1. LA TRIBUNA, Los Ángeles, martes 20 de agosto de 2013 23CULTURA www.diariolatribuna.cl
“San Martín era muy
poco simpático”
El prestigioso periodista y escritor colombiano vino a
Chile a presentar su novela “Ahí les dejo la gloria”, (Edi-
torial Planeta) que gira en torno al mítico encuentro
entre los próceres Simón Bolívar y José de San Martín.
n la madru-
gada del 28
de julio de
1822, José de
San Martín
se retiró del banquete que le
había ofrecido Simón Bolí-
var en Guayaquil, se dirigió
hasta el muelle y se marchó.
Ese gesto fue el que develó
a los asistentes las conclu-
siones del secreto acuerdo
al que habían llegado los
dos libertadores durante su
entrevista sin testigos: puesto
que el destino definitivo de
la independencia americana
dependía de vencer al último
bastión realista en Perú, el
laureado pero cansado San
Martín se haría a un lado y
dejaría sus tropas al man-
do de Bolívar. El resto es
historia.
A juicio de Mauricio Vargas,
el encuentro entre Bolívar y
San Martín fue un encuentro
entre un iluso y un decepcio-
nado.
-“Bolívar llega a esta cita
lleno de ilusiones, en pleno
ascenso hacia la gloria, en
pleno proceso de consecu-
ción final de sus grandes
victorias. Y creyente en los
valores libertarios y en las
prácticas republicanas. Y
se encuentra con un San
Martín ya desilusionado, ya
traicionado, que ha tenido
que lidiar contra las intrigas
y las mezquindades de la
dirigencia limeña y que ha
roto con Buenos Aires, con
la que jamás tuvo buenas
relaciones”.
EN TORNO ALAUTOR
Mauricio Vargas Linares
es uno de los periodistas
colombianos más destacados
de la actualidad. Ha recibido
en siete ocasiones el Premio
Nacional de Periodismo
Simón Bolívar. En 2001,
su libro “Tristes tigres” fue
galardonado con el Premio
Planeta de periodismo.
Vargas Linares es autor de
la casa con Tristes tigres
(Planeta, 2001), La pesca
del Delfín (Seix Barral,
2004), La última vida del
gato (Seix Barral, 2007) y El
mariscal que vivió de prisa
(Premio Planeta 2009), que
ha vendido más de 10.000
ejemplares.
-¿Es esta una novela histó-
rica? Y desde ese punto de
vista aporta datos revela-
dores, nuevos a la trama,
o se basa sobre hechos ya
conocidos?
-Yo siempre digo que rela-
ciones nunca hay. Todo está
o anda por ahí. Lo que hay
que hacer es saber buscar.
Cuando yo empecé a trabajar
en la investigación para esta
novela, yo venía de escribir
“El Mariscal que vivió de
prisa”, la novela sobre el
mariscal Sucre.
Entonces, estaba lleno de
información…y seguí obte-
niendo más documentación,
leyendo más, consultando
con historiadores y hasta
leyendo cartas. Yo soy pe-
riodista, no soy historiador,
entonces para mí las cartas
es algo parecido a entrevistar
a los personajes. Es como
hacerles una entrevista. Me
di cuenta que si uno reunía
los tres, cuatro o cinco
documentos que Bolívar y su
entorno dejaron por escrito
acerca del encuentro entre
don Simón y San Martín que
-dicho sea de paso, Bolívar
hace en caliente- es decir, lo
hace apenas San Martín se
embarca. En otras palabras,
quedaron varios testimonios
en caliente, acerca de lo que
fue la entrevista entre él
(Bolívar) y San Martín. Y
esos testimonios narran lo
que hablaron, lo que se di-
jeron y en qué estuvieron de
acuerdo y en qué estuvieron
en desacuerdo.
La novela se trata del en-
cuentro de los dos hombres
más grandes que Sudamérica
ha tenido. Me atrevo a decir
que lo siguen siendo, porque
es imposible encontrar dos
hombres que hayan marcado
más el destino de Sudaméri-
ca que ellos dos. Y me atrevo
a decir que de América
latina.
Ese encuentro entre Bolívar
y San Martín, es un en-
cuentro entre un iluso y un
desilusionado.
-El de San Martín, ¿es el
sino de muchos héroes, mo-
rir en la incomprensión?
Su vejez es pobre, y de no
contar con la ayuda del
banquero Alejandro Agua-
do, habría terminado sus
días mendigando…
-Al marcharse, San Martín
logra salvarse de lo que le va
a pasar a Bolívar. Es curioso,
porque el más joven, el que
caminó directo hacia la glo-
ria, el que va a culminar la
tarea -o sea, Bolívar- ocho
años más tarde ya es hombre
muerto.
En cambio, San Martín se da
el lujo de morir de viejo…
y de conocer algo de gloria
tardía y un poco de respeto.
Hasta Sarmiento va y lo visi-
ta y en su hora postrera se le
reconoce algo.
Pero es la gloria amarga del
exiliado.
E
MAURICIO VARGAS:
Creo que el de San Martín es
el destino de los grandes.
-En su libro “Contra los
argentinos”, Marcelo
Moreno señala que aunque
nacido en Yapeyú (Corrien-
tes) San Martín “tenía un
marcado acento andaluz.
Era cortés, amable pero de
nula simpatía”. ¿Compar-
tes el juicio?
-Sí, era muy poco simpático.
Es útil consignar que San
Martín era un peninsular, un
español, un europeo. Había
nacido en Misiones, pero
hijo de unos castellanos y
formado en España. Desde
los seis años viaja a la pe-
nínsula y está allá hasta que
llega a coronel.
-¿Conoció San Martín per-
sonalmente a Napoleón?
-Claro que sí. Y Bolívar
también lo conoció.
-¿Era San Martín un es-
tratega inteligente, pero sin
brillo, como acusa Bartolo-
mé Mitre?
-Yo creo que San Martín era
un muy buen militar cuando
tenía por encima el mando
de un estratega, como le pasó
siempre en España. Era un
buen número dos.
Pero hay una cosa en la que
San Martín era iniguala-
ble. Era insustituible en la
organización del Ejército.
El Ejército que San Martín
organiza en Mendoza para
el cruce de Los Andes, es un
Ejército perfecto.
NACIDO PARA
LA HISTORIA
Simón José Antonio de la
Santísima Trinidad Bolívar
y Palacios Ponte-Andrade
y Blanco, mejor conoci-
do como Simón Bolívar,
(Caracas, Capitanía General
de Venezuela, 24 de julio
de 1783 — Santa Marta,
República de Colombia, 17
de diciembre de 1830) fue un
militar y político venezolano
de la época pre-republicana
de la Capitanía General de
Venezuela; fundador de la
Gran Colombia y una de las
figuras más destacadas de
la emancipación americana
frente al Imperio español.
Contribuyó de manera deci-
siva a la independencia de
las actuales Bolivia, Colom-
bia, Ecuador, Panamá, Perú y
Venezuela.
Entrevista de Jorge Obasolo.
¿Se sabe de juicios emitidos
por Simón Bolívar hacia
Chile? ¿O no era tema
para él?
-Hay una parte de la conver-
sación -y está registrada tan-
to en los apuntes de Bolívar,
como en los recuerdos de
San Martín- en que Bolí-
var le pregunta con sorna a
San Martín, por la figura de
O’Higgins.
A Simón Bolívar le había
llegado un informe sobre el
papel de O’Higgins en Can-
cha Rayada. Bolívar tenía
una imagen de O’Higgins de
un militar flojo.
-Bolívar tuvo frecuentes
problemas para llevar ade-
lante sus planes. Tanto así,
que llegó a afirmar de sí
mismo que era “el hombre
de las dificultades”, en una
carta dirigida al general
Francisco de Paula Santan-
der, en 1825.
-Es increíble. Bolívar gana el
pulso político de Guayaquil,
y eso le abre el camino de la
gloria en el Perú. Paradojal-
mente, ese camino de la glo-
ria va a ser su condena. Allí
empiezan sus dificultades.