1. EN EL HOSPITAL UNIVERSITARIO AUSTRAL
Se realizó el primer trasplante
renopancreático exitoso de la
provincia de Buenos Aires
“Curan” la diabetes en un hombre de 32 años gracias a un trasplante combinado de riñón y páncreas.
Es la primera intervención de este tipo en la provincia de Buenos Aires. El paciente, Fabián Ricchetti, es
ciego, vive en Mar del Plata y padecía diabetes desde la infancia.
Con la operación, inauguró otra vida, lejos de la diálisis, de las inyecciones de insulina y del temor a morir
por la enfermedad.
2. El teléfono de Fabián Ricchetti sonó a las
3 de la mañana del martes 11 de mayo.
“Hola Fabián, quiero que viajes ya al
Austral. Tenemos un donante y te
trasplantamos hoy”, anunció la voz del
Dr. Martín Fauda, cirujano del Hospital
Universitario Austral (HUA).
Fabián de 32 años, diabético insulino-
dependiente desde los 12, saltó de la
cama, se duchó y llamó a CUCAIBA
(Centro Único Coordinador de Ablación e
Ricchetti con los cirujanos de la Unidad de Implante de la Provincia de Buenos Aires)
Trasplante Renopancreático del HUA. para pedir un avión sanitario que lo
Cliquee para descargar la imagen en alta. llevara de Mar del Plata a Buenos Aires.
Hacía dos años que figuraba en lista de
espera para un trasplante simultáneo de
riñón y páncreas.
Como el avión se demoraba, Fabián partió en auto rumbo a Pilar, con su melliza, un
hermano y otro amigo, más sus padres, que los seguían en otro vehículo. Llegó,
finalmente, al HUA, donde lo esperaba el equipo médico preparado para la larga operación
que le cambiaría la vida.
El maná
La familia Ricchetti es oriunda de Santa Fe, pero vive en Mar del Plata desde hace 17 años.
Tienen allí una panadería llamada “El maná”, en alusión al “fruto del cielo” que enviaba
Dios al pueblo de Israel mientras se encontraba en el desierto.
Para Fabián, su maná fue el trasplante renopancreático que aquel 11 de mayo lo liberó de
la diabetes. Su caso es el primero en la provincia Buenos Aires y el Hospital Austral es el
primer centro provincial habilitado para realizar este tipo de trasplantes.
“Consiste en una cirugía para implantar un páncreas y un riñón sanos, provenientes de un
donante cadavérico, en un paciente con diabetes insulinodependiente. Es el único
tratamiento que permite una potencial cura de la enfermedad y sus complicaciones”,
explicó el Dr. Mario Acosta Pimentel, codirector junto al Dr. Fauda de la Unidad de
Trasplante Renopancreático del HUA, conformada también por los doctores Guillermo
Fragale, Gervasio Soler Pujol, Rodolfo Martin, Vanina Beitía, Fernando Cacheiro y Mauricio
Pattin. La Unidad, a su vez, funciona dentro del Programa de Trasplante Multivisceral,
dirigido por el Dr. Gustavo Podestá.
La cirugía que se le realizó a Fabián combina páncreas y riñón, porque la mayoría de los
pacientes llegan al trasplante con insuficiencia renal crónica y terminal. La ventaja es que
tras la operación, la persona se independiza de la diálisis. “El nuevo páncreas produce
insulina de manera normal, con lo cual frena los efectos de la diabetes y protege el riñón
trasplantado. El control de la diabetes mejorará la calidad de vida del paciente, ya que no
requerirá chequeos tan constantes de sus glucemias ni las inyecciones de insulina. Y, a
largo plazo, el evitamos el desarrollo de nuevas complicaciones relacionadas con la
diabetes y detenemos la progresión de las ya existentes”, añadió.
“En marzo de este año, CUCAIBA derivó a Fabián al HUA. Nosotros consideramos el caso y
aceptamos hacer la intervención”, contaron los cirujanos.
3. "Vivía en una tortura que ahora terminó”
A semanas del trasplante múltiple, Fabián se siente animado y con ganas de empezar de
nuevo. “Vivía en una tortura que ahora terminó. Esto es un sueño, un milagro de Dios”,
repite constantemente.
La diálisis fue lo que más sufrió en los largos 17 años de enfermedad. “Fueron 3 años de
mantenerse cerca de la clínica porque tres veces por semana me dializaba durante cuatro
horas y media. La sensación es que te chupa la fuerza, porque te limpia la sangre de las
toxinas, pero también de lo bueno, de las vitaminas, de todo, así que salís muy debilitado”,
expresó.
Cuando en el 2008 sus riñones dejaron de funcionar, estuvo a punto de morir. Tenía
previsto viajar al Sur en mayo, pero los médicos le advirtieron que no fuera, que en
cualquier momento entraba en diálisis. Fabián viajó igual y volvió con 40º de fiebre y un
agudo dolor en la cintura. “No podía respirar. Llegué al hospital de Mar del Plata y me
dejaron internado. Fue una pesadilla. Le pedí a Dios que me llevara, no aguantaba más,
me entregué. `Ya no hay nada que hacer. Su hijo tiene minutos de vida´, llegaron a
decirle los médicos a mi mamá. Pero comenzaron a dializarme y renací, por mi familia y
mis hijos. A partir de entonces fui esclavo de la diálisis”, contó.
Fabián se recuperó del episodio y siguió trabajando tanto como antes en el mercado de
Abasto de Mar del Plata. Tampoco la ceguera, causada por la misma diabetes, quebró su
fuerza de voluntad: “Ahora cocino, manejo el celular, armo el pan y las medialunas para la
panadería”.
Para ese entonces ya habían empezado los viajes a Buenos Aires en busca de una solución.
“Habremos ido 100 veces”, contó Nelly, mamá de Fabián. Ante rechazos sucesivos, Fabián
se desanimó y el día antes del trasplante le anunció a su familia que abandonaría la
diálisis.
Ya quedaron lejos esos recuerdos. Fabián traza proyectos para montar su propio negocio.
Destaca el enorme gesto de solidaridad de la familia del donante mendocino, ya que
permitió que se trasplantaran 7 personas, cambiando las vidas de 7 familias. Los órganos
donados fueron el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado, el páncreas y las córneas.
“Que la gente entienda que salva vidas donando los órganos. A los 18 años pensaba que
iba a morirme por la diabetes. Hoy me liberé de esos pensamientos. Donde hay
esperanza hay vida”.
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Lic. Mariana Israel
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