El grupo de amigos salió de viaje para pescar en varios ríos y lagos de la Patagonia argentina. Luego de instalarse en una cabaña en Junín, pasaron sus días pescando en el Río Malleo, Río Correntoso, y los lagos Huechulafquen, Paimun y Epulafquen. A pesar del clima lluvioso, lograron capturar varias truchas arco iris y marrones. Disfrutaron de la hermosa naturaleza, ricos alimentos y la compañía durante la semana de via
1. El viernes 20 de Noviembre, salimos de Buenos Aires con Agustín Serena y Mariano
Ordoñez. Luego de hacer noche en Santa Rosa, salimos hacia Cutral Có en busca de
Claudio Lezcano, quien nos esperó con unas ricas carnes al horno de barro para
redondear un viaje fantástico hacia nuestro primer destino.
Cargamos su camioneta y salimos rumbo a Junín, lugar que usaríamos como base
durante la semana que duraría nuestra estadía en la zona.
Llegamos, descargamos la camioneta (la patente indica claramente que el vehículo es
de Claudio) nos instalamos en la cabaña y rápidamente estrenamos con un buen fernet
los lindísimos vasos que nos regaló Agus… Made in Irlanda eh… ojota!
Día1: Río Malleo.
Nos fuimos directamente hasta la confluencia con el Aluminé. La zona, un mar. Si bien
el Malleo no estaba descontrolado, venía muy alto. La confluencia estaba impescable.
El Aluminé venía rápido y turbio. La jornada estuvo muy dura en términos de pesca. La
primera emoción fue una arco iris chica que clavé con una Prince atada por Agus. Era la
primer mosca suya en engañar a una trucha… Luego Agus, cambiando a flote, logró
engañar algunas que estaban comiendo arriba en el remanso de un brazo. Pero en
general, la cosa no estaba fácil.
Rico almuerzo, hermosa noticia, buenos fernets y mucha risa. El paisano de a caballo,
anteojos con estrellitas en el marco y mochila rosa, de antología.
A la tarde levantamos todo y nos fuimos río arriba. Bajamos pasando la cantera o
tosquera, en una corredera larga y profunda. Un par de piques fallidos hasta que Claudio
pudo arrimar una linda marrón. Empezó a llover. Con Claudio le seguimos dando duro
2. y parejo, mientras Mariano y Agustín se quedaban en la camioneta. Pero la cosa no
cambió. Así terminó el día, bastante pobre en términos de pesca y con lluvia, pero con
el ánimo intacto, lo que presagiaba un excelente viaje... de pesca.
Desesperado por el mal clima, Mariano de golpe se hizo creyente y quiso parar la
lluvia con el nuevo testamento. No funcionó…
Día 2: Golpe de timón.
Viendo el estado general de los ríos, decidimos salirnos del itinerario pensado y
dirigirnos al Huechulafquen.
Previa pasadita por la Boca del Chime a observar un poco (masticamos bronca por no
poder pescarla), rumbeamos para el lago. Tironeos entre Claudio y Mariano, cada uno
promocionando “su” bahía.
La decisión… muy cercana a lo ideal. Pescamos una a la mañana y otra a la tarde!
3. Pescamos un montón de metros de costa del Huechu con unas cuantas capturas en
nuestro haber y, luego de un reparador risotto con hongos recalentado, terminamos la
jornada en la estrechura con el Paimun, donde Mariano sacó una linda marroncita y a
Claudio se le escapó otro buen pique.
4. Antes de irnos, pasamos a saludar por el Refugio del Pescador, buenos amigos de
Mariano y su familia. Fue un emotivo reencuentro entre Mariano, el lugar, su gente y su
historia. Rato después, Don Horacio Baylac nos decía que había un bote a nuestra
disposición cuando quisiéramos regresar. Lloviznaba con un poco de viento y el lago no
estaba para meterse con un motor chico… pero alguien puede imaginar dónde
pescaríamos en cuanto el clima lo permitiera?
Día 3:
Amaneció muy feo y lluvioso… teléfono al Colo. “Vengan que acá está bueno”, le dijo
a Claudio. Llegamos al Correntoso pasado el mediodía, luego de instalarnos en una
hostería, con clima muy malo y varios pescadores adelante. Esto último me resulta muy
difícil de digerir. Estoy acostumbrado a pescar en solitario. Pero bueno, esa es solo una
apreciación personal. La posibilidad latente de un misil plateado, las charlas entre los
pescadores (van muchos habitués muy experimentados) y la mística del lugar hacen que
siempre resulte atractivo visitarlo. No nos iba bien, mientras veíamos cómo los de
enfrente (del lado de la tolva) nos llenaban de escamas. Ninguna de las realmente
grandes, pero fueron unas cuantas. En lo personal, si haciendo las cosas como las hice,
daba con una buena trucha, era sencillamente de culo. Es sin dudas un lugar para
pescarlo bien, sabiendo lo que se hace, para así poder disfrutarlo. Me encantaría volver,
sobre todo después de escuchar las historias de Juan Pablo García, a quien solo unos
días después, Claudio homenajeara íntimamente con una excelente pesca.
Mariano probó suerte en el muelle del hotel, pero parece que el indicador de pique era
demasiado grande…(ver imagen)
Lo mejor del día: logré concentrarme para sentarme en el agua.
Lo mejor de la noche: la amiga de Claudio, también modelo de Simms, que nos
esperaba en la habitación de la hostería. Muy gauchita.
5. Día 4: Vuelta al Correntoso.
Desayunamos bien temprano y dejamos la habitación, yendo para el río. La suerte no
cambió. Mucho menos para mí. Luego de esperar mi turno, entré al agua, en el primer
tiro (sí, el primero) enganché mi mosca en un tronco cerca del chupón, me calenté, salí,
desarmé la caña y me fui a sacar unas fotos… Agus me siguió, riéndose, aunque con
similar estado de ánimo.
Para variar, Lezcano sacó la trucha del honor, como para no dejar al equipo en cero.
Tampoco era de las grandes que suele dar este río, pero sí una plateada y vigorosa arco
iris que dio una muy linda pelea y decidió no dejarse sacar la foto.
Recién eran las 9 de la mañana, cuando decidimos partir hacia el brazo Huemul.
Llegamos al lugar, nos instalamos y fuimos a hacer unos tiros, mientras Claudio
plantaba el asador con un excelente costillar.
Mucho viento de frente, probamos en la bahía y nada. Me fui desplazando hacia unas
rocas que protegen un poco del viento y pude clavar un par. Un rato después, se me
prendió una tercera. Pique firme y buena corrida. Era linda, así que pegué el grito. Me
dio una hermosa pelea. Apareció Mariano, foto vertiginosa al borde de las rocas y al
agua (la trucha, a Dios gracias).
Cuando volvimos, compartimos las fotos, acerco la caña y le muestro a Agus la mosca
con la que logré la captura. La había atado él, para regalármela. Abrazos y más alegría.
El asado estaba casi listo. Claudito queridooo!!! Ya he comido varios asados hechos por
vos, pero en este llegaste a la autosuperación, por lejos... Gracias por eso!
6. A la tarde volvimos a hacer unos tiros. Esta vez el lugar de las rocas decidió no ser
generoso conmigo, tampoco con Agus que me acompañaba.
Fue así que luego de la clase de splice a cargo de Claudio, acomodar líneas, leaders y
otras cosas, levantamos campamento y volvimos hacia Junín.
…Y usted imaginó bien. El jueves nos levantamos temprano y, con un hermoso día,
salimos para el Huechu, en busca del bote prometido por Don Horacio.
Días 5 y 6: Lagos Huechulafquen, Paimun y Epulafquen
Llegamos al refugio del pescador a eso de las 9:30. “Nuestro” bote estaba amarrado al
muelle, listo para salir.
Con un día despejado, el lago planchado y la imponente presencia del Lanín a nuestras
espaldas, salimos a navegar, en busca de los buenos pesqueros frecuentados por
Mariano y su familia durante muchas de sus vacaciones de verano. Unos a otros nos
veíamos las caras de felicidad.
El paisaje, cada momento, cada mosca con su historia, las primeras capturas…
Todo estaba inundado de una profunda belleza que iba tocando y contagiando todo lo
que nos rodeaba. Nos sentimos muy agraciados de estar allí, bien acompañados y
homenajeando a quienes sabíamos que hubieran disfrutado de estar con nosotros.
Como anécdota quedaría el rico asado que comimos del otro lado del lago. Nada
distinto, si la noche anterior no hubiera diluviado, dejando húmeda toda la leña caída del
bosque…
7. Tampoco hubiera sido un asado diferente si al atracar el bote y bajar las cosas en una
bahía del Epulafquen, en medio de la más absoluta de las soledades, no nos hubiéramos
dado cuenta que… NO HABÍAMOS LLEVADO PARRILLA!!!
Así que, Marianito Mallmann, todo el mérito para vos, por el rico asado en parrilla de
alambre, hecho prácticamente a la llama con cañitas colihue…
Ahora te dejo a vos decir algo del risotto…
Por la tarde pescamos muy bien, salieron (entre un montón de truchas) una arco iris y
una marrón un poco más grandes. Todas las truchas muy combativas, sanas y saltarinas.
8. Al día siguiente repetimos recorriendo otros lugares, con buena pesca, rico almuerzo en
una hermosa bahía y mucha pero mucha diversión…
9. Al volver a la hostería de Baylac, nos fundimos en un abrazo, sabiendo que allí
estábamos cerrando nuestro viaje.
Bueno… el último tirito no se le niega a nadie! Ya habiendo dejado Junin en viaje de
regreso hacia Cutral Có, bajamos en el Catan Lil a comer unos sandwiches y claro,
imaginarme en Buenos Aires al otro día hizo que armara la caña y me mandara al agua
(fríiiiiiiia!) en patas, con los pantalones arremangados.
El macanudo de Claudio “camioncito” Lezcania me bautizó Tom Sawyer, mientras
fotografiaba mi dificultoso andar entre las piedras…
Lamentablemente para mis amigos, el resbalón no terminó en caída…
Bueno, qué decir sin aburrir… Un viaje redondito, proyectado muchos meses antes pero
casi sin planificar, con buena pesca, rica comida, memorables vinos y, por sobre todas
las cosas, una hermosa semana de convivencia con tipos que supieron convertirse en
buenos amigos.
Una auténtica semana “problem free”, frase que arrancó en medio de una anécdota y
terminó siendo un ícono para el grupo.
Vaya entonces este viaje como homenaje al papá de Mariano y un masaje al alma de
nuestro amigo, que este año sufrió su partida.
Mi agradecimiento a los compañeros de viaje por los momentos vividos.
Mis disculpas a quienes buscaban leer un conciso y efectivo informe de pesca.
10. Creo que vale la pena devolver al mundo mosquero informes que hablen de las cosas
que nos da la pesca, que van más allá de los peces y son personalmente las que más
disfruto.
Equipos utilizados
Mariano:
Malleo:
Caña Orvis HLS #4, 8 pies. con reel Okuma Scierra (4/5) Linea de flote (scientific
anglers Ultra 4)
Resto de los lugares:
Caña Sage VPS, Linea # 6, 9 pies. con reel Dragon fly 355 y lineas de flote (supreme 2)
y Cortland Quick Descent 175 grains.
Moscas rendidoras:
Un tipo de Woolly Worm y un Bucktail, ambos atados y modificados por Mariano.
En general ordenado, con estilo propio. Pero le encanta copiar ciertos detalles de la
teoría del caos que gobierna mis viajes. Y los maneja a la perfección…
Claudio:
Correntoso: Orvis River Master #8 + reel STH Junin #3 y shooting Fast IV.
Malleo: Fenwick #5 9' + reel STH Cayuga # 1.5 con líneas completas de flote y fast IV.
Huechulafquen: Fenwick #5 9´ + reel STH Cayuga # 1.5 con línea fast IV
y Orvis Salt Rodder #8 + reel STH MR Pop #2 con shooting Fast II.
Moscas más rendidoras: Muddler (tipo Minnow) y Matukas.
Específico. Meticuloso y ordenado. El cirujano del grupo. Pescador intuitivo, como a mí
me gusta. Ojo… pescar! No es mi tipo el negro.
Agustín:
Para todos los lugares que visitamos: Caña Bando #6-7 Modelo “My First Rod”, color
rosa pálido con mango de goma eva + reel Albatros rojo con línea de hundimiento Fast
VI. Para flote, línea WF genérica.
Moscas más rendidoras: Woolly Buggers con abundante flash y patas de goma, en
diversos tamaños y colores.
Teniendo en cuenta la ventaja que dio con su equipo (un combo adquirido en
supermercado), hay que decir que tiene un gran futuro, sobre todo por su tenacidad y
capacidad de aprendizaje.
Franco:
Malleo y Huechulafquen: Sage Z-Axis #5 + reel Dragon fly 355 con línea Teeny T-130
y línea Supreme 2 de flote.
Correntoso: Sage Z-Axis #8 + reel STH MR Pop #2 con shooting Fast III.
Moscas más rendidoras: W. Worm (de Mariano), Grey Ghost y Bucktails varios para
pescar embarcados en el Huechulafquen.
Ni loco voy a andar definiéndome a mí mismo. Le doy mucha bola a mi intuición.
Y mi necesidad de pescar es mayor que la de seguir respirando…