2. Por muy bonitas
que puedan verse ciertas
prendas en un escaparate,
tenemos que pensar
principalmente en su
practicidad, comodidad y
conveniencia a la hora de
vestir al bebé.
3. Las prendas deben
ser amplias. Es
conveniente comprar
una talla más para
que el bebé se sienta
cómodo y resulte más
fácil vestirle.
Además, los bebés
crecen muy rápido y,
a menos que haya
nacido con bajo peso,
la talla de recién
nacido le quedará
pequeña en pocos
días
4. Rechaza los tejidos
que suelten pelo, y
procura que las
prendas de lana no
estén en contacto
directo con la piel
del bebé porque
pueden resultar
irritantes.
5. Hasta que no se
ponga de pie no es
necesario que lleve
zapatos, pero sí
calcetines, más o
menos abrigados
dependiendo de la
temperatura
ambiente.
6. Cuando hace calor,
puedes poner al
bebé ropita de
algodón o lino (o
cualquier otro
tejido ligero que
permita
transpirar) sin
mangas, y que no le
quede muy ajustada
para que tenga
libertad de
movimiento, sobre
todo si ya anda.
7. También es
importante que
procures vestirle
siguiendo siempre
el mismo orden.
Está comprobado
que los niños
toleran mejor las
tareas que se
hacen de forma
rutinaria porque
así pueden predecir
el siguiente paso.