La familia visitó una isla desconocida donde se alojaron con una familia de comerciantes que vendían sus capturas de pesca y pan. Disfrutaron de una cena tradicional y al día siguiente viajaron a su último destino, Ikodu, antes de dirigirse a El Porvenir al amanecer para tomar su vuelo de regreso, disfrutando de las vistas del mar con el sol y la luna pero lamentando tener que irse.
1. Buscando un sitio donde pasar la noche, llegamos a una isla (no recuerdo el nombre) en la que vivía una familia de comerciantes. Vendían lo que pescaban, hacían pan para las islas vecinas, tenían un horno y una nevera que funcionaban con gas. Nos gustó y decidimos quedarnos a dormir. Siempre con algún $ por delante, por supuesto.
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4. A cenaaaaaaaaaaar! Un suculento arroz con coco siguiendo la mas tradicional receta Kuna y un poquito de pescado recién salido del mar, a la brasa.
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7. Al día siguiente llegamos a la que sería la última parada, Ikodu. Nos fuimos a descansar temprano ya que a la mañana siguiente salíamos a las 4 hacia El Porvenir para coger el avión de vuelta. Lo mejor del viaje de vuelta fue ver como nos amanecía desde el mar, a un lado el sol y al otro la luna. Lo peor, tener que volver.