Este documento define un volcán como un conducto que conecta la superficie terrestre con las capas profundas de la corteza. Explica que un volcán activo está en erupción, uno durmiente muestra signos de actividad pero no erupciona, y uno extinto ya no se reactivará. Además, describe una erupción volcánica como una emisión de materia desde el interior de la Tierra. Finalmente, señala que las Islas Canarias se formaron hace 30 millones de años por la erupción de volcanes marinos como el Teide.