La gimnasia se originó en la antigua Grecia como una forma de entrenamiento para atletas que competían en carreras, saltos, lucha y lanzamiento de disco y barra. Los romanos adoptaron algunos de estos ejercicios pero los transformaron en combates más crueles entre gladiadores. Durante la Edad Media la gimnasia desapareció excepto entre algunos aristócratas, debido a la hostilidad del cristianismo hacia la desnudez y el culto al cuerpo.