Historia del maquillaje siglo XX

‘Historia del maquillaje
Siglo XX’
por
 Natalia Carolina Aguirre
 Alicia Cristina Avalos
 Susana Gladis Cantero
 Estela Mabel Colaiacovo
 Sonia Susana Gomez
 Elizabeth Karina Guzzetti
 Gabriela Mariana Romero
 Susana Beatriz Toledo
Trabajo colaborativo propuesto como cumplimiento
parcial de los requisitos para la asignatura
Historia de la Cosmetología
Día y horario: lunes de 12.30 a 15.30 hs
Tecnicatura en Cosmetología Facial y Corporal
2do. cuatrimestre - Año 2014
‘HISTORIA DEL MAQUILLAJE SIGLO XX’ PORCOLAIACOVO/ROMERO/AGUIRRE/AVALOS/CANTERO/GOMEZ/GUZZETTI/TOLEDO SE DISTRIBUYE BAJO UNALICENCIA CREATIVE COMMONS ATRIBUCIÓN-NOCOMERCIAL-COMPARTIRIGUAL 4.0 INTERNACIONAL. BASADA EN UNA OBRA ENHTTPS://WWW.DROPBOX.COM/S/YFUXLMMRW1JP2H3/HISTORIA%20DEL%20MAQUILLAJE%20SIGLO%20XX.PDF?DL=0.

‘Historia del Maquillaje – Siglo XX’ – Aguirre/Avalos/Cantero/Colaiacovo/Gómez/Guzzetti/Romero/Toledo
Asignatura: Historia de la Cosmetología – 2do. Cuatrimestre – Año: 2014
Tecnicatura en Cosmetología Facial y Corporal - Universidad de Buenos Aires
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CONTENIDO
Conceptos ........................................................................................................................ 2
Maquillaje, palabra moderna de concepto antiguo ...................................................... 2
Siglo XX. Todos los caminos llegan al pintalabios ...................................................... 3
De 1900 a 1909: rostros perfectos .............................................................................. 3
De 1910 a 1919: pre y postguerra ............................................................................... 5
De 1920 a 1929: la liberación hecha color y la ‘tiranía’ del bronceado ................... 8
De 1930 a 1939: glamour en un delineado y el maquillaje popular........................ 13
De 1940 a 1949: el maquillaje como refuerzo de guerra ......................................... 15
De 1950 a 1959: maquillaje en las uñas y en el rostro ............................................ 20
De 1960 a 1969: maquillaje de muñecas .................................................................. 23
De 1970 a 1979: ser morena se pone de moda ........................................................ 29
De 1980 a 1989: el ejercicio, lo recargado y lo agresivo ......................................... 32
De 1990 a 1999: el estilo minimalista ....................................................................... 36
Siglo XXI ......................................................................................................................... 40
Maquillaje dermatológico corrector ......................................................................... 41
Maquillaje artístico: la expresión .............................................................................. 43
Fuentes de investigación y compilación (Formales y no formales): ........................ 48
Soporte papel: ............................................................................................................ 48
Soporte tecnológico: ................................................................................................. 48

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CONCEPTOS
La palabra maquillaje proviene de maquiller (maquillar - trabajar) o maquillage, un término francés utilizado en la jerga teatral francesa durante el siglo XIX. Etimológicamente, puede proceder del germánico antiguo, de la palabra makar, que significa modelar o amasar; o, del griego, makhene.
En ese momento, se trataba de aplicar al rostro de los actores y actrices preparados artificiales (cosméticos) para adecuarlo, o bien a la iluminación o bien para obtener una caracterización. Esta palabra dejó de ser utilizada únicamente en teatro y se generalizó, siendo utilizada en cualquier ámbito de la vida para indicar que a un rostro (o cualquier otra parte del cuerpo) se le ha aplicado un cosmético.
Dos análisis etimológicos de la palabra cosmético, coinciden en que proviene del término griego kosmos. La discrepancia radica en la mutación de su significado con el paso del tiempo. Inicialmente se refería al orden, la armonía; posteriormente, se utilizó para definir el espacio circundante, el ‘mundo’. Por eso, cosmético –en su origen- se define como ‘lo armonioso’, y como ‘perteneciente al mundo’ o ‘mundano’.
MAQUILLAJE, PALABRA MODERNA DE CONCEPTO ANTIGUO
Desde siempre la gente ha hecho uso del maquillaje para potenciar su atractivo y disimular defectos. En el proceso de búsqueda de los comienzos de la humanidad, se han encontrado evidencias de que el hombre usó colores para decorar su cuerpo; y, a lo que hacían en la prehistoria, por ejemplo, hoy se le dice: body painting.
El ideal de la belleza, se desplaza a lo largo del espacio y tiempo: Egipto, Grecia, Roma, Edad Antigua, el Renacimiento, a tal punto que se pasa de lo natural a lo artificial. Un punto constante a lo largo de diversas culturas fue el interés por la piel blanca, para lo que se tomaron medidas como cubrir la piel y usar sombrilla al salir en el día.
Baudelaire, en su obra Elogio del Maquillaje [1863], expresa: <<Todo lo bello y Noble es el resultado de la razón y del cálculo. Lo que da la naturaleza es horrible>>. De ahí que resulte legítima la transfiguración de la apariencia recurriendo a todos los medios disponibles: vestimenta, joyas, adornos, y cosméticos.
Con la reina Victoria (siglo XIX y comienzos del XX), se sataniza la práctica de maquillarse, considerada de prostitutas y actrices (roles que no eran bien vistos). Para adherir un poco de color a las mejillas, las mujeres en secreto se pellizcan la cara o la frotan con jugo de remolacha.
A finales del siglo XIX, el maquillaje pierde significado ordinario y negativo y pasa a servir para embellecer la piel. El maquillaje de fondo crea una belleza escultural. Hacia 1860, con el avance de las industrias cosméticas de Pantin y Aubervilliers, los escritores decadentistas promueven una modernidad en la que el maquillaje es un símbolo.
La joven dama parisina de finales de siglo, preocupada por su respetabilidad, se maquilla de forma pulcra, lee los consejos de los médicos de las mujeres de mundo, como la baronesa Staffe (Le Cabinet de toilette, 1891), publica manuales de buenas maneras o de las actrices que revelan sus secretos de belleza en columnas especializadas.

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En el siglo XX, surgen distintas décadas que marcan modas por fenómenos sociales: los medios de comunicación, el cine, la televisión y la publicidad idealizan un prototipo de mujer que va a acabar marcando una moda en una determinada época.
La industria cosmética sufre un boom, ofreciendo un gran abanico de posibilidades en productos de peluquería y cosmética.
SIGLO XX. TODOS LOS CAMINOS LLEGAN AL PINTALABIOS
La primera pequeña revolución del maquillaje se dio en 1880, cuando aparece por primera vez el rojo labial, a base de mantequilla fresca, cera de abeja, raíces de un colorante natural (orcaneta) y racimos de uvas negras sin pulpa, que colorea sin producir efectos secundarios.
De 1900 a 1909: rostros perfectos
El siglo XX, trae muchas novedades al mundo del maquillaje. En el 1900, nace la industria como tal, dedicada a su producción y distribución, ayudada por los medios masivos de comunicación, que popularizan a las mujeres con ‘rostros perfectos’.
En los primeros años del siglo XX, las ideas y costumbres del pasado siguen estando vigentes, como el tono de la piel que sigue siendo distintivo social, ya que una piel blanca denota no estar expuesta al sol ni a la intemperie que están sometidas las pieles de las clases menos favorecidas.
Los cabellos femeninos se usan relativamente largos, y se ondulan para obtener una mejor apariencia. El método para el ondeado es el ideado por Marcel Grateau, con una tenaza caliente que sólo sirve para cabellos largos.

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Como los cabellos se comienzan a usar más cortos, un nuevo método es necesario para conservar la ondulación. El primero en desarrollar un sistema de ondulado permanente es el peluquero y peinador alemán Karl Nessler (luego Charles Nestle), en 1905.
Patenta en 1906 el sistema en Alemania, que consiste en un complejo de rodillos en los cuales se enrolla el pelo, conectados a una máquina que los calienta por medio de una resistencia eléctrica. Los rodillos se mantienen lejos del cuero cabelludo por un sistema de contrapesos. Primero se aplica hidróxido de sodio (soda cáustica) y luego se calienta. El proceso demora unas 6 horas.
Nessler prueba primero el método en Paris en una mujer, Katharina Laible, a la que le quema dos veces todo el pelo y parte del cuero cabelludo.
La elaboración de los polvos de arroz para blanquear el rostro es cada vez más refinada. En 1904 surgen los primeros polvos perfumados, elaborados por un perfumista llamado Caron, que olían a una de sus fragancias llamada Tabac Blonde.
Las primeras empresarias conocidas de esta industria son mujeres y, después de ellas, la revolución, la creatividad y los nuevos productos son interminables y constantes. Por otra parte, surgen, a partir de 1906, los programas de control médico y la prohibición, en 1913, de productos tóxicos como la cerusa.
El verdadero primer ícono de la industria del maquillaje es Elizabeth Arden (Florence Nightingale Graham), que abre su industria de cosméticos en 1908, con un centro de belleza con este nombre inspirándose en el título del poema Enoch Arden de Tennyson.

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Helena Rubinstein, en 1909, ‘aburrida’ de una granja de ovejas en la que vivía con su tío en Australia, le ofrece su ayuda al boticario de la ciudad para crear fórmulas, pociones y ungüentos. Muchas mujeres le preguntan por la crema que mantenía su tez tersa a pesar del árido clima australiano, una fórmula original de los hermanos Lykusky, unos amigos de la familia de Cracovia. La hidratante, a la que llamaron Valaze, tiene tanto éxito que hasta le dedican espacio en la prensa.
Durante estos primeros diez años la mujer quiere encarnar tres ideales muy distintos: la mujer cariñosa, la madonna dispuesta a cualquier sacrificio y la vampiresa exótica.
De 1910 a 1919: pre y postguerra
Nace una nueva mujer que estiliza su cuerpo, empieza a liberarse y participa en el mundo laboral y deportivo. Poco a poco, va descubriéndose el cuerpo. La democratización del veraneo, los baños de mar, las curas termales, el descubrimiento de los deportes ingleses al aire libre (canoa, tenis), la expansión de la prensa femenina, donde además de belleza y moda se tratan cuestiones de higiene íntima, cambian la forma de mirar el cuerpo.
Los músculos ya no son un atributo del trabajo manual, sino los resortes de un organismo saludable, productivo y dinámico. La industria cosmética sufre una eclosión, ofreciendo un gran abanico de posibilidades en productos de peluquería y cosmética.
Surgen distintas décadas y van a marcar modas por fenómenos sociales: los medios de comunicación, el cine, la TV, la publicidad. Estos medios idealizan un prototipo de mujer con fines publicitarios que acaban marcando una moda en una determinada época.
En Estados Unidos comienza la creciente industria del cine y, con él, el maquillaje es una pieza indispensable para el éxito de las películas.
En la primera década del siglo aparece la crema Nivea: la primera emulsión que ayuda a mejorar la calidad de la piel y que produce en masa, se prohíbe la utilización del plomo por la gran cantidad de enfermedades de la piel, se crean los primeros tintes químicos y champús para el cabello y se sintetizan las primeras sustancias químicas que sustituyen a las naturales.
Hacia 1910 el maquillaje ya está muy extendido y se tiende a llevarlo de manera natural. Se usan polvos de Helena Rubinstein para quitar artificialidad blanca de los rostros de épocas anteriores. Las dos firmas, Elizabeth Arden y Rubinstein, rivalizan por sacar nuevos productos al mercado y someter a las damas de la alta sociedad a tratamientos faciales periódicos.

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Durante la guerra (1914-1918) el maquillaje está fuera de lugar y lo único que se utiliza es un poco de rojo en los labios y un toque de vaselina brillante en los párpados. El cabello que iba ondulado se empieza a peinar sobriamente con raya.
El ideal para hombres y mujeres, en este período, es la enfermera dispuesta a cualquier sacrificio. Las damas de la alta sociedad se visten de monjas o enfermeras y envían los retratos a sus esposos que están en el frente.
Un antiguo maquillador del Ballet Imperial Ruso, llamado Max Factor, abre una tienda en Los Ángeles, donde vende perfumes, cosméticos y maquillajes que él mismo fabrica y empieza a maquillar actores. A partir de ese momento irá creando maquillajes adaptados a las necesidades de las películas.
Max Factor nació en Rusia y emigró a Estados Unidos en 1914, afincándose en Los Ángeles (Estados Unidos), para vivir con su familia y ampliar su negocio, por medio de la fabricación de perfumes y cosméticos, estando cerca de la incipiente Industria del cine.
Los rumores sobre la experiencia de Max Factor, se extienden rápidamente y no tarda en trabajar con las principales estrellas de Hollywood, creando sus propios cosméticos para un aire glamoroso y realista para la gran pantalla.
En 1916, empieza vendiendo sombras de ojos y lápices para cejas. Esta es la primera vez que este tipo de productos están disponibles fuera del mundo del cine. Cuatro años más tarde, lanzaría una completa gama de productos, llamándolos "make-up", un término que acuñó él mismo.
Los productos de maquillaje y las técnicas que Max Factor crea para la industria del cine, le vale un premio Oscar pero su filosofía se basa en la idea: cualquier mujer puede ser glamorosa con las técnicas y los productos adecuados. Desde la máscara de pestañas hasta la base de maquillaje, de la sombra de ojos hasta el brillo de labios. Max Factor pone en manos de mujeres de todo el mundo las herramientas que utilizan los maquilladores profesionales, lo que les permite crear y reivindicar su propio estilo cada día.
El 'calibrador de belleza' de Max Factor le ayuda a entender mejor los rasgos y contornos del rostro de la mujer
Al final de la guerra, el prototipo de mujer cambia y todas quieren parecer peligrosas y enigmáticas. El pelo se lleva corto como los chicos y los ojos se destacan en khöl, los párpados oscuros y los labios en rojo intenso dibujados en boca de piñón.

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Es un estereotipo de mujer que puede representar a la vez a un ángel y a un demonio. Este tipo de mujer se muestra enfundada en fetiches eróticos, como ropa interior de satén, pieles lujosas, kimonos de seda, etc.
La chica Gibson:
The Gibson girl fue idea del ilustrador Charles Dana Gibson, en la década de 1890, este ‘ideal’ de belleza femenino, en el momento de cambio de siglo, apareció en muchas revistas y reproducciones, convirtiéndose en uno de los íconos del siglo XX.
Gibson plasmó una figura alta, delgada pero con formas, con busto generoso y anchas caderas pero cintura estrecha y tan pequeña como para desafiar la creencia, que suele llevar corsé. Con su pelo recogido en lo alto de su cabeza, poco maquillaje, nariz y la boca pequeñas y bien dibujadas pero con ojos grandes, esta chica representa una autoconfianza serena con la que podría superar cualquier problema.
Sana, segura de sí misma, distante pero accesible. Elegante y bien vestida, corresponde con la imagen de una señorita bien educada. Sonríe a menudo pero no suele reir. Busca una independencia y realización personal; ella quiere decidir y escoger al hombre que le guste, y continuar con sus estudios tanto como quisiese.
En 1910, Gibson dijo al Sunday Times Magazine: <<Te diré como llegué a la 'Gibson Girl', la he visto por las calles, en los teatros, en las iglesias. La he visto en todas partes y haciendo de todo. La he visto caminando en la Quinta Avenida y tras los mostradores de las tiendas>>. Así quería reivindicar su inspiración en las mujeres reales.
 Para maquillar acorde a esta época:
 No se hacen correcciones ni claras ni oscuras.
 Se aplican uno o dos tonos más claros del color natural de la persona para que dé aspecto de porcelana. Los polvos que se usan son claros.
 Se rellena la tonalidad del párpado móvil con un lapicero negro y se lo difumina con un pincel invadiendo el párpado superior, aunque sin invadir por completo el arco de la ceja.

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 Se dibujamos la delineación inferior interna y externa mediante una línea muy gruesa, uniéndola en los extremos con la delineación superior. Se difumina con pincel hacia abajo llevándola a la ojera y se fija todo con polvos.
 Se refuerza el ojo con sombra negra dándole un acabado en forma redondeada.
 Se aplica abundante máscara de pestañas arriba y abajo.
 La ceja debe ser redonda, caída y estrecha (muy negra).
 La boca se dibuja pequeña, perdiéndola en los centros para luego volver a salir. Se usan colores oscuros siendo él granate él más característico.
 El colorete en círculo tipo rubor, muy próximo a los ojos y en tonos rosas bastante marcados.
De 1920 a 1929: la liberación hecha color y la ‘tiranía’ del bronceado
Los locos años veinte fueron la época del jazz, el Charleston, las faldas cortas, las prendas con flequillo, el amor libre, el movimiento, la liberación femenina. En este punto de la historia la mujer es desenfadada, emprendedora y transgresora y así lo muestran con su maquillaje. El objetivo principal es la provocación, sin importar que sea de forma muy recargada.
Los descubrimientos y a avances científicos favorecen al maquillaje. El descubrimiento de los estearatos colorantes revoluciona la fabricación de barras de labios pudiendo obtener con ellos
La mujer emprende el proceso de liberación femenina, abandona las labores hogareñas y va a trabajar en la industria; quiere destacar su lado enigmático con un cutis más claro.
Los ojos se llevan con raya negra, muy difuminada, y en la cuenca del ojo sombra en rojo o morado. Los labios en rojo oscuro en forma de boca de piñón y las cejas rectas o caídas y arqueadas, cuidadosamente depiladas, se maquillan para darles una forma circular. El colorete en forma de mancha redondeada.
Las rubias se maquillan con tonos verdes y azules muy intensos mientras que las morenas optan por negros y marrones. Se quiere conseguir el efecto de tener ojos muy grandes y almendrados, para ello utilizan mucho khöl difuminado.
En 1921, Chanel colaboró con el perfumista Ernest Beaux en la creación de su primer perfume, Chanel Nº 5, ‘un perfume de mujer con olor a mujer’. Desafía así las convenciones de la época: las fragancias de una flor. El perfumista se inspira en el círculo polar Ártico y los olores que exhalan los lagos bajo el sol de medianoche.
Basado en el perfume de jazmín, solicitado por la modista, le compone un bouquette de ochenta aromas, entre ellos: Rosa de Mayo, vetiver de Haití, ylang-ylang, madera de sándalo, azahar, esencia de neroli, habas de tonka de Brasil y compuestos sintéticos (aldehídos) que potencian el aroma y lo hacen un perfume misterioso e imposible de descifrar. Esta fragancia es la primera en llevar el nombre de un diseñador y es envasada en una botella de cristal creada por la propia Chanel. Rápidamente se convierte en un éxito.

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En el año 1922, Coco Chanel se transforma en la precursora del abandono en el uso de la sombrilla, de los guantes, del sombrero y del vestido largo y, al dejar al descubierto la piel, promueve una nueva sensualidad que destierra el erotismo de lo oculto.
En 1924, se lanza la laca de uñas con color y, a partir de ese momento, se termina con la moda de llevar las uñas naturales. Ya para 1930 suple a los guantes.
Otra gran revolución es la máscara de pestañas resistente al agua que crea Elizabeth Arden.
Hacia 1925, las mujeres descubren los beneficios del sol y la gracia de la sutil coloración que éste imprime en la piel. Aunque muy pronto se conocen los peligros de la exposición solar, ello no impide la pasión delirante por el bronceado que proporcionan el naturismo, la gimnasia rítmica y los deportes al aire libre.
El bronceado legitima el dolce famiente (‘lo dulce de no hacer nada’), la ociosidad de unos veraneantes atareados en el cuidado de su cuerpo, en alcanzar su bienestar, su realización personal, y que pone de moda las pieles cobrizas, cuyo aspecto ambarino recuerda a exóticas Venus.
En 1927, los productos de Max Factor, que hasta entonces sólo se utilizaban en cine, empiezan a comercializarse por Estados Unidos con un éxito absoluto. También en el mismo año, surge una nueva barra de labios que se emulsiona al entrar en contacto con la saliva: la llamada Rouge Baiser, creada por el químico francés Paul Baudecroux. Sin importar que sea un tanto seca y opaca, se transforma en la barra líder del mercado hasta la época de los sesenta.
En 1928, el proceso de elaboración de polvos se revoluciona con un nuevo método, la micronización, que permite que la textura del polvo tenga un acabado muy fino y ligero.
El peinado se convierte en escultura. Y el corte de pelo se convierte en patrimonio común, se dejan por primera vez el pelo corto, no más abajo del lóbulo de las orejas, al estilo Garçon o Bob style (‘a lo chico’), ya fuera con cinta o sin cinta de pelo en la frente y en liso u ondulado. Este estilo significa el nuevo modelo de mujer de la época: más independiente, más práctica, con más libertad de movimientos.

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Gabrielle ‘Coco’ Chanel y, la actriz estadounidense más famosa del cine mudo, Louise Brooks son íconos de una década en la que se lucen los rostros con un cabello corto, los labios rojos, colores en el párpado y el delineador se convierte en su mejor aliado para obtener una mirada más marcada.
El estilo del cabello tiene numerosas variantes: con el cabello liso, o también ondulado, y con distintos tipos de cortes.
Louise Brooks En los hombres se pone de moda la cara afeitada y el cabello corto, con un peinado generalmente chato. Otro look icónico es el de la actriz de Hollywood Jean Harlow, conocida como la ‘vampiresa risueña’, gracias a su elegancia juvenil y a su magnética sensualidad.

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Jean Harlow Max Factor diseña el estilo de maquillaje de esta actriz: piel radiante, cejas finas, pestañas largas y labios con forma de corazón. El look combina a la perfección con la presencia de ella en la gran pantalla, haciendo que se convierta en una de las grandes estrellas del celuloide de todos los tiempos además de un ícono eterno de la belleza. La carrera de Jean Harlow se desarrollaba lentamente hasta que Max Factor cambia el color de su pelo a platino, apodándola así como ‘la rubia platino’. Es entonces cuando su carrera asciende meteóricamente hasta llegar a la cima. Amalgama una elegancia atrevida con un glamour sensual dando como resultado un look que revoluciona el concepto sex appeal. Este es una mezcla del coqueteo femenino de los años '20 con el glamour de la década de los '30. Combina una piel joven y bonita con unos ojos grandes, labios definidos y un pelo rubio platino que se convierte en su seña de identidad. La década de 1920-1929, tiene dos aportes tecnológicos en lo relativo al cabello: el desarrollo del primer secador de pelo portátil y las mejoras en las máquinas de permanentes. Los primeros secadores de pelo portátiles son pesados, de cerca de 1 Kg, construidos en acero y cinc, y emanan poca corriente: sólo unos 100 watts, lo que hace que se necesite mucho tiempo para el secado. Son, además, peligrosos por el riesgo de electrocución al entrar en contacto con el agua. Las máquinas para permanentes son mejoradas en esta década por el suizo Eugene Suter y el español Isidoro Calvete. Ellos desarrollan un sistema tubular en el cual se insertan dos bobinas dentro de un tubo de aluminio. El mechón de cabello se enrolla adentro del tubo en espiral, y esto permite que el cabello cerca de la raíz, más grueso, reciba más calor que el de la punta. Luego hay variaciones y mejoras en el sistema, como el del checo Josef Mayer en 1924, y la afroamericana Marjorie Joyner en 1928, quien patenta una máquina en el cual el pelo se enrolla en cilindros.

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Las 'Flappers' de los locos años 20
Los años ’20 presencian el nacimiento de la Flapper, un tipo de mujer que, desafía las leyes más conservadoras. Son conocidas por su pelo estilo ‘bob’ (muy corto), su maquillaje evidente, sus vestidos cortos y sus comportamientos escandalosos, como fumar en público o conducir. No llevan corsés, marcan menos su pecho y su cintura, y enseñan los tobillos y las rodillas. También, usan pantalones o vestidos muy lánguidos que no marcan las formas y que les permite bailar el Charleston.
El maquillaje de la Flapper consiste de una piel pálida, maquillada con polvos, ojos extremadamente marcados, delineados en negro y párpados pintados de sombra negra, cejas depiladas y dibujadas muy altas sobre la frente, máscara de pestañas y la boca pequeña, totalmente delineada y cubierta por un labial muy oscuro. Este maquillaje es una declaración de principios en sí misma: habla de liberación, de individualismo, de expresividad, de vida pública.
 No se hacen correcciones ni claras ni oscuras.
 Se usa base de maquillaje y polvos claros.
 En ojos, media luna extendida en negro y en forma redondeada uniéndola en los extremos con la delineación inferior que se marca ancha y ligeramente difuminada hacia abajo.
 Se marca un arco por encima de la cuenca en color rojo o morado y se difumina hacia arriba sin llegar a invadir el arco de la ceja.
 Se integra bien el color negro con el rojo o morado de la cuenca y se fija con polvos. A continuación, se puede reforzar con sombra.
 La delineación inferior interna puede ir dibujada en blanco. La externa va en negro unido en los extremos con la superior y difuminada hacia abajo.
 La máscara de pestañas es abundante.
 Se dibuja la ceja en negro, alargada, abierta y ligeramente caída.
 La boca pequeña y estrecha en color rojo vivo, marcando mucho la parte central y omitiendo las comisuras: boca de corazón.
 Colorete tipo rubor en rosa.

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De 1930 a 1939: glamour en un delineado y el maquillaje popular El maquillaje se democratiza, se baja el costo y accede a todas las capas sociales cuyas mujeres intentan imitar a sus actrices favoritas y a los grandes mitos de la época. Hollywood fue el referente para el estilismo: Marlene Dietrich, Greta Garbo y Audrey Hepburn.
La tendencia artificial de los años veinte se consideraba vulgar y prima una apariencia más individual y natural. Se vuelve más limpia y suave; se refinan los rasgos. No se trata de lucir el maquillaje en exceso, sino de distinguirse por glamorosas, elegantes, femeninas e impactantes
Se crean las toallas desmaquillantes Ponds, ya que el rostro debe tener una limpieza transparente como el de las estrellas de cine. Se usan formas más estilizadas de los ojos, pómulos, cejas y labios. Se usa lápiz para perfilar las cejas, cuidadosamente depiladas en forma fina y semicircular, levantando el ojo.
Aparece el eye-liner que se comenzó a utilizar muy fino, las sombras de ojos dorada o plateada marcan la cuenca del ojo, en ocasiones combinada con marrón, azul o violeta; rímel o pestaña postiza si es necesario, el colorete ya no es redondeado sino que se difumina y la boca se sigue pintando estrecha pero con un perfilado más natural dando forma de ‘arco de Cupido, con carmín marrón o granate. En cuanto al cabello se deja más largo, como mínimo media melena con ondas que parten desde la raíz y teñido de rubio o rubio platino, ya que es el color que de moda y que combina con los brillantes trajes de noche que lucen en perla y champán. En 1932, los hermanos Charles y Joseph Revson se asocian con el químico Charles Lachman y crean la marca Revlon, que entra en el mercado con una innovadora laca de uñas que, años más tarde, se combinará con el mismo tono de la barra de labios. En 1935, la recién nacida marca Lancôme lanza una nueva barra de labios llamada Rose de France, muy brillante y untuosa, hecha de una fina pasta y perfumada a rosas y de escasa perdurabilidad y con tendencia a manchar los dientes. En 1937, Max Factor lanza Pan-cake Make-up, un fondo de maquillaje en tres tonos distintos de piel, en sus versiones de polvo y de pasta, que revoluciona la técnica del maquillaje cinematográfico, ya que es impermeable al agua, inalterable bajo los focos y tiene una cobertura total y un acabado mate. Este producto todavía hoy se comercializa manteniendo su fórmula original. Le permite a sus musas ser escapistas de una sociedad peligrosa en la que los movimientos y regímenes fascistas empiezan a colarse en las mentes. ‘Hay quienes prefieren maquillarse para escapar de la realidad, soñar un poco y dejar su mente en fuga’. Max Factor también reinventa en Hollywood a Malene Dietrich, estrella, actriz y bailarina de cabaret alemana, dándole un look mágico y misterioso. Intensifica sus facciones y consigue que sus ojos parezcan más grandes, aplicando sombras de ojos en tonos intensos. Este look ahumado se junta con unos pómulos esculpidos, labios muy definidos y, según cuentan los rumores, pelucas bañadas en oro. Así, la reina del teatro rompe barreras por su trabajo y su apariencia, pionera en un glamour confiado e irresistiblemente bello. Posee una personalidad muy segura de sí misma, que combina la elegancia de una mujer fatal con la de auténtica diva.

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Marlene Dietrich
La estrella de Hollywood Mae West no puede diferenciarse más de las flappers. Enfatiza su pecho,
su cintura y sus caderas, haciendo alarde de su figura con vestidos ceñidos. A su decir: ‘Cultiva tus
curvas. Pueden ser peligrosas pero no van a evitarlas’.
Mae West
En cuanto a las permanentes de cabello, la compañía de Calvete, ICall, crea en 1934 un sistema en
el que los tubos son desconectados de la corriente al ser aplicados, y van disminuyendo el calor hasta
el final de la operación.
En 1935 se realiza en Londres un certamen
de peinados con permanente, el Hairdressing
Fashion Show, y el primer premio es para una
permanente realizada con una ICall Machine de
la época. Puede observarse el pelo muy corto,
tintura bicolor, y un elegante diseño con un estilo
típicamente art-deco.
Durante las décadas de 1930 y 1940, después de la Gran Depresión que afecta a la economía de
todo el mundo, en 1929, los estilos femeninos son algo más naturales, aunque siempre con una

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tendencia a las permanentes. Los cabellos se usan más largos, hasta el cuello, y se empiezan, como se citó anteriormente, a poner de moda las rubias platinadas, como Jean Harlow. Los hombres siguen usando los cabellos cortos, y generalmente untados con fijadores.
 Base clara sin correcciones. Se fija con polvos.
 Se marca la delineación superior del ojo en marrón o en negro ensanchándola ligeramente en la parte central del ojo y dibujando un pequeño triángulo en la parte exterior. Este vértice descendente a la vez agranda el ojo le da una sensación triste y caído.
 Delineación inferior interna en blanco y externa en marrón.
 Banana abierta y descendente en marrón, muy discreta.
 Máscara de pestañas sin recargar arriba y abajo.
 Cejas finas y redondas, con tendencia a la caída pero no demasiada oscuras.
 Boca fina en forma de arco de cupido, dibujado curvo por dentro de la línea natural como si la boca estuviera fruncida a punto de besar. En tonos oscuros: marrones, granates.
 El colorete es un toquecito marrón muy suave por debajo del pómulo.
De 1940 a 1949: el maquillaje como refuerzo de guerra La Segunda Guerra Mundial supone un paréntesis en los avances del maquillaje, se vuelve a los colores oscuros y tristes, y continúa en los años de austeridad y de la posguerra. Se relega el interés en el cuidado estético, e implanta una cultura de abstinencia que no permite destinar presupuesto para ello. El glamour de los ’30, se pierde con la llegada de los ‘40. Se producen cambios sociológicos muy importantes, basados en la experiencia inédita hasta el momento del estallido de las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki. La filosofía existencialista

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comienza a tomar importancia; una tendencia que marca el absurdo de una existencia que puede desaparecer en cualquier momento, una sensación social de desamparo general y de pérdida de estimación de los valores morales establecidos. El maquillaje deja de ser un completo de belleza y se convierte en un refuerzo para la guerra. Soldados con sus rostros pintados de camuflaje, fábricas concentradas en crear suministros para la guerra y mujeres preocupadas por sobrevivir con sus familias, es lo que prevalece en esta década. A pesar de esto, Francia es una excepción durante la guerra, las mujeres francesas están dispuestas a mantener su reputación de ser las mujeres mejor vestidas del mundo. Si el resto de las mujeres del mundo creen que deben vestir con modestia y sobriedad, las francesas desarrollan un estilo extravagante para demostrar su independencia. Basan su maquillaje en labios de rojo oscuro, vestidos de colores vivos (azul, blanco, rojo) y sombreros y zapatos que crecen a lo alto con cuña. Tocados en la cabeza realizados con cualquier tipo de material (velo, flores, terciopelo, plumas...), utilizan mucho el ingenio e incluso llegan a ser de mal gusto en algunos casos. Las compañías que quieren sostener ciertos puestos a cargo de mujeres, les remuneran con una sala especial para lavarse la cara, les obsequian vaselina y maquillaje. Debido a la falta de recursos, la calidad del maquillaje deja mucho que desear y tienen que agudizar el ingenio con trucos, como maquillar las pestañas con betún de botas y las cejas con betún de zapatos (en América); en el caso de las inglesas, sustituir el colorete con pétalos de rosa bañados en vino tinto y carbón en los ojos. Cuando no tienen champú, se bañan con jabones y buscan mascarillas con huevo, cerveza, entre otros para aclarar el pelo. Las únicas que no pueden recurrir a ninguna estrategia son las alemanas, pues el régimen Nazi veta el uso de cosméticos. Las melenas se llevan recogidas en moños altos, lo cual alarga y estiliza más la cabeza. En el cine, triunfa la figura de Verónica Lake, quien luce una melena larga y rubia ligeramente ondulada que, luego, va a tener que cortar obligada por el gobierno debido a que las mujeres de la época sufren accidentes en las fábricas de trabajo al imitar su larga cabellera. Verónica Lake

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Los rostros se esculpen con luces y sombras, se depilan las zonas del rostro para perfeccionar sus
proporciones, los ojos se estilizan con delineados más atrevidos y trazos más pronunciados. A las
cejas se las modela con estilos angulosos, como las de Marylin Monroe, en forma más natural en ‘ala
de paloma’. La boca se agranda y tiende a ser pulposa y redondeada, en tonos marrones y granate
oscuro.
Estrellas como Rita Hayworth tienen una piel perfecta y saludable y cuerpos delgados, una imagen
que no se alejaba mucho de la media de mujer estadounidense de la época.
Rita Hayworth
Al finalizar la guerra, dejan de acentuarse la boca con tonos tan oscuros y le dan más importancia a
los ojos. El ideal lo encarna Brigitte Bardot, un rostro infantil con un cuerpo plenamente desarrollado.
Los productos tardan un tiempo en volverse a conseguir; no obstante, marcas como el jabón Lux
ofrece trucos de belleza para sobrevivir al conflicto armado.
Katharine Hepburn es otro ícono de la época, pues desde el séptimo arte muestra que las cejas se
lucen más anchas y arqueadas que en los ‘20, así como también unos ojos vivos delineados en negro
en la parte superior y sombras en color marrón y marfil.
Los labios siempre en rojo o granate dibujando una boca más carnosa y redondeada en los
extremos dando un toque de color marrón suave a las mejillas para terminar.
Katharine Hepburn

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Asimismo, Ava Gardner es conocida como una de las mujeres más bellas de la época. Sienta un precedente a nivel mundial de mujer fuerte y atrevida gracias a su exitosa carrera y a su estilo. Ava Gardner Su llamativo look, también, es diseñado por Max Factor, como una reivindicación de estilo para sus seductores y llamativos ojos (intensificando su inusual color verde), sus pómulos esculpidos, cejas arqueadas y largas pestañas, sus labios carnosos y su rizada y brillante melena. Esta diva de la gran pantalla de Hollywood combina un espíritu independiente con un estilo elegante y seductor que pone al rojo vivo los escenarios de la Edad Dorada del cine. Con su mirada magnética, espíritu independiente y sensualidad ardiente, la actriz prende fuego e hipnotiza al mundo del cine en la década de los '40 y '50. Ava, tenía origen humilde, la más joven de una dramática familia de agricultores. Pero su transformación la convierte en una diva de Hollywood, deseada por los hombres y musa inspiradora de las mujeres. También, para el pelo surge la permanente eléctrica o croquiñol, Que consiste en enrollar el cabello con bigudíes, luego aplicar una pinza en cada uno de ellos, y a continuación se conecta un aparato donde el calor comienza a circular. Todo esto, sumado a la cantidad de líquidos, no puede lavarse por varios días, así dura más. Esto forma rulos sumamente armados, con la ventaja de no sufrir con los ruleros y los famosos ‘piquitos’ que se clavan en el cráneo. Más de una niña pierde el pelo, con tal de parecerse a Shirley Temple En 1944, en Argentina, el dibujante, humorista, caricaturista, historietista y editor José A.Divito (1914 - 1969), desarrolla en la revista Rico Tipo uno de sus más notables personajes ‘Las chicas’. Alcanzan tal éxito y popularidad que llegan a imponer la moda en la Buenos Aires de esta época.

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Las Chicas de Divito, como se las llama, son de físico exuberante aunque estilizado: cintura pequeña, amplias caderas, busto prominente, piernas largas y curvilíneas que rematan en delgadísimos tobillos. Representan coristas o chicas en la playa que lanzan sus suaves maledicencias hacia otras o deslizan sus aventuras interesadas con ingenuos hombres adinerados, mostrando un erotismo que luego resultaría naif pero que rompe con la pacatería de la época. Las mujeres quieren parecerse a las ellas pero también muchos hombres adoptan los vestuarios de sus personajes: trajes cruzados con chaquetas muy largas y con muchos botones. Se convirtieron en modelo de belleza para las mujeres y en fantasía inalcanzable para los hombres de toda una generación.
 Base de maquillaje clara con corrección de ojeras muy marcada y correcciones oscuras más naturales. Se fija con polvos.
 Media luna cerrada en marrón, bien difuminada hacia arriba y reforzada a continuación con sombra marrón. En párpado móvil, sombra marfil.
 Delineación superior en negro. En algunas ocasiones, se repasa con eye-liner.
 Delineación inferior en marrón hasta la mitad o tres cuartos del ojo, muy discreta.
 Máscara de pestañas sin recargar.
 Boca ‘de asco’ en color granate. Esta boca consiste en situar el punto más elevado del labio próximo a las comisuras y dándole una forma completamente arqueada, sin picos.
 Colorete muy suave, en marrón.

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De 1950 a 1959: maquillaje en las uñas y en el rostro Después de pasar el duro período de la Segunda Guerra Mundial, el look que vuelve es más dulce refinado y suavizado. La mujer retorna al hogar y se origina una transformación en el maquillaje.
Se conserva la estructura de los ’40 pero con más color. Se sigue delineando el ojo y con más rabillo, sobresaliendo su línea por la parte exterior del ojo, los colores turquesa y azul para las sombras; las cejas más claras, gruesas y en ángulo. Ya no basta con un poco de color, ahora es el momento de usar el polvo, el rubor, los delineadores, los labiales de distintas marcas. Algunas mujeres se dejan seducir por lo que ven en anuncios de Elizabeth Arden o Koleston y es muy común que se levanten antes que sus parejas para que no las vean sin maquillaje. El toque final lo da el color en las uñas, que combina con el tono de los labios. La mujer se muestra siempre impecablemente arreglada y perfectamente bien peinada. Compran productos para el cabello como tintes y secadoras. En 1953, aparece el primer fondo de maquillaje en emulsión fluida, llamado “Fluid Make-up”, haciendo que los fondos de maquillaje cubrientes y espesos tipo pan-cake empezaran a tambalearse. La industria de la moda francesa adquiere mayor importancia y su influencia en el maquillaje cada vez es más patente. El diseñador Christian Dior impone el ‘Total Look’ con faldas anchas y cinturas muy estrechas, que consiste en la conjunción de ropa, accesorios y maquillaje dentro del mismo estilo. Las manifestaciones del existencialismo se dan en la literatura y en el arte en general. Y, por supuesto, se trasladan a la moda y a las costumbres, que siempre son la mejor expresión del pensamiento social. En Francia, Juliette Greco y otros artistas marcan un nuevo estilo de vestirse y peinarse; en las "caves" de Londres, los grupos de música "beatnik" también presentarán un nuevo estilo de disconformidad: cabellos más largos, peinados con flequillos, patillas... Dior se inicia en el mundo del maquillaje y, en 1955, lanza ocho barras de labios en armonía con los colores de su colección de alta costura. Es muy importante llevar acorde el maquillaje con la ropa y complementos. Otras marcas de costura como Chanel y, más tarde, Rochas irrumpen en el mundo del maquillaje e implantan la costumbre de lanzar dos coloridos de temporada acordes con sus colecciones de moda. Combinaciones como sombra de ojos verde claro con delineador verde musgo y máscara de pestañas

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cobre, o bien sombra azul plateado con delineador azul oscuro y máscara violeta. La combinación párpados turquesa y labios naranja tiene mucho éxito. Las cejas se llevan más claras y anchas, como Audrey Hepburn, que dan un toque elegante y a la par dramático, o bien pueden ir un poco más curvadas al estilo Marilyn Monroe o Elizabeth Taylor, que dan un aire más sensual. Marilyn Monroe Elizabeth Taylor Los cabellos son más abiertos, más libres: todo es una manifestación de disconformidad con la prolijidad de las generaciones anteriores. James Dean, en sus filmes Al Este del Paraíso y Rebelde sin Causa ponen de moda un estilo que repetirán miles de jóvenes de la época. Otros cabellos se vuelven famosos, Gina Lollobrigida es La Mujer más bella del mundo, como el título de su famoso film de 1955, y otras mujeres usan el cabello muy corto, como Audrey Hepburn, quien, además, siempre lo conservó de su color natural, castaño, y jamás aceptó teñírselo.

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Marilyn Monroe es uno de los íconos más desarrollados e imitados a lo largo de la historia, por la
sensualidad, hermosura y potencialidad que transmite, también por ser una mujer de tendencia. Su
maquillaje es estilo Pin Up (modelos, actrices y cantantes, que posaban con una actitud sugerente y
tímida, apareciendo en portadas de revistas, comics o calendarios): se trata de un rostro jugoso y
esculpido por unos coloretes rosados.
‘El cuerpo está destinado a ser visto, no a estar todo cubierto’, dice en una ocasión Marilyn Monroe.
Los ojos con una sombra base clara para agrandarlos, marcando la cuenca del ojo en un tono
marrón y con un finísimo delineado alargado. Define las cejas y pestañas postizas. Y los labios en un
color rojo muy definidos.
En contraposición a la imagen sexy, aniñada y más suavizada, hay quienes quieren proyectar una
imagen más seria, renunciando así al color: desde los cabellos hasta el amplio contorno de ojos,
pasando por la ropa, todo negro. Pueden llevar el pelo largo o corto pero siempre desgreñado, y
normalmente con flequillo deshilachado.
Dos complementos muy importantes son los pañuelos en la cabeza, que usan mucho las mujeres
que conducían descapotables, y los cinturones anchos. También, son exitosos los zapatos tipo
bailarinas que resultan perfectos para bailar rock and roll. Por otro lado, se inventa el tacón de aguja
que popularizan ídolos de esta época como: Anita Eckberg, Evita Perón, Liz Taylor y Grace Kelly. Sex
symbols como Marilyn Monroe, Jayne Mansfield y Betty Page, conocidas por sus piernas largas,
cintura de avispa y busto generoso. Pin-ups como Sophia Loren y Brigitte Bardot rezumaban glamour.

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 Correcciones claras y oscuras.
 Base de maquillaje igualada al tono de la piel o un tono por debajo (ya no se lleva la mujer pálida).
 Delineación superior terminada en forma abierta ligeramente ascendente y repasada con eye- liner.
 Párpado móvil con sombras claras muy recargadas: azules, verdes, rosas, etc.
 Delineación inferior interna en blanco y externa en castaño hasta la mitad o tres cuartos del ojo.
 Máscara de pestañas muy abundante.
 Cejas anchas y un poco curvadas pero no caídas, y bien marcadas.
 Boca grande con tendencia a la forma de la mitad. Esta forma consiste en trazar un arco desde las comisuras hasta la parte central de la boca, de modo que los puntos más elevados estarán situados aproximadamente en la parte de la mitad del labio. El color más característico de la época es el rojo.
 Colorete no muy marcado en tonos marrones.
De 1960 a 1969: maquillaje de muñecas
La década de los 60 es la más importante en el siglo XX, para unos una época dorada de nuevas libertades sociales, políticas y culturales (moda, música, filosofía, forma de vida...); y, para otros una década tenebrosa de poca moral, autoridad y disciplina.
Las corrientes feministas destacan la idea de la emancipación, suponiendo un gran cambio en la actitud de las mujeres y en su idea de la belleza. Por primera vez se asocian las ideas de feminismo y feminidad y de ahí surgen dos tendencias: las partidarias de la sofisticación y las que defienden la naturalidad.
El maquillaje se convierte en un distintivo haciéndose notar. Esta seña de identidad llega a su clímax con los maquillajes psicodélicos de las comunidades hippies.
A finales de los 60, Dior y Lancôme lanzan unos brillos de labios consistentes en unas barras grasas, brillantes y menos coloreadas que las existentes hasta el momento.
El prototipo de mujer lo encarna la modelo Twiggy: grandes ojos, exagerados, delgada, representa la ternura y un estilo transparente, el maquillaje ideal para la época. Sombras de ojos de distintos colores, línea oscura perfilada con eye-liner en los párpados superior e inferior, creando una forma redondeada, varias capas de máscara para hacerlas muy exageradas e incluso pestañas muy grandes casi siempre postizas, cejas falsas y pétalos de flores pegados o pintados.

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Twiggy Lawson, la primera supermodelo en el mundo, acapara fotografías por mostrar unos labios naturales pero unos ojos llamativos, como una mirada de muñeca. Estrechas medidas y look andrógino, como siendo un guiño al estilo de las flappers. Es el ideal de belleza, delgado y con piernas largas.
‘Yo era una modelo muy, muy delgada en los 60, pero mi cuerpo era así de forma natural’, dijo. En 2010, declara a The Huffington Post: ‘Como. Siempre he dicho que he comido. Me parezco a mi madre, que era muy delgado, así que debe ser algo genético’.
Se lleva un look muy juvenil. Las mujeres maquillan su rostro para lucir más jóvenes, el efecto se logra llamando la atención en la mirada. Para los ojos se emplean colores fuertes. Se usan sombras en tonos turquesa, azules, blanquecinos, pastel en rosa pálido; la banana se usa muy marcada. Los labios se pintan muy suaves y naturales en tonos claros para proporcionar una impresión más natural y suave.
Hacia los finales de la década surgen los brillos y la intensificación de los colores. Vuelven las formas muy redondeadas y los labios se usan en tonos muy suaves como rosa pálido haciéndolos más naturales.
Por otro lado, hay otra modelo Jean Shrimpton que aporta una imagen totalmente distinta, en este caso es un tipo de mujer de aspecto depravado, con ojeras que indican varias noches sin dormir y el pelo largo y liso a veces crespado.
También, triunfan el estilo de Jackie Kennedy, con el pelo muy ahuecado y sus numerosas pelucas, o la voluminosa cabellera de Fara Diva. En contraposición tenemos también el estilo psicodélico de los hippies, tanto hombres como mujeres con cabellos largos rizados o lisos y aspecto revuelto y mal armado.
En otros casos, los peinados tienen bastante elaboración: los había de fantasía, con rulos armados, con apliques de cabello artificial. Estos últimos se usan mucho cuando la persona tiene poco pelo.
En 1961, se colocan cerveza negra en el pelo, se ponen los ruleros, luego lo baten y agregan mucho spray para alcanzar dos veces el tamaño. Mientras más alto mejor. Consiguiendo así el peinado nido de hornero.
El estilo de cabello de Elvis Presley también hace furor y es imitado por muchos jóvenes, con patillas y el pelo levantado hacia arriba en el medio. En 1958, el cabello de Elvis es tan importante, que

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miles de fans hicieron protestas públicas cuando el cantante entra al servicio militar y le cortan el pelo en el ejército.
Por entonces, además del cine, la televisión comienza a tener gran popularidad y sus imágenes logran influencia entre la gente. Pero, a diferencia del cine, las imágenes de los locutores y periodistas de TV son prolijas y conservadoras. Pronto, el estilo de la gente en la calle, el más popular, gana también la imagen televisiva.
A principios de los '60 Anthony Perkins es declarado el hombre más sexy del cine, con un estilo de cabello intencionalmente desordenado.
La etapa de fines de los años '60 marca otra revolución importante en las costumbres y la moda. Bajo los lemas de "prohibido prohibir" y "la imaginación al poder", miles de jóvenes en distintas partes del mundo se manifiestan contra el sistema de valores recibidos. Los estilos de cabello y de vestimentas se vuelven más audaces, más atrevidos.
El movimiento hippie es un movimiento contracultural, libertario y pacifista, con una estética muy particular, con el fin de reivindicar sus ideas y proclamar su estilo de vida. Se oponen a la guerra de Vietnam y al uso de armas nucleares; "peace and love" es el símbolo de su filosofía. Sus estilos de vestimenta y cabello se popularizan tanto que terminan siendo usados aún por quienes no comparten sus principios.
A pesar de la ausencia de maquillaje, optan por el khöl para los ojos y predominan los signos reivindicativos (flores-naturaleza, paz, signos de géneros-libre sexo y homosexualidad...), dibujados tanto en la cara como en el cuerpo, con mucho color.

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En el pelo, también surge el degradé de colores (con papel crepé), que luego se renovará en los ’80, y se reinventará en el siglo XXI, como tie-dye.
La minifalda es la gran invención en cuanto a vestuario, los vestidos de corte recto, los estampados de flores, sandalias de pescador, vaqueros, chaquetas bordadas de piel de cordero, cueros indios, chales...
En 1967 se presenta la primera ópera rock en escenarios off-Broadway: el musical Hair, que muestra claramente todos los estilos de pelo hippies y también uno que había empezado a estar muy de moda y luego se haría popular: el afro. En este espectáculo, el pelo es la principal forma de exponer la protesta ante los valores sociales. A partir de todas estas manifestaciones culturales, el look de la gente se abre a infinitas variaciones, y se aceptan todos los distintos estilos.
Especialmente los años finales, marcan una inflexión en las costumbres y una apertura cultural desconocida hasta entonces. De alguna manera, se rompen los moldes generalizados hasta ese momento; cada sector social, o cada individuo, adapta sus vestimentas o sus estilos de cabello a como les parece que deben usarlo. Los Beatles cambian sus looks y en sus últimos trabajos discográficos se los veía con pelos muy largos y barbas frondosas.

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Los Beatles
En 1968, Veruschka de Lehndorff, descendiente de la nobleza prusiana y una de las modelos de la época pone de moda el maquillaje corporal haciendo de ello un puro arte.
Otro ícono de la época, es Brigitte Bardot, actriz famosa hasta la actualidad, aparece en películas francesas, seduciendo a los espectadores masculinos con su cabello largo y sensual.
Por otro lado, se van sectorizando las apariencias de los grupos urbanos, y se ponen de moda estilos diferentes. El skinhead es un estilo de cabello corto, rasurado, que nació a fines de la década entre la clase trabajadora londinense, como una reacción contraria a los cabellos largos de los hippies. Luego el movimiento se politiza, principalmente hacia la derecha y el neo-nazismo, y finalmente el estilo de cabello se pone de moda entre quien quisiera usarlo.

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 Correcciones claras y oscuras bien marcadas.
 Comienzan a estar de moda las pieles con más color, ligeramente bronceadas.
 Polvos translúcidos.
 Se marca la delineación superior e inferior en negro terminándolas en forma abierta en la parte exterior y uniéndolas en la parte interna exagerando u poco el triángulo del lagrimal. Se repasa con eye-liner.
 Se dibuja una banana abierta bien marcada alargándola hacia la nariz en la parte interna y curvándola hacia la sien en la parte externa. Se refuerza con sombra. En esta época se llevan mucho los tríos de sombras en colores vivos, de modo que se puede aplicar un azul oscuro encima de la banana, un azul más claro en el párpado móvil y él más claro de todos pudiendo ser incluso blanco en el arco de la ceja.
 Pestañas postizas acompañadas de la máscara abundante.
 Cejas extremadamente finas, ya que se pone muy de moda el depilado (parcial o incluso total lo que obliga a dibujarlas con un lapicero).
 Bocas grandes en color rosa chicle.
 Colorete rosa en pómulos, bien definido.

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De 1970 a 1979: ser morena se pone de moda
En esta década empieza a introducirse la idea de tratamiento en los productos de maquillaje. Nace una nueva marca norteamericana llamada Clinique que ofrece por primera vez una línea sobria, en la que el envase pasa a un segundo plano, y la idea es tratar problemas específicos de la piel a la vez que embellecer.
Un gran adelanto son los micatitanios, unas minúsculas pepitas de mica recubiertas de una fina capa de dióxido de titanio, totalmente inofensivas, que permiten multiplicar los colores y desterrar para siempre las eosinas -colorante utilizado hasta entonces que producía problemas de tolerancia-.
Aparece la primera crema hidratante y protectora con color llamada Bienfait du Matin de Lancôme.
Hay una vuelta al glamour de los años pasados, vuelven las modas de los años veinte y treinta pero con un toque de disco y lentejuelas. Labios con brillos transparentes, purpurinas, texturas extra grasas y colores tropicales.
Las pestañas postizas están en auge y hay una verdadera obsesión por el cutis moreno, tanto en verano como en invierno. Las cremas autobronceadoras se masifican y los polvos y tierras de sol se convierten en un éxito de ventas. Comienza en Estados Unidos un alza de casos de anorexia nerviosa.
Vogue es la revista de moda que marca la pauta mundial y en esta década se caracteriza por ser la primera en poner en la portada a una mujer afroamericana. Con Beverly Johnson acaparando la publicación y con Diana Ross conquistando con su voz y su look afro, las mujeres empiezan a ver su ideal de belleza con más color en la piel, en otras palabras, las morenas tenían el poder.
Beverly Johnson
A partir de 1973, se vuelve a la estética de la naturaleza con colores neutros, caqui, arena, azul grisáceo, oliva, beige, tonos que combinan a la perfección entre ellos y facilitan la forma de vestir. El maquillaje se torna más natural, desistiendo de los colores fuertes y llamativos.
En el pelo, la toca causa furor. Consiste en un enorme rulerón que se coloca en el centro de la cabeza, enroscando el resto del pelo su alrededor, con el fin de aplanarlo. Se deja un tiempo para un lado y después se lo enrosca hacia el otro, sujetándolo con los famosos y dolorosos piquitos. Con un gran pañuelo, se intenta disimular, aunque el rulerón es indisimulable.

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Con el pelo ‘re lacio’, se usan ‘los trapitos’, que producen un terrible dolor de cuero cabelludo porque se los ponen muy apretados, y cuando se los sacan dejan unos bucles tan marcados que parecen de plástico.
En 1976, se implanta la estética punk como fenómeno estético-musical, y se convierte en un movimiento social, con una filosofía muy determinada basada en el situacionismo y la transgresión. No cree en modas de lujo e establece los colores fuera de orden y medida. Aunque no es una moda de grandes masas deja como patente en nuestros tiempos la mezcla por el color sin ningún tipo de rigidez.
Es una sub-cultura reaccionaria ante los valores de la sociedad, con tendencia al izquierdismo y liberalismo en política, con valores anti-fashion, anti-capitalistas, anti-racistas, anti-militaristas, anarquistas y vegetarianos.
El look punk tiende a impresionar con abundantes tatuajes, y un uso dramático de ropas, joyas, y estilos de cabello, entre los cuales el más conocido es el pelo totalmente rapado en la nuca y a los costados y el pelo levantado al estilo mohicano (mohawk).
Su estética mantiene su esencia radical en formas y colores. Predomina un maquillaje muy marcado, con líneas que sobresalen del parpado, como flechas o rayos, colores ácidos y brillantes, donde predomina el negro.
Más tarde la moda llega con ojos muy oscurecidos, labios rojo sangre y cara muy pálida, recordando los locos años veinte.
Surge otro género musical, el Glam Rock, caracterizado tanto por su estilo como por su estética, se rebelan dando uso masculino tradicionalmente femenino y exhibiendo una actitud descarada y provocativa. Los hombres abusan de un maquillaje altamente creativo, definiendo tanto el rostro como la mirada, utilizan colores muy estridentes y brillantes.

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En lo referente al peinado, triunfan las permanentes, ya que consiguen mucho volumen en el pelo,
y el estilo Farrah Fawcett (actriz de la serie Los Ángeles de Charlie), con cabellera con cortes muy
escalonados, con muchas capas, muy suelto, puntas hacia fuera, melena revuelta y voluminosa con
mechas. Representa el ideal de los 70, destacada por el bronceado, las melenas y el cuerpo delgado y
tonificado. También, por poseer una figura atlética y usar poco maquillaje.
Farrah Fawcett
Comienzan a surgir varias tendencias, generando una variedad de estilos diferentes. La década de
los setenta es conocida como ‘la década del mal gusto’, se prueban y mezclan todo tipo de
vestimentas; mini shorts con plataformas, pantalones con pata de elefante y camisas de poliéster, ropa
brillante de discoteca con moda punk.
A finales de la década aparece la música disco, derivada del Rhythm & Blues, que mezcla
elementos de géneros anteriores, como el funk y el soul, con toques latinos en muchos casos, y que se
populariza en discotecas. En su maquillaje predomina multitud de combinaciones con sombras con
tonos ácidos, cejas muy marcadas, creando maquillajes muy vistosos.
La libertad de usar el cabello largo o como mejor quede a la personalidad de cada uno, es
prácticamente total. El fenómeno de la música jamaiquina tra, con Bob Marley una nueva moda,
inspirada en el look de la religión rastafari. Bo Derek, en su filme "10", luce un estilo parecido, con su
cabello rubio.
En general, los hombres usan pelo largo, con patillas amplias, en algunos casos barbas, y las
mujeres los cabellos muy largos, o permanentes muy armadas, en forma de casco.

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Detrás de toda esta mezcla se esconde una gran fuerza creativa y liberadora que ha seguido viva hasta nuestros días. Una pequeña parte de toda la moda de los setenta ha revivido poco antes del final del siglo XX.
Algunos ídolos de la década: Liza Minnelli, Olivia Newton-John y John Travolta, Lauren Hutton, los Ángeles de Charlie.
 Pieles con color (la moda del bronceado se ha implanta definitivamente).
 Se marca la delineación superior muy ancha y la alargamos en la parte exterior.
 La delineación inferior termina también en forma abierta, dibujando a partir de ella pequeñas líneas escalonadas simulando pestañas. Se repasa todo con eye-liner.
 Se dibujas una banana en negro alargándola hacia la sien y uniéndola con la delineación superior.
 Con sombras en crema se refuerza el ojo aplicando color negro en la banana y blanco en el párpado móvil y arco supraciliar (también se admiten colores vivos, como en los ‘60).
 Máscara de pestañas muy abundante (incluso pestaña postiza).
 Cejas finas.
 Bocas en colores claros y con mucho brillo remarcando bien el perfilado.
 El colorete en tonos rosados aplicándolo en pómulos, barbilla, frente, sienes, nariz...
De 1980 a 1989: el ejercicio, lo recargado y lo agresivo
Todas las marcas de cosmética empiezan a concebir el maquillaje como un conjunto armonioso, que no omite ningún detalle, y las mujeres han pasado a considerarlo como un elemento indispensable en sus vidas.
Hedonistas y consumidoras. Las mujeres de esta época no solo se fijaban en su recargado o no del maquillaje, también mantenían su figura a través del ejercicio aeróbico. El concepto de estilo yuppie (joven profesional urbano) refleja que, tanto el maquillaje como el peinado y los complementos, los mantiene la propia mujer con su trabajo. Una reacción estilística de los jóvenes conservadores que se alinearon en los valores tradicionales del establishment y no comparten las ideas liberales. Son, por lo general, jóvenes ejecutivos, personal de Wall Street, etc., con un estilo mucho más cuidado y prolijo.
El maquillaje permanente ofrece una solución definitiva para maquillarse cejas, líneas de ojos y labios y pestañas; así como el look descomplicado.

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A principios de esta década se mantiene la diversidad en las formas, aunque sigue permaneciendo un look muy intenso, marcado y brillante, colores estridentes. Los pómulos iban muy marcados en tono marrón o morado. Los labios de fucsia.
El máximo exponente de esta época fue Madonna. Es de las famosas en imponer estilos junto a la supermodelo somalí Imán. Predomina una desorientación en los modos de vestir, la peluca y el maquillaje, debido a la multitud de reseñas que ha dejado la época anterior.
Madonna sabe que la moda es lo recargado
El maquillaje se vuelve más llamativo, se agranda la paleta de colores para las sombras, explotando los colores muy fuertes, aunque la mayoría sólo se atreve a llevarlos por la noche.
En los ojos aplican delineador por dentro y fuera del ojo, sombras fuertes con colores vistosos, estiran y rasgan la mirada, las cejas se usan muy definidas, gruesas y anchas, dando una sensación más natural. Máscara de pestañas azul, al igual que los lápices delineadores de ojos. En los labios predominan los colores oscuros y mates, los delinean en forma puntiaguda en el corazón del labio.
Durante el día la mujer trabajadora usa tonos más naturales que lucen la belleza de un cutis cuidado y en tono mate. Es muy importante la fusión entre el maquillaje, sombra y coloretes, han de ir muy bien difuminados y sin marcar trazos visibles entre unos y otros. No se notan los cortes entre la cara y el cuello y el tono es más natural, se toma conciencia de que el sol envejece.
En España se vive el auge de la Movida Madrileña (movimiento contracultural que surge durante los primeros años de la Transición de la España posfranquista).
En los últimos años de la década se buscan los tonos mates y se destierran los brillos. Las cejas se llevan anchas y oscurecidas. Los ojos se maquillan con el khöl difuminado y el eye-liner cae en el

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olvido. El maquillaje va poco cargado buscando naturalidad y se opta por un determinado maquillaje dependiendo de la ocasión. No predomina ningún color especial de temporadas, debido a la gran afluencia de modas.
Hay varias estilos para el cabello: cortes lisos y asimétricos, cortes con pelo pincho (influencia del punk), cortes con puntas disparadas y realzadas con lacas y gominas; cuidado y con volumen; corto ‘a lo chico’, como la modelo Linda Evangelista o casi al cero, como Annie Lennox; y, por último, el uso de las planchas calientes que alisaban o creaban rizos mínimos. Los colores fosforescentes, los permanentes y el cabello en estilo crepe, también llamado bump o batido, marcaron tendencia.
Otras tendencias se dan con los cuerpos atléticos cada vez más de moda, figuras muy tonificadas y delgadas consideradas increíblemente atractivas. Ser delgada es el ideal; ser delgada y fuerte, con el cuerpo atlético, es aún mejor. [Según la web Rehabs.com, el 60% de las modelos de Playboy en los 80 pesaban un 15% menos que el considerado correcto para su talla].
La actriz Jane Fonda es un ícono de la locura por el fitness y sus vídeos de aerobic venden millones de copias.
Además, llegan súpermodelos como Naomi Campbell y Claudia Schiffer cuyos cuerpos altos y delgados también se alejan de la talla media de la mujer estadounidense. Destacan también entre los ídolos de esta época Cher o Brooke Shields.

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En cuanto a la moda se busca sobre todo la comodidad y el estilo personal. Los grandes modistos se pasan al prêt a porter. Los vaqueros o jeans se imponen de una manera abrumadora.
Durante los '80 los skinheads, cuando viven su más fuerte presencia y revival, se verán influenciados en sus apariencias por el estilo punk. A partir de la década del '80 todos estos estilos urbanos se institucionalizan, perdiendo la fuerza esencial de su mensaje político y social, y se vuelven después simplemente modas, usadas por cualquier persona, sin importar su ideología. Por ejemplo, el jugador inglés David Beckham usará mucho tiempo el estilo punk de cabello.
 Correcciones claras y oscuras más naturales que en décadas pasadas.
 Pieles bronceadas (adecuado al color de la persona).
 Delineación superior en negro con eye-liner.
 ‘V’ en negro degradada sin exagerarla.
 Se marca la cuenca en el lado del lagrimal pero sin llegar a unirla con la ‘V’ y con un pincel se la degrada hacia arriba y hacia la derecha para aproximarla a la ‘V’.
 Delineación inferior interna y externa uniéndola en el lagrimal dejándola abierta en la parte exterior.
 Sombra fucsia en la ‘V’, rosa más claro en párpado móvil y blanco en arco superciliar.
 Máscara de pestañas.
 Las cejas se llevan más anchas.
 Boca grande en color fucsia.
 Colorete rosa en pómulo.

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De 1990 a 1999: el estilo minimalista
En los primeros años de la década, se lleva la estética neohippie, poco preocupada por la belleza física y el atuendo. El look de las pasarelas de París, Milán o Nueva York son modelos extremadamente delgadas y ojerosas como la top Kate Moss.
El maquillaje se vuelve más simple, se buscan técnicas sencillas y prácticas para maquillarse ya que las mujeres se vuelven más independientes y cuentan con menos tiempo.
En los anuncios de Guess con Claudia Schiffer, ella se ve con un maquillaje minimalista, básico. Así la pintura en el rostro deja de ser preponderante para las supermodelos y las mujeres de la época.
Claudia Schiffer
Ya no se trata de convertir al rostro en un lienzo saturado de color, sino en uno más natural (pero claro, aplicando muchos productos para no mostrar imperfecciones). La moda la marcan las Top Models, con maquillajes con colores claros y luminosos, aparece el gloss, labios brillantes, ‘caras de ángel’, puntos de luz en la cara para iluminar el rostro.
Los noventa se distinguen del resto por el minimalismo, después del esplendor de la moda de los ochenta, el lujo y la ostentación parece de mal gusto y en los noventa se lleva la sencillez. Se popularizan estilos más unisex. De hecho, los salones de belleza ya desde años atrás habían tomado la tendencia de ser indistintos para ambos sexos.
Por otro lado, se impone el grunge, el aspecto descuidado, el mestizaje y la ropa multicultural. Tiene su máximo exponente en Kurt Cobain, del grupo Nirvana. El pelo se deja fibroso y desordenado, y no debe lavarse para que tome esa forma; los que se lo lavan, luego se aplican pomadas para que parezca ‘no lavado’.
Un estilo, más para mujeres, que es muy usado por Kate Moss, por ejemplo, es el heroin chic, que es el cabello también fibroso y muchas veces puntualizado con algas u otros materiales inusuales.

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Este look es acompañado con un cuerpo muy delgado, piel muy pálida y ojos ojerosos, tendiendo a ser un estilo más bien andrógino.
Se empieza a torcer hacia los cuerpos antinaturales producidos por la anorexia, lucidos por modelos esqueléticas en las pasarelas de París, Milán y Nueva York (a lo Kate Moss).
En cuanto a la industria cosmética, se empiezan a manifestar las intenciones ecológicas y productos menos invasivos para la piel; asimismo, Ante el poco cuidado por la estética, lanzan al mercado productos que prometen un aspecto natural: brillos translúcidos, máscaras transparentes, hidratantes que unifican el color, etc. Los productos que más éxito tienen son los multiuso, por su practicidad, por ejemplo: los que sirven para maquillar ojos, labios y pómulos; o, los geles de baño que también funcionan como champú.
A mediados de los noventa, vuelve un pequeño revival de los colores de los setenta y, durante un par de temporadas, las cejas vuelven a llevarse muy depiladas y los párpados en tonalidades pastel irisadas.
Se utilizan recursos étnicos en el maquillaje, y la henna y el piercing se convierten casi en una forma de cosmética. Las caras se siguen manteniendo en tono natural ya que la conciencia por los efectos nocivos del sol cada vez está más latente.
En cuanto al cabello seguimos con las largas melenas de los ochenta, sueltas y poco peinadas. En 1994, Jeniffer Aniston protagoniza el personaje de Rachel en la serie televisiva semanal "Friends" y aparece con un estilo de cabello que muy pronto es ampliamente popular, el estilo "Rachel", uno de los cortes más imitados. Corte ahuecado y escalado con algunos mechones que enmarcan el rostro. Vuelve la influencia punk, con colores de pelo en tonos extremos y radicales. Algunos ejemplos de cabellos imitados son Julia Roberts, Spice Girls.
Los hombres comienzan usar cortes muy cortos a los costados y el cabello espigado hacia arriba en el medio, armado con gel, y ligeras barbas. Nunca como en esta década se usa tanto la tintura para el pelo. Una forma de tintura de esta época es teñirse el pelo de colores claros y dejar las raíces oscuras.

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Al comenzar el segundo milenio, y hasta hoy, la variedad de estilos es tan amplia como la plena libertad de usar cualquiera de ellos. No hay más valores uniformados, sólo sutiles tendencias generales. La publicidad de los productos para el cabello tienden a enfatizar las individualidades y los estilos personales. En esta etapa está casi todo permitido: desde ser "retro" hasta simplemente clásico o extremadamente audaz.
 Base en tono lo más parecido al del color natural de la piel, se puede subir el tono con polvo bronceador.
 Delineación superior e inferior del ojo desde la mitad hacia el exterior y difuminadas.
 Sombras pastel nacaradas en forma de arco.
 Máscara de pestañas.
 Cejas anchas y peinadas.
 Boca brillo transparente.
 Coloretes rosas, anaranjados y tierras muy bien difuminados.

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SIGLO XXI
Natalie Portman, Mila Kunis, Reese Whiterspoon, Penélope Cruz, Giselle Bündchen, Julia Roberts, Sofía Vergara, Gwyneth Paltrow, Emma Watson... son tantos los rostros que iluminan con belleza que las casas de fabricación utilizan sus imágenes para que los representen.
En este siglo las tendencias, la moda, los colores, los pigmentos se definen cada temporada. Los diseñadores de grandes casas de moda imponen en las pasarelas y muestran al mundo lo avant- garde.
Como la moda, el maquillaje es cíclico. Lo retro fue vanguardia pero cambia en pocos meses y, si en una temporada de invierno reinan las pieles, el maquillaje se presenta con una paleta en tonos fríos y labiales de tonos cereza y burdeos; o puede ser como en esta temporada de primavera y verano, en la que el maquillaje era más natural con labios rojos y sombras grises azuladas, para ir acorde a los tejidos suaves de seda y gasa impuestos en las prendas.
Hoy en día, la cosmética se ha convertido en una industria de innovación constante, en la que se introducen todos los días nuevos productos en el mercado y que mueven a miles de millones de dólares al año.
Actualmente, el maquillaje en la mujer del primer mundo tiene un importante papel de ‘arma’ de seducción, es indudable que es más atractivo un rostro bien maquillado porque con ello se pueden realzar los rasgos más bonitos y esconder los menos agraciados.
Pero no en todas las razas y culturas se emplea de la misma forma el maquillaje ni tiene por qué tener el mismo significado.
En este momento, encontramos fusionadas la cosmética, la tecnología y la medicina, dando como resultado una ciencia conocida como cosmetología, que estudia los tratamientos para embellecer piel sana.
La belleza en general, es una ciencia que se reinventa sin cesar. No es de extrañar, entonces, que contemos en el mercado con gran cantidad de productos ecológicos, benéficos para la salud y de alta calidad. Algunos de ellos inteligentes, capaces de adaptarse a todos las condiciones cutáneas. Activos exclusivos, texturas extraordinarias, acordes inéditos de colores.

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En cuanto al canon de belleza, se busca la apariencia natural y única de cada mujer, privilegiando la comodidad y la facilidad de aplicación.
La industria cosmética es muy importante en países como Estados Unidos, Francia e Italia, donde constituye un sector importante del mercado. En Colombia, según cifras del DANE, genera 15.079 empleos directos, y constituye el 4,23% de la producción nacional, además de exportar (ampliamente) protectores solares, bronceadores, jabones, champú, lociones capilares y perfumes, entre otros.
En términos ideológicos, existen posiciones radicales en contra del uso de maquillaje, como las adoptadas por líneas extremistas de algunas confesiones religiosas o regímenes políticos.
El maquillaje lleva constantemente aún más lejos los límites de la ciencia, de la tecnología y de la creación. Porque todas las mujeres son diferentes. Porque una mujer se siente bien cuando se siente escuchada, comprendida y respetada.
Así cada una puede disponer de un ritual de belleza personalizado para cada etapa de su vida. Ya que no todas tienen el mismo tipo o color de piel, de ojos, forma de la cara, el maquillaje y todos sus productos se han creado para adaptarse a cada mujer.
Maquillaje dermatológico corrector1
Se trata de un proceso individual dermatológico corrector para pacientes que precisan un consejo de maquillaje especializado en relación de su patología dermatológica: vitíligo, angioma, rosácea y acné. La necesidad de modificar o corregir estas imperfecciones cutáneas surge de la ignorancia, aislamiento y /o crueldad que la sociedad manifiesta hacia estas personas.
En la actualidad estas imperfecciones siguen siendo rechazadas en algunos círculos sociales, laborales e incluso familiares. Todo rechazo produce una baja estima a estos pacientes. Los productos de maquillaje que nos presenta el mercado se perciben como un mero objeto de consumo. Pero los pacientes lo reciben como la posibilidad de una ayuda, ya que sienten la solidez de que algo aparentemente externo les puede tranquilizar disminuyendo la sensación y la realidad en ocasiones, de la mirada de los otros.
Elisabeth Kübler-Ross decía: ‘La opinión que las personas tienen de ti es un problema suyo, no tuyo’. Pero estos pacientes viven que la mirada externa condiciona su existencia.
Una valoración permite identificar los siguientes diagnósticos:
 Deterioro de la integridad cutánea.
 Trastorno de la imagen corporal.
 Trastorno de la autoestima y adaptación.
Objetivo: enseñar a las personas como aplicar correctamente los productos para:
 Conseguir lo más natural posible disimular las imperfecciones localizadas y neutralizar las acromías y tonalidades descompensadas.
 Mejorar su autoimagen corporal, lo que favorecerá las relaciones humanas, aumentará su autoestima y mejorará su calidad de vida.
1 I. Alcalde Lorca. DUE Servicio de Dermatología. Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Barcelona: ENFERMERÍA dermatológica nº 05 - julio-agosto-septiembre 2008. P. 36-37: dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4599271.pdf

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Material y método
La sesión de maquillaje consiste en actuar de una manera práctica estableciendo una relación
directa con la persona, sin espectadores, donde la técnica no se considera como algo mágico, sino
como un proceso de autoaprendizaje y relación de ayuda. Es importante transmitir que el maquillaje va
a solucionar parte del problema de forma cosmética, pero no lo modifica médicamente.
Para realizar el maquillaje tenemos en cuenta el fototipo de piel, la patología de cada persona,
nuestro conocimiento y nuestra experiencia.
Procedimiento: (fotos 1, 2, 3 y 4)
a) Limpiar bien la piel e hidratarla.
b) Aplicación del corrector de color para acromías/discromías azules o rojas.
c) Aplicación del corrector de tono en caso de manchas marrones o blancas.
d) Aplicación del fondo de maquillaje con el objetivo de unificar la tonalidad de la piel.
e) Una vez lograda la uniformidad de la piel, daremos expresividad a la cara con el maquillaje
habitual.
f) Aplicación de polvos libres para prolongar la duración del corrector de tono y fijar el maquillaje.
Conclusiones
 Se evidencia que el uso de maquillaje no sólo ayuda en el plano estético, sino que es un
complemento indispensable que favorece las relaciones interpersonales, desdramatizando el
problema de las patologías dermatológicas antiestéticas crónicas.
 El maquillaje dermatológico especializado proporciona una alta cobertura y permite corregir el
aspecto de la piel disimulando las imperfecciones cutáneas de color y modificar y reavivar el
tono natural.

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Maquillaje artístico: la expresión
 ‘Body Painting’: pintura sobre los cuerpos. Explosión de colores sobre el cuerpo.
Material utilizado melaza con colorante.
Modelo: Marina Vas
Ph: R. Pietropaolo

Historia del maquillaje siglo XX

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