La dinastía Romanov gobernó Rusia desde el siglo XVII hasta que Nicolás II abdicó en 1917 debido a las revoluciones. Nicolás II era el último zar y estaba casado con Alejandra, con quien tuvo cinco hijos, incluyendo al heredero Alexis que padecía hemofilia. Rasputín, un monje conocido como "loco", fue llamado para curar a Alexis y ganó influencia sobre la familia real, aunque también generó oposición que usó su imagen en su contra.