Un niño de 9 años fingió tener apendicitis aguda en su primer año de colegio interno debido a la fuerte nostalgia y pesada pena por echar de menos su casa. Simuló dolor en la barriga e inventó un plan donde subió al cuarto de la vigilante, se tendió en la cama y soltó un chillido oportuno cuando ella comenzó a tocarle donde imaginaba que estaba el apéndice. Aunque el médico que le atendió al pasar una hora no encontró ninguna hinchazón, le dejaron volver feliz a