Recuperando el Rumbo Hasta la Transformación Parte #3.pptx
Los Hijos
1. LOS HIJOS
Al fracasar su octavo tratamiento de
fertilizacion in vitro, Mara decide iniciar
trámites de adopción. Por supuesto vos
deberás estar de acuerdo, pero no lo estas.
Tampoco querías tener otro hijo, pero lo
normal es que una mujer quiera tenerlos y
vos ya habías intentado más de una relación
con las que tenían hijos de otros: preferís
aguantar a los tuyos.
No es que no te gusten los chicos, al
contrario... A Pablo y a Camila los adoraste
desde que nacieron. Pero una vez, cuando
Pablo ya tenía quince años y vos estabas
separado de su madre, también decidiste
cortar la relación con tu novia Mónica
porque su hijito, al que querías mucho, te
salto sobre las pelotas cuando estabas leyendo.
Pablo ya no me salta sobre las pelotas,
pensaste, y si lo hubiese hecho le habría pegado
un bife porque es mío...
Alicia no tenía hijos, pero si una mujer
no quiso tenerlos antes de bordear los
cuarenta es por algún quilombo más
complicado: hasta que ella decidió cortar la
relación, Alicia fue la única con la cual te
peleaste mas que con la madre de tus hijos
y la que mas te atraía con sus periódicas
promesas de abandono. Fue la última vez, o
al menos eso creías, en que volverías a
enamorarte como a los veinte...
Gracias a Dios, a los anos y a Mara, ya
no volverías a enamorarte como a los veinte.
En España, en donde solo te enamoraste de los toros, Charito te decía: puta suerte la mía, si yo no te quisiera tanto
tu querrías estar conmigo! Pero a sus treinta y seis anos, que parecían muchos más, Charo también tenía un niño y a
vos esa mamá, que te llenaba la nevera de comida cuando ya pesabas ciento diez kilos, te invadía.
Angustia ante el abandono o invasión ante la seguridad, casi nunca habías sentido otra cosa: quien dijo que
los hombres son menos neuróticos que las mujeres?
Pero la relación con Mara es diferente: ni angustia ni invasión. Si eso no es amor, es lo más parecido que
conoces.
Vos sos lo que yo más quiero en el mundo, dice Mara cuando no se pelean y solo se matan dos veces por año. Pero
vos no podes responderle lo mismo a esa chica que ahora tiene treinta y tres anos, porque hay otra mujer de 24
años en tu vida y, también, un hombre de veintisiete: Camila es tu gran amor y Pablo es lo que mas querés en el
mundo...
Ya tenés hijos.
Ya te levantaste a calentar una mamadera a las tres de la mañana, ya te angustiaste como un padre sin trabajo a
los veinticuatro años y ya veraneaste como un papá rico en Punta del Este, ya llevaste a una nena a la escuela a las
ocho de la mañana y te seguís despertando a las siete aunque ella este durmiendo del otro lado del mundo, ya
2. conoces todas las canchas de hockey del país y el andén de Constitución cuando parte un tren lleno de enanos
disfrazados de almirante, ya le enseñaste a uno que se puede ser católico sin dejar de ser judío y a llevar el uniforme
solo en la ropa: tu hijo ya sabe que tiene que ser el mejor porque es tu hijo y tu hija siempre supo que no tenía que
ser nada porque la amas...
In vitro puede ser, pero adoptado nunca.
Como podremos saber que no tiene una enfermedad hereditaria, o que no es tonto porque la inteligencia también se hereda,
que no es débil, o feo, o simplemente extraño? decís todos los das y Mara te mira. Porqué voy a compartir todo lo que tengo
con un hijo que no es mío pensas todos los días, porque crees que vas a dar más de lo que vas a recibir...
Pero un hijo no es un espermatozoide que fecunda un ovulo, sino un extraño que te transforma en su padre solo
cuando el se convence de que lo sos. El amor no esta escrito en los cromosomas y el parentesco tampoco. Tu hijo
ya era tu hijo antes de nacer, aunque haya nacido en el sitio equivocado. El destine está escrito, solo hay que
aprender a leerlo.
Y no amaras a tu prójimo como a ti mismo, sino más aun.
Esto no es un mandamiento: es una bendición...
El rabino Mario Rojtzman, a quien conoces en un programa de televisión y llevas en tu auto hasta su casa,
cuando le contas que tenés dos hijos adoptados te dice: lo que ustedes hicieron es un acto de amor... Lo miras solo un
instante, para no chocar. Eso es lo que todos me dicen, le respondes, pero si yo fuera creyente me preguntaría: que hice yo para
merecer que Dios me mandara estos hijos?
Para ayudar a Dios, Mara y vos inician los largos y complicados trámites de adopción y se anotan en varias
listas de espera en un país que, a pesar de la creciente miseria y abandono, tiene mucho mas padres adoptivos en
espera que chicos que desesperan por ser adoptados.
Como se explica?
O los legisladores son aun más ineptos de lo que parecen o se quiere favorecer el negocio de la venta de chicos:
no hay otra respuesta posible...
Que religión practican ustedes? es una de las preguntas de la primer asistente social que los visita. Ninguna,
dice Mara. Ninguna, decís vos. Que religión piensan darle a su hijo? pregunta la asistente social y vos pensas
que, en esa pregunta, se está violando la Constitución Nacional: la de 1853 y, también, la que modificaron
los próceres de 1994.
Que religión piensan darle a su hijo? repite la asistente social ante el des-concierto de Mara y tu silencio.
Y por que cree usted que mi decisión será mas importante que la de Dios? le preguntas.
Vos quisieras que, algún dá, tu hijo vuelva al orfelinato de donde salió con su hermanita: no lo educaras
para que olvide sino para que recuerde.
Si hay un Dios y si Dios quiere, que le dé una religión. Vos solo trataras de que desarrolle lo que tiene
adentro.
A los siete anos es un personaje: el mejor en ajedrez, en rugby y en futbol, lee en dos idiomas y, también,
puede hablar mientras eructa.
Es un genio. "
Y su hermanita es el amor de tu vida.
Les habían recomendado que mandaran su legajo a la mayor cantidad de provincias posible: algunas sólo
aceptan padres adoptivos que sean oriundos del lugar, otras sólo les entregan bebés recién nacidos a los residentes
en la provincia, varias ponen tantas trabas burocráticas que es imposible adoptar como manda la ley, les dicen que
en Misiones es más fácil agilizar los trámites... Pero ustedes no quieren comprar un hijo, ni aunque sea en forma
legal y se inscriben en varias provincias esperando al bebé que la cigüeña haya dejado en el lugar equivocado.
Los chicos vienen de París, dicen que dicen en un país de oligarquía afrancesada. Los chicos nacen de un repollo,
dicen que dicen en un país en donde casi nadie come chucrut y muchos, cada día, comen menos.
En un país en donde sí se sigue hocicando ante el escritorio de cualquier burócrata de turno, cuando los chicos no
vienen de la panza de una mamá que quiera y pueda tenerlos, se hacinan en orfelinatos porque fueron abandonados
sin que los padres legítimos hayan firmado un papel que permita darlos en adopción... Sólo cuando esto ocurre
pueden ser adoptados. De lo contrario se quedan hasta que pasan a un instituto de menores en donde conviven con
3. delincuentes o se escapan a la calle: al hambre, a la falta de educación que lleva al delito, a la muerte propia y a la
ajena. Pero antes habrán dejado algún hijo natural en la calle y, si nadie los vende, irán a otro orfelinato destruido
para continuar el ciclo del desamparo en un país con diputados mediáticos, jueces corruptos, senadores coimeros,
vicepresidentes renunciantes y Presidentes de la Nación que vuelven a recibir a Maradona en la Quinta de
Olivos...
Aunque Maradona se aburra más que nunca.
Pero todo en democracia, gracias a Dios y a que perdimos la Guerra de Malvinas. Antes era exactamente
igual, pero no había libertad para escribirlo. Las dictaduras matan, pensás vos, pero las democracias no dan pelota... Y
los que nunca entrarán a una librería, ni leerán un diario, ni verán más que la estúpida programación de la censura-
encubierta siguen sufriendo en una Argentina que no puede compararse con un país bananero, porque pierde.
La justicia social no pasa solamente por la economía, le dirás al Presidente Menem una tarde del '99 en esa Quinta
de Olivos a la que vas una vez aunque no seas Maradona.
Una tarde de octube del '98 llaman de un juzgado de Entre Ríos.
Ustedes quieren adoptar un bebe? le preguntan a Mará y vos te das cuenta de que algo le pasa porque, de
pronto, ella tiene el divino rostn de una estampita de la Virgen María hablando por teléfono con el Arcángel
Gabriel: es la cara que ponen todas las madres de veras cuando les anuncian que van a tener un hijo, sin pecado
concebido, con todos lo: polvos del mundo o adoptado.
Acaso importa?
Mará escucha con atención y, después, te mira como pidiendo tu con formalidad aunque ella ya haya tomado la
decisión: sí, nos anotamos para adoptar un bebé recién nacido... dice con voz firme, pero por supuesto lo aceptamos s tiene
un año y medio!
Dos días después viajan a Paraná, la misma ciudad en donde, hace que un siglo y al pasar frente a la ventana
abierta de una escuela, tu abuelo Jascha había escuchado la dulce voz de una maestra adolescente que, con la r que
nunca la abandonaría, decía: la Prrrovincia de Entrrre Rrrtos está rrrodeadi por los rrríos Urrruguay, Parrraná,
Guayquirrrarrróy Mocorrretá... Tu abuela jenny. La que poco más de medio siglo después, en la galería de la casa
principal de una estancia cercana a Larroque, te haría emocionar todas la: tardes con la fábula de Androcles y el
León: algo que habla de lealtad no puede ser otra cosa que una fábula...
Dos días después viajan a Paraná, a encontrarse con el legajo de una nenita nacida poco después del último
tratamiento in vitro de Mará, apena: una semana más tarde de la muerte, a los ochenta y siete años, de la que ha bía
sido la hija menor de jascha y de jenny: Dalila, tu vieja.
La secretaria de la juez de menores, el asistente social y el sicólogo lo: reciben frente a un escritorio cubierto
de papeles. Son amables y simpa ticos y se proponen estudiarlos sin que ustedes se den cuenta. Te bastar treinta
segundos para acercar tu reloj Bulgari hacia donde está la secretaria de la juez, bien lejos de la vista del
asistente social de izquierda que por la mirada, sin duda cree saber quién sos y, si por él fuera, le daría 1a nena a
cualquier otro. Procuras no escandalizar demasiado a nadie y deja; que hable Mará: a pesar de todo lo que intentes
disimularlo, la que en ver dad quiere adoptar es ella.
Pero el sicólogo no es tonto.
Usted está muy callado... te dice él y después pregunta: no quiere un hijo:
Le respondes: ya tengo dos. El sicólogo se ríe y replica: entonces lo felicito porque usted ya sabe lo que es levantarse a las siete
para llevarlos a la escuela, preocuparse cuando están enfermos, angustiarse cuando comienzan a salir solos... Si habiendo pasado
por todo eso con hijos propios igual quiere adoptar, sin duda usted es un buen padre. Te sonreís antes de hablar: y además no
practico ninguna religión y también como chancho... decís para el lado del asistente social pero sin que te escuche la
secretaria de la juez de menores que, como están en Entre Ríos y no tiene crucifijo, debe ser judía.
Mará habla más fuerte tratando de taparte.
Pero ella se queda muda cuando habla la secretaria de la jueza: la nena que vinieron a ver tiene un hermanito y no
podemos separarlos... Se hace un profundo silencio y vos, por suerte, te callas lo que pensás decirles: si no te hubiesen
hecho trampa hoy no tendrías a tus hijos...
Son los únicos que tenemos en adopoción, dice la secretaria de la jueza aunque, en un solo orfelinato, pronto verán
más de treinta chicos abandonados a los que nadie puede adoptar porque sus padres desaparecieron sin dar el
4. consentimiento. La madre biológica acaba de firmar el consentimiento para que sea posible la adopción de estos dos
hermanitos, continúa la secretaria de la jueza y pregunta: quieren conocerlos?
Cuántos años tiene el mayor? preguntas vos y la secretaria de la juez mira un legajo que debe conocer de
memoria y responde: cinco.
Entonces Mará te mira y vos le decís No con la mirada y un casi imperceptible pero firme movimiento de
cabeza... Sí, dice Mará.
Perfecto, responde la funcionaría y agrega: voy a llamar al Amparo para avisar que van para allí... A vos te
parece que eso le está pasando a otro y querés irte a tu casa. Cuando compraste a tus perras seleccionaste entre to-
dos los cachorritos de la raza elegida y ahora te van a dar dos hijos sin pedigree y que nadie quiere porque uno ya es
grande. Que Dios, si es que existe, te perdone: eso es lo que pensás y eso es lo que pensaría, aunque nunca lo
admita, la enorme mayoría pensante de nuestro país occidental y cristiano o sicoanalizado y ateo.
Por supuesto verlos no implica ningún compromiso, dice la secretaria de la jueza con la mejor buena intención del
mundo y al ver la expresión de tu cara, agrega: la aceptación debe ser mutua.
La aceptación debe ser mutua, pero los más pequeños de sus hermanos (los del que nació en el pesebre) aceptarían
a la primera familia que se los quiera llevar. Y vos muy pronto aprenderás que si un extraño puede llegar a ser tu
hijo, entonces no hay extraños...
Hasta que llegan al Amparo la necesidad de Mará, que va en busca de hijos adoptados, prevalecerá sobre la de
los chicos que esperan una familia que los adopte.
Después tu mundo se dará vuelta.
Eva Perón debe haber hecho esos edificios cuando vos tenías la edad del hermanito mayor de la beba que
venías a buscar y están remendados desde entonces.
Es la hora del almuerzo y los chicos no están en ese patio de juegos en donde la estrella es un tambor metálico
oxidado. Cuando están entrando a la oficina de la dirección, al fondo de un pasillo, ves a unos chiquitos que
comen alrededor de una mesa rectangular. Es ésa, le decís a Mará señalando la lejana figura de una beba rubiecita
con una cuchara en la mano. Cómo podes saberlo? te pregunta ella que, increíblemente, te cree... Hace veinte mi-
nutos que están hablando con el director y la asistente social del Amparo cuando se abre una puerta y entran dos
chiquitos de la mano. La rubiecita, de un año y medio, que ya no tiene la cuchara, no sabe por qué está allí pero el
morochito los mira muy serio.
Ustedes son mi familia, dice, pero yo no me voy sin mi bermanita...
Acabas de conocer a tus hijos.
Salen con los dos al frente del edificio y se sientan en el piso con la nena entre ambos. Tiene algodones que le
cubren una infección crónica y mal tratada en los oídos, al principio no habla y luego comienza a decir -clacla-clacla
mientras señala que se le ha desatado el cordón de zapatos que le sujetaba el peinado. Su hermano corretea nervioso
y se trepa, como un monito, a una escalera sujeta en la pared. En la parte posterior de la cabeza tiene un parche de
gasa porque, hace unos días, se golpeó contra el borde cuando los llevaron, por primera vez, a una pileta. De
milagro no se mató, te dicen y vos asentís aunque no crees en los milagros. También tiene una cicatriz que asoma
por debajo del pantalón corto cuando se agacha. Ésa se la hizo con una lata y casi se desangra, lo cosieron en el
hospital... Y vos pensás: es un milagro que el que hizo ese costurón se haya recibido de médico. Cuando le cortes el pelo, verás
que tiene otras cicatrices a un costado de la cabeza, más pequeñas y anteriores a las del Amparo, pero él no sabrá
de dónde vienen... Las que no se ven son las cicatrices del alma.
Ese día se van a almorzar solos y vuelven a verlos a la tarde. El nene está vestido con la mejor ropa disponible
(en el orfelinato todo se comparte).
Es mi ropa de salida, dice esperanzado y cree que ya se va a ir con su familia. Le explican que todavía hay que arreglar
papeles pero que van a venir a buscarlo dentro de poco...
Cuando relates esta historia sabrás que algunos dirán: y éste necesitaba adoptar dos chicos para saber que todas
estas cosas pasan? Los entenderás, sobre todo si ellos también adoptaron o, mejor aún, si tienen un hogar para chicos
de la calle. De lo contrario, los mandarás al carajo. Sí, vos sabías lo que pasaba, pero los chicos no eran tuyos y
ahora no podes llevarte más...
Si fueras Presidente de la Nación, entonces sí, todos los chicos del país serían una responsabilidad tuya.
5. La gente del Amparo le dice a Mará que lo llame al nene por teléfono, los del Juzgado recomiendan no alentar
falsas expectativas por si algo falla. Vos estás de acuerdo con el Juzgado y Mará con el Amparo, pero los dos
coinciden en que el sistema es una mierda...
La incertidumbre durará más de un año hasta la tenencia definitiva y, además de las responsables legales de la
Provincia de Buenos Aires (que realizarán las necesarias visitas periódicas) también vendrá a vigilarlos la responsable
del Amparo. Pero nunca sabrás si viene para saber si los chicos están bien o si el nene habló: claro que algunos salían a
robar comida (pero eso se entiende porque no alcanzaba), él es hincha de Boca porque un sádico hijo de puta (que
probablemente trabaja en el Amparo) le quemó la camiseta de River que alguien le había regalado para Navidad y,
todavía, no pudiste averiguar por qué se angustia tanto cuando lo pones de panza aunque, al menos, estás seguro de
que nunca llegaron a violarlo. Los remedios de la nena estaban bien recetados, pero no se los administraban
correctamente... El pediatra al cual vos la llevas le refuerza la dosis y la infección crónica se le va en una semana,
recién entonces el médico les dice que había tenido miedo de que hubiese perdido el oído porque el pus no le
dejaba ver el tímpano.
Y no haces ninguna denuncia porque aún no tenes la tenencia definitiva y ustedes son los que están a prueba,
porque también hay muy buena gente en el Amparo que, a pesar de todo, hace lo que puede y porque tu hijo nunca
dirá quién era el sádico que los torturaba y no querés forzarlo a recordar aunque sospeches.
De todos modos, el peor sádico es la clase política y, por supuesto, también los gobiernos militares aunque no
recordás que ninguno de ellos haya prometido que con la dictadura se come, se cura y se educa.
En un país hipócrita, los jefes de la represión, que serían indultados por el asesinato de muchos padres,
volverían a estar presos por haber dado a sus hijos en adopción ilegal: si los hubiesen dejado en un orfelinato
destruido, quizás estarían libres...
Y los cómplices de los represores, junto a quienes negociaron la sangre derramada (por ambas partes) integrarán
la nueva clase política...
Los llamados al Amparo te suenan falsos.
Te quiero mucho, dice Mará y vos sabes que eso aún no puede ser cierto porque sólo vieron al chico durante
unas horas.
Pero vuelven a viajar para el Día de la Madre.
Aunque le habían prometido al nene ir a buscarlo en avión, viajan en auto porque todavía no se los van a
entregar. Cuando llegan al Amparo, el nene llega corriendo. Detrás viene una banda de amigos de su misma edad.
Vos vas a ser su mamá? pregunta uno y Mará no sabe qué responder porque su nene la mira ansioso. Nos estamos
conociendo..., balbucea ella. Esa misma tarde la pregunta se invertirá: ella va a ser tu mamá? le preguntarán al nene.
Nos estamos conociendo, dirá él.
Todos los demás te rodean y una chiquita de cinco años te pide: no querés ser mi papá? Antes de que puedas
contestarle, una de más de doce dice orgullosa: Yo tengo papá y un día va a volver para buscarme... Preguntarás por ella dos
años después: ya no puede estar en el Amparo porque el papá nunca vino, ni pudo ser adoptada porque jamás lo
encontraron para firmar la autorización, estuvo allí desde que era casi una bebita y ahora nadie sabe dónde está.
Oíd mortales el grito sagrado Libertad! Libertad! Libertad! Oíd el ruido de rotas cadenas, ved "nel" trono a la noble
igualdad...
Los dejan llevarse a sus hijos a almorzar afuera y paras el auto junto a un restaurante pegado al río Paraná. Le
cuido el auto, señor? pregunta un gurí descalzo y condenado a la marginación, porque no tuvo la suerte de ser
huérfano o abandonado como los chicos a los que vas a adoptar...
Se sientan a una mesa y Mará le pregunta al que será su hijo: qué querés comer? Él duda un poco y después
pregunta: hoy hay guiso opulenta? Es la primera vez que comerán un huevo frito. Y estás seguro de que a tu
princesita el huevo siempre le gustará más que el caviar.
Pero no todo será idílico en la nueva vida: tu futuro hijo va a comer su primer huevo frito sin apoyar los codos
en la mesa y le indicarás más de veinte veces cómo se toma el tenedor, mientras Mará te mira horrorizada.
Si no aprende a comportarse como un oligarca, le decís, van a marginarlo hasta los pobres.
Después vos apoyas los codos sobre la mesa, mojas tu pan en el huevo y lo comes con las manos, puteando con
la memoria a tu institutriz inglesa...
6. Cuando él haya aprendido, pensás, podrá hacer lo que quiera.
Al terminar de comer y como la nena está cansada, los llevan a dormir la siesta en el hotel. No es el Ritz de París
sino un cuatro estrellas de provincia pero, mientras caminan por el pasillo hacia la habitación, el nene abre los ojos
como si estuviera recorriendo el palacio de Versailles. Qué limpio está todo! exclama este indiecito fortachón que parece
el hijo de Carlos Monzón aunque, cuando juegue al rugby, le dirán Tyson. Luego mirará la televisión antes de sufrir su
primer accidente como miembro del jet set: al bajar, se aprieta los dedos al cerrar la puerta del ascensor. Es la segunda
vez que viaja y la primera había sido al subir. La nena, en cambio, por primera vez en su vida conocerá una banadera y
sabrá lo que es el talco... El nene revisa los cajones de la habitación y dice: aquí no hay ropa para chicos. Entonces tenés
que explicarle que esa no será su nueva casa, pero dudas que él entienda el concepto hotel... Cuando los llevan de vuelta
al Amparo les sugieren que se queden hasta el lunes y entonces vayan con los chicos al Juzgado porque, quizás, haya
novedades.
El domingo es el Día de la Madre y los hermanitos entregan los regalos que habían preparado en el Amparo:
sus manos impresas con pintura y una leyenda: Feliz Día Mamá, con sus nombres.
No mencionas sus nombres porque son los mismos que les dio su madre biológica a la que, por Ley,
podrán decidir ver después de que cumplan 18 años.
Mará, su nueva mamá, llora.
Qué le pasa? pregunta el nene. Es una boluda, le decís vos, como todas las mujeres... Mientras él se ríe, te vas a
sonar los mocos al baño.
Más tarde los regalos se invierten: comen en un Mc Donald's y, por si mañana se los pueden llevar, les
compran algo de ropa a los chicos en el primer gran supermercado que encuentran abierto.
Llevan caramelos y algunas cosas para sus amiguitos del Amparo. Ésa será la última noche en que
dormirán allí.
A la mañana siguiente salen para el Juzgado y cuando, sorpresivamente, les otorgan la tenencia provisoria se
van directamente a Buenos Aires sin mirar hacia atrás...
Tu mujer y vos se van con sus hijos, el nene con su soñada familia y su hermanita y ella, la beba, como si
nunca hubiese tenido una vida anterior: Clacla-clacla dice en tono imperativo, mientas señala la hebillita importa-
da que, como el cordón de zapatos al que reemplaza, tampoco puede sujetar su mechoncito de pelo rubio.
Es la nena más linda del mundo.
Justo un año después, un candidato a Vice Gobernador de la Provincia de Buenos Aires dirá en el discurso de
proclamación de la fórmula:
Yo entré a la escuela en 1952.
En ese año murió Eva Perón y aprendí a leer con las siguientes palabras: Mi MAMA ME MIMA, EVITA ME AMA.
Mi madre era antiperonista y en una cosa quizá tenía razón: en la escuela no se puede glorificar a una persona viva o
recientemente muerta.
Sin embargo, yo tardé casi medio siglo en descubrir que Evita realmente me amaba.
Hace poco, cuando con mi mujer fuimos a un orfelinato de otra querida provincia a buscar a nuestros hijos, nos encontramos con
buena gente que los criaba como podía, en un edificio construido hace cincuenta años y con cuarenta y cinco de deterioro.
Pero, al menos, no estaban en la calle: en ese edificio me entregaron a mis hijos y yo salí con ellos de la mano.
En el patio, una señora de bronce me sonreía desde la historia...