson se refiere a ella como la “inflación de la carretilla”7, donde los trabajadores necesitarían una carretilla para trasladar su salario. No es posible reconocer un acontecimiento, una causa inmediata de este hecho, pero sí es posible identificar las secuelas en una Alemania convulsionada dejando a la luz lo peor de las personas que se vieron forzadas a prácticas ilegales y de los extranjeros que supieron aprovecharse de la desgracia ajena generando sentimientos xenófobos, una gran inseguridad, desprecio por la autoridad sacudiendo las bases de toda una sociedad y sus valores más arraigados. La emisión monetaria descabellada y los excesos monetarios llevaron a un círculo vicioso que infundió la inflación. El gobierno alemán se había tomado la atribución de emitir billetes ilimitadamente para cubrir el déficit sin entender con ello las consecuencias que se estaban acarreando. Alemania había apostado a una rápida victoria en la Primera Guerra Mundial y no dudó en cubrir los gastos militares con empréstitos públicos. Podía caminarse por las calles germanas viendo las publicidades de “invierta en la guerra” y a grandes cantidades de alemanes apostando a ella. Mientras los gastos oficiales aumentaban, la recaudación fiscal disminuía a pesar de que la presión tributaria aumentaba. Las personas se veían cada vez más forzadas a evadir o morir de hambre. Los sueldos perdían su valor en tiempos fugaces a la vez que el desabastecimiento se convertía en moneda corriente. Nadie que tuviera mercancías era capaz de intercambiarlas por dinero, porque sabrían que al día siguiente su precio sería mayor. Quien en aquel momento poseía moneda extranjera era todo un potentado. Y muy a pesar de lo que se vislumbraba en cada rincón de Alemania, la autoridad monetaria, respondiendo a las órdenes de Rudolf Havenstein, continuaba emitiendo. Dejaron de utilizarse las medidas de seguridad inherentes a la protección del dinero. Ya nadie se preocupaba por el número de serie. Nadie lo suficientemente cuerdo era capaz de perder su tiempo en asaltar un banco o falsificar dinero, su valor era insignificante. Los billetes de menor valor del día anterior eran usados como combustible para calefacción o como una forma creativa de empapelar las paredes. Un contexto de revueltas y tensiones invadía el territorio. La mortalidad se había incrementado como consecuencia de las enfermedades que se propagaban y de la mala 7 Fergusson, Adam (versión en español de J.C. Gómez Borrero); Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Editorial Alianza; Buenos Aires, 1989. 17
  • 19. alimentación y quienes prestaban servicios pedían a cambio una contraprestación en especie. No tenía sentido cobrar en marcos, los que al pasar el umbral de la puerta no significarían más que un montón de papeles que ocupaban espacio. Es que en este contexto, era mayor el precio del papel en el que se imprimía la moneda que la moneda misma. ¿Cómo iniciar la destrucción de un país en el término de 10 años? La receta perfecta se da con una guerra, a la que se apuesta, perdida, el rezago del resentimiento de los países vecinos y poner en marcha cuánta impresora de dinero existiese. El proceso hiperinflacionario que sacudió Alemania luego de la Primera Guerra Mundial comenzó con el cambio de la ley 1875 que conducía a la actividad bancaria. Ésta imponía un respaldo de al menos de un tercio de los billetes emitidos en oro y los dos tercios restantes, respaldados por pagarés emitidos a tres meses. Con miras a la Gran Guerra y a su financiación sin perder las reservas en oro, comenzó una política de emisión para lograr préstamos y suprimiendo el patrón oro. “El patrón oro es importante en cuanto dota de estabilidad del tipo de cambio que propicia precios predecibles y estables a lo largo del tiempo, lo que resulta ser un ancla para expectativas inflacionaria.”8 Los bancos prestaban a cualquier agente, inclusive podían adelantar dinero con cargo a emisiones de bonos de guerra en el futuro. La emisión dejó de tener límites: ahora los pagarés del Tesoro servían de cobertura total a los billetes. La guerra iba a financiarse con deudas, planeado mantener la presión tributaria e imprimiendo moneda para saldar los créditos. Evidentemente, algo no funcionaba en este plan que para los alemanes de principios de siglo XX parecía un negocio perfecto. Mientras que Alemania se financiaba con deuda, otros países, como Gran Bretaña, optaban por aumentar los impuestos. Durante la guerra, Alemania tuvo que autoabastecerse por el bloqueo que los aliados habían ejercido sobre el comercio, lo que comenzó a tener efectos en el campo económico. El poder del marco se declinaba. Los costos de guerra que antes habían sido de 110 mil millones ahora eran de 164 mil millones. La emisión cubierta por deudas surtía sus efectos y forzaba a una presión tributaria mayor. Helfferich, encargado de este plan, había prometido que la guerra sería financiada con préstamos, sin embargo las cargas fiscales fueron parte de este financiamiento, sobre todo en cuanto a los cereales, carbón y transporte. A pesar de ello, este aumento de la presión fiscal no podía cubrir siquiera los efectos de la inflación. Los gastos se expandían sobre los ingresos y el dinero en circulación era cada vez mayor, pasando entre 1913 y 1917 a ser cinco veces mayor. Las provisiones comenzaban a reducirse, y como efecto directo de la escasez, los precios aumentaban. El comercio ilegal se convertía en moneda corriente, y la creciente presión tributaria contribuía a su prolongación en el tiempo. Las publicidades para invertir en bonos de guerra empapelaban las ciudades a la vez que las personas cambiaban fortunas por ellos. Con la guerra se cerraban todas las bolsas de Alemania dejando una incógnita en las cotizaciones y dejaron de publicarse los cambios de moneda extranjera, manteniendo al pueblo mirando 8 Ferguson, Nial; El Triunfo del dinero, cómo las finanzas mueven al mundo; Editorial Sudamericana; pág. 75 18
  • 20. fijamente hacia la contienda. La censura hizo que recién al finalizar la guerra pudiera verse el desastre al que estaban sometidos. Aparentemente el volumen de la riqueza crecía a la par de la guerra, sin embargo en términos reales iba disminuyendo en niveles enormes. La derrota de la guerra, el armisticio y el Tratado de Versalles conjugados situarían a Alemania en una posición peor. Con el fin de la guerra volvían a perderse los territorios de Alsacia y Lorena, debía evacuarse Francia y Bélgica y continuaba el bloqueo comercial hasta que finalizaron los acuerdos por la paz. Las condiciones de vida eran la mitad de lo que habían sido antes de la guerra. Ludendorff anuncia la derrota y se proclama la República. El poder político estaba atomizado: socialistas, socialdemócratas y espartaquistas. Mientras tanto, Matías Erzberger, líder del Partido Centrista, tuvo que firmar el armisticio. La paz no es tan feliz “La inflación tiene tanto que ver con el dinero como con la gente (…)” 9 En 1919 hubo elecciones parlamentarias (que desde 1912 no sucedían), donde la coalición, dentro de la cual el Partido Democrático era el grupo más importante, obtuvo más del 80% de los votos teniendo que hacer frente a las condiciones de la paz. En agosto se terminaba de redactar la constitución de Weimar. El Tratado de Versalles fue impuesto a los alemanes, quienes no tuvieron chances de negociar sus cláusulas, las consecuencias de no firmar eran aún mayores. El gabinete cayó y el Parlamento se mantuvo por un año más. Grandes deudas azotaban Alemania, se habían perdido territorios, sobre todo los más ricos en recursos, como así también se habían perdido millones de hombres en la guerra. Esto, sumado a las consecuencias del plan de Helfferich y a la desconfianza creciente que ahora sentaba sus bases en el marco. Antes de la guerra se necesitaban 20 marcos para conseguir una libra, en 1918, 43. Antes de la firma de Versalles se necesitaban 60 marcos y luego de ella 185. El crecimiento era exponencial y las depreciaciones se hacían sentir en todas las clases sociales. Por estos tiempos se creaba el Ordenamiento fiscal alemán que codificaba toda la parte general que englobaba todos los principios tributarios, lo que sería sólo un esbozo del marco impositivo que vendría cargado de presión fiscal. Por los tratados de Versalles, Alemania perdía el 75 por ciento de sus reservas de mineral de hierro, el 25 por ciento de las de carbón y el 20 por ciento de su capacidad productiva de hierro y acero. Los tratados paralelos separaron al Imperio en Austria y Hungría. Viena, la capital del Imperio de los Ausburgo quedaba desprovista, y ninguna de sus naciones podía reagruparse. Se destronó a Carlos V en Viena sustituido por un gobierno republicano. Los precios oficiales aumentaban y en la práctica los efectos eran mayores dado que la economía subterránea atravesaba su auge. Aquellos que pretendían que sus familias continuaran con vida debían dedicarse a prácticas ilegales, como el acaparamiento, el estraperlismo, el contrabando, sólo así sería posible subsistir. La ética fue hecha a un lado por unos gramos de pan y un litro de leche. La moneda austríaca se deterioraba con fuerza, camino al que luego se uniría Alemania, aunque ya seguía a este país unos pasos más atrás. Lo 9 Fergusson, Adam (versión en español de J.C. Gómez Borrero); Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Editorial Alianza; Buenos Aires, 1989; pág. 14 19
  • 21. que diferenciaba a Alemania de Austria era el desempleo que todavía no había llegado al primero. Muchos habían comprado bonos de guerra, pero era irracional pensar en que podían ganar con ellos cuando el Estado que los había respaldado ya no existía. En Viena los suministros eran cada vez más caros y los socialistas entraron en juego haciendo tomar conciencia a los obreros, lo que agrupados bajo la figura del sindicato lograban mejoras salariales que no podía lograr los intelectuales, cuyos sueldos quedaron por debajo. Los austríacos perdían la confianza en sus autoridades y la emisión de dinero no cesaba. Comprar y vender acciones se había convertido en la única forma de no perder. En Alemania la clase media agonizaba lentamente. El Tratado de Versalles fue la humillación del pueblo alemán, y la derecha lo tomaba como excusa frente a quienes habían tomado el poder. ¿Iban a cumplirse los términos del tratado? ¿Iba a reducirse el ejército? ¿Iban a pagarse las indemnizaciones? El Ejército se redujo notablemente, pero el General Von Seeckt logró una fuerza que fuera lo suficientemente flexible para ser ampliada en cuanto se la necesitara. Hindenburg, que había tenido a su cargo el ejército, renunció. Se vivían tiempos difíciles y en el aire podían percibirse las ansias de un golpe militar. Cuando el Tratado entró en vigencia en 1920, se atentó contra Erzberger. Los aliados enviaron una lista con los que debían ser juzgados, entre los que se encontraban Ludendorff, Hindenburg y los del Káiser, siendo una ofensa para los alemanes. A la tensión existente, se le sumó la intentona de Kapp. Wolfgang Kapp era un periodista de derecha, opuesto a Friedrich Ebert, frente al cual organizó un golpe de estado. Contando con la colaboración del general Lüttwitz y logró dirigir un grupo de hombres, ocupó Berlín y proclamó que el nuevo gobierno nacionalista se estaba estableciendo con Kapp como canciller. El Gabinete huyó a Dresde y Ebert llamó a una huelga general, debilitando el poder de Kapp, quien tuvo que huir y Lüttwitz fue remplazado por von Seeckt. La huelga demostraba tanto el apoyo al gobierno de Ebert como la creciente importancia que cobraban los sindicatos, mientras que los que organizaron el levantamiento serían partidarios del Partido Nazi, pero hasta entonces el gobierno y el Ejército debieron trabajar simbióticamente: el período revolucionario se daba por terminado. El foco ahora dejaba de estar en las consecuencias de la guerra, la economía y las finanzas pasaban a ser el eje de todos los conflictos. La clase obrera demostraba su poder que influyó en la composición del gabinete, mientras que los sindicatos exigían nuevos incrementos salariales por los aumentos del costo de vida que se veían incrementados doce veces desde 1914. Los gastos en alimentación absorbían una proporción cada vez mayor del salario total tal como se ve en el Gráfico 110 Hacia mediados de 1920 el espíritu nacionalista resurgía cargado de ansias de trabajar lo que se contraponía a la situación. La industria progresaba, manteniendo el interés por la inflación a un costado. La devaluación de la moneda abarataba sus costos a la vez que el Estado iniciaba un programa de subsidios para propiciar su fortalecimiento. La jornada laboral se extendió a diez horas, y si no se tenía un sindicato la explotación era mucho mayor. 10 Fuente: Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Editorial Alianza; Buenos Aires, 1989 20
  • 22. Gráfico 1: Costo de la alimentación para una familia tipo 250 200 150 Marcos 100 Expon. (Marcos) 50 Oct-20 Aug-20 Jun-20 Apr-20 Feb-20 Dec-19 Oct-19 Aug-19 Jun-19 Apr-19 0 Las elecciones de 1920 llevaron al mando como Primer Ministro a Herr Fehrenbach de la coalición centrista y como Ministro de Finanzas a Wirth, sin embargo, la diferencia dejaba de ser tan estrepitosa como en las elecciones anteriores y los grupos de derecha y socialistas aumentaron la cantidad de votos. En julio los países europeos se juntaron en Bélgica para tratar el pago de las reparaciones y el contenido del Tratado de Versalles, la que fue postergada hasta la próxima convención en Ginebra generando incertidumbre, inevitablemente atada a las fluctuaciones del marco. La circulación de billetes había evolucionado según puede verse en el Gráfico 211 Cada vez que los pagos de reparaciones de guerra se ponían en debate el marco caía. Y para mal de males, cuando el marco se recuperaba aparecía el desempleo, poniendo en el centro de toda deliberación la mantención del pleno empleo al costo de una moneda que perdía su valor exponencialmente. El Dr. D’Abernon, Embajador británico en Berlín, explicaba que eran necesarios el doble de los ingresos recaudados para hacer frente al pago de las indemnizaciones y evidentemente no podía duplicarse la presión fiscal. Financiar déficit con emisión fue la respuesta. Los banqueros sacaban el dinero de Alemania mientras que la evasión se convertía en una actividad tan cotidiana como juntarse a tomar el té de las cinco en Inglaterra. Los salarios aumentaban nominalmente y no resultaban suficientes. 11 Fuente: Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Buenos Aires, 1989. 21
  • 23. Gráfico 2: Circulación de Billetes 90000 80000 70000 60000 50000 Circulación de Marcos en millones 40000 Expon. (Circulación de Marcos en millones) 30000 20000 10000 1920 1918 1914 0 A fines de 1920 la conferencia de Bruselas, que estudió la capacidad de pago de Alemania, extendió hacia adelante en conflicto para volver a reunirse en 1921 en Paris. Francia, casi insolvente, ejerció una mayor presión para que los pagos se hicieran efectivos, sin embargo la reacción hizo que se volvieran a extender los tiempos hasta una nueva negociación en Londres en febrero, pero Francia dotada de mínima paciencia, comenzó a poner en vigencia las sanciones que el Tratado de Versalles contemplaba, ocupando los puertos de Duisburgo, Ruhrort y Düsseldorf a orillas de Rhin. En 1921 el Comité de Reparaciones fijaba en 132 mil millones marcos-oro que Alemania debería pagar. El cuándo y cómo no eran temas menores: 2200 millones al año y el 26% de sus exportaciones, condiciones enviadas bajo apercibimiento de que si no eran aceptadas ocuparían la cuenta del Ruhr. El marco volvió a caer y se llevó consigo al gobierno de Fehrenbach, al que sucedió Wirth. Antes que a Wirth, el puesto fue ofrecido a Konrad Adenauer, quien puso como condiciones volver a la jornada laboral de nueve horas, terminar con el proceso de socialización y libertad para elegir a sus ministros, siendo rechazado por su primera condición, demostrando el poder de los sindicatos. Como consecuencia de haber desaparecido la incertidumbre, sumado a que las industrias habían celebrado el Alta de Silesia comprometiéndose a quedarse en Alemania y al fracaso del levantamiento de mineros impulsado por los comunistas, el marco mejoró levemente. Sin embargo, los puertos continuaban bloqueados y la emisión era una constante. La presión fiscal crecía, pero era más sencillo evadir que intentar vivir cumpliendo con el deber. Acaparadores, especuladores y contrabandistas eran las profesiones más difundidas del territorio. Rathenau como ministro de Reconstrucción hizo el primer pago de 50 millones de libras en oro y pagarés del Tesoro. Mientras tanto John Maynard Keynes ya pronosticaba una nueva caída del marco durante los años siguientes: Julio sería el último mes de estabilidad. El marco continuaba una estrepitosa caída, mientras la circulación crecía en siete mil millones 22
  • 24. de mes a mes. Desde el gobierno se atribuía esta devaluación a los pagos de las reparaciones. Los 1000 millones marcos oro que habían de ser entregados podrían haberse hecho efectivos, pero se recurrió a préstamos del exterior o procedimientos similares. Con o sin Tratado de Versalles, con o sin pagos a la comisión reparadora, no había escollera que pusiera freno a la marea que la inflación dejaba. Podía advertirse que otro de los problemas a los que se enfrentaba Alemania era la falta de divisas. Sobraban marcos y no había divisas, y para devolver el préstamo que se había negociado en Inglaterra era necesario conseguirlas a cualquier precio en 1921. Un colaborador del industrial Stinnes (reconocido por su peso en esta actividad) identificaba cuatro razones para esta política: Fomentar la competitividad de las industrias frente al mercado exterior Satisfacer los incrementos de salarios de los trabajadores Evitar disturbios Demostrar que no se cumpliría el Tratado A ello habría que sumar la caída de Austria y con ella una pérdida importante de confianza. En Munich (Baviera) había peores expectativas porque las prácticas ilegales y los impuestos causaban estragos. Los campesinos acaparaban leche y cereales por los aumentos de impuestos sobre el azúcar y la cerveza. En la Baja Baviera las acciones se orientaban a sobrecargar los precios y no enviar toda la producción al mercado, identificando una conducta protectora del gobierno por lo que se culpó al Estado del aumento del precio del pan. La derecha continuaba haciendo manifiesta su adversidad al nuevo gobierno, lo que se materializó en la celebración del Día de las Fuerzas Armadas, donde un grupo de veteranos de guerra presididos por el segundo hijo del káiser, Eitel Friederich, en sus discursos planteaban que la debilidad de Alemania continuaría mientras durara este gobierno, seguidos por Ludendorff y von der Goltz. Este último dio a conocer su postura antisemita, lo que desató incidentes en la multitud, los que fueron avalados por el almirante Scheer y el almirante von Tirpitz, Hindenburg y el ex Káiser, despertando un nuevo espíritu en la sociedad. La Facultad de Medicina de la Universidad de Colonia premió a Ludendorff con el grado de doctor honoris causa, dando a conocer el apoyo social que esta postura empezaba a cobrar. Matías Erzberger era asesinado por un grupo de nacionalistas. Erzberger era judío: la posición para lo que luego sería el holocausto estaba tomando forma. Se iniciaron de todos modos en Alemania grandes injurias contra los derechistas, sobre todo en Berlín con mayoría socialista. Los socialistas comenzaban a entender que la fuerza estaba dada por la masa, la que representaban los trabajadores. El Primer Ministro pretendía mantener el orden público y para lograrlo necesitaba cerrar algunos periódicos de Baviera. A pesar de todos los disturbios y tensiones en el campo político, el ojo del huracán era en el campo económico. El 25 de agosto de 1921 se firmaba una paz con EEUU a la que todos permanecieron ajenos, provocando, incluso, una nueva caída del marco no atribuible a la política monetaria, sino a la pérdida de confianza en una potencial recuperación. La comunidad financiera internacional cerró las puertas al Reichsbank, condiciones demasiado onerosas emergían para cualquier ayuda. El marco había pasado de 310 en relación a la libra a 400. En Berna, un grupo de banqueros suizos, italianos y alemanes llegaron a la conclusión de 23
  • 25. que Alemania no podía hacer frente a las reparaciones de guerra y que tarde o temprano se declararía en quiebra. Los impuestos progresivos no mejoraban la situación. Lejos de hacerlo, incrementaban los costos de vida y disminuía al poder de compra del marco. Los cinco impuestos más importantes eran: Korperschaftssteuer, el impuesto a las sociedades que era de más del 20%; Vermogenszewachteuer, por el incremento del valor, se pagaba una sola vez por todas las propiedades adquiridas entre 1913 y 1919 y su plusvalía; Notopper, o impuesto a la propiedad; Kapitallertragsteuer, que conformaban el 10% de las rentas que no procedían del trabajo; y Einkommensteur, impuesto sobre la renta ordinario. Los salarios estaban en constante aumento, y aun así al mismo ritmo dejaban de ser suficientes para cubrir las necesidades más básicas. Para cada alemán, mantener el status inmóvil resultaba una misión imposible. El Estado aumentaba los gastos para su restructuración cuyos efectos sólo serían vistos a largo plazo. La relación ingresos- gastos puede ser observada en el Gráfico 312: Gráfico 3: Gastos e Ingresos de la hacienda alemana en 1921 Ingresos (en millones de marcos), 90000 Gastos (en millones de marcos), 113000 Ingresos (en millones de marcos) Gastos (en millones de marcos) Lo cierto era que con los ingresos sólo era posible hacer frente a los pagos a los aliados, a la vez que 15 nuevos tributos esperaban ser aprobados. Y aún así los aumentos no eran suficientes: el momento entre la tasación y la recaudación era el suficiente como para que nuevos tributos no hicieran ninguna diferencia. Los billetes no dejaban de emitirse y por lo tanto, el conflicto principal no podía solucionarse. La Liga de las Naciones dividió Alta Silesia, zona de gran industrialización, entre Alemania y Polonia. Ahora el marco pasaba a 600 por una libra. La parálisis económica estaba cerca. Asustados por la competitividad de Alemania, muchos países lo bloqueaban comercialmente. El tipo de cambio hacía del país un oasis para los extranjeros. La fuga de capital era un hecho respecto de aquellos que buscaban evitar los impuestos, la inflación y el 12 Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Buenos Aires, 1989; cap. 5. 24
  • 26. socialismo. Una libra pasaba a equipararse ahora a 1040 marcos y habría que pagar 500 millones de marcos oro a finales de febrero por las reparaciones de guerra, sino sería ocupada la zona del Ruhr. Para el pago, la ayuda de los ingleses era indispensable, pero los banqueros de ese país no tardaron en darles la espalda. Apaciguar el problema era una receta a base de ajustar el presupuesto, adoptar nuevas medidas aduaneras para recaudar y terminar con las subvenciones a la industria. Los aumentos no eran bien recibidos en la zona del Ruhr, los que se atribuían a la presión ejercida por los aliados. Los decretos de congelación continuaban afectando a las mismas clases y los subsidios al pan y las tarifas ferroviarias resultaron una política que favorecería a los extranjeros que compraban propiedades y acciones en las industrias alemanas, cuyos salarios les parecían por demás bajos. Los medios extranjeros hablaban del poder alemán, sin ver que por debajo del lujo que podían darse los extranjeros beneficiados por el tipo de cambio o aquellos que recibían sus salarios y los derrochaban en un consumo lujoso y desmedido porque sabían que luego su dinero ya no valdría, existía una Alemania empobrecida y hambrienta. Países como Francia veían esta situación como una escena dramática que buscaba generar lástima en toda Europa. La clase media dejaba de ser la única afectada, la crisis llegaba a los trabajadores: el orden público se vería afectado seriamente si no se tomaban medidas al respecto. Los austríacos se veían afectados por esta situación también. Ellos seguían aún pasos más adelante en la catástrofe a la que se aproximaban. La corona se devaluaba y los vieneses se amotinaron reclamando el embargo de todas las divisas, el control estatal del mercado de valores y la eliminación de los subsidios al agro. Sólo esta última fue llevada a cabo y el coste de vida aumento aún más. La inflación era la base del malestar social que se expandía a todas las clases sociales. Para solucionar la tensión, debía contarse con la ayuda del exterior y la buena voluntad de un interior convulsionado y con gran desgano porque el gobierno no se ocupaba de los acaparadores y contrabandistas. En diciembre de 1921 tuvo lugar una tercera conferencia en Londres donde entendieron la falta de posibilidad de hacer frente a los pago, extendiendo los pagos hasta enero y febrero del año siguiente. Esto llevó a aumentar la confianza que trajo de la mano un aumento del marco recuperando una cuarta parte de su valor llegando a 751 por libra, mientras el precio de los bonos descendía a la mitad, situación aprovechada por el Reichsbank para comprar divisas. Los bonos habían tenido un rendimiento muy bajo, y la esperanza de recuperación del marco hizo que la opción más racional fuera venderlos. Se tenían percepciones diferentes acerca de la misma cuestión ¿el dinero no valdría nada? Y si todos compraban bonos, ¿no era esta una forma de seguir hundiendo el marco? Claramente quienes habían apoyado a Alemania durante la guerra ahora se veían fuertemente afectados, con un Estado que les garantizaba al menos una subsistencia digna. Corría Diciembre y con él la impresión de nuevos marcos, en busca del equilibrio presupuestario. Sin embargo, el problema al que Wirth debía enfrentarse realmente eran los pagos a Francia o, en su defecto, a las consecuencias de no llevarlos a cabo. El Dr. Wirth ponía su fe en Londres, circunscribiendo nuevamente como fuente de todos los males alemanes a los pago de reparaciones de guerra. Cada vez se hacía menos y cada vez se perdía más apoyo de todos los sectores. “En los ocho años transcurridos desde 1913 el precio del pan de centeno se había multiplicado por 13 y el de la carne de vacuno por 17. Estas fueron las mercancías que habían 25
  • 27. salido mejor paradas. El azúcar, la leche (a 4,40 marcos el litro), el cerdo y hasta las patatas (a 1,50 marcos la libra) habían subido entre 23 y 28 veces. La mantequilla por su parte se había multiplicado por 33.”13Se generó un desempleo del 9% dejando en vistas de todos que sucedería si el marco se recuperaba, pareciendo ahora su depreciación un mal necesario. El marco se derrumbaba, la confianza era una palabra extraña al pueblo alemán, el comercio internacional no progresaba por la recesión y la crisis económica. Por la hiperinflación se licuaban los ingresos reales, tal como lo explica el efecto Olivera Tanzi. Así aparecía en la mira un nuevo ajuste respecto de la presión fiscal sobre los más ricos, quienes reaccionaron cuando el gobierno se propuso quedarse con un porcentaje de sus dividendos distribuidos. Antes de que esto sucediera, los industriales acordaron utilizar sus activos en el exterior para ayudar a los pagos que había que enfrentar, en contrapartida pedían que se les retribuyera con parte de la recaudación fiscal. El Estado vio atentada su soberanía y rechazó la propuesta. El marco volvió a aumentar a 850 por libra en enero de 1922. El papel de la industria “La realidad era que el barco del estado se iba derecho y a toda máquina hacia el borde de la bancarrota, lo cual era bueno para algunos y malo para otros.”14 D’Abernon reconocía Saldo negativo en la que la emisión de billetes balanza de pagos debía finalizar y que un período de recesión esperaba necesidad de vender entrar a Alemania por la Déficit marcos para presupuestario puerta del frente. En Berlín las compensar huelgas eran acontecimientos cotidianos, y generalmente Moscú estaba detrás de ellas. Todos buscaban responsables desligándose de toda Elevación de los Depreciación de la responsabilidad y fue aquí costos de producción moneda y laborales donde se originó el antisemitismo. Ante la devaluación del marco el Subida de los precios cambio descendió de 45-70 marcos de papel por cada marco-oro y la Comisión Aliada para las Reparaciones decidió aumentar impuestos en otros 60 mil millones de marcos. El círculo vicioso alemán, que explicaba el Dr. Rathenau, podía entenderse con el Esquema 115 13 Fuente: Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Buenos Aires, 1989. 14 Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Editorial Alianza; Buenos Aires, 1989; cap. 3. 15 Fuente: Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Buenos Aires, 1989. 26
  • 28. Rathenau, sin embargo, no pensaba que la emisión de dinero tuviese algo que ver e insistía en los desequilibrios antes graficados. El país, en realidad, estaba subvencionando a una industria que no lo necesitaba, manteniendo el nivel de empleo a base de puras deudas y emisión de billetes. Nadie había comprendido la conexión entre emisión y devaluación. Con los vencimientos de los pagos a la Comisión Reparadora, el marco volvió a descender pero en Abril se produjo un aumento cuando la comunidad financiera europea decidió reunirse en Génova, sobre la que se tenía fe para una resolución definitiva. Sin embargo, el Tratado de Rapallo, celebrado secretamente entre Alemania y Rusia para evitar ser desplazados sobre las discusiones de Europa había generado un ambiente tenso, que sólo acabaron reafirmando los pagos. El precio de carne se había duplicado en menos de un mes y obviamente el tener que aumentar sueldos no era medida satisfactoria para los empresarios que comenzaron a restructurarse con nuevos equipos. A su vez el congelamiento de alquileres complicó la situación, la construcción que podía proveer puestos de empleo estaba paralizada. Alemania se había dado cuenta que era necesaria que la presión fiscal que se efectuaba se hiciese efectiva, pero requería de una restructuración lo suficientemente importante como para acarrear grandes costos y tiempos. La recuperación del marco paralizaría los negocios: todas las inversiones se habían realizado en activos cuya realización se diera a largo plazo, bienes durables. La Alta Comisión del Rhin también resaltaba los efectos negativos de la recuperación de la moneda donde un simple trámite como lo era pagar un impuesto, ahora sería una verdadera carga real, lo que no sucedía con la situación que les era contemporánea donde, si se deprecia, lo que efectivamente se pagaba era mucho menor que lo que se pretendía que se pagase en el momento de la tasación. La depreciación había trasladado la riqueza y los deudores se veían favorecidos, porque si hoy adeudaban 1500 marcos, al poco tiempo esos mismos 1500 marcos no le proporcionarían el mismo poder de compra, sino uno menor, por lo tanto el costo real de la operación se vería reducido a través del tiempo. El Reichsbank tenía una política de préstamos a una tasa de interés muy baja que empantanaba más la situación del marco. Para Stinnes, el industrial más importante, la inflación era necesaria para sostener al pueblo. Esta postura no resultaba sospechosa para alguien que había forjado su fortuna a base del fenómeno económico. “Si el marco bajaba, los precios, salarios e impuestos aumentaban, aunque estos últimos lo hacían con una fuerza superior.”16 A pesar de esto, la industria alemana progresaba, sumándose a las subvenciones que el gobierno les proveía. Carbón, trigo y ferrocarril tenían precios muy inferiores a los que se tenían en el resto de Europa. Mientras tanto, los productores no perdían pisada frente a la depreciación del marco y en cuanto podían usaban a sus proveedores o clientes para que les abrieran cuentas en el exterior, sobrecargando los precios en los comprobantes de sus proveedores o disminuyéndolos de los propios, acciones que volvían a generar inflación. Esto generaba que entraran bastantes divisas pero no salían todas las que hubiesen correspondido porque utilizaban las cuentas en el exterior para 16 Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Buenos Aires, 1989; cap. 5. 27
  • 29. efectuar los pagos, con lo que aminoraban los problemas. Con el descenso del marco, la industria se afianzaba y disminuían la cantidad de quiebras tal como lo muestra el Gráfico 417 Gráfico 4: Quiebras anuales desde 1912 12000 9218 9725 10000 7739 8000 4594 6000 2975 2279 4000 1240 807 1015 1324 2000 0 1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920 1921 Quiebras anuales desde 1912 El presidente del Reichsbank atacó la postura de D’Abernon frente a la inflación, y ese mismo mes la institución se volvió autónoma, dejando al banquero que se había propuesto emitir billetes, Havenstein, quedó al mando. Los intentos por combatir las prácticas ilegales no tuvieron gran éxito. La confianza en el país se desvanecía, degradando sus instituciones, la sensación de inseguridad primaba en todas las clases que buscaban a un líder. El principal enemigo del pueblo se centraba en la imagen de Stinnes. Éste se confrontaba con Rathenau, pero llegaron a un acuerdo en Berlín sobre las entregas de carbón a los aliados. Rathenau realizó un ataque contra el líder derechista, al igual que Erzberger, y así como el, horas mas tarde fue hallado sin vida y mutilado. Las tensiones se cobraban al segundo judío. La muerte de Rathenau llevó a un nuevo descenso del marco y a una huelga general en Berlín para oponerse a la derecha. El déficit presupuestario se preveía que fuese el doble del año anterior. Los inspectores fiscales estaban cobrando en 1922 deudas tributarias pendientes desde 1920. El gasto público era un enorme derroche en cuestiones que resultaban superfluas para la situación que se vivía. En Paris se habían negociado préstamos internacionales, los que finalizaron con una respuesta negativa. Las industrias comenzaron a comprar materias primas en el exterior para proveerse de existencias para sostenerse en caso de futuros disturbios. Hasta mediados de 1922 había un lapso entre la depreciación en el mercado interno y el internacional. Ahora ambos cambios se reflejaban con rapidez. Los costos de la industria alemana se empezaban a equiparar con los de las industrias extranjeras y siendo así no había posibilidades de competir y la escasez de mano de obra se hacía notar en el poder de ajuste salarial. Los trabajadores inclusive emigraban en busca de salarios más altos. La falta de financiación por parte de los bancos para que la industria se reimpulsara se solucionó emitiendo descontroladamente, haciendo oídos sordos a D’Abernon: el marco se desplomaba en un 250%. En mayo de 1922 el Reichsbank se liberó del control del gobierno. La única esperanza de frenar la emisión de dinero era una huelga de los trabajadores de imprenta, los que comenzaban a ser conscientes de que sus acciones directas resultaban ser un arma de doble 17 Fuente: Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Buenos Aires, 1989. 28
  • 30. filo. El peso de estos trabajadores hasta este momento había sido dejado al margen, pero si ellos no emitían, con los pagos que se debían afrontar, el Banco se quedaba sin reservas tal como sucedió en junio. Para mantener el orden público, estos trabajadores debían estar en plena armonía y obviamente se necesitaba que sus huelgas no se conviertan en sabotajes, porque en este caso los costos serían aún mayores. El alza mensual de una canasta básica era del 50% y los más perjudicados eran los profesionales. Los medios informaban que desde la guerra los precios habían aumentado 139 veces, con excepción de los cueros y tejidos que aumentaron en 219 veces. El mínimo de subsistencia había aumentado 86 veces y los salarios sólo 34. La Comisión de Reparaciones pasó sus actividades a agosto. Poincaré, representante de Francia, se encargó de amenazar a Alemania con las sanciones de las que sería pasible de no pagar. La demanda de dinero era tal que los bancos no podían responder, racionando el cobro. A modo de emergencia se dictó una ley que permitía a las autoridades locales y a las empresas privadas a emitir dinero si el Reichsbank no llega a tiempo, los Notgeld. En un principio, era necesario el respaldo del Banco, pero con el tiempo se fue perdiendo este límite en la práctica tentando a más de un empleador a emitir de más, agravando la depreciación del marco. Para evitar los abusos de los extranjeros se había cerrado la posibilidad de pasar la aduana con cosas, sin embargo podían pasar a comer. Los “piratas del cambio”, como se los había llamado en ese entonces, seguían aprovechándose de los beneficios que el marco les había dejado. Enceguecidos por la tensión en la que se vivía, veían la emisión de billetes como una consecuencia y no una causa de la depreciación. El Dr. Hummel relacionaba la caída del marco con cuestiones morales, de confianza, a las indemnizaciones y la postura de Poincaré, pero añadía la emisión de billetes. En agosto Wirth temía que Alemania no poseyera suficientes provisiones para abastecerse durante el invierno. Austria En Austria la situación era el potencial futuro de Alemania. Se estaban redistribuyendo la renta y la riqueza a la vez que el principal problema se focalizaba en la elusión tributaria. El derrumbamiento de su moneda, la corona, con bases en la creciente desconfianza internacional y perspectivas pesimistas, era evidente y caminaba a pasos agigantados: entre mayo de 1921 y mayo de 1922 la corona, en relación a la libra, había pasado de 2000 a 35000. La solución que el pueblo había encontrado era gastar lo más rápido posible y atesorar bienes, muy a pesar de las sanciones que se imponían por ello. Los comerciantes habían sido obligados a aceptar coronas, sin embargo, nunca se prohibió aceptar moneda extranjera dando lugar a excusas para no aceptar la moneda local. Como respuesta, en Viena, los campesinos asaltaron las tiendas buscando deshacerse de su dinero. Las compras de cosas innecesarias se volvieron cotidianas. El Dr. Schoeber, primer ministro, que buscaba poner orden y racionalidad, fue derrocado por una elección parlamentaria un mes después de que había convencido a los aliados de renunciar a sus derechos hipotecarios sobre las propiedades del Estado, pago al que estaban obligados en concepto de reparaciones: la promesa de Lloyd George se desvanecía. Entre el 5 y el 9 de junio la corona pasó de 5.200 a 70.000 por libra, mientras que con la muerte de Rathenau, con la debilidad del marco, volvió a caer, pasando de 100000 a 125000 coronas por libra. La idea de 29
  • 31. una nueva alianza con los alemanes, a pesar de las prohibiciones del tratado ganaba seguidores, así que el Consejo de la Liga de las Naciones prohibió que continuaran las conversaciones. La subversión comunista se extendía apoyada por Moscú y el movimiento comunista alemán. Su acción se centraba en protestas contra las subidas de precio y reclamos para la confiscación de bienes de los más ricos. El Dr. Seipel sucedió a Schoeber y volvió a pedir ayuda a los aliados la que fue denegada, aconsejando a Austria que dirigiera sus peticiones a la Liga de las Naciones. A finales de agosto la corona cotizaba a 350.000 por libra, mientras que la policía se organizaba para desarmar a la izquierda. El costo de vida aumentó sólo en julio un 124%, tuvieron que pagarse deudas con los funcionarios y los salarios aumentaron a 700.000 millones, excediendo el circulante. El gasto público era enorme y había funcionarios innecesarios cuyos salarios estaban indexados automáticamente con el costo de vida. Mientras los sindicatos tomaban medidas de acción directa dado que los salarios se ajustaban sólo mensualmente. La única solución por la que se podía optar se convertía nuevamente en emisión de billetes. Se puso en funcionamiento el Devisenzantrale, mercado paralelo que controlaría los movimientos de la moneda extranjera con Alemania y Hungría, pero su objetivo nunca fue logrado: no consiguió que regresaran al país 18 millones de libras-oro en depósitos en bancos suizos ni logró mejorar las condiciones de vida. Las prácticas ilegales se volvieron corrientes y los billetes extranjeros en el principal medio de cambio a pesar de que a gente prefería atesorarlos. Seipel vio que el costo de mantener a su país unido era renunciar a una parte de su independencia. Negociando su país por el resto de Europa, se creaba una estrategia en la que se pretendía que se viera la inviabilidad del Tratado de Saint Germain que imponía los costos de reparaciones y que ante la posibilidad de que Austria se convirtiera en un protectorado de algún país no aliados, colaboraran con el país para que recobrara el orden interno, abriendo las negociaciones con la Liga. Las conversaciones en Ginebra lograron un leve ascenso de la corona, de 350.000 a 335.000 por libra: el gobierno recobrara su poder. El protocolo de Ginebra garantizaba a Austria su integridad política y territorial, un préstamo de 650 millones de coronas-oro dadas entre Gran Bretaña, Italia, Francia y Checoslovaquia, mientras que Austria crearía un nuevo banco (al que ya se había comprometido, pero no pudo concretar por la creciente devaluación), mientras que la Liga designaba un comisarios para que se cumplieran sus clausulas. Los precios alcanzaron su máximo en septiembre de 1922 y desde allí comenzaron a bajar, pero no así la emisión que triplicó la circulación. A mediados de noviembre se creó el Banco Nacional Austríaco y se empezó a consolidar la deuda interna a base de préstamos a corto plazo suscriptos por los bancos privados, mientras que el déficit se seguía financiando con emisión. La inflación después de la estabilización surgió como consecuencia de la sustitución del circulante en moneda extranjera por coronas. La circulación fiduciaria se redujo, y ahora la imprenta no podía solucionar el conflicto, aunque la situación ya no resultaba comparable entre uno y otro momento. El gobierno necesitaba coronas y no podía emitirlas sin respaldo, así que la idea era poder reunir suficiente moneda extranjera para conseguirlas. Los bancos privados empezaron a generar reservas en moneda extranjera y el Banco Central se vio forzado a comprar más moneda extranjera de la que necesitaba. 30
  • 32. Viena se recuperaba. Seipel había sido duramente criticado por su estrategia, pero con el golpe de Mussolini y ante una potencial Austria fascista, los socialistas aceptaron las negociaciones con la Liga. Al crédito a corto plazo colocado por el nuevo Banco Central colocado en el mercado interior le siguió otro en el mercado internacional a corto plazo al que suscribían cada vez más naciones. Sin embargo, el sistema de recaudación era ineficaz, el gasto público demasiado elevado y las empresas sufrían pérdidas, a la vez que los subsidios eran enormes y se mantenían desde el período de crisis. A pesar de ello las finanzas austríacas mejoraban y la confianza se restablecía, mientras que el desempleo aumentaba y las divisas atesoradas volvían a circular en el mercado. Hungría Hungría es un país agrícola, que tiene la posibilidad de subsistir por su capacidad de autoabastecimiento, así que las bases del problema en este territorio se formaron de distinta manera. Antes de la guerra, los ingresos eran mayores a los gastos pero luego de ella la situación se invirtió. La guerra unida a las revoluciones y contrarrevoluciones habían llevada al país a una tensión creciente, unida a la desconfianza. Entre 1913 y 1921 la cantidad de moneda en circulación había aumentado 64 veces. Todo el mundo decidía convertir el dinero en activos más seguros y manejables, sobre todo divisas extranjeras, acciones industriales, joyas y antigüedades: la especulación se convertía en el eje que haría crecer las cotizaciones de monedas extranjeras. El Ministro de Finanzas Dr. Hegedüs buscaba estabilizar la moneda. El objetivo era llegar a una relación de 400 por libra y ya se había bajado de 2100 a 800 pero sus propuestas fueron tan severas que tuvo que dimitir. Había implantado 29 decretos con una leva del 20% sobre el capital y atacó las fortunas generadas en la guerra con impuestos, como así también el embargo del 20% de los depósitos bancarios como consecuencia del atesoramiento de dinero que generaba escasez. A pesar de todo, el ministro atribuyó su caída a la caída del marco, malas cosechas y la incertidumbre sobre los pagos de las reparaciones. Su último acto consistió en un incremento de 960 millones de coronas para sueldos de los funcionarios lo que supuso una vuelta al fenómeno inflacionario. En 1921 la corona se había apreciado pero el desempleo aumentó notablemente por el perjuicio que la apreciación importaba para las exportaciones que ahora resultaban más caras. Los campesinos podían mantener su situación porque tenían la posibilidad de vender sus productos, como mínimo al precio internacional. Escaseaban alimentos y los empleados del gobierno enfrentaban una situación muy dura, fue entonces cuando el Estado intervino suministrando alimentos y otras necesidades por debajo de su costo. En junio de 1922 el orden de Hegedüs era historia y la circulación de billetes había aumentado en un 28% con el consiguiente aumento de precios y del costo de vida. La depreciación externa de la corona era de entre un 52% y un 75%. El nuevo ministro de finanzas Dr. Kallay atribuía esto a un reflejo de las finanzas alemanas y austríacas. Se creía que la emisión de billetes no tenía nada que ver con los males que azotaban la región. Las subidas de sueldo se hicieron realidad y se ubicaron en un rango de entre el 12% y el 75%, el ministro declaraba que se veía forzado a emitir. Los mayores ingresos los tenían los campesinos, sin embargo el sistema tributario ejercía sobre ellos la misma presión fiscal de antes de la guerra 31
  • 33. en términos monetarios, generando una desigualdad. Así, los agricultores retrasaban los envíos a las ciudades para conseguir mejores precios. La devaluación de la corona continuaba y caía en agosto a 11.000 por libra, mientras que el ministro respaldaba la emisión con el pretexto del aumento en la riqueza por la producción primaria y que la nueva moneda emitida sería retirada cuando fuese utilizada para adquirir las cosechas. El gobierno, evitando un colapso financiero, creó una oficina para el control de la moneda extranjera, la que fijó el cambio de la corona a un nivel inferior a su valor de mercado, generando atesoramiento de divisas. La oficina no tenía fondos para facilitar a los importadores. Los exportadores vendían por anticipado sobre la base del cambio vigente el día del perfeccionamiento del contrato y se protegían haciendo el pago a la entrega de la mercancía y en la moneda de sus acreedores, ellos recibían más coronas y la oficina ingresaba las mismas divisas. Cada petición de moneda extranjera debía autorizarse en un sistema tan burocrático y lento y con una escasez de divisas que hicieron que pudiese atenderse a sólo una parte de los pedidos. El comercio internacional descendía y con él se generaba desempleo. La corona se sostenía artificialmente en un nivel de 12.000 por libra, haciendo que la gente protegiera sus ganancias especulando en la bolsa de valores, estableciendo un aumento en las cotizaciones. Las empresas lograron así aumentar su capital y diluyeron el valor de sus títulos al tiempo que la gente continuaba comprando. Los dividendos eran pequeños, pero el negocio consistía en poder venderlas a un precio mayor al día siguiente. La moneda se mantuvo estable por dos meses lo que, junto con las leyes contra la especulación en los mercados de cambio las cotizaciones comenzaron a caer. Los precios siguieron subiendo y para noviembre habían aumentado en un 60%. Los profesionales no podían ajustar sus salarios. Los agricultores y terratenientes no se veían afectados: producían, consumían y podían vender sus excedentes al exterior. Para la navidad de 1922 los precios continuaban aumentando y la crisis no podía hacerse esperar. ¿Dinero? “El valor de un marco entre 1922 y 1923 estaba en mente de todos, pero era difícil comprender la auténtica magnitud de una cantidad que necesitaba una docena de ceros para ser escrita” 18 En Alemania, sólo en los pueblos se podía vivir con tranquilidad, los que se encontraban en zonas aledañas al campo podían aprovisionarse de alimentos con auténtico valor. Los campesinos retenían sus producciones, sabían que al día siguiente su valor se acrecentaría. Con el dinero que obtenían, amortizaban sus hipotecas, imponiendo una oposición entre el campo y la ciudad. La inflación había procedido colaborando con los deudores que veían sus deudas cada día más reducidas. “(…) una hipoteca que se hubiese concedido siete u ocho años antes podía devolverse cuatrocientas veces con el valor del bien hipotecado.”19 Todo se reducía a la cuestión ¿qué hacer con los marcos obtenidos? Y la respuesta era simple: 18 Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Buenos Aires, 1989; pág. 14 19 Fergusson, Adam; Cuando muere el dinero, el derrumbamiento de la república de Weimar; Buenos Aires, 1989; cap. 9. 32
  • 34. gastarlos, pues sabían que retenerlos era igual a perderlos. Gastar lo más rápido posible, solamente quien no estuviera en su sano juicio podría pensar en ahorrar. Comprar activos que pudiesen mantener su valor real era el objetivo de todo alemán. La gente de los pueblos no entendía por qué ahora tenía que contribuir con un sector de la población que nunca les había ofrecido nada a cambio. Los profesionales vivían una situación muy diferente de la que habían planificado. La inteligencia pasaba a ser menos demandada en el mercado. Sus hijos probablemente no fueran profesionales, sino trabajadores manuales. Ebert pedía a Curzon (inglés) una nueva moratoria para los pagos de las reparaciones de guerra. Las condiciones de vida de la población se tornaban insostenibles. Se continuaba con la política de emisión pero la escasez de dinero en efectivo continuaba. Para septiembre se emitió una cantidad equivalente al 10% del total de la circulación, los que fueron distribuidos por todo el país. Sin embargo, el nuevo dinero no era suficiente y las empresas comenzaron a hacer sus pagos parte en efectivo y parte en vales canjeables en los comercios, los que tenían fe en poder intercambiarlos luego por efectivo. Los municipios también emitieron su propia moneda para pagar los salarios a sus funcionarios. El problema era que si se esperaba a que se imprimieran nuevos billetes y llegaran para hacer los pagos, probablemente ya hubiesen perdido el suficiente valor como para resultar insignificante. El desempleo crecía y el temor a que el comunismo pusiera sus acciones en marcha podía percibirse en el ambiente. Las grandes ciudades se propusieron generar nuevos puestos de empleo dentro de la propia organización estatal, aunque estos trabajos fueran innecesarios. Para octubre el marco pasó de los 9.000 a los 13.000 marcos por libra en un mes y medio. La predicción de Keynes, que había proyectado una caída de un punto diario, se había quedado atrás. El pago de las reparaciones podía ser cubierto hasta 2.000 millones de marcos-oro y ni siquiera era seguro que se pudiese afrontar esa cantidad, mientras que Francia pedía más de 3.000 millones. Keynes fue llamado a Alemania, donde aconsejó que se diera una pausa antes de que instauraran los pagos de las indemnizaciones. Einstein por su parte también atribuía la caída del marco a las reparaciones y sugería a Inglaterra y Francia que participasen en el capital de las industrias alemanas en un porcentaje de hasta el 30%, pero su proyecto no había llegado a ser escuchado cuando una comisión de expertos dio un informe. El informe sugería un programa de estabilización monetaria en 14.000 marcos por libra, un presupuesto equilibrado, préstamos exteriores y una prórroga para realizar los pagos de las reparaciones. De todas formas, fue ignorado, había otros problemas que atender: Mussolini entraba en Italia y en Gran Bretaña se había remplazado a Lloyd George por una administración conservadora liderada por Bonar Law. La gente volvía al trueque, el marco empezaba a perder su función principal como medio de cambio. El pago en divisas era la única forma de comerciar, pero no tardaron el llegar nuevos decretos que prohibieran esta opción y la compra de objetos en el extranjero con multas y cárcel. Si una empresa deseaba trasladarse al exterior debía estar autorizada, evitando así la fuga de capitales y las importaciones fueron estrictamente reguladas, pero todo esto no fue suficiente, aún podía especularse en la bolsa. En Oldenbugo se ofrecían los Roggernmarks, pagarés de centeno, al portador, cotizados en bolsa y garantizados con todos los fondos del banco del Estado, para competir con la moneda extranjera, emitidos por el 33