1. Calvin y Hobbes
Pero para mi gusto, los mejores momentos son los diálogos con Hobbes y el sentido
práctico que tiene éste frente a las preguntas del niño y, sobre todo, la genial metáfora que
es lanzarse cuesta abajo en el trineo o en el carrito mientras ambos conversan sobre el
sentido de la vida.
Bill Watterson, el creador de Calvin y Hobbes, es realmente una persona peculiar.
¿Alguien se imagina dónde estaría Michael Jordan si hubiera dicho NO a vender ropa
deportiva con su nombre? Seguiría siendo el mejor jugador de baloncesto de la historia,
pero con toda seguridad, no hubiera salido como la segunda persona más popular en China
(tras Deng Xiao Ping) en los años noventa. Nunca podrás ver camisetas, tazas, cuadernos,
cereales con la imagen de Calvin y Hobbes. Según su autor, el mundo de Calvin está en las
viñetas, no en esos productos (incluso ironiza esta situación en una tira)… Casi, casi, la
misma postura que adoptó Tim Burton con Pesadilla antes de Navidad... (sarcasmo). Sus
disputas con los editores y los syndicates (empresas encargadas de la gestión y distribución
de las tiras de prensa) han sido memorables y todo por salvaguardar e intentar desarrollar al
máximo su Arte (como él mismo lo define). No es de extrañar que sus tiras diarias
‘murieran’ (por cansancio del propio autor) en el año 1995, con diez años de vida en su
mejor momento. No obstante, periódicamente aparecen ediciones con recopilacio de las
nes
tiras diarias y semanales, para regocijo de sus incondicionales.
En fin, unas historias geniales para un autor aún más genial y respetable por sus ideas. Os
recomiendo esta web para leer algunas tiras… pero luego a comprar, ¿eh?