1. Rasputín nació en la Siberia Occidental aproximadamente en 1872. Nada se conocería de él a no ser porque creyéndose con poderes especiales logró curar al zarevich Alexis de la hemofilia, cosa que no había logrado ninguno de los médicos llegados al palacio de San Petersburgo. A partir de entonces Rasputín (como sería conocido) se convertiría en el protegido de la emperatriz Alexandra. Nació en la región de Tobolsk en un pequeño pueblo llamado Pokrovskoye, cerca del río Tura.
2. Creció de forma salvaje en los campos de Siberia. No tuvo ninguna formación académica y desde muy joven se dedicó al oficio de cuatrero, es decir, a ladrón de ganado. Cuando tenía alrededor de 18 años se marchó a meditar al monasterio de Verkhoturye, aunque también es posible que fuera enviado allí como pena por robar. Su experiencia durante los 3 meses escasos que permaneció en el recinto claustral, junto con una visión de la Virgen que presenció a la vuelta del monasterio, le llevaron a convertirse en un místico. Ingresó poco después en una secta cristiana condenada por la iglesia ortodoxa conocida como khlysty
3. Rasputín llegó a tener tanto poder dentro del palacio de los zares que prácticamente no había decisión que no pasase por su juicio. La aristocracia rusa no veía con buenos ojos la presencia de aquel hijo de campesinos analfabetos en asuntos gubernamentales. Sin embargo era tal la capacidad de convicción, y el terror que su firmeza ejercía sobre todo, que nada pudo detener su escalada dentro del poder del gobierno del zar Nicolás II. Los biógrafos no dejan de pintarlo como un verdadero monstruo diabólico, capaz de ejercer una dictadura feroz, completamente despiadada y concentrada en romper la barrera de cuanto pecado capital hubiera
4. Rasputín llevaba en su juventud la vida típica de un campesino siberiano, hasta que sufrió su conversión. Era un hombre muy alto de estatura, de hábil y elocuente poder oratorio, personalidad abrumadora, de aspecto un tanto tosco, grosero a veces, violento, tenía una mirada muy penetrante y era poseedor de un carisma profundo. Amaba y odiaba efusivamente. Era un actor soberbio y convincente, se sabía poseedor de estas habilidades y las usó inteligentemente en su provecho.
5. En su época había rumores de que era una persona licenciosa y de que se le había visto numerosas veces borracho y en compañía de prostitutas. Sus relaciones con sus discípulos, sus visitas de alcoba, en su mayoría mujeres de la alta sociedad rusa, también eran polémicas. Una de sus máximas era:"Se deben cometer los pecados más atroces, porque Dios sentirá un mayor agrado al perdonar a los grandes pecadores". Sin embargo los historiadores no han encontrado pruebas concluyentes que afirmen esta vida licenciosa. Independientemente de su veracidad, esta reputación ha sido trasladada a varias biografías, películas e incluso canciones.