Un estudiante se acercó a su profesor sintiéndose inseguro y sin valor porque los demás decían que no servía para nada y que lo hacía todo mal. El profesor le dijo que lamentablemente no podía ayudarlo en ese momento porque primero debía resolver su propio problema, pero que si el estudiante lo ayudaba a resolverlo rápidamente, entonces él podría ayudarlo a resolver sus inseguridades.