2.
Dormían, sin hambre, sin sed, sin nadie
que los molestara, y aquel Lobo seguía
sentado, sin dormir, sin descansar; al
fondo pasó una sombra, miró a sus
compañeros dormidos; siguió la
sombra, las nubes dieron descanso y
alumbró la luna de nuevo; el Lobo la
observó por un instante y siguió el
aroma, al fondo una hembra lo
observaba con calma; un lobo solitario
en su territorio; debió gruñir, debió
atacar, no lo hizo, la observó, por
mucho tiempo, y ella se acercó unos
pasos frente a su mirada, se observaron
de un lado a otro; quiso hablarle, quiso
dar un aullido, pidiéndole que se
acercara, pero no lo hizo; Ella, bajo la
luz de la Luna dejó de observarlo y
caminó alejándose, el la siguió unos
pasos, Ella corrió, El la siguió, ella
corrió tranquila entre los árboles y El
solo pudo seguirla hasta que una luz
naranja lo detuvo, una fogata.
3.
Ella pasó como si no le importara
demasiado cerca, si hubieran
despertado los 3 cazadores hubieran
despertado. Estaban cerca, demasiado
cerca… Ella continuó su carrera y el
lobo se mantuvo mirando el
campamento; uno de los hombres se
mantenía despierto, los otros 2
dormían; pudo darse cuenta que
siguiéndola, había entrado de nuevo al
territorio que le pertenecía a su
antigua manada, ese campamento no
estaba en su territorio, no era su
derecho atacar; sin embargo pudo
darse cuenta que varios lobos
empezaban a acercarse, los 3
cazadores estaban rodeados y ni
siquiera se daban cuenta; sería una
noche larga; aquella manada tenía más
de 20 lobos; demasiado para 3
escopetas; el Lobo dio vuelta y volvió a
su territorio, a descansar; en la
madrugada se moverían de nuevo;
demasiados enemigos, pocos aliados.
4.
Cada uno de los 7 lobos de la manada se
fueron ubicando, rodeando a los
bisontes, cortando cualquier posible
escape, la gruesa capa de nieve les
aseguraba que los pesados animales no
podrían escapar tan rápido, se fueron
acercando, gruñendo, cortando cada
uno las rutas de escape; finalmente un
bisonte queriendo ser valiente cometió
el último error de su vida y quiso
escapar, se encontró con unos colmillos
cerrándose en su pata trasera, cada uno
de los lobos agarró una pata diferente
del animal, haciéndole aún más difícil
su movimiento; los 3 restantes se
centraron en evitar que los otros
bisontes se acercarán a la presa; La
victima siguió intentando moverse,
luchando contra los lobos en sus patas,
contra la nieve donde sus patas se
hundían; finalmente cayó al suelo, y
recibió colmillos en su garganta
5.
pudieron comer tranquilos, dejaron
escapar al resto del grupo de
bisontes, ya su aroma estaba en
ellos, podrían encontrarlos cuando
quisieran, si no estaban demasiado
lejos; cuando la carne del animal
muerto estaba casi acabada un
aullido erizó la piel de la manada
de 7 lobos; ese aullido, de aquel
líder de aquella manada de muchos
más que ellos, de esa manada que
habían abandonado. El hambre les
había impedido darse cuenta que
estaban en el territorio de esos que
los habían abandonado, de esos que
ellos habían abandonado; el Lobo
decidió escapar, no sería
conveniente una lucha contra esos
lobos; en el caminó de salida
encontró ojos de lobos que le
gruñían terriblemente, un momento
de descanso y todos ellos hubieran
atacado sin piedad, dejando los
cadáveres de 7 lobos. Esta vez, en
este escape, su líder no dejó que se
separaran, así todos estaban
seguros, si morían, morirían todos…
6.
Por un segundo vio, al frente, alejado de
él, a ese nuevo líder de aquella gran
manada que antes había sido la suya;
mirándolo retador, mostrando su dominio
en ese territorio; hubiera podido
atacarlo, dejarlo desangrándose en la
nieve; pero su oído ya le había dicho que
cerca suyo estaban varios lobos
persiguiéndolos, esperando justamente
eso, que el se detuviera a atacar a su
enemigo para que ellos atacaran desde
atrás; por eso siguió corriendo, pero lo
miró, directo a sus ojos… no sería su
último encuentro; volverían a estar en
una situación parecida, y esa vez, habría
sangre; por su boca, sabía nuestro lobo,
había pasado más sangre de sus iguales
que por la de su enemigo; eso, para un
lobo, quería decir que el tenía más poder,
sin embargo, por esta vez, tenía que
correr; la lucha contra el bisonte les
había llevado mucho tiempo; la noche no
tardaría en llegar, tenía que correr lejos
de territorio enemigo y encontrar un
buen lugar; los pasos a su espalda, el
aroma de los lobos que perseguían se hizo
cada vez más lejana, hasta que aquel
Lobo descubrió que la persecución había
acabado, aligeró el paso…
7.
Cuando la presa es más difícil, más valoras el
trofeo…
-¿Y? Por 2 centimetros y ese maldito animal me
arranca el cuello de un solo movimiento.
-Por favor, fue un pequeño descuido, lo tenemos
donde queremos, seguiremos las huellas a pie, los
encontramos, algunos disparos y todo acabó, no
sabrán que les pasó.
3 hombres, 2 hablando, uno en silencio caminando
lentamente entre un bosque pintado de blanco,
siguiendo huellas en la nieve esperando que no se
borren antes de encontrar la locación de sus
presas… un sol que no calienta mucho; y 7 lobos
huyendo en la inmensidad del mundo… Estos 3
cazadores se habían conocido hablando de cazar las
presas más difíciles; los 3 habían ido, por separado
a África, habían cazado desde pequeños; sus casas
estaban llenas de trofeos de caza…
Los hombres, los únicos animales que cazan por
diversión, los hombres tienen un vacío tan grande
que necesitan cazar para sentirse superiores; los
ojos del venado se ven tan tranquilos, tan en paz,
que el hombre lo tubo que cazar, para sentirse más
que el. Pero eso no le basto; el lobo que ataca al
venado desde siglos antes de que el pudiera
alcanzarlo, también se convirtió en presa.
El hombre creó herramientas para sobrevivir frente
a los animales más aptos para cazar que él y para
defenderse de los agresivos, fue un movimiento
inteligente, pero aún así, un lobo era mucho más
hábil que un hombre con lanza; los 2 lograban
comer, pero el hombre, egoísta, no podía aceptar
esto, mejoró sus armas para ser más eficaz…
8.
Algo, en los ojos del lobo, en su pecho, en su aullido, en
sus movimientos… el lobo, sin ser el animal más rápido;
sin ser el más apto para esconderse, sin tener la mejor
vista, ni el mejor ojo, ni las mejores armas; fue tal vez
la mayor competencia del hombre, se estableció en los 5
continentes, pobló gran parte del mundo; la realidad
nos dice que un lobo en muy raras ocasiones ataca al
humano sin que este le represente una amenaza real
a él o a miembros de su manada, como en el cazo
del encuentro de nuestro lobo y uno de los
cazadores; sin embargo, que un lobo, de vez en
cuando, robara una presa a un humano; aunque el
humano tuviera más de donde comer, representaba
un reto para él, una rebeldía contra su dominio, que
para que satisfaga al hombre común, debe ser
absoluto; y esos ojos, esos ojos cargados de orgullo,
de saberse imponente, al hombre lo molestan
demasiado, y por eso necesita de darle disparos a su
cuerpo, de verlo muerto por sus balas para sentirse
alguien… aquel vacío adentro del hombre es tan
grande que necesita eliminar cualquier cosa que vea
tiene algo que el no; la envidia del hombre, su
ambición no tiene limites.
Por eso estos 3 coleccionan sus trofeos y se
enorgullecen de haber matado a casi toda especie
existente, excepto una, al hablar, los 3 coincidieron
en que nunca habían matado a un lobo gris; y se
decidieron a realizar una expedición de caza para
buscar ese propósito; y al primero que encontraron
es a nuestro lobo; que en este momento encuentra,
junto a su manada, a un grupo de bisones, recuerda
tener hambre, y se prepara para cazar, la diferencia
de la caza del hombre y del lobo, es que el lobo lo
hace por necesidad; sin odio, sin envidia, sin
ambición mayor que la de alimentarse a si mismo y
alimentar a la manada. Los 2 son cazadores, pero
solo uno podría dejar de cazar sin morir.
9.
Algo adentro suyo lo hacía correr a pesar de las heridas,
que cada día se curaban un poco… los cazadores seguían
sus huellas, un gruñido separó al grupo y continuaron
corriendo… el sonido motorizado los seguía de cerca;
quiso detenerse, darse vuelta y atacar, pero se sabia
perdedor; morir no era una opción, continuó corriendo,
hasta que se dio cuenta de haber perdido el rastro de su
manada; de repente el sonido motorizado se apagó…
habían encontrado a uno.
Una loba gris, corriendo, intentando esconderse, el primer
disparo sonó y levantó la nieve detrás de sus patas;el
cazador recargó maldiciendo su suerte y apuntó de nuevo,
se movió unos centímetros y oyó el desgarrador gruñido y
apenas tubo tiempo para dar 2 pasos atrás evitando los
colmillos en su yugular; no pudo mantener el arma en sus
manos.
-¿De donde salió?- gritó uno y disparó, fallando. El tercer
cazador tenía su disparo listo y el lobo apunto de saltar
hacia su muerte; su compañera de manada se mantenía
escondida, moviéndose lentamente con la mirada en uno
de los cazadores, la escena parecía detenida; un sonido
agudo detuvo a los cazadores y a los lobos.
-No pueden cazar aca- dijo el recién llegado
-¡Ese me atacó!- replicó uno apuntando hacia el vacío,
habían vuelto a perderles.
-Parece inmortal- dijó uno prendiendo un cigarrillo y
abordando el motorizado.
-Si los encuentro en esta zona cazando de nuevo, dejara
de ser una advertencia…
Los 2 lobos corrieron, un aullido hizo saber la locación al
resto, corrieron, creyendo escapar, pero sin saberlo se
alejaban del único sitio donde estarían protegidos. Las
nubes no dejaban ver la luna de madrugada.
10.
Se movían como sombras, con aquel lobo a
la cabeza; separados, pero cada uno
conciente de donde estaba el otro;
permanentemente concentrados… su olfato
le indicaría el lugar, el lugar donde su
compañia lo esperaba; por ahora estaba
solo en la cabeza, no lo estaría pronto…
cerca, la sentía cerca… cada vez más,
gruñó con fuerza para hacerle saber a su
manada a donde debían ir, todos se
acercarón y rodearón el lugar, cercano al
lago… ahi estaba ella, en el suelo, con su
pelaje mojado, con un camino de sangre
detras suyo… El Lobo corrió a su lado y
lamio sus heridas… no habia caso, ahi, en
la orilla del lago, su soledad en cabeza
sería mucho mayor… aulló desconsolado.
Dormían, todos menos él, que permanecía
sentado al lado del cuerpo de ella… un
sonido, un conocido sonido, voces, de esos
animales de 2 patas, que ya lo habian
herido más de una vez, que le habian
quitado tanto… alguna vez habia probado
la sangre de uno… pero eran más, varios
más… gruñó para despertar a la manada y
hulleron… era una batalla que no podrían
ganar…
11.
Caminó hacia la manada que esperaba…caminó
aunque sus enemigos lo siguieran… sus heridas las
sentía a cada paso, pero caminaba como si no las
sintiera, miro a todos los presentes… el había
peleado, había dejado su pellejo, su sangre, había
esquivado las balas y recibido otras… no más, no
más manada que lo esperara cerca a la luz, alguna
vez fue la cabeza de esa manada, y hoy no lo
necesitaban, pelear con el nuevo líder no tendría
sentido…
Y habían otros, abandonados a su suerte, peleando
solos con sus propios enemigos, la manada solo los
esperaba… no más, aulló con fuerza y así los llamó
a su lado, eran pocos a su lado, eran muchos
enemigos, eran muchas las heridas; pero así se
quedaría… ellos, los abandonados, serían su nueva
manada, y el sería su cabeza, el daría todo por
ellos, cada uno tenía sus propios enemigos, pero
aquel lobo no temía, pelearía con todos, daría su
vida por la de ellos, cada golpe lo recibiría también
el, cada gota de sangre, la derramaría el también;
no dejaría a nadie de lado, esta era su vida ahora,
daría todo por ellos, esperando a cambio solo el
sonar de los pasos a sus espaldas… algo le faltaba,
la cabeza de una manada se torna también
solitaria… aulló a la luna, su nueva manada lo
acompañó, se alejo de la antigua, los volvería a
ver, lo sabía… pero no podía ser uno más… el tenía
que estar a la cabeza, para sentir que protegía a
los suyos, para sentir que cada uno de ellos, por
separado estaría cuando el los necesitara… esta era
su nueva vida…
12.
La sangre seguía saliendo de sus heridas, solo
estaba con la luna, y en la luna también
estaba ella; adelante suyo sus enemigos le
sonreían irónicamente, aquel lobo había
olvidado sonreír, atrás suyo no veía a nadie,
adelante solo enemigos incontables… y vio esa
sonrisa, repetida muchas veces, esa sonrisa
de los que creían haberlo derrotado…
necesitaba esa sonrisa, necesita que una nube
se moviera unos centímetros para que la luna,
gigante, alumbrara todo, el lobo no era solo
el, eran todos, sus heridas seguían ahí,
algunas de ellas lo habían acompañado toda
su vida; pero ahora había algo más adentro
suyo, habían muchos con él, estaba solo y no
lo estaba al tiempo… y esa sonrisa de sus
enemigos se lo recordó… el no podía morir, no
podía ser vencido… cerró los ojos por un
momento y la recordó, la sintió adentro suyo,
la vio una vez más en la luna… a ese lobo lo
daban por muerto, y se reían de su muerte…
no sabían lo que estaban haciendo… no lo
estaban matando, lo estaban reviviendo…
aquel lobo herido tenía más fuerza que ellos,
y en ese momento logró sonreír, porque sabía
que adelante suyo no existía nada que pudiera
matarlo, en ese momento sonrió y atacó.
13.
aquel lobo se movió
cojeando, sintiendo el sabor
de la sangre en su boca, y
caminó hasta donde pudo y
se acostó donde nadie lo
viera, donde su orgullo
natural no se viera afectado;
lamió sus heridas, y sintió el
sabor esta vez de su propia
sangre; se recostó y descansó
poco, se incorporó y miró
hacia atrás, volver o
abandonar. Caminó siguiendo
su propio rastro, y llegó de
vuelta, donde su par estaba
muerto, pasó por el lado sin
inmutarse y se empezó a
acercar a donde no debía ir.
La guerra había comenzado.
¿Quien quedaría vivo?
14.
El Lobo mira directo a la Luna, parece
tranquilo, no aúlla todavía, espera sentado… La
Luna hacé brillar sus ojos, y el siente que sus
ojos son como la Luna, brillan en cualquier
oscuridad, incluso cuando nadie puede verlos…
esta con la mirada fija, y adentro de su apacible
figura se encuentra un gruñido salvaje, se
encuentra una rabia casi incontrolable… observa
la Luna, espera que ella le quite esa rabia y le
devuelva la capacidad de dormir; la Luna es su
única diosa, es su alma, es su espíritu, es la
calma en un cielo negro; de vez en cuando un
colmillo alumbra tan blanco como ella, y
enseguida lo esconde. Aquel Lobo, apacible y
salvaje, tranquilo e iracundo, cariñoso y asesino
espera que la Luna le de una respuesta; sus
orejas están alerta y su pelaje comienza a
erizarse, toma un respiro, se pone de pie y
desde su alma lanza un aullido desgarrador, su
rabia se ha ido… su aullido es respondido por
uno mucho más cariñoso, su pareja, su luna en
forma de lobo corre hacia el, le mordisquea una
oreja y corre abajo de la colina. En medio de
una noche que solo es alumbrada por la Luna, El
Lobo corre detrás de aquella hembra, y se da
cuenta, sin entenderlo, que en esa noche, lo
acompañan sus dos amantes. La luz plateada
deja de alumbrar los plateados pelajes de los
lobos que corren entre los árboles, y la Luna se
queda esperando a que el Lobo la necesite una
vez más.