1. Anónimo (1554) www.ellazarillodetormes.com
El hábito no hace al monje
Su autor de esta obra es anónimo lo que conllevo a una interrogante e hizo que muchos
investigadores le atribuyan distintos autores tales como: Alfonso de Valdés según la filóloga y
catedrática de Literatura española de la Universidad de Barcelona (Rosa Navarro) que se
basó en el cotejo de la obra con las publicaciones conocidas de Alfonso de Valdés.
La iglesia en el siglo xvi había demostrado sus fragilidades tanto así que es la iglesia corrompida
por deseos seculares, por lo consecuente pierde sus privilegios, ya no obtendría un gran poder
como lo tenía en la edad media, además hubieron pensadores que protestaron, unos de los
factores que debilito a la iglesia fue el surgimiento de nuevas religiones.
Lázaro encuentra a un clérigo en Maqueda, pues este segundo amo era aún más avaro que el
primero y solo lo alimentaba cuando moría alguien y la familia del difunto les daba pan. Incluso
Lázaro se vio obligado a hacer una copia de una llave que abría un baúl donde el clérigo
guardaba todas las provisiones y, cada vez que el clérigo abandonaba la casa, Lázaro
aprovechaba para comer.
Por otra cuando su amo vio que faltaba pan decidió asegurar el más el baúl pensando que eran
ratones, pero como seguía faltando comida, supuso que se trataba de una culebra. Lázaro, con
miedo a que le descubriese, se guardaba la copia de la llave en la boca a la hora de dormir.
No obstante, una noche se le atravesó la llave de tal manera que al respirar parecía que silbaba.
El clérigo al oír semejante silbido pensó que era la serpiente y fue a golpearla con una pala,
golpeando por el contrario la cabeza de Lázaro. Al recuperarse del golpe, el religioso echó a
Lázaro.
La iglesia es uno de los factores que más crítico por el tema de la corrupción del clérigo ya que
este es avaro e inescrupuloso que busca solo su bienestar, además, este tratado hace referencia
al dicho: ¨caras vemos corazones no sabemos.¨ A Lázaro también lo crítico por el
comportamiento que adopto con tal de comer.
El lenguaje de la obra aún cabe destacar por el empleo del lenguaje que conduce al personaje a
utilizar la lengua coloquial, con sus expresiones populares, refranes y modismos, propio de la
edad en que se desarrolló, pero como se trata de un texto literario, el narrador emplea vocablos
figuras retóricas como el polisíndeton, la metáfora y el símil.
El autor en este tratado da una visión descarnada de la sociedad española de aquella época,
centrada en los tres sectores sociales más representativos: pueblo, clero y nobleza. Sin embargo
la religión tuvo también un gran poder de influenza sobre el soberano e incluso de como los
miembros de la iglesia aparentaba ser frente al pueblo personas dedicada al bienestar religioso.