3. VOCES es una revista dirigida al pueblo
Colombiano la cual narra que Colombia
tiene un pasado pero también tiene un
presente y tendrá un futuro.
Colombia ha pasado por acontecimientos
que ha marcado para siempre su historia;
VOCES tiene el propósito que el lector
vaya más allá de la portada, que recorra
cada página recordando y teniendo en
cuenta que cada acontecimiento donde aún
los que no son nombrados nos pertenecen
a todos como territorio y ciudadanos
Colombianos.
Hay que tener en cuentan que pasear
por estos acontecimientos y en medio de
ellos los “protagonistas” de estos, han
logrado salir adelante y demostrarnos
que como Colombianos que son, han dado
lo mejor y piden de nuevo ser recordados
y no rechazados. La sociedad también ha
ganado batallas donde quizás recordamos
algunos acontecimientos; pero al verlos en
VOCES se espera que el lector escuche
LA VOZ DEL
PUEBLOla VOZ DEL PUEBLO, esa voz que quizás
muchos medios han callado y han ocultado
por solo mostrar una cara de la historia ;
y esto es para la búsqueda de la verdad.
En ocasiones la modernización en Colombia
ha sido violenta y aún sigue vigente después
de tantos años, el conflicto armado,
la mafia entre otros han degradado la
imagen que Colombia tiene como riqueza.
Los colombianos deben tener el propósito
de poner un alto a esto.
El ciudadano debe recordar que como
pueblo se eligió a un Presidente para que
representara la voz del pueblo es por eso
que esta revista toma este nombre; por
esas voces que han callado a la fuerza.
Si en verdad se eligió a alguien para que
nos representara el debería cumplir su
obligación: HACER LO QUE EL PUEBLO
PIDE.
LA HISTORIA QUIZÁS NO SE PUEDE
CAMBIAR PERO SI LA SOCIEDAD.
Es el dejar huella para no encabezar en
esa “lista negra” , como país no debemos
perder las esperanzas hay mucho que
hacer en vez de tan solo tener las ideas
hay que actuar para un desarrollo para el
CAMBIO SOCIAL.
Ninguna noticia es más importante que
otra u opaca la otra, sobretodo en un país
como el nuestro. Año tras año nos hemos
destacado no por estos acontecimientos si
no por no hemos convertido en una sociedad
donde nos está dando indiferencia lo que
ocurre en frente de nosotros; “si algo no
nos toca no nos incumbe”.
SUMARIO
3. LA VOZ DEL PUEBLO
(EDITORIAL Y BANDERA)
6 - 9 CRÓNICAS
EL ARTE DE LA RESISTENCIA.
LAS PLAGAS DE EL PLACER.
LA HERENCIA DEL PALACIO.
10 - 14 PROTAGONISTAS
15 - 18 articulo principal
terrorismo en colombia
19 - 21 LUGARES
LISTA NEGRA
22 - 25 PROTAGONISTAS
HAN DEJADO HUELLA
26 - 29 HISTORIA
CON PASADO Y SIN FUTURO
HERENCIA COLOMBIANA
VOCES
HABLANDO
CON LA
VERDAD
VOCES, BOGOTA 15 DE ABRIL 2013
4. VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 2013 VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 20136 7
CRÓNICA.
Como los combates entre Ejérci-
to y guerrilla cesaron a finales
de julio, los niños indígenas pu-
dieron aprovechar los vientos de
agosto para elevar sus cometas.
El automóvil asciende por una
carretera estrecha, sin pavimen-
tar, bordeada de barrancos y
de rastrojo. De trecho en tre-
cho se ven las casas de los in-
dígenas, plataneras y cafetales.
Sobre los tejados de barro ondean
trapos blancos rasgados y percu-
didos. Los indígenas nasa los han
amarrado con cabuya a la punta
de una guadua o de una caña bra-
va. Tienen la esperanza de que ese
distintivo mantenga alejados de
sus viviendas a soldados y guerri-
lleros cuando se trenzan en com-
bate en estas montañas del res-
guardo indígena Cilia-La Calera,
en el municipio de Miranda, Cauca.
La vereda más afectada este año
por los combates es Monterredon-
do, explica el gobernador del Ca-
bildo, Evencio Campo, quien viaja
con nosotros. Durante casi tres
meses, de mayo a julio, los solda-
dos de la Fuerza de Tarea Apolo se
dieron plomo con guerrilleros de
la columna Gabriel Gálvez de las
Farc, en medio de huertas de ese
caserío. Hacia allí nos dirigimos
ahora, escoltados por dos guar-
dias indígenas que viajan en moto.
—Van a ser dos semanas que
no se oyen tiros por esos la-
dos— dijo el gobernador an-
tes de iniciar el recorrido.
En Monterredondo está ubicado
uno de los llamados sitios de asam-
blea permanente, parte de la estra-
tegia que los indígenas del Cauca
se inventaron para sobrevivir en
medio del conflicto y no ceder su
Las escaramuzas más recientes en
ese caserío comenzaron en la ma-
drugada del pasado 12 de mayo.
Los indígenas se alistaban para sa-
lir a trabajar cuando sonaron los
primeros rafagazos en las afueras
del pueblo, por el camino que lle-
va hacia Calandaima, una vereda
de la parte alta de la montaña.
Era el momento que tanto temían
loshabitantesdeMonterredondo.
Durante casi un mes había
escuchado el eco de los
disparos y el estruendo de
los tatucos.
Sin embargo, la Guardia Indígena
mantiene las medidas de control
dentro del caserío y en sus alre-
dedores. Sus armas son bastones
de mando, y se identifican por
un chaleco caqui con la leyenda
Kiwe Thegna (Cuidanderos de la
Tierra).
territorio a los grupos armados.
EL ARTE DE LA RESISTENCIA LAS PLAGAS DE EL PLACER
CRÓNICA.
Casi como si se tratara de una maldición bíblica, un pue-
blo del Bajo Putumayo ha tenido que convivir con la coca, la
guerrilla, la mafia, los paras y las pirámides. Y sigue en pie.
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Para mediados de los
noventa El Placer se había
convertido en la capital de
la república de la coca en el
sur de Colombia. Aunque no
hay cifras exactas sobre
el incremento poblacional,
el Dane habla del Bajo
Putumayo, en términos
generales, como una zona
que entre 1973 y 2005 tuvo
un aumento de población del
725 por ciento. La mayoría
era gente de Ecuador y
Nariño que entraba y salía
al vaivén de las bonanzas.
Desde principios de los
ochenta dos pueblitos cer-
canos a El Placer, San Mi-
guel y Aguablanca, comen-
zaron a cultivar la planta
proveniente del Cauca.
Eran tan solo unas pocas
semillas camufladas entre
cultivos de maíz, arroz y
yuca. En 1984 la región vi-
vió su primera bonanza. No
había una sola familia en la
zona sin al menos un miem-
bro metido en el negocio
Son relatos de terror con
30 años de historia que los
habitantes de El Placer
tienen casi memorizados.
Primero fueron las Farc.
Dominaron todo el valle del
Guamuez desde la década
del ochenta y regularon el
mercado de la cocaína. Co-
braban impuestos y sabían
exactamente quiénes eran
los mayores cosecheros,
los compradores recono-
cidos y los mafiosos de
prestigio. Mataban a quien
desobedecía. Para esa
época, Gonzalo Rodríguez
Gacha, El Mexicano, era
quien controlaba la mayor
parte del comercio coca-
lero del Bajo Putumayo. Y
fue él quien mandó traer
desde el Magdalena Medio
a los primeros paramilita-
res, que fueron conocidos
como 'los masetos'. Pero
tuvieron una vida corta:
en 1991 fueron derrotados
por la guerrilla y esta con-
tinuó siendo "amo, señor
y patrón" del territorio.
El Placer cargaba
el estigma no solo
de ser un pueblo
guerrillero sin
presencia del
Estado, sino de
ser la capital del
dinero en el sur
del país
5. VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 2013 VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 20138 9
LA HERENCIA DEL PALACIO
CRÓNICA.
La lenta justicia
colombiana todavía ne-
cesitaba que la desa-
parición forzada fuera
tipificada (sucedió en
el 2000); que los es-
tudiantes de Antro-
pología Forense de la
Nacional realizaran la
identificación genéti-
ca del cuerpo de Ana
Rosa Castiblanco (en
el 2001) y que la Fis-
calía abriera la prime-
ra investigación sobre los desaparecidos
(también en 2001). Apenas en 2005 el
caso llegó a la Unidad Nacional de De-
rechos Humanos, y la fiscal Ángela Ma-
ría Buitrago condujo la investigación que
sacó a la luz el video donde se ve a varios
desaparecidos saliendo con vida del Pala-
cio de Justicia. Fue la misma fiscal quien
permitió analizar las grabaciones de las
operaciones militares, y estableció que
la frase "esperamos que si está la manga
no aparezca el chaleco" era una orden de
desaparición
Un niño y una niña de 4 años posan disfra-
zados de campesinos para un fotógrafo en
la Plaza de Bolívar. Exhiben su mejor son-
risa mientras detrás de ellos un puñado de
palomas, la fachada del Palacio de Justi-
cia y varios transeúntes decoran la esce-
na. La fecha impresa en el borde inferior
de la fotografía indica que fue tomada el
sábado 2 de noviembre de 1985, horas an-
tes de que los niños actuaran en una obra
infantil en el Teatro México y cuatro días
antes de que 35 guerrilleros del M-19 se
tomaran el Palacio de Justicia. Poco des-
pués de la toma hombres del Ejército y la
Policía entraron al lugar para una retoma.
Los combates dejaron los resultados que
conoce buena parte del país: 260 perso-
nas rescatadas, 109 muertas y 11 desapa-
recidas; el Palacio de Justicia, arrasado.
Hoy, 26 años después, el niño de la foto es
un hombre y representa a los familiares
de los desaparecidos del Palacio de Justi-
cia, al lado de los abogados Rafael Barrios
y Jorge Molano. Se llama Germán Romero.
Me cuenta que ve esa fotografía como una
especie de eslabón perdido entre una tra-
gedia casi mítica para su generación y un
acto de barbarie que, desde que asumió el
caso,invadecadavezmásnítidamentesuvida.
Por esos días pocos en el país tenían ojos
para ver los restos
calcinados que sa-
lían del Palacio o las
máquinas de escri-
bir derretidas que
evidenciaban la in-
tensidad del incen-
dio; pocos vigilaron
el irregular levanta-
miento de cadáve-
res que entorpeció
su identificación, y
aún menos tuvieron
oídos para los reclamos de los familiares
de los trabajadores de la cafetería que
no aparecían en el listado de rescatados,
ni en los hospitales, ni en Medicina Legal.
Casi el único que vio las irregularidades
y escuchó a esas familias fue el aboga-
do Eduardo Umaña, quien tuvo la ente-
reza para sostener que pese al caos, el
Estado debía rendir cuentas sobre las
desproporcionadas acciones del Ejército.
El 18 de abril de 1998, un mes después
de que Romero lo conoció, Eduardo Uma-
ña Mendoza fue asesinado. Murió mien-
tras concretaba uno de sus logros más
importantes frente al caso del Palacio:
la exhumación de 90 víctimas enterra-
das en la fosa del Cementerio del Sur.
Nunca quedó claro si lo habían matado
por defender a las víctimas del genoci-
dio de la Unión Patriótica, o a los sindi-
calistas de Telecom, la ETB y la USO, o
por buscar que la desaparición forzada
fuera tipificada como delito en Colom-
bia. O por el caso del Palacio. En la ma-
nifestación de repudio por la muerte del
abogado, Germán Romero decidió que
trabajaría por los derechos humanos.
6. VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 2013 VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 201310 11
UNA GUERRA CON PASADO PERO SIN FUTURO
En 30 años el conflicto
colombiano se transformó
a sí mismo y al país. Pero
hay cosas que parece no
cambiarán.
Las masacre
de Segovia
conmocionó al país
en 1988. Murieron
40 personas a
manos de grupos
paramilitares.
Hoy al Frente Nacional hay que abonarle
el hecho de haber puesto fin a las viejas
y sangrientas contiendas entre liberales
y conservadores, aunque es también
incuestionable que no tuvo respuestas
adecuadas para resolver las tensiones
sociales que ucha bipartidista había
invisibilizado,ni para contrarrestar los
emergentes proyectos contestarios.
que cada vez eran menos residuales y
se iban convirtiendo en determinantes
dentro de la dinámica política nacional.
El Estatuto de Seguridad, que durante
el gobierno de Julio César Turbay
Ayala trató por igual a insurgentes y
movimientos sociales, instauró un modelo
para manejar el conflicto armado y la
protestasocialinspiradoenlosregímenes
autoritariosdelConoSur,peroaligualque
en Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay
fracasó como proyecto hegemónico. En
un país como Colombia, con una lucha
armada tan larga y compleja, dicho
modelo, lejos de prosperar, le inyectaba
crecientes bases sociales a la insurgencia.
En 1982 Belisario Betancur intentó un
viraje en el enfoque. Sin embargo, el
entusiasmo fue pasajero, y como habría
de repetirse una y otra vez en las
décadas siguientes, mientras unos grupos
entraban en negociación -las Farc, por
ejemplo-, otros, como el M-19, arreciaban
la guerra. La tragedia del Palacio de
Justicia puso en evidencia la fragilidad
de una paz fragmentada en un contexto
de guerra también fragmentada. A
finales de la década de los ochenta los
papeles se invirtieron: inesperadamente,
el M-19 se sumó a la Constituyente del
91 y fue una de las fuerzas que más la
impulsó. Las Farc, por el contrario,
volvieron con mayor determinación
a la guerra y se ilusionaron con un
inminente triunfo militar que las obnubiló
políticamente. Se sustrajeron al proceso
en medio de mutuas recriminaciones.
Mientras sectores gubernamentales
denunciaban que las Farc estaban
aprovechando la tregua para rearmarse,
el grupo alegaba el incumplimiento de
los pactos y, sobre todo, el bloqueo a
la salida política, que se hacía evidente
con el exterminio no solo de la Unión
Patriótica, sino de dirigentes de todo
el espectro político, líderes sociales y
activistas de derechos humanos, ante
la mirada atónita, cómplice o resignada
de amplios sectores de la sociedad y a
menudoconlacomplicidaddeaparatosdel
Estado. En ningún país latinoamericano
en guerra una fuerza política fue
liquidada de forma tan brutal como
lo fue la Unión Patriótica. El conflicto
quedó por lo pronto sin puerta de salida
Los ochenta fueron años de mucho
diálogo y de mucha bala, y en medio
de esta ambivalencia se gestó el ciclo
moderno de la violencia en Colombia,
que aún vivimos: el paso de una guerra
bipolar, insurgencia-contrainsurgencia,
a una guerra múltiple, apoyada cada
vez menos en ideologías, alimentada
por el secuestro, la extorsión y el
narcotráfico. Así se llegó a una guerrilla
rica y poderosa pero no seductora,
como pudo serlo en otras latitudes. Su
poder militar era ahora inversamente
proporcional a su legitimidad social
y a su capacidad de convocatoria.
De ahí que las acciones guerrilleras
dejaran de producir acumulados sociales y
generaran, por el contrario, retaliaciones
devastadoras del paramilitarismo, que
creció exponencialmente con el apoyo
de políticos, empresarios y propietarios
desesperados con la extorsión y el
boleteo. La agresividad de las guerrillas
con la población civil fue responsable
en gran medida de un odio social en el
que florecieron el paramilitarismo y sus
redes criminales. El hombre medio de
la ciudad y del campo sintió la presión
de lealtades excluyentes, que con
el tiempo se volvieron sucesivas. La
identidad de ese hombre medio con los
señores de la guerra -carteles, guerrillas
o paramilitares- dejó de ser política
y pasó a estar determinada por la
supervivencia En ese contexto la guerrilla
va a encontrar muy difícil convencer a la
sociedad de que vale la pena negociar. De
allí la tremenda paradoja: a esta guerra,
para negociarla, hay que organizarla, hay
que reconstruirle los sentidos. Y por eso,
más que convencer al
gobierno, la guerrilla va a
tener que convencer a la
sociedad de la necesidad
de volver a la mesa de
negociaciones.
7. VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 2013 VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 201312 13
COLOMBIA SALE DE
“LA LISTA NEGRA”
DE LAVADO DE ACTIVOS
El Grupo de Acción
Financiera Internacional
tomó la medida luego de que
las autoridades frenaran el
lavado de 3.031 millones de
Entre el 2011 y el 2012 las autoridades
colombianas detectaron y frenaron el
lavadodebienesvaloradosen3.031millones
de dólares, gracias a una estrategia
contra ese flagelo que llevó al Grupo de
Acción Financiera Internacional (GAFI) a
sacar al país de su lista de seguimiento.
explicó en una rueda de prensa Luis
Edmundo Suárez Soto, director de
la Unidad Administrativa Especial
de Información y Análisis Financiero
(UIAF), que depende del Ministerio
de Hacienda y rastrea las operaciones
bancarias sospechosas de lavar activos
Según Suárez, el trabajo de control
que han desempeñado las entidades del
Estado colombiano le ha permitido al
país salir de la lista de países a los que
se les hacía seguimiento "intensificado"
en la lucha contra el lavado de activos
y la financiación del terrorismo.
La decisión de la salida de Colombia de
esta situación se tomó en la plenaria del
Grupo de Acción Financiera Internacional
de Sudámerica (Gafisud), que tuvo lugar
del 11 al 15 de diciembre, en Buenos
Aires, Argentina, dijo el funcionario.
Suárez señaló, además, que junto
a Colombia también salieron de
"seguimiento intensificado" y de "esa
lista negra" Argentina y Paraguay
Colombia estaba "en seguimiento inten-
sificado" después de la evaluación del
país en el 2004 y se mantuvo tras la
evaluación del 2008, debido a que cum-
plía parcialmente con tres recomenda-
ciones clave.
Los puntos clave para que Colombia
saliera de esa lista de seguimiento tu-
vieron que ver con el congelamiento de
fondos asociados a actos o grupos te-
rroristas, la debida diligencia del cliente
y la ejecución de los instrumentos de la
ONU, recordó Suárez.
El lavado de dinero en Colombia se esti-
ma en 20 billones de pesos (unos 11.100
millones de dólares), lo que supondría
más del 3% del producto interno bruto
(PIB), según cifras de la Asobancaria.
CRIMEN CON CONDENA
El 25 de octubre al mediodía un grupo
de paramilitares llegó a El Aro, un
corregimiento de Ituango, en Antioquia,
y reunió a todos los habitantes en el
parque. Los acusaron de ser guerrilleros
o de tener información sobre las
Farc, a quienes querían disputarle
el control del Nudo de Paramillo
estratégico para el narcotráfico. Después
comenzaron a asesinar a los hombres.
Óscar Gómez Mora estaba sembrando
frijol cuando escuchó los disparos. “En
medio de ese candelero corrí hacia el
monte. Me tocó irme para Santa Rita
sin saber qué pasaba con mi señora,
mis hijos y mis nietos. A los poquitos
días nos pudimos comunicar. Ellos
se habían ido para Puerto Valdivia”.
No todos los habitantes corrieron con
la suerte de Óscar. El saldo fue de 17
personas muertas y 1.200 reses robadas.
El 30 de octubre, antes de irse de El
Aro, los paramilitares incendiaron 42 de
las 60 casas del pueblo y se llevaron 17
habitantes para que arrearan el ganado.
Durante una semana las autodefensas
hicieron lo que quisieron en esa población
sin que el Estado interviniera. Según los
documentos de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, los habitantes
pidieron ayuda a la Gobernación de
Antioquia, al Ejército y a la Policía, pero
ninguna autoridad se presentó en El Aro.
Óscar regresó un mes después, y aunque
encontrósucasaparcialmentedestruida,
vivió allí con su esposa por un tiempo. .
Los paramilitares
Francisco Enrique
Villalba, Carlos Castaño y
Salvatore Mancuso fueron
sentenciados a 40 años de
cárcel.
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11. VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 2013 VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 201320 21
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14. VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 2013 VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 201326 27
15. VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 2013 VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 201328 29
16. VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 2013 VOCES BOGOTÁ 15 de Abril 201330 31