Un grupo de niñas que vivían en una antigua casa escuchaban gritos y ruidos en la noche provenientes del closet de uno de los dormitorios. Una visitante contó que años atrás, la casa había sido una escuela donde un niño llamado Ernesto murió de un infarto después de que sus compañeros le jugaron una broma espeluznante en el closet. Desde entonces, se escuchan lamentos y llantos en el closet, y una niña juró haber visto a Ernesto entrar al salón. Las niñas dejaron dulces
1. María Bravo
Érase una vez era una casa muy antigua en donde vivían niñas que en las noches se escuchaba gritos
en toda la cuadra, no podían dormir y las luces pasaban encendidas. Al día siguiente se contaba por
todo el barrio que ellas no podían conciliar el sueño porque escuchaban ruidos en el closet de uno
de los dormitorios y aquello les daba mucho miedo y generaba gritos y que se pasasen de un cuarto
a otro en la madrugada. Justo era el cuarto que daba a la calle y el más grande, ahí dormían 6 niñas
entre ellas las más pequeñas de la casa.
A querer indagar al día que ocasionaba esos ruidos se topaban con armadores, ropa, zapatos y cesto
de ropa sucia, nadie podía explicar aquellos sonidos en la madrugada; hasta que un día llegó una
visita que años atrás había vivido en aquella casa tan vieja que había sido escuela en buenos
tiempos. La Sra. Clemencia siendo niña había estudiado en la escuelita que hoy servía de casa para
un grupo de niñas y contó que lamentablemente ese lugar había sido escenario de un terrible
accidente donde falleció un niño producto de una mala broma de sus compañeros. El niño se
llamaba Ernesto, tenía 8 años y era un muy callado pero quería tener amigos y se prestó para un
juego, pero los demás niños querían hacerle una mala broma, habían ideado asustarlo en el closet
estando todo a oscuras para que así dejara de ser tan callado y tímido pero sus compañeros no
sabían que Ernesto sufría del corazón tenía una enfermedad congénita que le debilitaba el corazón
y por eso evitaba el contacto con los demás para no explicar su condición, ese dato solo lo conocían
los maestros; y sus compañeros habían ideado todo para aquel día viernes después de clases. A
Ernesto lo citaron a las 15H00pm al final del pasillo del segundo piso de la escuela, dentro del aula
existía un closet donde se guardaba todos los materiales que se usaban pero siempre había espacio
para algo más, y en medio de todo eso se escondieron con los esqueletos, cráneos hechos con
cartones y sábanas para al llegar saltarle encima y asustarlo; al espantarlo le propiciaron un susto
tan macabro, que le indujeron un infarto fulminante ocasionándole la muerte instantánea. Todos
sintieron gran pena y tristeza por aquel suceso, obviamente los niños fueron expulsados por tan mal
comportamiento. Desde entonces en aquel closet se escuchan siempre lamentos y llantos de un
niño y al acercarse todo queda en silencio, una vez una niña jura haber visto a un niño entrando a
ese salón, pero por más que lo buscó entre las filas de los niños no lo ubicó. Los maestros de ese
entonces dicen que es Ernesto asustado que se esconde ahí, y no encuentra el camino a la luz.
Todas las niñas de la casa tenían cara de asustadas, no podían creer que aquella historia fuera cierta,
algunas no lo creyeron y las más miedosas hasta creían verlo en las madrugadas saliendo del closet.
A partir del relato de la Sra. Clemencia las niñas de ese cuarto siempre
dejaban un dulce al pie del closet por si Ernesto se animaba a salir, y
al día siguiente el dulce ya no se encontraba. Pero los ruidos, susurros
y el sonido de abrir y cerrar las puertas seguían más fuertes cuando
no se dejaba algo al pie del mismo.