2. Hace algunas noches, en
un pueblito del interior de
Buenos Aires, cuatro
amigos encontraron una
escuela abandonada.
3.
4. Decididos e intrigados, recorrieron el lugar
atemorizados por su aspecto tenebroso.
Transcurridos unos instantes, comenzaron a
escuchar sonidos que los llamaban desde un sitio
lejano, y curiosos por los ruidos, continuaron el
camino hasta que pasaron por un aula en la que
había muñecos de niños despedazados. Los chicos,
comenzaron a guiarse por las voces que los
llamaban y gritaban sus nombres: ¡Priscila, Daniel,
Ludmila y Lautaro!
5.
6. Ellos escuchaban y seguían caminando. Llegaron
a la dirección, había esqueletos, ratas,
cucarachas, arañas y muchos bichos más. El
grupo de amigos salió corriendo por todos los
pasillos, no encontraban salida, las puertas se
cerraban, las ventanas se golpeaban solas contra
la pared, los chicos estaban aterrados cuando de
repente se presentó el espíritu del casero
gritando ¡Salgan de aquí!
7.
8. Paralizados y sin saber qué hacer,
entrelazados por el mismo miedo, los amigos,
sintieron el frío recorrer su espalda hasta que
por suerte, con la puesta del sol, casi
mágicamente, se abrieron las puertas.
Todavía hoy, el recuerdo de lo vivido,
persigue a Priscila, Daniel, Ludmila y Lautaro
durante todas sus noches.