2. Objetivo:
Reconocer y valorar la sexualidad como parte integral del plan de
del plan de Dios, para la comunión, el gozo y la fecundidad del ser
fecundidad del ser humano; abarcando todos los aspectos de la
aspectos de la persona, en la unidad de cuerpo y alma.
4. REFLEXIONAMOS:
.- ¿Se pusieron de acuerdo para tomar el lápiz?
.- ¿Cómo decidieron quién tomaría el control del
lápiz?
.- ¿Decidieron juntos el diseño de la casa?
5. .- ¿Acordaron de qué raza sería el perro?
.- ¿Acordaron de qué lado estaría el árbol?
7. La sexualidad, don de Dios
¿Que es la sexualidad?
« La sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un
modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los
otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano »
8. CIC 2332: “La sexualidad abraza todos
los aspectos de la persona, en la
unidad de su cuerpo y alma”
CIC 2333:
Corresponde a cada uno, hombre y mujer,
reconocer y aceptar su identidad sexual.
La diferencia y a complementariedad físicas,
morales y espirituales, están orientadas a los
bienes del matrimonio y al desarrollo de la
vida familiar.
9. AL 125 MATRIMONIO
o Amistad
o Pasión
o Amor mutuo maduro
o Exclusividad
o Fidelidad
o Procreativo
o Respeto recíproco
10. AL 150 SEXUALIDAD
Regalo maravilloso de Dios
Es importante hablar:
o Con claridad
o Respeto
o Delicadeza.
FORTALECER LA VIVENCIA PLENA, NOS AYUDA
A MANTENERNOS UNIDOS.
11. AL 152 DIMENSIÓN ERÓTICA
oDon de Dios
oPasión sublimada, admiración
por la dignidad del cónyuge.
12. CIC 2335 DIGNIDAD
Nuestro cónyuge es imagen y semejanza de Dios.
Por el baustismo tiene la dignidad de hijo de Dios.
Hombre-Mujer Iguales en dignidad.
Ef 5,25-29
Nuestro cónyuge no es “algo”,
sino “alguien”, amarlo como
Cristo amó a su Iglesia.
13.
14. ACTIVIDADES:
Intimidad con mi cónyuge
1. Reflexión personal
2. Cuestionario personal
3. Reflexión conyugal
4. Compromiso matrimonial
Notas del editor
Tomen una hoja en blanco y un lápiz. Sujeten entre los dos el lápiz y dibujen un árbol, una casa y un perro.
Tendrán 10 minutos para hacer su dibujo. No
se les da ninguna indicación más. Cuando se termine el tiempo se les pregunta lo siguiente:
Reflexionemos si en nuestra vida sexual, quizá se reflejan algunas de las situaciones vividas en el ejercicio anterior.
¿Hay diálogo y acuerdos? ¿Hay imposición o sumisión?
Definición del magisterio de la Iglesia tomado del documento “Sexualidad humana: verdad y significado” de 1995.
La sexualidad envuelve todo el ser. No es algo que solamente esté determinado y condicionado por la cultura. Tampoco es un convencionalismo, es decir, no es el resultado de un acuerdo de la sociedad o de alguna otra instancia en el que se hayan delegado funciones y características específicas de los hombres y funciones y características de las mujeres.
Todo esto nos lleva a hablar de la vida sexual del matrimonio. Dios mismo creó la sexualidad, que es un regalo maravilloso para sus creaturas. Cuando se la cultiva y se evita su descontrol, es para impedir que se produzca el «empobrecimiento de un valor auténtico»[146]. San Juan Pablo II rechazó que la enseñanza de la Iglesia lleve a «una negación del valor del sexo humano», o que simplemente lo tolere «por la necesidad misma de la procreación»[147]. La necesidad sexual de los esposos no es objeto de menosprecio, y «no se trata en modo alguno de poner en cuestión esa necesidad»[148].
de ninguna manera podemos entender la dimensión erótica del amor como un mal permitido o como un peso a tolerar por el bien de la familia, sino como don de Dios que embellece el encuentro de los esposos. Siendo una pasión sublimada por un amor que admira la dignidad del otro, llega a ser una «plena y limpísima afirmación amorosa», que nos muestra de qué maravillas es capaz el corazón humano y así, por un momento, «se siente que la existencia humana ha sido un éxito»[154].