La energía solar pasiva se beneficia de la radiación solar a través de un diseño arquitectónico específico para ampliar el aprovechamiento energético. Utiliza elementos como paneles reflectantes, acristalamientos colectores y aislamientos para generar iluminación natural, preservar el calor y evitar la ganancia de calor. Funciona a través de sistemas de ganancia directa e indirecta para calentar espacios y agua, y puede usarse en hornos y fraguas solares.