Las normas de seguridad para el uso de termómetros incluyen no dejarlos caer, apoyarlos correctamente y manipularlos con cuidado debido a que son de vidrio. Uno de los termómetros contiene mercurio, el cual es tóxico y no debe tocarse, y el termómetro digital no debe sumergirse en agua para proteger su circuito eléctrico interno.